Inspirado Película: El Quinto Elemento / Ciencia Ficción - Año 3050 - Nueva Arcturia (Ex Planeta Tierra)

Totalmente destellante

Estaba medianamente cansada pero el clima no era el mejor y por eso a pesar de su alta resistencia a los climas extremos por su origen había poptado por ropas de colores pastel y con ellas un poco de protección a los rayos solares.

Tener un empleo humano podía ser demandante y mucho, especialmente considerando que los pequeños tontos casi se mataban a si mismos. Si no fuera por la salvación que la raza arturiana les brindo bien esto podía ser un simple cementerio y no faltaba el ingrato que creyera que habrían logrado pasar tal prueba solo con fe.

Eso no era para nada su problema, como muchas otras razas le había parecido interesantr habitar este planetilla por sus variadas condiciones climáticas y recursos. Cabe decir que le gustaba aprender sobre esta raza. Motivo mismo de tener el empleo en la gran biblioteca...era ahí donde se había encontrado con bastantes maravillas de las cuales una destacaba mucho...la misma razón que era por la que no dejaba este lugar.

Miró en dirección al enorme reloj de pared que marcaba la hora, faltaba poco para la salida y ella aún no terminaba de acomodar en el carrito todos esos textos abandonados en las mesas para lectura.

Frunció su ceño ligeramente. Sobre esa mesa reposaban algunos textos pero se veía  dañados, ella misma sabía que eran tomos viejos pero no deberían tener tal extensión de maltrato. Reportaría eso e investigaría a los posibles culpables. Esperaba  a que Wallace apareciera pronto, él podría ayudarla con el rastreo si tomaban sus verdaderas formas, algo que debía hacer, reprimirse de esa manera no era muy recomendado.

Zalkael - Bliotecas centrales- Final de invierno- Con Wallace

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Su vida diurna podía decir que era de lo más tranquila. La noche… era otra cosa. Despertaba, tomaba café, observaba el mundo por la ventana de su departamento que daba a la gran avenida que no dormía. El ruido parecía ser su compañía de todo el día, por eso prefería evitar pasar demasiado tiempo allí encerrado.

Había quedado en pasar por su buena amiga, Zalkael, para ir por algo de comer y una vez se cambió salió una vez más, dejando a sus gatos al cuidado de la casa ─ Adios mis amores ─ saludó para luego cerrar la puerta y bajar las escaleras. No había muchas cuadras de distancia, por lo que se fue caminando hasta el lugar, en medio del caos natural de la ciudad en viernes por la tarde. Cada tanto notaba alguna que otra mirada indiscreta, si tenía algún interés le guiñaba un ojo de manera picara, solo para molestar, porque no era normal que coqueteara con un objetivo específico. Lo que si era normal de su raza era andar echando glamoures en la gente sin quererlo y llamar la atención aun cuando no querían. No se quejaba, podía decirse que consiguió trabajo gracias a ello y le servía.

La Gran Biblioteca era un lugar que había visitado apenas unas pocas veces cuando lo atacaban las ganas de absorber un poco más de la cultura local. Juraba que lo intentaba, pero era muy distinto a los humanos. Todo lo que ellos consideraban placeres le parecía asombroso, había probado todos y cada uno de ellos en estos años, pero había cosas que aún no comprendía. Al menos tenía amigos alienígenas para conversar de esto sin caer en un terapeuta. Aún así se sentía atraído por ellos, por el mundo que tenían y que casi perdieron.

Llegó al enorme edificio, no supo dónde la encontraría a estas horas. De seguro en la entrada… pero no. Se entretuvo unos minutos recorriendo los corredores repletos de tomos que desconocía de título. Novelas, cuentos, enciclopedias, lo que pidieras estaba guardado en ese lugar.
─ ¿Existe la posibilidad de que al menos un humano alcance su máximo potencial en este año? ─ todas las "leyendas" señalaban que ellos serían los que ahora sí salvarían su propio planeta sin la intervención de los alienígenas. No confiaba demasiado en ello. Los pocos humanos que conocía eran muy básicos, por así decir.

Encontró un título conocido ¡Al fin uno entre tantos! Era “el fin de la infancia” de Arthur C. Clarke y fue cuando lo tenía en sus manos que oyó su voz ─ ¿Aún sigues trabajando a estas horas? ¿Acaso te pagan demás por tus servicios? ─ reclamó cómo quien imita a un humano quejoso y luego sonrió para ir a saludarla tras devolver el libro a su espacio y prometerle que no tocaría ni cambiaría nada más de lugar.

Wallace - Bibliotecas centrales- Final de invierno- Con Zalkael

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Corría el tiempo y ella misma sabía lo que pasaria cuando el contador llegará a cero.

Terminaría el tiempo de estos pequeños humanos si no se decidían a realmente actuar en lugar de solo pensar que magicamente serían salvados de nuevo. Esta vez no pensaba en que se lo dejarían fácil, tampoco es como que a ella le importaran todos, es decir si tenía algo de vida creada en el planeta, pero consideraba hacer favores como algo negativo en este caso, si los humanos no querían tomar las lecciones dadas ni mejorar por si mismos, los arturianos no eran niñeras para estarles haciendo el trabajo entero, se extinguirían por mano propía.

Eso en palabras de otros pudiera sonar frío o desapegado, pero ella era directa, no le gustaba dar falsas palabras, igual entendía que algunas otras razas galácticas pensaran que era injusto luego de ser acogidos por los humanos, pero así eran las cosas. Tenían antecedentes de varios sucesos, solo el que quiere no progresa, ella incluso había dedicado su tiempo libre al conocimiento humano lo más posible, le gustaba saber de otras civilizaciones, tenía una que otra copia de libros que le importaban mucho como para dejarlos perder.

El mundo era basto, no terminaría en una temporada de aprender o conocerlo todo, sentía por días esa necesidad de viajar y reubicarse, ¿porque no solo tomaba una maleta y se iba? Dinero no faltaba, podía procurarse sus cosas, era hábil. Tal vez si tenía algo de apego por esos saquitos de carne tonta, como el apego que Wallace tenía por los felinos locales.

Suspiro, eran muchas cosas que inundaban su mente, pero bueno, ya lo hecho estaba, por mientras continuaba acomodando esos textos, dejando que el conocimiento volviera a sus lugares correctos porque no le parecio que fuera tan tarde, nunca pensó en que el tiempo se le pasaría volando y en lugar de verlo en la entrada como siempre se lo toparía en los pasillos. -¡Wallace! - Exclamó ella llegando a donde su amigo. -No realmente pero tengo un muy pequeño favor que juro que te pagaré si me ayudas con ello. SEñalando una pila de libros en malas condiciones. No estaban así y creo que alguien los vino a dañar a propósito, dime que podemos rastrearlos. Dijo batiendo coquetamente sus pestañas. -Hasta dejaré que saques ese libro usando mi pase de trabajador, son privilegios que me dan. Y pasaba que a ella le sacaba un poco de sus casillas que dañaran cosas importantes, los humanos tenían un nombre para eso que ella no recordaba por ahora. ¿Si podemos verdad? Se que no me decepcionaras y luego iremos a comer. Ella misma tenía hambre y encontraba la comida humana fascinante.

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Le sonreía, con cierta malicia, algunos rasgos de su ser no podría ocultarlos siempre, o lo aceptaban así o lo lamentaba.

─ ¿Dijiste pago?... Me interesa ─ no iba a negar que era un codicioso empedernido y por ello le gustaba Nueva Arcturia, el ostentar era moneda corriente del lugar y para ello se necesitaba del vil dinero. Era tanto hermoso como avaro de su parte, pero sería su placer culposo desde que había puesto un pie en ese lugar ─ Oh ya veo… la ley del mínimo esfuerzo ¿cierto? ─ reclamó inclinando su cabeza de lado mientras pensaba cómo sacarle más beneficio a aquello ─ Ok acepto… ¿Cómo me recompensaras por ello? ─ consultó mientras se cruzaba de brazos e indagaba en su mirada pícara, de seguro terminaría por engañarlo tras trabajar como un perro buscador de recompensas y golpear a unos cuantos para que no regresaran los libros en ese estado nunca más… quizá hasta podría reclamar algo de dinero para la restitución de los mismos. No era mala idea…

Había bastante trabajo para hacer considerando la pila del fondo, se había asomado por el costado de su bello rostro para comprobarlo por su cuenta ─ ¡Que sean cinco! Ya que es aproximadamente la cantidad de horas que demanda encontrar a esos maltratadores… ─ pidió mientras extendía la mano, esperando que se la tomara para garantizar el pacto que para Wallace era justo.

─ Oh si, la comida, no olvidemos eso, seguro alguna parada en medio para comer algo. Ya sabes que mucha violencia me da hambre… ¿Dije violencia? No, quise decir “reclamos de pagos por las buenas” ─ sonrió tras golpearse la cabeza con una mano intentando pasar por alto algunas cosas que hacía solo porque podía. Ser un cambiaformas indocumentado en la ciudad tenía sus privilegios después de todo. Nadia sabía realmente quién era él, salvo quienes conocía realmente como Zalkael, ella si tenía el privilegio ─ Y bien, ¿quieres vestirte para el castigo o iras de tierno cordero? ─ preguntó mientras cambiaba su apariencia una vez más, no entendía porque se tomaba el tiempo para elegir vestuario si ante el más mínimo ofrecimiento de aventura optaba por un nuevo atuendo.

Wallace - Bibliotecas centrales- Final de invierno- Con Zalkael

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Habría un pago, eso sin duda alguna es que por eso tendría que haberlo pensado cuando se lo ofreció, porque si lo dejaba a él elegir la recompensa saldría todavía más caro y siempre podían negociarl que era algo que los humanos o una parte de ellos hacían, era divertido pero a veces sentía que solo era para aventajarse del valor verdadero de alguno de los objetos que requería mucho tiempo y esfuerzo de ser creado. Claro que hay un pago, no tan caro como otros pensarían pero tampoco tomaría ventaja total de tus habilidades únicas. Mientras charlaban ella se había acercado a su amigo, un termino algo ambiguo para lo que pasaba entre ambos y había estado deslizando uno de sus dedos por el brazo del otro.

No tan mínimo realmente, considerando que es algo muy conveniente para ambos, ¿cuando fue la última vez que pudiste divertirte de este modo? Ella misma a veces extrañaba la violencia de la cacería, no es que amara la sangre...pero su raza alienígena si era guerrera, y otros más eran mucho más sanguinarios, ella tenía que tener el humor adecuado para ello.  

Tenía algo de razón en dudarlo cuando al inicio si le había jugado mal con no cumplirle lo prometido, pero siendo verdad adoraba también meterlo en aprietos y generar algo de caos, era miy divertido para ella, pero en este caso considero que no sería buena idea, no si quería que este hiciera el trabajo.  Bien cinco son una buena opción, tengo esa libertar de poderlo lograr. Zalkael podía ser bastante convincente y no solo por sus rasgos que usaba en ese glamour humano, siempre había sido convincente para salirse con la suya.

Nos va a dar el tiempo suficiente para abrir mucho más el apetito, escuche a algunos hablar sobre los buffets donde puedes comer todo lo que quieras pagando solo un precio, ¿Los exploramos también? Tomando la mano ajena para firmar el trato a lo humano, sino seria con otro modo en forma alien.

Creo que es mejor después que antes para no perder los rastros frescos, no deben haberse ido muy lejos realmente pero quien podría decirlo, espero con el susto que no vuelvan, no tan pronto. Ahí estaba esa pequeña parte de sus facciones que disfrutaba con la malicia de torturar a alguien.Seré el tierno cordero que va al matadero con el terrible y  malvado ejecutor de la ley. Como su turno había terminado lo que quedará pendiente lo acomodaría mañana. ¿Te llevas los libros ahora o los escogeras con más calma después? Preguntó solo por si acaso.

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Desde que había aterrizado en este planeta usaba sus encantos para negociar, o para sacar más dinero por el mismo trabajo. Era de las cosas que le habían enseñado apenas llegó y le encantaba. Las que los humanos hacían por tan poco. Con Zalkael jugaba un rato, solo por placer ─ ¿No tan caro, dices? ¿Mis habilidades? ¿Te refieres a…? ─ una rápida mirada hacia abajo y luego sonrió al ver su carita pícara como siempre ─ ¡Eres terrible Zalkael! Aunque me agrada tu iniciativa y tus ganas de vengar los libros rotos de tu biblioteca, se nota que le pones empeño a tu trabajo ─ comentó mientras sonreía y negaba con la cabeza hasta que sintió sus dedos acariciándole el brazo y siguió su recorrido, sintiendo que ambos respiraban el mismo aire por la proximidad. Su sonrisa se amplificó aún más pero no dijo nada, hasta parecía que la juzgaba pero tampoco se negaba a las atenciones.

─ Que sea conveniente para ambos es algo que siempre busco en mi trabajo ─ aclaró como si ella no lo supiera, aunque estaba seguro que comprendía el significado de ello ─ Hace tiempo no me emplean como cazarrecompensas, ya casi olvido como era ─ hizo un recuento mental, aproximadamente unos nueve meses que no ejercía por un accidente que había tenido entonces. No podía negar que extrañaba la sensación, la adrenalina.

─ ¡Perfecto, es un trato entonces! ─ confirmó al ver que aceptaba el préstamo de cinco de los libros de la biblioteca con su permiso, aunque claro, él no los trataría como lo hicieron quienes los devolvieron en mal estado ¡No Señor, aquello era imperdonable, como lastimar a un gato! ─ Si te tientan los buffets libres, a uno de esos iremos entonces ─ por lo general le gustaba probar cosas nuevas, recorrer espacios desconocidos y dejarse sorprender, por lo que siempre se sumaba a las actividades que ella proponía, a menos que tuviera un motivo razonable para no hacerlo. Jugar a ser humano era divertido, después de todo. Tomó nota mental de sus condiciones y asintió a todas ellas, respecto a los libros regresaría por ellos mañana o en la semana así le daba tiempo de pensar mejor aquellos que quería leer en ese tiempo. Ya listos le ofreció su brazo para salir de allí e ir por el primero de la lista de devoluciones en mal estado.

Wallace - Bibliotecas centrales- Final de invierno- Con Zalkael

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En su llegada no se sintió convencida de querer residir por mucho tiempo en la tierra, creyó que solo estaría una corta temporada y luego emprendería vuelo de vuelta a su planeta o algo así, más no pensó que terminaría por quedarse por casi ya un poco más allá de una década, el tiempo se le hacía relativo al ser una raza que podía vivir por mucho tiempo. En ese tiempo es que otras razas habían llegado y ella había estado teniendo sus reservas sobre acercarse a estas sin confiarse demasiado de las intenciones que trajeran, especialmente ahora que la raza arturiana salvaba a los humanos, y eso atrajo todo tipo de atención.

¿Qué crees que puedo decir? ¿No será que te confundes tú mismo? -O era más bien que Zalkael jugaba con sus palabras y justamente era Wallace el que no había entendido realmente la cuestión, pero era cosa de dejarlo pensar por si mismo para que cayera luego en cuenta de lo que decía, mientras tanto se continuaría divirtiendo a costa de este lo más posible.

Soltó unas cuantas risas cuando comprendido de lo que ella estaba hablando, en serio Wallace a veces era tan inocente que le sorprendía como había vivido de ese modo hasta ahora. -Hare lo necesario para preservar el conocimiento que tienen los humanos. Si fueran esos libros medio baratos de literatura común que se pueden conseguir en cualquier parte no me importaría, pero estos son de valor más alto y difíciles, tendré que pedir que los restauren y cuesta bastante. -Es por eso su venganza, en fin, que, del mismo modo, estaba coqueteando con su amigo, o bueno tenían una peculiar relación realmente, no se regían por los términos humanos en ello.

Si no fuera conveniente para ambos los tratos no serían realmente equitativos, pese a lo que crean los demás deben ser justos. -Y eso era una verdad universal. -Seguramente que sí, los humanos tienden a creer que todo debe ser paz y amor, pero no ven más allá de eso, no lo hay, siempre alguien quiere más poder, pero bueno, dejemos que sigan completamente ingenuos, ya aprenderán a pensar por si mismos en algún momento.

Había sonreído ampliamente cuando el trato quedo sellado, mejor para ella, le gustaban los buffet porque podía comer hasta saciarse, no como pedir por modo individual donde en ocasiones daban porciones tan pequeñas que era totalmente inaceptable en su propia opinión. -Son mejores no te dejan con hambre, lo único que puede pasar es que se termine alguno de los platillos y pongan más, además de que piénsalo, pagas un solo precio por todo eso.  -Dijo y no era que no tuviera el medio para algo más, solamente pensaba en grande.

Al menos no irían cargando los libros en pleno juego de caza, mejor eso, así que tan solo lo guío a la salida de los empleados, pues el resto del complejo quedaría cerrado ya. Y fue así como caminaron por la calle, ella lo seguía tomada de su brazo como si fueran una pareja cualquiera, tanto para no perderse ambos el uno del otro, y para evitar sospechas por parte de otros que transitaban esas calles.

Zalkael - Bliotecas centrales- Final de invierno- Con Wallace

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─ ¿Yo? ¿Confundido? No, imposible. Debo ser de los humanos mas confiados sobre la Tierra ─ comentó a modo de broma, ya que él simulaba ser humano bien pudiendo mantener su forma alienígena. Sin embargo, había preferido, tal como Zalkael, adoptar las condiciones de los terrestres y ser parte de la comunidad. Tanto con lo bueno como con lo malo que eso suponía.

Comprendía lo de los libros, en su planeta natal solo se reservaban a los eruditos o aspirantes a cargos superiores. Para los comunes como él no se arriesgaban a dejarle tal información en sus manos. Los terrícolas, por el contrario, tenían todo servido. La información al alcance de sus cortas manos, y sin embargo no lo aprovechaban en absoluto ─ Cuanto tienes razón, tienes razón… Es que son tan jóvenes ¿acaso no te dan ternura en lo más profundo de tu congelado corazón? ─ intentó solidarizarse por un momento, le parecían de las criaturas más adorables, aunque no tanto como los felinos.

Le sonrió nuevamente con ese gesto pícaro que tenía, después de este tiempo en la Tierra ya se imaginaba como un humano más, con sus virtudes y falencias. Le gustaba cómo podían buscar sacar el mayor provecho de las situaciones y si de ventaja se trataba, con ellos tenía las de ganar ─ Pero Zalkael… ─ respondió revoleando los ojos ─ Le quitas lo divertido. Como ya sabes en todo momento hay una disputa de poder y ahí está lo bello del asunto. A veces uno está arriba y en otras abajo. Dominante y sumiso. Cazador o cazado. Es una regla hermosa de este lugar, lo justo parece serles molesto, a tal punto que prefieren blanco o negro, y muy pocos grises ─ explicó mientras caminaban por el pasillo por el que había ingresado directo a la recepción donde seguro tenía los libros o la lista de los maltratadores seriales.

─ Es que tienen estómagos pequeños, es una ventaja que los nuestros puedan almacenar mucho más. Hay días que como tanto, que tengo reservas como para una semana entera ─ explicó sobre los alimentos y tras esto partieron con una lista en mano, por la salida de empleados. El primer domicilio se encontraba a apenas unas cinco cuadras de la biblioteca central y se trataba de un edificio, por lo que se colocaron en la vereda del frente y contó los pisos para saber cuál era la primera ventana que iba a romper. No sea cosa que se equivocara de vivienda.

Un dadito para ver que tan dificil va a ser el primero…

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Zalkael sencillamente no podía con todo eso, le daba demasiada risa lo que Wallace comentaba cuando fingí que era demasiado humano para todo. Aunque a decir verdad no es que le costara a este demasiado el meterse completamente en ese papel, puesto que con el tiempo que al menos ella tenía en este sitio también había logrado adaptar parte de los manerismos de estos para conducirse en cada una de las situaciones sociales. algunas no siempre eran de su agrado pero estando en este sitio lo mejor era no darles razones para quereer armar una guerra intergaláctica con los demás.

Ahora en cuanto al conocimiento, en varias galaxias y sitios era reverenciado, sin embargo los humanos eran altantamente descuidados con esto, por eso era muy normal que lo sintiera con alguna clase de insulto y se lo tomase extremadamente personal, por eso le agradaba que su compañero comprendiera esto.

Miró a este como diciendo. "¿En serio quieres que adore tanto a estos miserables saquitos de carne y huesos?" -Tal vez solo un poco, no todos están perdidos. Al menos algunos si podrían ser salvados porque respetaban este lugar, y eran bastante considerados de los regalos que tenían como especie, otros...bueno mejor no mencionar que les haría si se topaban con su lado malo.

Pero Wallaceeeeeee Le dijo ella casi en el mismo tono de voz, en su mirada se notaba que lo hacía con coquetería y juego. Por eso ellos son la presa de la especie superior que estamos siendo nosotros, de lo contrario estarían tan atrasados que no habrían ni sabido como funciona el fuego. Y eso porque algunas especies con sus visitas los habían ido ayudando con algunos conocimientos. Sus "dioses" eran solo algunas razas y otros si eran genuinamente humanos desarrollando una inteligencia única. Y fue así como por el camino más o menos le iba describiendo lo que ella recordaba de los visitantes del día pues no los miró a todos realmente bien de cara a cara.

Tienes un punto a favor en eso ellos consumen porciones menores a las nuestras salvo por contadas excepciones. Pese a ello no se controlaban ni discimulaban su apetito, sumando a que ellos no tenían porque decirle cuanto podía o no comer si estava pagando por ello.

[color:854c==#0040fff]Así que uno de ellos no vive tan lejos...me pregunto si no pensará que es mejor mudarse. Dijo con aquella sonrisa en aus labios mientras veía a Wallace trabajar y esperando por alguna indicación de que pudieran proceder.


Esperaba también se encontrase dentro sino tendrían que esperar sin saber incluso si este volvería más tarde o pasaba su tiempo fuera.

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─ De en serio, si que son bonitos y tiernos… deberías verlos retorcerse ─  su mirada se iluminó al comentario y sus manos se fueron a su cuello y luego notar que no era momento para esas cosas ─ Ups… ─ se cubrió los labios con una mano y caminó por el pasillo como si no hubiera pasado nada allí aún con una sonrisa aniñada ─ No, no están todos perdidos, en eso tienes razón ─ respondió mientras su mirada se volvía a perder entre los títulos que decoraban esos pasillos. Uno más interesante que otro, podría vivir en la biblioteca, aunque no tendría vida.

Tomó un mechón de cabello entre sus dedos ─ Pero cariño, tú sí. Yo no me considero superior a ellos. Viniendo del principio, mi especie y sobre todo los cambiaformas, siempre fuimos las putas del universo. Para bien o para mal no puedo considerarme mucho mejor, solo decir que hicimos lo que fue necesario. No vengo de una generación de héroes como los Arcturianos… ─ quizá en su próxima vida, en esta larga espera solo quedaba concentrarse en lo que podía hacer con su existencia y como ser feliz con ello hasta dar con el objetivo real de su vida ─ A veces parece que fueran crías, comen poco, entienden nada y se golpean la cabeza siete veces con la misma pared antes de comprender que no tiene sentido ─ soltó una risita divertida, quizá se había enamorado de aquella raza por sus debilidades, por ser únicos y tan infantiles ─ Por suerte nosotros si nos comemos todo el plato y más… ─ si iban con sus formas humanas, de seguro les cobrarían menos, pero ya no podrían regresar al mismo restaurante con esa apariencia o les terminarían cobrando el doble para compensar las pérdidas anteriores.

Una vez frente al edificio del primer maltratador serial de libros, y tras contar las ventanas, le confirmó que era momento de tomar cartas en el asunto. Sacó lo que parecía un encendedor con forma de pistola y disparó contra el vidrio al sonido minúsculo de “Pium” y este estalló como si de un disparo de arma se tratara. Guardó el encendedor y aguardó que se acercara alguien a ver qué había pasado. Un hombre en bata oscura se aproximó al balcón mirando para todos lados ─ ¿Será acaso él? ─ consultó con su amiga. Si lo confirmaba, solo quedaba reprenderlo y sino correr, porque se había equivocado.

Wallace - Bibliotecas centrales- Final de invierno- Con Zalkael

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No tengo ni idea de como puedes decirme eso con la cara tan seria, me causa bastante gracia esto Wallace. Le dijo al otro puesto que si, realmente les gustaba la violencia por muy inocentes que se vieran ambos, para que negar que cuando podían cenaban a uno o dos humanitos que fueran de los que nadie voltería a buscar dos veces. Y bien era sabido que si lo hacían con alguien conocidos no tenían que ser atrapados en el acto o tendrían problemas, en el último de los casos se verían cambiando de apariencia y eso era más difícil en el caso de Zalkael.

Son a los que si dejaría con vida si me dijeran que puedo salvar a unos cuantos de la especie para que los llevemos a otro lado donde nos puedan ser de utilidad, otros, digamos que con gusto los patearía de mi nave. Negó un poco, Wallace a veces se subestimaba demasiado o estaba adoptando mucho esa forma de pensar. No lo creo, al menos no tu especie, has podido adaptarte bien y tienes habilidades muy envidiables, aunque sabes que los míos solo adoran la guerra y conquistas. ¿Acaso no era eso por lo que seguía acá protegiendo lo que consideraba su territorio? Incluso con la ayuda de Wallace al que le echo esa mirada de pies a cabeza con mucho interés.

No todos lograron desarrollar inteligencia, por eso se matan entre si, como pequeñas bestias hasta por sus colores de piel, tan tontitos. Y justamente ellos mismos no se podían cuidar por si mismos, por eso los grandes y poderosos seres de otro mundo estaban presentes para preservarlos como curiosos animalitos, en su cabeza claro, no todos iban a pensar como ella.

¿Pueden culparnos si hasta eso nos sabe bien? Realmente no, además pagamos generosamente, solo voy a contenerme  con el plato para que no se tiren al suelo pataleando, son tan llorones. Y eso lo decía claramente exagerando, agunos tenían un poco de decoro cuando menos para no hacer este tipo de espectáculos.  Finalmente siempre habría donde conseguir alimentos, si no era en un restaurante iría a otro.

A su lado espero viendo cada gesto y acto que hacía, seguramente si encontró al culpable, no siempre cargaban con cosas llamativas, eran capaces de usar armas que se vieran como objetos comúnes y corrientes, lo que nadie pensaría en revisar dos veces antes de considerarlo como peligro mortal, ellos mismos, refiriéndose a los humanos, creían por sus mismas ideas soñadores que usaban armad llamativas pero bueno de algo debían vivir y los sueños no les costarían demasiado. Sonrió ante el ruido que el alcance de su audición tenía, como un globito que se quedara sin aire y sonrió antes de reírse un poco y lanzar sus brazos alrededor de Wallace. No ese no es, parece que si le has dado al correcto. Antes de darle un sonoro beso en la mejilla para hacerse la loca y que el tipo en batas no sospechase nada. ¿Quieres entrar a comprobar solo por si acaso ahora que se vaya ese sujeto? Pregunto mirando a este fijamente.

Zalkael - Bliotecas centrales- Final de invierno- Con Wallace

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¿Serio? ¿Acaso era una broma? Wallace era todo menos serio, acá no tenía las preocupaciones que pudo haber tenido en épocas pasadas. Su vida actual solo era disfrutar, no había espacio para el dolor… a menos que este fuera del placentero, claro.

- Me alegro que te cause gracia, es mi objetivo. Ya sabes… hacerte feliz, ma cherie - le respondió con una reverencia.
Al aclararle sobre sus razas consideró sus palabras, en parte coincidía con ella aunque no creía que fuera como todos los de su raza, unos conquistadores inescrupulosos - Bueno, no niego que seas guerrera - aclaró - Aunque se podría decir que eliges muy bien donde batallar tus guerras - le sonrió con la picardía de siempre tras guiñar un ojo. Ella lo tentaba con su mirada, claramente era su culpa.

Asintió a sus palabras y tenía razón, charlar con ella era como ir a terapia pero aun mejor porque le podía contar de todo sin sentirse culpable. Al momento de actuar no medía demasiado, se dedicó a disparar antes de preguntar, al menos consideró en disparar primero a la ventana antes que al ser que vivía en ese domicilio. Aún tenía tiempo de matarlo, pero primero la educación.

- ¿Sabes…? Creo que no pensé demasiado bien esta parte ¿Crees que sea mejor ir por pruebas antes de incriminar o aplicamos violencia directamente a modo de escarmiento esperando que sepa los motivos de la golpiza?... - susurró a oídos de Zalkael con cierta preocupación latente en el rostro. Por otro lado el hombre seguía evaluando el costo de la reposición de la ventana, o eso imaginó ya que no fue a  golpearlos sino que seguía sorprendido por la situación.

- ¿Recuerdas los rostros de las personas que regresan los libros en mal estado o es que deberíamos buscar otros libros en mal estado en su biblioteca personal? Quizá algunos sin devolver o robados como para culparlo con evidencia - agregó.

Wallace - En la ciudad - Final de invierno- Con Zalkael

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Zalkael sabía que realmente entre los dos ella era quien se podía considerar ser la más seria, incluso si lo decía en broma contra el otro porque de sobra el otro siempre tenía ese aire juguetón que demostraba en sus acciones.

Tuvo que admitir que eran esos momentos en los que podía reírse libremente sin tener que seguir alguna clase de protocolo entre especies porque se llevaban bien, de estar con otros, seguramente habría toda clase de ceremonia teniendo que hacer un poco de todo. Pero estando así tenía libertadas que no habría imaginado antes.

Suena a que piensas iniciar una guerra mucho más tarde, no creo que sea mala idea liberar algo de energía. -Dijo a cambio, puesto que usualmente sabían cómo es que eso terminaría por la tarde. Como ellos otros estaban en la tierra, pero la mayor parte del tiempo se encontraban alejados incluso de aquellos de su misma especia, sabiendo que aún ante todo ellos eran la especia que dominaba con tal de haber salvado a la humanidad pese a que ellos casi desaparecían de pronto olvidaban eso, no los podía culpar eran criaturas muy egoístas en ello.

Yo solo dije que deberíamos de buscar a los culpables, por mala suerte no lo mataste por el momento, pero podemos buscar pruebas, si sabe quienes fueron nos ahorraría un largo rato de estar a pruebas y errores. -A simple vista entre susurros se veían como ese tipo de personas que solo iban de paso viendo que algo pasaba pero que no tenían idea alguna de que paso, aunque fueran los reales culpables de ello.

No recuerdo del todo sus rostros, de lo contrario los colgaría yo misma por sus entrañas por hacer eso, teniendo en cuenta que muchas cosas de ellos han desaparecido, uno creería que tenían más cerebro para mantener el orden de sus pocas pertenencias valiosas, algunos de ellos pueden bien ser las últimas copias existentes. Es como dejar a recién nacidos cerca de rayos desintegradores a pesar de un grande cartel de que no se haga. Igual los culpables podrían volver en otro momento creyendo que no se nada y repetir sus crímenes.

Zalkael - Bliotecas centrales- Final de invierno- Con Wallace

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Seguían dentro del departamento del señor que al parecer no comprendía que ellos no eran agentes especiales o algo similar como para irrumpir en su casa. Si bien estaban invadiendo propiedad privada y habían roto pertenencias, este no parecía querer atacarlos mas que con palabras hirientes y algún que otro insulto cuanto menos. Viendo este panorama y al chequear que había actuado por inercia y sin un plan optó por tomar asiento por un momento aprovechando que estaban en territorio amigable según sus parámetros. Estaban en su momento de ocio después de todo y ya tenía hambre, que Zalkael se riera era bueno en esas condiciones - Debo liberar energía a diario, está dentro de mis prioridades, eso y comer claro - confirmó mientras acomodaba una pierna sobre la otra para mayor comodidad - Me gustaría que me acompañaras - repuso con suavidad mientras rozaba su mano ignorando por completo la mirada del otro.

- Espera ¿crees que sea bueno matarlo asi sin pruebas? - consultó confundido, por ahí les convenía mejor comer tranquilamente en el local de comidas rápidas del que habían hablado para encontrar mas variedad antes que terminar comiendo lo mismo y además tener que limpiar y dar las explicaciones pertinentes a la autoridad cuando reclamaran su cadáver. Siempre era mejor que los atendieran como duques, tenían dinero como para costearlo y siempre se recordaba que lo merecían - Bueno, lo dejo a tu elección, no creo que el señor levante cargos en caso que lo dejemos con vida ¿cierto? - inquirió clavando su mirada clara en los ojos del hombre en cuestión, ahora asustados porque lo estaba apuntando con el arma diminuta cuyo poder ya había visto en primera persona.

Se imaginó algunos libros sin nuevas ediciones, el trabajo del bibliotecario no era solo velar por que regresaran los libros, sino además recuperarlos en caso que estuvieran a punto de pasar a mejor vida. Para Wallace con un gran amor por la lectura el asesinato de libros era peor que la muerte de una persona, pero no podía meter a todos dentro de la misma bolsa porque era mucho trabajo y responsabilidad también - Es un crimen espantoso y no penado - reclamó - Aun asi habría que decidir cual es el plan de acción entonces - aclaró con Zalkael.

Wallace - En la ciudad - Final de invierno- Con Zalkael

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Se quedo mirando el interior de ese departamento, era una completa porquería, ya que realmente se notaba que la persona era muy descuidada o no podía aspirar a mantenerlo limpio, y eso que había visto peores, pero si ese era uno de los culpables se notaba enseguida porque ella estaba convencida de ello.

Los miraba con ese recelo de alguien que se sabe en completo peligro pero que además intenta mantenerse en una postura de no parecer para nada intimidado, lo que le daba algo de gracia. Con un sencillo movimiento sería muy sencillo mantenerlo callado eternamente, pero lo que menos quería era ir dejando notorios rastros de su paso, y bien su compañero parecía ser solo una vista más que hasta se había puesto muy cómodo como si no fuera un desconocido el habitante del lugar.

Claro que tenemos prioridades, comer es una de ellas, pero primero tenemos que ver que sabe nuestro buen amigo, espero que coopere, odiaría llegar tarde a cenar, eso me pone de mal humor. -Mirando amenazante al mencionado. -Por supuesto que lo haré, adoro cuando comemos juntos. -No ajena a que el otro provocaba al hombrecillo a propósito también. - ¿Por qué no? Nos acusaría si lo dejamos vivir de entrar en su casa, a menos que decida ser amable y fingir que nada paso, todos somos amigos que tomamos un té. -Dijo riendo al ver que decían lo mismo casi a la vez.

¿Y bien que es lo que decide? -Pregunto ella dirigiendo su penetrante mirada a este, adoraría si los desafiaba porque entonces sí que lo mataría sin preocuparse de ensuciar su ropa, era cuidadosa en ello, más al no tener respuesta se impaciento. Pero como tenía una decisión que tomar, opto por la de su conveniencia, no la del hombrecito. -Mátalo, temo que es tan cobarde que cuando menos lo esperemos nos va a traicionar y apuñalar por la espalda.

La verdad era muy fría, una vida humana no le importaba, estaba ahí por comodidad y reinaban sobre sus pequeñas masas desordenadas sin un claro rumbo. Se sentó en la recargadera de brazo del sillón y abrazo a Wallace contra ella ligeramente, de modo que aun pudiera apuntarle al hombre mientras jugaba con su cabello. -No dolerá demasiado, porque no podemos torturarlo como antes, solo cuando pasen unos días pensaran en investigar que paso, más vale que no grite claro.

Zalkael - Bliotecas centrales- Final de invierno- Con Wallace

Totalmente destellante

Era evidente que Zalkael prefería dar paso a la acción antes que a la discusión, pero justamente por eso la había acompañado, para ser la voz de la consciencia, la calma en momentos de tensión, aquel que pone el paño frío en el asunto. Si, él era justamente un pacifista siempre y cuando fueran cosas materiales. Prefería estudiar el caso antes de actual impulsivo y por eso se estaba tomando el tiempo para ver la reacción del hombre que seguramente recordaba su visita a la biblioteca y su cuerpo hablaría al respecto, porque las palabras pueden mentir pero el lenguaje corporal es algo que los terrícolas no podían manejar en lo absoluto, y era ahí donde se delataban.

- OK, el tema de comer no está en discusión. Lo que sí está en discusión es el tema del tiempo así que… - se levantó del asiento y fue a enfrentar al hombre que seguía sus pasos con gesto ofendido - Amigo, hagámosla rápido y no divaguemos demasiado ¿si? ¿O colaboras o te hacemos colaborar? Tu decides, eres un hombre libre después de todo - se sinceró haciendo un ademán con las manos. Pero el hombre no dijo palabra, parecía examinarlos a ambos con una mirada desafiante que no le gustaba para nada a Wallace, pero le importó poco, podía llegar a ser persuasivo cuando quería. Esperaba que este tipo no fuera el que lo obligara a mostrar lo peor de su especie.

Dejó que Zalkael se expresara, podía ser despiadada como asesina, era evidente que llevaba en su sangre la herencia de sus antepasados.
- ¿Tu crees? - se giró a mirar a su amiga y regresó a la mirada de este - ¿Nos clavarías un puñal por la espalda? ¿Eso es lo que estás pensando en este mismo momento? - e hizo un sonido con su boca de desaprobación mientras regresaba a su anterior lugar en el sofá - Bueno, no hay demasiado tiempo será mejor que tomes una decisión ahora amigo, o te sometas a la siempre sabia decisión de mi amiga bibliotecaria - se dejó abrazar por las siempre bienvenidas caricias de la chica mientras observaba fijamente al hombre que parecía medirlos.

- Olvídalo, no gritará. Yo me encargo de eso - soltó sin perder la vista de sus movimientos. Lentamente este aflojó la postura recta de sus hombros y estos cayeron al igual que su mirada, al suelo.

- Creo que de alguna manera ya he pagado por el error ¿cierto? ¿Con la rotura del vidrio estamos a mano entonces? - consultó con cierta timidez, se notaba que al menos habían resultado intimidantes pero este mantenía su postura de “ojo por ojo”. Al ver que no emitía palabra, miró a Zalkael, de todas formas no sabía si con la amenaza sola bastaba o debían llevarse algo mas a cambio por los maltratos perpetrados.

Wallace - En la ciudad - Final de invierno- Con Zalkael

Totalmente destellante

No era razonable, muchos creerían que era diplomática, pero su raza era más de la idea de la guerra y la violencia, antes que nada, así que, sin dudarlo, daría paso a matarlo, además de ser la mejor intimidación posible que se encontrase de momento. Si el hombre era completamente honesto, su lenguaje corporal lo los gestos lo dirían, más si estaba mintiendo creyendo que no habría una consecuencia real, es donde se estaría equivocando totalmente.

No, no podemos dejar de lado la comida, y tenemos poco tiempo si queremos evitar que lo mejor del bufete termine por ser solo las sobras, si tienes una mejor idea, dejare que la hagas. –Dando paso a Wallace de que probara su suerte con el sujeto. Cruzó sus brazos fingiendo que examinaba sus “humanas” y decoradas uñas con un esmalte sencillo, pero en realidad sus sentidos estaban en el hombre, si este se negaba a hablar por la buena, no hay duda de que lo harían totalmente por la mala, el único que saldría perdiendo sería este sujeto.

De verdad lo creo, si tiene una intención de vendernos a otros por tan solo un vidrio, temo que su vida no será suficiente, tal vez tenga alguna familia que pueda pagar por ello. –Veía demasiadas series criminales y sabía que la gente usaba a los seres amados para eso. -Yo pienso que si nos vamos nos va a evitar irnos en paz de su edificio. –dudaba que fuera a decirles algo, solo perdían tiempo, y aumentaba su hambre, quería solo comérselo y dejar sus huesos en el lugar, decisiones importantes no se debían hacer a la ligera.

Bien, no gritará, no correrá, pero no nos dice nada. –Exclamo ya empezando de impaciente, era una suerte que Wallace la tolerase con todo eso. Presiono sus labios en un evidente gesto de desaprobación y luego vino una idea. –No, con que done un buen cheque por el maltrato además del libro, considerare pagada su deuda y su vida no la tomaré. ¿Qué dices lo tomas o lo dejas? –Pregunto al humano.

Zalkael - Bliotecas centrales- Final de invierno- Con Wallace