02. Hate seems stronger than love

Para Henry, que había vivido toda su vida con una basta fortuna, con un título y sin tener preocupaciones en la vida, podría ser más sencillo que el mundo siguiera exactamente igual porque para sus intereses era conveniente. Pero, por desgracia según algunos, él tenía un pensamiento diferente.

—Muchos prefieren quedarse en lo conocido, temiendo que una apuesta arriesgada termine haciendo que pierdan todos sus bienes y posesiones —coincidió asintiendo con la cabeza. —. Además, es cierto que quizás arriesgar y perder es peor si es alguien del pueblo y no alguien que pueda permitirse eso... —iba a decir «como yo» pero se detuvo. De todos modos era un pensamiento bastante lógico. Él estaba en posición de hacerlo.

No sabía cómo era el resto de las hermanas de Darleen excepto por la que Charles parecía flechado. No sabía si podía confiar en ellas, si el amor que le podría brindar a su mejor amigo era real. Asintió otra vez. —Entiendo la preocupación, aunque de todas maneras lo encuentro equivocado. Imagino que no querrá que vuelen demasiado lejos del nido, pero a la vez si quieren conseguir un buen matrimonio no hay otra manera de encontrarlo —comentó pensativo. Quizás para su padre era más importante eso, sus hijas, que un matrimonio concertado con alguien importante.

Las mujeres en la alta sociedad eran bastante parecidas a lo que estaba mencionando. Imaginaba que en un pueblo así, donde no eran exactamente la clase más alta pero a la vez podían aspirar a un poco más, las peleas y las discusiones entre quién podía conseguir algo mejor (y a eso se referían con un marido mejor posicionado) eran moneda corriente. —La mayoría no tiene el poder de decidir casarse por amor. Nosotros somos unos pocos privilegiados —dijo refiriéndose a su amigo y a él mismo. —. Por esa razón Charles se permite soñar un poco más, ser un poco más ilusionado e iluso con respecto al amor —agregó sacudiendo levemente la cabeza. —. Espero lo mismo, señorita Darleen, que sea algo genuino —No quisiera volver a ver a Charles con el corazón roto.

Admiraba bastante de Darleen que dijera lo que pensaba sin preocuparse en cómo se vería para la sociedad. No era una movida inteligente, si pensaba en su futuro claro, pero la hacía genuina. Sabía que lo que saliera de su boca rara vez sería una mentira. —Imagino que es porque todo el mundo está acostumbrado a buscar su beneficio cada vez que se abre la boca para decir algo, y usted no es así. No busca caer bien, sólo busca genuinidad. No todos toleran algo así —comentó negando con la cabeza. Él mismo tenía que ser así si quería hacer buenos negocios y saber cómo quería caerle bien a la gente, por eso también prefería ser bastante más serio. Con pocas personas podía ser real.

No tenía pensado invitarla a los caballos antes de aquel momento. Normalmente cuando quería hacer algo así, lo hacía y ya, como había pasado, pero había un pensamiento previo, un atisbo de idea. En cambio referido a eso se le había ocurrido sin pensarlo mucho y creyéndolo buena idea. Claro, tendría que avisarle a Charles que no era nada serio antes de que se emocionara.

—Me alegro que diga que sí. En ese caso, la pasaré a buscar con el carruaje por su casa, en caso de que su hermana y usted partan previamente. En caso contrario y su hermana no mejore demasiado y se queden ambas aquí, podríamos ir desde este lugar. En ese caso le aconsejaría enviar una carta a su padre para avisarle que irá acompañada —Si bien quería ver la expresión de todo el mundo al verlos juntos, que su padre no lo supiera no era algo nada apropiado y tenía que saberlo antes en su opinión.

Henry era un excelente jinete. Si bien tenía que ir en carruaje a todos lados por el tipo de persona que era y a los eventos que asistía, quizás a algunos más informales o a las visitas que hacía podría utilizar directamente el caballo ensillado. —Es posible que sea una mejor idea, para los momentos en que puedo hacerlo. Así también puedo disfrutar la soledad del viaje y la tranquilidad de sólo escuchar el galope —No le interesaba tanto que los demás lo siguieran con sus ideas, pero podía llegar a ser un efecto secundario.

Sonrió por el comentario que se hacía escuchar a pesar de los ruidos del monte y de los caballos. Apretó un poco el paso cuando la escuchó cerca pero era evidente que no era la primera vez que lady Darleen se subía a un caballo para galopar. Normalmente las damas de sociedad no tenían permitido hacer ese tipo de cuestiones, pero no le sorprendía en nada, después de haberla conocido un poco mejor, que Darleen era la excepción a la mayoría de las reglas.

Apretó el paso para alejarse pero no lo hizo demasiado, así que simplemente siguió trotando arriba de su caballo mientras avanzaban por aquel campo. Las nubes que estaban lejos se acercaban cada vez más deprisa y un relámpago cruzó el cielo en la lejanía. —En cualquier momento... —comenzó a decirle pero el agua lo empapó antes de que pudiera terminar de decir el pronóstico del clima, confirmando la lluvia antes de que lo dijera en voz alta. Y no pudo evitarlo y soltó una carcajada.

Henry Percy II Conde de Beverley — Yorkshire — 1830

02: Hate seems stronger than love

Las preocupaciones de dinero eran el menor de sus problemas poco le importaba si vivían en algo modesto o la opulencia, si bien no le faltaba nada, era porque Darleen tenía gustos altamente sencillos, no requería comprar cinco vestidos que no usaría porque las fiestas de pronto eran tan aburridas que tenía excusas para no presentarse, dejando eso en sus hermanas, aunque a veces tuviera que ir completamente a regañadientes.

Por eso mismo es una jugada riesgosa, pero pasar toda la vida sin explorar que puede traer, es peor, vivir en esa complacencia, sabiendo que podría haber mejores oportunidades, no digo que arriesgarlo todo sea coherente, pero si una parte si supieran exactamente medirse, pero perder cara arriesgando poco tampoco les complace.

No me compete demasiado eso, sin embargo, creo que mis padres preferirían que ellas contrajeran matrimonio y vivieran aquí, que el tener que verlas en una ciudad, además atraería a los ricos inversionistas en sus palabras claro. Por mi parte creo que ellas deben volar del nido, mejor dicho, imposible, para ver el mundo.

No es lo que uno esperaría, pero poder elegir siempre sería mejor, tiene los más claros ejemplos en este pueblo de matrimonios infelices, y no creo que sus padres quieran arreglar algo, más no los conozco, mientras que los míos estarían encantados con la idea de concertarse algo con nobleza, vano el tener todo ese dinero si se es infeliz, si su amigo encuentra un verdadero amor en mi hermana deseo que sean totalmente felices.

Porque además no solo recaería en esto la responsabilidad, seguramente aun si su hermana no terminase con el joven Charles, su madre diría que es culpa de Darleen por no haberla cuidado en la hacienda o algo altamente ridículo.

Todo lo sucedido era algo altamente inesperado, por lo que tenía que tener en claro que sencillamente el Conde toleraba su comportamiento porque no le rendía pleitesías vacías, sin embargo, no creía que pudiera ir más allá, puesto que eventualmente creía que este terminaría por elegir a una chica que fuera más acorde a su comportamiento.

Le agradezco la atención que tiene con mi hermana, por supuesto que haré todo lo posible por cuidarla, de no ser así que mejore cerca del evento enviare la carta avisando al mismo tiempo a mi familia de que ella aún no está en la mejor condición de volver a casa y tendré que pedirle a su amigo perdón por imponernos por mucho tiempo.

Temo que necesitaremos la asistencia médica de varios por el susto que gran parte de los asistentes se llevaran en ese momento. –Puesto que sería todo un shock con lo que continuamente peleaban entre sí.

Además de un momento sin ir pendiente de si el camino será suficientemente bueno para poder pasar con carruaje y si no sería mejor ir galopando, considerando que no va a solas, sino que lleva al chofer del carruaje y en dado caso a los pajes.

Apresuró el galope del caballo, una actividad poco usada en damas, o que iba de cierto modo solo para pasear y no en un modo tan libre como ahora, sin duda habría quienes reportarían tal cosa, llegando a familiares oídos, más Darleen realmente lo pasaría por alto, disfrutaba esa libertad hasta ahora, no tenía por qué contenerse cuando le fue ofrecido sin restricciones.

Creo que no es pronto, sino ahora. –Dijo en cuanto el cielo se abrió y la lluvia comenzó a caer copiosamente sin perdonar a los que se encontraban galopando. El caballo por un momento titubeo con los truenos, Darleen opto por guiarlo en el camino a donde llegasen más pronto a la mansión. .

Darleen Sallow — Yorkshire — 1830

02. Hate seems stronger than love

Las familias, sobre todo aquellas que venían de una buena posición pero sin ningún título especial más que el de Lord o ni siquiera, esperaban que sus hijas se casaran con alguien de una posición aún mejor para saber que no se iban a tener que volver a preocupar por aquel asunto monetario en su vida.

Henry las entendía y entendía perfectamente la posición no sólo de las familias sino de los hombres que aceptaban aquellos matrimonios. Él no había conocido a nadie que lo enamorara (mucho menos como Charles, que se enamoraba bastante seguido) así que la opción de casarse por amor no la comprendía, aunque había algunos románticos que sólo buscaban eso más que una buena posición.

—Imagino que no será fácil separarse de sus hijas —dijo pensando en la madre de Darleen. —. Aunque sí es cierto que afuera puede haber muchos mejores partidos que aquí, que no siempre vienen ni se instalan para siempre personas de renombre o miembros de la realeza. Quizás si salieran pueden aspirar a alguien más que un Lord o un soldado —Los militares eran bien vistos como partidos, sobre todo los generales y los que hacían buen dinero con las guerras, pero sí se quedaban muy cortos, por supuesto, cuando competían contra títulos nobiliarios.

—Siempre un matrimonio bien posicionado es mejor que uno que no, y uno que además se le agrega el amor es el doble de mejor. Aunque ciertamente creo que son excepciones las que pueden tener ambas —Buena posición y amor era algo que Charles aspiraba. Él mismo tenía la buena posición pero el amor... Era difícil decirlo cuando la mayoría quería casarse por su título más que otra cosa. —. Si esto sucede con su hermana, yo también espero que sean felices —dijo inclinando la cabeza. Henry sólo quería lo mejor para su mejor amigo.

Y la verdad era que Charles parecía bastante enamorado de la chica, y Henry podía utilizar el tiempo que estuvieran ahí para conocerla mejor y saber sus verdaderas intenciones, si es que había algo más allá de lo puro que Charles veía en ella. Si tenía que estar su hermana allí también, pues sería bienvenida porque Charles no iba a querer que hiciera semejante viaje en la lluvia.

—No deben pedir disculpas. Charles lo hace gustoso, y yo sólo soy su acompañante, así que tampoco tengo mucho poder de decisión en lo que este asunto respecta. De todas maneras no voy a arriesgarme a que le suceda nada a su hermana ni a usted por el clima o porque no terminó de mejorarse —dijo negando con la cabeza. Imaginaba que la señora Sallow de todos modos no iba a poner ningún inconveniente de que las chicas se quedaran en la mansión, y mucho menos que Darleen fuera acompañada de Henry a ningún lado.

Asintió con la cabeza. —Muchas veces los carruajes implican grandes complicaciones que los caballos no, es cierto —Y le era pesado viajar de esa manera, pero entendía la razón y simplemente lo hacía porque era su deber, por supuesto.

Se habían alejado bastante de la mansión pero Henry creía que iban a tener tiempo para ir y volver antes de que empiece a llover con fuerza. El chaparrón lo tomó por sorpresa, pero sus carcajadas indicaban que no le molestaba en absoluto terminar todo mojado por la lluvia.

—Es cierto. Vamos por aquí, nos desviaremos pero podemos esperar a que amaine un poco la tormenta —le gritó para hacerse escuchar y la guió hacia un pequeño establo que no estaba en uso. —. Allí podremos guarecernos —avisó porque lo caballos sí que podían ponerse nerviosos por los truenos, a diferencia de ellos, y era mejor tranquilizarlos antes de la vuelta a casa.

Henry Percy II Conde de Beverley — Yorkshire — 1830

02: Hate seems stronger than love

Los matrimonios arreglados eran la única forma en la que una persona como ella o sus hermanas lograrían salir dl pueblo, pero en su caso ella no era como el resto que tan solo estaban aspirando de momento a tener joyas y vidas donde no hicieran el mínimo esfuerzo por ayudar en algo. Claro que los sirvientes estaban para eso, pero siempre era de la idea de que justamente la cortesía no debería discriminar posición social.

Las opciones eran limitadas, y no sería una mujer trofeo, prefería la solitaria vida de alguien sin una pareja, aun con el pesar de sus padres con dicha decisión. –Eventualmente tiene que aceptar que cada una estará buscando hacer su vida, no puede continuar reteniendo y resolviendo todos los problemas de cada una, no es cómo funciona la vida, de lo contrario en el momento de tomar una importante decisión, temo que mis hermanas no serán capaces de hacerlo por sí mismas.

Sería un milagro si lograse convencer a mi madre de esa idea, ni mi padre lo ha logrado en años, tal vez porque tienen la idea cerrada de que todo quede en casa, pero bien dice, los demás no siempre están listos para instalarse en un pueblo poco moderno cuando en una ciudad todo está más disponible. Lamento si suena algo crudo, pero es una realidad, si no se moderniza nada, quedaran atrás en todo.

Por demás creía que no era necesario decir el resto, sobre todo cuando era consciente de que por amor si se hacían cosas imposibles, más ella no lo experimentaba por ahora, incluso con el conde no estaba segura de sentir algo como eso, debido a que tan solo llevaban poco tiempo de conocerse a la vez que discutían por casi todo, no le terminaba de perdonar lo sucedido en el baile. O sus comentarios, por mucha disculpa recibida, además que este se marcharía cuando sus asuntos terminasen y ella no lo vería probablemente de nuevo, por lo que ilusionarse como sus hermanas no era adecuado.

Espero lo mismo, ella no suele ser tan directa en buscar afecto, pero creo que su amigo dejo una profunda impresión con ella, así que el tiempo lo dirá. –Ella estaría pendiente de que su hermana no estuviera con una de sus jugadas, o haber sido aleccionada por su madre, sino tendría una seria charla con ella sobre este asunto.

Le agradezco eso, puede no verse, pero una lluvia no me hará gran cosa, las demás en la familia son las de constitución más débil, sin embargo, prefiero no nos arriesguemos en salud y será mejor que volvamos para cambiarnos por ropaje seco. –O que fueran a hablar mal por el hecho de volver mojados tras un paseo.

Los tomo como una mala forma de viaje, son incomodos y continuamente pesados, salvo cuando se llevaba bastante equipaje, preferiría no ir en estos, más con los caminos del pueblo, son lodosos o terrosos según el clima y no todos tienen cemento, pero bueno entenderá que es la costumbre.

Tuvo que seguir su paso o se perdería del todo, menos mal un refugio temporal les esperaba hasta que la lluvia, con suerte pasara un poco, sino tendrían que quedarse ahí hasta entrada la noche, nadie estaría tan loco para salir a buscarlos con tal tormenta. Su caballo comenzaba a estar nervioso, no era para menos claro. Observo el lugar buscando si habría algo para secarse, no se veía descuidado, así que trato de moverse, cuidando de no caerse, la ropa la sentía extremadamente pesada por el agua. –Busquemos alguna manta o similares. –Comento.

Darleen Sallow — Yorkshire — 1830

02. Hate seems stronger than love

Henry había tenido el suficiente contacto con las familias aristrocráticas, e incluso de menor posición, para saber que lo único que querían era conseguir buenos matrimonios para sus hijos, sobre todo si eran mujeres. Entendía la razón, era muy inteligente hacerlo si querían asegurarse del futuro de la familia y el buen pasar de su descendencia, pero había gente de vez en cuando, como Darleen, que no quería seguir aquella norma; no era lo normal, claro, pero de cuando en cuando aparecían.

—No es extraño que las mujeres terminen sin saber cómo tomar una decisión. —dijo moviendo la cabeza, su tono de voz indicaba, o al menos trataba indicar, que no era un insulto, sino hablaba por su propia experiencia. —. Primero están los padres y luego los maridos que terminan tomando sus propias decisiones. Y al final, siempre se perpetúa aquella situación, muchas porque les gusta hacerlo. Son pocas las que terminan pensando por sí mismas —Darleen, evidentemente, era una de esas excepciones y a Henry le agradaba eso. No era fácil conocer a una mujer que tuviera un pensamiento tan formado y tan independiente.

Asintió coincidiendo con ella. Por lo que supo hablando con algunos militares que estaban de viaje allí y otros de familias importantes, no solían instalarse demasiado en aquella mansión de Yorkshire, por esa razón también la llegada de Charles y de él era tan enorme, porque no era algo a lo que estuvieran acostumbrados. —Y cuando venimos, lamentablemente no hay matrimonio para todas. Charles siempre espera enamorarse de alguien, que creo que esta vez ha elegido a su hermana. Y yo no me enamoro ni me quiero casar con pretendientes que vienen sólo por sus madres para que les diera un buen pasar. —negó con la cabeza. El amor para él era otra cosa, y no quería matrimonios donde solamente lo quisieran por su posición.

—Espero que sí, Charles ha tenido bastantes fracasos amorosos. —le confesó aunque sabía que no debía hacerlo porque estaba mal hablar de su amigo de esa forma cuando no podía defenderse. Pero aún así era cierto y creía que podía hablar abiertamente con la joven Sallow del tema.

Inclinó la cabeza dándole la razón. —Es mejor no tener a dos señoritas Sallow enfermas, eso dará que hablar mucho en el pueblo. —dijo con media sonrisa. No le molestaba la lluvia pero una cosa era arriesgarse él a caer en un estado de salud desfavorable y otra era hacer que lo hiciera ella.

Henry también prefería el caballo directamente antes que los carruajes. Claro que cuando hacía ese tipo de viajes eran necesarios irremediablemente, pero intentaba poder cabalgar cuando podía, sobre todo en los días claros y con buen tiempo. —Charles prefiere quedarse en el carruaje leyendo un libro, hemos tenido esas diferencias durante nuestros viajes —le contó con una sonrisa pequeña. —. Y como yo prefiero los caballos, nos hemos separado un poco, pero a la vez sirve para adelantar y saber si habrá algún obstáculo, sobre todo en los terrenos como menciona, con barro o frondosos. —asintió con la cabeza, a veces tenían que bajar todos a empujar para quitar las ruedas del lodo.

La lluvia los terminó agarrando lejos de su hogar, y la tormenta no estaba amainando, por el momento hacía todo lo contrario. Por lo que apuraron el paso y al ver a lo lejos aquel establo que parecía no estar en uso, lo señaló para que cabalgaran hacia allá antes de que los caballos terminaran completamente nerviosos.

Cuando llegaron se bajó de un salto y metió al caballo dentro del techo para que no se escapara, y luego se volvió hacia Darleen. Estiró la mano hacia ella para ayudarla a bajar de su propio caballo y conducirlo junto al suyo a uno de los corrales que tenían cerraje de madera para que no se escaparan.

—Debería haber por aquí. Si quiere busque una manta o algo para guarecernos y yo buscaré si hay madera para encender un fuego. —La ropa pesaba mucho, imaginaba que más a Darleen por las capas de vestidos que usaban las mujeres. Si no se apresuraban definitivamente los dos caerían enfermos.

En todos los establos habían barriles y otros para encender fuego dentro, así que cuando encontró uno, empezó a llenarlo de maderas. —No hay muchas, la mayoría están húmedas. —le dijo mientras iba seleccionando las que mejor se parecían adecuar a lo que necesitaban.

Henry Percy II Conde de Beverley — Yorkshire — 1830