Aquella noche su vida cambiaría… bueno, mas bien seria al fin adoptado por una nueva familia tras años de ser un chico abandonado y maltratado. Se merecía mucho más, estaba seguro que todo podría mejorar de ahora en adelante. Demostrar de alguna manera que era algo más que un simple mestizo, después de todo era El Príncipe Mestizo, así lo habían bautizado en el grupo de la escuela. Esa tarde había pasado tiempo con Lucius, Regulus, Bellatrix, Narcissa y los Carrow en Las Tres Escobas, habían brindado por este nuevo comienzo, comentaron sobre las cosas que se venían e imaginaron los planes que tenían para todos ellos.


Aun así, algo en el fondo de su ser lo mantenía en vilo. Pensó bastante en ello desde que salió del bar y se dirigió a aquel barrio muggle donde había nacido, donde pasó sus años antes de ingresar a Hogwarts. Estaba caminando por la calle de la Hilandera, cuando visualizó un espacio donde sentarse, observar el movimiento del lugar y pensar un poco.

Lili fue lo primero que vino a su mente. La había conocido en medio del horror de su vida y los años en Hogwarts los terminaron distanciando, seguramente porque James le había lavado la cabeza diciéndole cosas que no eran sobre él. Le dolía aquello, seguramente por ello se le había escapado aquello de “sangre sucia”. No había sido su intención, de alguna forma también él se había dejado lavar la cabeza por sus amigos.

Ya eso quedaba en el pasado, se recordó una vez más. Después de todo, ella parecía feliz con el idiota de James. Suspiró, era demasiado triste pensar como todo había acabado en un gran silencio por parte de ambos.

Sentado allí frente a su antiguo domicilio aún podía escuchar los gritos de su madre, un recuerdo oscuro de los golpes que su padre le propinaba. Las incontables veces que se había escapado de su casa para irse a la zona más alejada de la gente y practicar magia sin esconderse. Lo había notado desde temprana edad, su madre lo había ayudado mucho con su aprendizaje en casa y notó sus cualidades avanzadas al ingresar a Hogwarts.

Notó de repente que lo miraban, busco en los alrededores ¿sería alguien conocido del barrio?

Tienes un deber con esta familia, no esperamos de ti que seas una decepción como tu inútil hermano, los Black somos una familia orgullosa que sigue los preceptos al pie de la letra. Había dicho su madre mientras su padre solo asentía en consentimiento con lo que esta dijera, algo que no le sentaba del todo bien al menor de los hermanos Black, pues parecía que su madre cada vez perdía más la cabeza. En parte Regulus no culpaba a su hermano de querer dejar atrás todo esto pero por ende toda esa responsabilidad ahora caía en sus hombros por ser el heredero "perfecto" siendo el que mejor seguía los preceptos.

Tomarás la marca cuando termines todos tus cursos y te gradués el señor Tenebroso no quiere sospechas en su persona. Dijo su padre sabiendo que lo condenaría a una vida de servidumbre en nombre de una cruzada de poder y status, algo que no necesitaban realmente, pero la gran mayoría de los Black apoyaban esta idea, e ir en contra era una deshonra a la familia. Regulus como tal no se encontraba en la posición de poder oponerse. Lo único que tenía era el poco tiempo antes de graduarse para formular algún plan antes de que su vida corriera tanto peligro como para no poder soltar el yugo que le oprimiría, pedir ayuda a su hermano estaba fuera de la cuestión, ya lo había dejado a su merced y su actitud denotaba que haría una estupidez si lo asistía.  Asi sera padre, madre, cumpliré con lo esperado.

Eso es lo que había dicho pero no lo juró, por lo que esperaba a poder idear algo con la única persona en el mundo a la que le importaba directamente, alguien que nadie esperaba: Severus Snape, mestizo pero de brillante mente. El mismo que en compañía de sus "amistades" y familiares habían pasado una noche de copas, pero en el fondo sabía que no sería sencillo convencer al otro, no cuando todo apuntaba a que esto le daría una vida mejor, más de la que tenía en su casa, donde su madre prefería el maltrato de un asqueroso muggle bueno para nada cuando ella pudo ser de las herederas más fuertes entre las generaciones sangre pura.

El alcohol había inhibido sus defensas y la gran mayoría de ellos se había marchado, el curso final comenzaría en unas semanas. Y él aún no pensaba en nada, solo daba vueltas a lo que pudiera ser obvio, también la única amiga de Severus se había dejado llevar por las palabras de Potter. ¿Acaso su amistad era tan superficial con Severus? Regulus creía que si, por mucho este se esforzó por enemndar esa relación y la perra maldita se había reído en su cara, al igual que su tonto hermano mayor.

No se había ido a casa, se no quería volver por ahora y en su estado siguío al pelinegro hasta donde iba, un barrio muggle que le hizo arrugar la nariz, no se acercó mucho, solo lo observó en la distancia, no sabría que decirle, pero su presencia le daba paz al menor de los Black, de estar presente su hermano este habría o insultado al otro o pegado el grito en el cielo por la actitud de Regulus, pensó retroceder en silencio, pero mientras lo hacía piso una rama que resonó con fuerza entre todo el silencio.  Con un demonio...  Murmuró por lo bajo pensando escapar antes de que lo descubriera.

Se mantuvo atento a cualquier cosa que pasara a su alrededor, aunque intentó mostrarse como si nada pasará. Sereno y reteniendo las lágrimas, los recuerdos que tenía en su mayoría de ese lugar no eran los mejores.
Hogwarts por el contrario alberga recuerdos mucho más alegres y amenos, además de recientes. Tendría a sus amigos como nueva familia ¿Qué más podía pedir? ¿Qué era lo que aún le hacía ruido o le molestaba al respecto?...

Escuchó el sonido de una rama quebrarse no muy lejos y un improperio en medio de un espacio vacío de ruido. Era su buen amigo Regulus, aflojó la tensión en su hombro derecho y le sonrió suave - ¿Qué demonios te trajo a un barrio hostil como este, Reggie? - consultó mientras le hacía lugar en donde él estaba sentado para que se pudiera acomodar a su lado. Después, como quien le narra una historia le empezó a explicar pequeños detalles de ese barrio en donde había crecido. Los locales que había en su momento y los vecinos más antiguos. No había muchas fachadas distinguidas y notables como en el lugar donde vivía él pero aquellas puertas desvencijadas y los aromas de comidas parecían no cambiar con el paso de los años.

- Quería pasear por aquí al menos una vez más... No creo que luego podamos hacerlo, o al menos no creo que esté bien visto, ya sabes… - su mirada se posó en su casa, no parecía haber movimientos, su madre debía de estar trabajando para esas horas y el muggle que tenía por padre tirado ebrio en la cama.

- No pienso abandonar a mí madre así nomás, intentaré que entre en razón apenas tenga un lugar donde vivir solo - ella era una buena mujer, además de ser bruja de sangre pura. Cómo cualquier otro había tomado malas decisiones, nada más.

Por algún motivo sus mismos pasos lo llevaron a donde el otro una vez le dijo que habitaba, de verlo frente a su puerta podía meterlo en problemas con su padre, su madre por el otro lado había sido una joven de buena familia hasta que dejo tirado el compromiso y desheredada, eso se decía en todos los círculos puristas y que asociarse con ellos era como tirar de un diente, los Prince estaban retirados de casi todo, gastando su fortuna en alguna cosa, no se unirían a una causa como la de el señor tenebroso, pero por mucho algo siempre le resonaba a Regulus sin dar en el clavo de que era lo que tanto lo molestaba de este mago.

No tengo idea, Sevvie, creo que tan solo mi familia es demasiado en estos momentos y necesitaba un cambio de aires, no esperaba verte realmente fuera, creía que estarías con tus padres. -No quiso decirlo en tono amargado, pero así se sentía, y eso que aun estaba joven como para ello. Entre los miembros de su casa, el otro no lo juzgaba por las acciones de su hermano ni lo trataba con la misma moneda, entendía que podría hacerlo, pero también si se iba en contra de su hermano no podía abogar por el otro, Sirius era capaz de ganarse el odio de muchas personas.

Tomando asiento a su lado, sentía que la camarería que compartían era buena, y entre todos era en quien más confiaba, además de su ácido sarcasmo que le divertía. Escucho sobre eso, y con cierta envidia pensó en si también a Evans le habría dicho estas cosas cuando aun eran amigos, por lo que este le conto, fue quien le dijo que era cuando ella no sabía siquiera del mundo mágico.

A veces pienso en lo pacífico que sería no tener este peso en nosotros, que pudiéramos elegir como vivir, quisiera que mis padres no me impusieran sus puntos de vista, pero soy el único heredero que les queda en apariencia, no han removido a mi hermano, pero creo que piensan hacerlo una vez que tome el puesto de Lord.

Se que no es mucho, pero podríamos buscar un sitio para ti y para ella lejos de ese monstruo, no tengo tanta fortuna, pero puedo ayudarte, y no, antes de que lo pienses demasiado no es caridad, eres mi mejor amigo, quisiera poder hacer esto por ti.

Severus dejó su mirada estática y fija en la reconocida y desvencijada puerta de su casa. Muchas habían sido las veces que la había abierto y saludado como si nada, incluso aún conservaba la llave que suponía era la misma de siempre. Soltó el aire y negó con cierto aire dramático - No soy capaz de entrar - le daba un poco de vergüenza toda la situación, pero no había tenido tiempo de pensarlo mucho. Tras la charla de hoy se notaba que era dar un paso para adelante sin mirar atrás, pero él siempre había sido de los sentimentales. Su mirada se clavó un poco mas allá, en la casa de Lily Evans, su mejor amiga y su vida. O eso creía. Las cosas entre ellos no estaban bien, realmente. Esperaba que ella pudiera abrirse a perdonarlo en algún momento. En medio del enojo era difícil controlar las palabras y por tanto podían ser erróneas.
Regresó a su amigo - ¿Qué pasó con tu familia? - consultó notando que era mejor pensar en otra cosa y que el tono con el que se lo había dicho no era el habitual.

Convivir a diario con la presión no era saludable. Para él la separación había sido la solución y desde que empezó la escuela Hogwarts se había convertido en su nueva casa, salvo casos especiales donde pasaban las fiestas en familia o algún cumpleaños. Ahí era donde Severus recordaba los motivos por los cuales había optado por formar una nueva familia. Era por eso que comprendía tanto cuando su buen amigo Regulus se expresaba respecto al peso de ser “heredero”, de afuera todos lo veían como algo bueno, pero no era todo color rosa - Seguramente lo hagan - aceptó, de acuerdo a lo que su amigo le había contado respecto a su hermano, este iba a ser efectivamente desheredado de la familia. Todo debía ser culpa de Potter, una manzana podrida podía pudrir a las demás, era una mala influencia para sus amigos.  

Lo escuchaba y negaba con la cabeza lentamente, si lo hacía era por decisión propia y parecía que su amigo esperó eso porque insistió en que no era caridad sino un tema de amistad - Es que igual no estaría cómodo debiéndote semejante gesto Reggie, eres mi mejor amigo pero se trata de mi familia y es algo que yo quisiera hacer por mis propios medios. Por algo es que también quiero ser parte de esto… - y no dijo mas, su amigo entendería que se trataba la jura que estaban por hacer.

Regulus no hacía burla de sus orígenes, su amigo tenía ya un enorme peso con la reputación de ser mestizo y los rumores de su madre como para añadir más, no lo juzgaba tampoco por aquellas decisiones que dejaba pasar o que ignoraba algunos consejos, porque no estaba en sus zapatos lo entendía menos, solo hasta que viera del todo el panorama comprendería sus motivos. No te hace un cobarde si no quieres entrar, solo toma tu tiempo, si quieres ir a solas yo puedo esperar aquí. Dando una muestra de apoyo a este.

Podía imaginar lo que pasaba en su mente, si bien no le gustaba como le trataba Evans, había sido su amiga, por lo que le conto, era desde pequeños, y Severus le había hablado sobre la magia, ver como esta le pagaba a él le enfurecía bastante, pero tampoco podía meterse en eso, solo estar ahí para el otro cuando decidiera dejar ir esa fallida amistad, verlo tratar de disculparse en vano le sentaba igual de mal.

Lo de siempre, Sirius se niega a volver a casa, eso enfada a mis padres y me ponen más presión mencionando que soy el que debe tomar el manto de Lord Black cuando tenga la edad, y como seré reclutado, ya sabes tienen planes para que me marquen cuando se pueda. Regulus no estaba de acuerdo, pero no tenía modo de ir en contra de esa decisión, buscar una salida de la locura de su misma familia era desesperante.

No veo el momento en que se caiga esa venda de sus ojos, los Black que tanto se precian de no bajar la cabeza y mira a mis padres, besando la túnica de ese mago por favores y poder. Le parecía muy repugnante.

Aún si trato de decirle que no lo haga, hará más caso a sus amigos, son mala influencia, y no lo digo solo porque alguno sea mestizo, sino porque no comprender las costumbres realmente, esta dejándose llevar sin pensar las consecuencias como siempre. Era entonces Regulus el que debía limpiar estos malditos desastres dejados por su hermano.

Su amigo era orgulloso, a veces quería golpearlo, pero ya se lo había dicho, si no aceptaba la oferta no podía estarlo obligando ni insistiendo. Aún si no la tomas ahora, quedará en pie si alguna vez decides aceptarla. Puso la mano en su hombro como apoyo y camarería. Lejos de eso, tienes que contarme buenas anécdotas de este sitio, no puede ser siempre tan lúgubre como se ve ahora. Desviando la conversación y buscando animarlo.

En realidad no quería entrar, era mas sencillo evitar el tema, mandar un mensaje y olvidarse de todo. Sin drama, sin conflicto. Pero, sinceramente, en su interior sabía que se la pasaría el resto de su vida preguntándose si su decisión había sido la correcta. Estaba decidido a ser parte de los mortífagos, de eso no había duda, pero despedirse de su madre suponía un corte para el que aún no se sentía tan listo. Era el momento que siempre evitó, aun cuando abandonó esta casa como su hogar.
- Eres muy amable Reggie - lo observó a su lado y le sonrió en respuesta a su compañía. Era increíble cómo algo tan simple como su presencia podía ser un consuelo necesario para momentos como estos. Solía llorar en soledad pero a veces un consejo desinteresado o el simple acompañar podía ser un tesoro de valor incalculable. Para juzgarlo tenía al resto, todos lo hacían porque era gratis, incluso él muchas veces se encontraba en esa práctica.

- A Sirius le lavaron la cabeza, fue ese grupo liderado por Potter. Es una escoria de persona y contagia todo lo que toca con su odio y altanería - era imposible para Snape sacarse de la cabeza a Potter como el culpable de todo lo malo a su alrededor. No era solo con él sino que además buscaba tocar todo lo que suponía algo superior a él y de alguna manera lo conseguía. Ya había advertido de esto en la sala común, a sus amigos más cercanos, y a pesar de todo ya había consecuencias. Tenía la esperanza que en algún momento el karma regresara a devolverle al menos una parte de todas las fechorías que había hecho y esperaba ese momento para que al fin Lily despertara y se diera cuenta del tipo que tenía como amigo…
Mejor dejaba de pensar en ello. Tenía que ser optimista y mirar hacia adelante, a su futuro y a las posibilidades que tenía por su perseverancia. Cuando fuera adulto se agradecería haber tomado una sabia decisión  y no dejarse condicionar por idioteces de adolescentes.

- ¿Los Black tienen una marca personal también? - consultó porque de ser así no lo sabía, aunque era evidente que aquellos pertenecientes a los famosos Sagrados 28 tenían prácticas de lo mas extrañas, cercanos a una secta antes que a una familia convencional. Había oído varios mitos y leyendas al respecto pero no tenía constancia de ninguno de ellos, sin embargo no lo desestimaba.
No se lo dijo pero comprendía los intereses de los padres de su amigo. Había cosas que ellos apenas empezaban a tantear porque se los consideraba muy jóvenes aún, pero los rumores circulaban por los pasillos de Hogwarts tanto como por el callejón Knockturn. Y como bien se dice, cuando el viento sopla aireado, no hay paz en ningún lado.

- Coincido en eso, lamentablemente. Sirius parece totalmente influenciado por Potter y sus amigos. Aunque consideraría una charla con él para ver si aún hay chances de hacerlo entrar en razón - indicó mientras ponía en la balanza las opciones, no tenía las de ganar pero al menos se consideraba el intento.
No podía echarle la culpa a Regulus de remarcar sobre los mestizos, estaba casi acostumbrado a que se lo mencionaran a menudo como insulto, y era por ello también que quería demostrar sus condiciones siendo un mortífago el día de mañana. Demostrarles a todos que ser mestizo no era un impedimento sino que la sangre Prince de su madre era tan fuerte como la de cualquier otro mago o bruja. A pesar de todo le costaba encontrar las palabras y la voluntad para cruzar la calle y tocar la ya reconocida puerta de madera de su casa.

Asintió a las palabras de su amigo, no le gustaba hablar mal de Sirius con este porque obviamente se sentiría mal, pero interiormente creía que era egoísta de su parte el dejar a su hermano como víctima para ser el heredero de los Black sin siquiera haber pensado en ello antes. Estaba claro que Reggie no tenía ganas de ser el portador del manto de los Black y sin embargo Sirius había pasado por alto el peso que le había dejado a su hermano tras su partida. Y tampoco parecía importarle demasiado viéndolo reír con sus amigos a diario - Sirius debe entender que es importante para ti que regrese porque sino tu vas a ocupar su lugar, es inevitable - expresó suave y lento aunque remarcando el “debe entender”.

- No va a haber otra oferta Reggie, es una única vez para alguien como yo - negó con la cabeza, muchos de los que participaban iban a tomar a mal que un tipo como él fuera parte de las filas, pero se había ganado la posibilidad y no la iba a dejar pasar - La voy a aceptar, pero antes tengo que cerrar este capítulo - explicó mientras daba una mirada de soslayo a su casa en el frente.

Lo puso contento el cambio de tema, así su cabeza descansaba un poco de sus obligaciones y los recuerdos le empezaron a llegar a montones, aquellos momentos felices a pesar de la oscuridad eterna de ese barrio.
- Este lugar siempre fue así, o al menos yo siempre lo vi así - empezó mientras su mirada intentaba abarcar toda la extensión de la calle buscando entre sus recuerdos aquellos que dijeran lo contrario, pero no los había. Y a pesar de todo, ese lugar estaba lleno de buenos momentos de su infancia. Posiblemente los malos momentos fueran los últimos, pero no eran los principales. Empezó a contarle breves historias que recordaba del barrio, los locales que solía haber y personajes de la zona que ya no estaban en este plano pero de los que aún tenía memoria.

Regulus estaba seguro de que el tema moriría pronto, más la intención inicial siempre fue salir de su casa por un rato, harto de la presión, de palabras de sus padres vendiéndolo a un ser que buscaba poder a costa de otros, pero ellos no se daban cuenta, embriagados en esas promesas falsas, siento el único sensato, su hermano mayor, el que huyera como antes hizo su prima Andrómeda, dejándolo como presa de sus padres.

Convencer a Severus de no unirse era complejo, y podía entender la razón del porque no quisiera hacerlo, ansiaba el poder tras lo que su padre hacía con su madre, eso y los continuos ataques de los chicos de Gryffindor en este. Quería salvarlo de un error del que no pudiera lograr enmendarse, entrar al servicio de los mortífagos no iba con un contrato de poderse marchar salvo muerto. No tienes porque agradecerme algo que hago en un modo desinteresado, en verdad eres mi amigo.

Desearía poder decir que es una mentira, sin embargo, yo mismo lo desconozco incluso en la forma en la que está actuando, no porque tenga que probar algo, sino que raya en lo cruel con las personas, así diga que es una broma. Es una persona distinta al hermano que yo recuerdo con cariño. Potter podía ser el mocoso mimado de medio mundo, pero el odio que le tenía a su amigo era solo reflejo de una rabieta más de alguien completamente inmaduro que no sabe aceptar el no por respuesta, incluso al punto de meterse en una amistad que no le competía como la de Severus con Evans, misma que Regulus no aprobaba del todo, más no hizo nunca algo por separarlos, y ahora que esta decidiera rechazarlo por una broma de los otros como consecuencia, bueno la cosa se decía sola.

El tiempo dictaría que consecuencia tendrían para soltar luego una risa. No esa clase de marca, a menos que yo no sepa de ella, no, ellos quieren que yo sea mortífagos como mi prima Bellatrix, supongo que la recuerdas, está empeñada en servir a la causa de este mago.   Pronto eso se extendería por las familias prominentes, no era sorpresivo que quisieran mantener un status en la sociedad lejos de las ideas revolucionarias de darle la bienvenida completa a los muggles, que de su punto de vista podía ser completamente peligrosa.

No tengo deseos de hacerlo, aunque quisiera, el resultado será negativo, está empeñado en que todos son malos por estar en una casa que no le gusta, debiste verlo cuando quede en Slytherin, prefiero evitarme un drama que no sea necesario. Muchos mestizos son mejores, y es un secreto que te lo confió, ya sabes si alguien escuchara eso de mí, la consecuencia sería terrible, por eso aprecio tanto tu amistad.

¿Sería capaz de eso? Probable es que no, de verdad no pasaría. Soy un cobarde al correr de esto, más es una batalla que no puedo ganar, la repercusión social es que mi madre quiere removerlo de la familia, dejarlo sin nombre, y mi padre aún se opone, batalla de egos, lastimosamente, y yo soy joven para controlar a la familia. Quisiera a veces no haber nacido como un Black.

Sintió mucho pesar, pero si su amigo quería ir a la boca del león, no pensaba dejarlo a solas, solo que aún no se lo mencionaba. Se lo diría pronto, cuando tomase el coraje suficiente para admitir que con eso su vida sería más pesada. Lo sé, eso no evitara que deje de ser tu amigo o el contar conmigo para lo que pueda ayudarte, solo ten cuidado Severus, por favor.

Con el nuevo tema, se permitió solo ser Regulus sin apellidos, dos jóvenes más en una banca mirando a una puerta, mientras imaginaba a un Severus más pequeño lleno de felicidad en sus ojos. Envidio esas partes de tu infancia, no puedo decir que la mía sea feliz, quizá cuando nací y no tenía obligación de nada, debe ser la única vez que sonreía más.