El mundo cambiaba y giraba cada día, pero pocas veces era para mejor, en los últimos tiempos la delincuencia había subido, especialmente en los núcleos urbanos. Londres no era menos, aunque siempre se la había conocido por aquello, incluso grandes obras de ficción le dedicaban su tiempo al peligro de sus calles, a las bandas y la criminalidad.
Todo ello hacía que las salas de urgencias de los hospitales fueran generalmente un caos, especialmente aquellos que se encontraban en las zonas menos favorecidas por el crecimiento económico.

En uno de ellos, conocido popularmente como el "Second Star" es donde trabaja Wendy. Aún está de prácticas, pero pone todo el empeño en ayudar a tantas personas como puede cada día que pasa. Sus pacientes la adoran por lo detallista que es, siempre acordándose de cualquier detalle que les cuenten, preguntando por la familia o consiguiendo gelatina extra para el postre.
Su vida está a punto de cambiar, aunque no lo sepa, cuando un niño llega a urgencias acompañado de quien dice ser su hermano mayor.

Peter Pan Huérfano — KJ Apa — Red
	Wendy Darling Enfermera — Danielle Panabaker — Timelady

Inspired — Otros — Peter Pan — 1x1.

Peter no recordaba haber pasado tantos días estirado casi sin moverse en toda su vida. Siempre había sido un niño inquieto al que le costaba dormirse e incluso dormido no podía dejar de moverse. Cualquiera que lo conociera, de hecho, podría atestiguar que no lo había visto nunca guardando cama o descansando tanto.

Tinkerbell no era la excepción.

Se conocían desde que eran niños y, a veces, parecía que incluso desde hacía más, pero se habían separado en los últimos tiempos. Sabía que no sería bien recibida cuando se coló en el escondrijo de los Niños Olvidados, pero no había esperado ese punto de rechazo rayando en lo violento. Los niños la habían mirado con los entrecejos fruncidos y los dientes apretados, Curly directamente ni siquiera había querido mirarla. Le había dolido, pero había alzado el mentón y había avanzado hacia Peter sin preguntar nada. El chico, postrado en una cama improvisada estaba pálido y ojeroso, pero estaba.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó él entreabriendo un ojo.

— ¿A ti qué te parece? Había oído que te habías muerto así que vine a ver. —no era eso lo que quería decir en realidad, pero había sin decir entre ellos que no importaba una cosa más. Se acuclilló a su lado e hizo a un lado las mantas para ver la herida. Su cara se arrugó en una mueca al ver los vendajes, desde luego había sido grave.— Has perdido facultades desde que ya no estoy aquí, antes nunca te habrías dejado hacer esto. —gruñó, porque aquello era lo más parecido que podía decir a algo que le hubiera dicho antes.

— Siento decepcionarte. —gruñó Peter a su vez, mientras le arrebataba las mantas de las manos para volver a taparse.— Y ahora lárgate, te dije que no eras bienvenida de nuevo aquí y yo tengo que descansar o mi enfermera… —su frase quedó a medias cuando la cortina que hacía las veces de puerta se descorrió y la susodicha “enfermera” apareció.— ¡Wendy! —saludó él entre la sorpresa y el encanto por volver a verla.

Tinkerbell/ Peter — Lost Boys shelter — Tarde

Los días libres de Wendy antes estaban dedicados para domir un poco más, hacer la compra, cocinar lo posible para toda la semana y limpiar su piso. El tipo de cosas que no ayudan a mantener una vida social animada.
Pero en aquella ocasión, había renunciado a unas horas de sueño para poder preparar algo también para esos chicos que vivían en la calle. Había pensado visitarles y esperaba que no hubiera problema por eso. A pesar de tener el permiso de Peter y de que fuera necesario para controlar cómo evolucionaba, sabía que algunos eran un poco más reservados.

Sacó la caja del maletero de su coche y accedió al edificio tratando de no perderse hasta que fue encontrándose con algunos de los chicos. La mayoría la saludaban, pero Curly lo hizo con una enorme sonrisa y curiosidad por lo que llevaba consigo. Pero antes de hacer repartos tenía que ver a Peter.

Claro que cuando pasó y vio que estaba con alguien pensó que debería hacer avisado de que estaba ahí o algo así, en lugar de entrar como si aquello le perteneciera.- ¡Peter! -Respondió tal como él había pronunciado su nombre, de forma casi automática.- Lo siento, no quería interrumpir. Quería saber cómo estabas. He traído más provisiones médicas, algo de comida y unas mantas. -Comentó, algo nerviosa porque la mirada que le dirigía la otra chica no era muy amigable.- Lo siento, no nos conocemos aún. Me llamo Wendy. -Hizo un poco de esfuerzo para sostener la caja con una mano y extender la otra hacia la chica. No sabía por qué se preguntaba de repente si acaso era la novia de Peter. Claro que no debería importarle lo más mínimo si lo era o no.

Wendy — LOST BOYS SHELTER — TARDE

Sonrió ante la correspondencia de su saludo y se irguió un poco más en el juego de mantas viejas que hacía de su cama. Palmeó un lugar junto a él indicando que se acercara y dejase lo que parecía un pesado maletín.

— No interrumpes nada. De hecho, mi visita ya se iba. —le restó importancia a la visita de Tinker, algo que debería saber que no era nunca una buena idea. Pero estaba demasiado encantado con la visita de la chica para pensar en otra cosa.— Los chicos se preguntaban cuándo volverías, pero les prohibí volver a secuestrarte, promesa. —bromeó ante el recuerdo de su segundo encuentro.

Tinker observó la escena con el ceño fruncido y una mueca de profundo desagrado. No le gustó lo que vio, no le gustó ni un pelo lo que vio. Aquella tal Wendy no pintaba nada allí, no era de lo suyos, podía verlo a la legua y, además, que intentase quedar por encima de ella haciéndose la simpática no ayudó nada.

Apartó la mano que le era extendida de un manotazo.

— Si ves que estás interrumpiendo… —fingió no haber escuchado las palabras de Peter.— …lárgate. —alzó el mentón, orgullosa, imprimiendo a su tono de una seguridad y altanería muy propias de ella.

— Basta. —sentenció Peter.— Wendy me ha salvado la vida y es bienvenida aquí, a diferencia de ti. —era verdad pero, aun así, se sintió como una puñalada traicionera que prefiriese a aquella forastera antes que a ella.— Márchate, Tinker, será lo mejor. —la dureza en el tono de Peter dolió todavía más. No obstante, el chico arrancó en un ataque de tos y todas las palabrotas que iba a soltarle se silenciaron.

Tinkerbell/ Peter — Lost Boys shelter — Tarde

A pesar de que Peter le quitó importancia a su interrupción, se sentía un poco incómoda al ver la forma en que la miraba la chica que había con él. Tampoco estaba segura de quién era o por qué no se la había presentado como había sucedido con el resto. Pero dio por sentado que era una de su grupo y que no estaba de acuerdo con su presencia.

- Gracias. -Respondió con una sonrisa a aquella promesa de que no la volverían a secuestrar.

A pesar de que ya intuía que no le caía bien a la chica, no había esperado el manotazo en la mano ni tampoco las palabras. Peter intervino para defenderla y decirle que se marchase. Wendy estaba a punto de decir que no era necesario pero el ataque de tos de Peter fue más urgente. Soltó la caja rápidamente y sacó un pañuelo para acercárselo mientras buscaba agua para darle.

Actuando por inercia terminó por ignorar a la otra chica y se encontró a su lado y con una mano en la espalda para apoyarle y tranquilizarle si hacía falta. Había sido un acto reflejo propio de ella.- Ya está. -Susurró cuando la tos se fue.- ¿Estás bien? ¿Desde cuando tienes esa tos? -Preguntó, preocupada, pensando si había traído algo que pudiera ayudarle con un posible catarro.

Wendy — LOST BOYS SHELTER — TARDE

Tinker contempló, anonada, como la muchacha corría en ayuda de Peter. Lo sostenía, lo ayudaba a incorporarse y lo observaba con fijación. Apretó los dientes, mordiéndose las mejillas por dentro, de pura rabia. Notó un ligero sabor metálico, sangre, un aguijonazo de dolor que fue bienvenido.

— Que te den. —un gruñido rabioso entre dientes. No dijo nada más, sólo dio media vuelta y traspasó la cortina que hacía las veces de puerta, apartándola con un movimiento violento que casi la descolgó. No miró a ninguno de los chicos pese a que Curly incluso le dirigió un tímido adiós. Estaba tan enfadada que, al salir, pateó un viejo cubo de basura haciéndose daño en el pie.

”Estúpido Peter…”

En el interior, el susodicho, la observó marcharse con cierta amargura. Habían sido amigos durante mucho, mucho tiempo, podrían haber sido algo más también. Pero Tinker había tomado sus propias decisiones.

— No es nada, seguramente solo es un resfriado, por aquí estamos acostumbrados a ellos. — restó importancia a la tos, no queriendo preocuparla todavía más.— Me pondré bien, te aseguro que hace falta mucho más para acabar conmigo. Ya sabes lo que dicen, mala hierba nunca muere. —bromeó, aunque la palidez casi mortal de rostro le quitaba gran parte de su gracia.— Y con una enfermera como tú, todavía menos. —miró la cortina, por una rendija se asomaron un par de ojos curiosos que desaparecieron en cuanto cruzaron mirada con él. Peter dejó ir una sonrisa suave sin poder evitarlo.

— Les causas fascinación a todos. —soltó a la par que lanzaba una significativa mirada hacia la cortina.— Pero no tengas en cuenta lo de Tinker ella es… complicada. No volverás a encontrarla por aquí. —o, por lo menos, eso esperaba.— Ni siquiera estoy seguro de a qué ha venido.

Tinkerbell/ Peter — Lost Boys shelter — Tarde

Wendy no hizo mucho caso a lo que había dicho Tinker, tan solo la escuchó de fondo y vio que se movía sin ser realmente consciente de que se marchaba. Demasiado ocupada estaba con tratar de ayudar a Peter. Esa tos no le gustaba demasiado, por las consecuencias que podía traer para la herida.

- Has perdido sangre y tienes una herida cerrándose. Un resfriado es "algo". -Respondió ella a pesar de que intentó quitarle importancia.- te apuntaré unos expectorantes y otros medicamentos que ayuden. También para cuando los chicos se resfríen. -Apuntó mentalmente lo que estaba diciendo. Sabía que no servía de nada una simple receta, así que... esperaba que los consiguieran y nunca saber cómo, por mucho que supiera que era algo moralmente cuestionable.

- Intenta no mencionar la muerte. -Le pidió en un tono más cercano, no le gustaba que la gente se pusiera en lo peor.- Me sentiría culpable. -Y era cierto, sentiría que no había hecho lo suficiente. Nunca era fácil perder a alguien en el hospital, pero era peor aún si estabas cuidándole tú sola.

Notó que se le subía el color a las mejillas al escuchar que causaba fascinación.- ¿Yo? Lo dudo, no soy nada especial. -Negó con la cabeza y repitió el gesto al escucharle hablar sobre Tinker.- No te preocupes, entiendo que no a todos les guste que me entrometa. -Se encogió de hombros.- Quizá estaba preocupada. Estuviste muy mal, Peter.

Wendy — LOST BOYS SHELTER — TARDE

Asintió, pese a no estar muy seguro de que eran los expectorantes. Pero Wendy parecía genuinamente preocupada por el así que se prometió que buscaría las medicinas, no quería hacerla preocuparse más.

— Lo eres, y aunque suene a cliché, que no te des cuenta todavía te hace más especial. —habló con naturalidad, sin darle más importancia a sus palabras de la que pudieran tener. Wendy era especial, ciertamente, aunque solo fuera por su bondad. Pocas personas lo estarían ayudando, de hecho, Wendy era la única persona que lo hacía y había un motivo para ello. La gente era egoísta por naturaleza y solo se preocupaban de sí mismos. Por eso el mundo iba como iba, por eso él y los chicos vivían como vivían.

— Bah… —agitó la mano ante la mención de Tinker en un gesto de puro desdén.— Ella no es capaz de preocuparse por nadie más que no sea ella misma. Si ha venido es porque andaba buscando algo o porque quería pedirme algo. Si se preocupase de verdad por mí no me habría traicionado. —zanjó con un tono más hosco del que Wendy se merecía.

— No pienses en ella, es lo que yo hago. —pero no era realmente cierto. Pensaba en Tinker mucho más de lo que quería reconocer.— Entonces, doc, ¿volverás a pasarte para asegurarte de que esté cumpliendo tus ordenes? —cambió de tema, volviendo a la broma y a la sonrisa fácil. Era más fácil escudarse así, no podía pensar en el dolor o la traición, los niños dependían de él y tenía que ser un líder fuerte. Los líderes fuertes no se doblegaban ante nada.

Tinkerbell/ Peter — Lost Boys shelter — Tarde

Negó con la cabeza cuando Peter dijo que era especial, más aún porque no se daba cuenta. No quería que la viera sonrojarse tan fácilmente solo porque él le decía un par de cosas bonitas con esa sonrisa que tenía. Era una tontería que tuviera ese efecto.

Por eso utilizó a Tinker para cambiar de tema. Aunque no tuvo un resultado agradable. Parecía que entre los dos había pasado algo grave, la palabra traición era bastante fuerte, y entendió que ella no debería meterse en esos asuntos. Al final no era más que alguien de paso. Alguien que seguramente estaba haciendo mucho más de lo que debería.

- Haces que suene como una controladora. -Respondió cuando le preguntó aquello.- Pero sí, tendré que volver para asegurarme, sobre todo con ese resfriado, puede empeorarlo o ser solo un síntoma de alguna cosa peor. -La verdad que esperaba que no, pero nunca estaba de más asegurarse.- ¿Hay alguna cosa que necesitéis y pueda conseguiros? -Preguntó entonces. Ya les había traído mantas y cosas que no necesitaba en casa y ellos era evidente que sí. Conseguir medicinas no era tan sencillo, pero si había algo más... podría intentar traerlo.

Wendy — LOST BOYS SHELTER — TARDE

Todavía se le hacía extraño que alguien se preocupase de él y todavía se sentía más extraño que alguien lo cuidase. Peter había tenido que aprender a cuidar de sí mismo porque nunca había habido nadie que lo hiciese por él. Los niños se preocupaban por él, pero no podían, ni Peter quería, que cuidaran de él. No habría sido justo.

Pero allí estaba Wendy, preocupándose, cuidándolo e intentando ayudar todavía más. Peter se dio cuenta de que no sabía bien cómo responder. No quería bromear para restarle importancia porque tenía y mucha. Pero tampoco se acababa de atrever a pedirle nada más, ya había hecho más que suficiente.

La cortina ondeó y volvió a entrever unos ojos curiosos espiando antes de retirarse en un torpe (y completamente fallido) intento de no ser vistos.

— Comida…. —balbuceó en un tono tan lastimero que se dio vergüenza a sí mismo. Carraspeó y volvió a intentarlo.— Normalmente ya no tenemos mucho, pero estando así no he podido salir a buscar comida para los niños y no quiero que se metan en problemas intentando conseguirla ellos mismos. —los gemelos eran muy hábiles en el llamado “descuento de los cinco dedos”. Pero Peter prefería evitar que robasen en las tiendas. Si alguien tenía que meterse en líos prefería ser él.

Tinkerbell/ Peter — Lost Boys shelter — Tarde

Al ver que los ojos de Peter volvían a la cortina se giró suavemente para saludar al chico que estuviera allí. Pero al parecer había sido demasiado lenta. Sonrió para sí al pensar que les estaban espiándo de algún modo. Aquellas cortinas no es que fueran las mejores aislantes. Así que seguramente estaban escuchando todo.

- Comida... -Repitió ella, ante la petición. Escuchando después la aclaración. Quería preguntar si siempre se había ocupado él de todo como parecía. Se notaba que quería cuidar de los chicos, pero estar robando y escondiéndose no era el mejor modo de hacerlo. Aún así... era consciente de que ella había tenido algunos privilegios.

- De acuerdo, puedo traeros algunas cosas, como cartones de caldo y arroz o fideos. -Mencionó pensando lo que mejor sentaría a Peter con su resfriado y a cualquiera de los niños para entrar en calor. Pero se dio cuenta de algo.- ¿Tenéis algo para cocinar o calentar la comida? -Quiso saber, porque no había pensado en ese pequeño inconveniente. Y no estaba muy a favor de la comida precocinada en frío...

Wendy — LOST BOYS SHELTER — TARDE

Asintió ante sus ideas de comida, algo rápido y fácil de preparar era lo mejor, además eran productos baratos, por lo que no sentiría que le debía tantísimo. Su pregunta, no obstante, lo pilló un poco desprevenido. La miró e intentó sonreír, sabiendo que seguramente no le gustaría mucho su respuesta.

— Tenemos un viejo hornillo de camping, está bastante tocado, pero por ahora funciona más o menos. —se calló, no seguro de si confesarlo todo, pero Wendy estaba allí de buena fe y a esas alturas era una tontería callarse nada.— Lo robé de una tienda del centro, pero el de seguridad me vio y me estuvo persiguiendo, la historia corta es que quien más sufrió durante la persecución fue el hornillo. —se encogió de hombros antes de que una nueva tos lo alcanzara.

— Pero te agradeceré de veras si puedes traer algo para alimentar a los chicos, no te preocupes tanto por mí, lo primer son ellos. —no sería la primera ni la última vez que se quedará sin comer por darle su parte a los niños. Wendy seguramente lo entendería, porque ella también parecía ese tipo de persona, el tipo que por los que le importaban daba todo. Eso le hizo preguntarse cómo sería en otras facetas de su vida.

— Es tarde, ¿no te meterás en problemas por haber desaparecido de pronto? —ni siquiera sabía si alguien la estaría esperando en casa muerto de preocupación al ver que no volvía.

Peter — Lost Boys shelter — Tarde

Wendy asintió cuando mencionó el hornillo, aunque su expresión se iba frunciendo por momentos. Algo así en malas condiciones podía ser peligroso. Y ni qué decir tenía que el modo en que lo había conseguido tampoco era el más usual en su mundo.
- No estoy segura de querer saber los detalles de esa persecución. -Mencionó ella, al imaginar cómo un hornillo de camping podía resultar realmente dañado. Pero estaba más preocupada por la tos de Peter, por lo que anotó mentalmente aquellos síntomas y conseguirles un nuevo hornillo con el que cocinar.

- Peter... estás enfermo, deja que alguien se preocupe por ti. -Le indicó, con algo de dulzura. Tenía pacientes de toda clase, los había que se quejaban por cualquier cosa y de los que ocultaban cualquier dolor o síntoma para no molestar. Sabía que Peter era de ese segundo grupo, pero ella estaba ahí para ayudarle. Quería hacerlo.

Empezó a recoger sus cosas, porque ya no las iba a necesitar. Alzó la mirada al escuchar aquella pregunta y negó con la cabeza.- A Nana no le importa que tarde, siempre que la saque a pasear cuando llegue. -Mencionó a su perra con cariño, ya era mayor y sus paseos eran cortos, pero le seguían gustando.- Pero sí que debería dejarte descansar. -Dicho eso retomó su tarea de recoger.

Wendy — LOST BOYS SHELTER — TARDE

Parpadeó, confundido durante unos instantes ante la mención de una tal Nana, ¿su abuela tal vez? ¿Su perra? Esperó que fuera lo segundo, puesto que no creía que nadie hablase de aquella forma de su abuela. Aunque qué podía saber él.

— Creo que descanso mejor cuando estás aquí. —admitió. Podía sentirse tranquilo con Wendy allí. Tan tranquilo como no se había sentido en toda su vida. No quería pensar sobre ello demasiado profundamente, en su fuero interno suponía que tarde o temprano Wendy desaparecería de su vida como habían hecho todos los demás, era mejor que no se hiciese grandes ideas. Aun así, no pudo estarse de preguntar.

— ¿Cuándo volverás? —no la miró mientras hablaba, sintiéndose de pronto avergonzado ante su propia pregunta. Parecía que estuviera rogándole que volviese pronto y, lo cierto, es que así era.

Peter — Lost Boys shelter — Tarde

Intentó que no se le notara la sensación de alegría que había recorrido su cuerpo cuando él había dicho que descansaba mejor teniéndola cerca. Era una tontería, porque podía decirlo por su trabajo, por cómo le ayudaba... por cuidarle. Y aún así... se había sentido así.

Negó con la cabeza.- Pero estás despierto y hablando. -Evidenció ella.- Necesitas dormir, Peter. A veces eso es mejor que cualquier medicina. -Le dijo con una sonrisa dulce. La gente solía olvidarse de lo importante que era descansar bien, o de cuántos trastornos podían venir por no hacerlo. Wendy veía las condiciones en que vivían esos chicos y sabía que su descanso no era el mejor. Pero por poco que fuera, ayudaría, eso no lo dudaba.

La pregunta la hizo mirar esos ojos intensos un momento.- Muy pronto, tengo que ver cómo evolucionas. -Le respondió con una sonrisa.- Quizá dentro de dos días, tengo turno de mañana. Podría venir después de comer. -Al menos si no surgía ninguna cosa en el hospital o alguien le cambiaba el turno a última hora.- Pero ahora, descansa. -Le dio un apretón en la mano a modo de despedida.

Se levantó y estuvo un momento con los chicos viendo si ya habían podido organizarse con las cosas que había traído para ellos. Le costaba despedirse un poco más cada vez. Y también le costaba no pedirles que encontraran un lugar seguro, una casa mejor... pero sabía que no debía meterse en ello porque el sistema no les trataría bien.

Wendy — LOST BOYS SHELTER — TARDE

La ventana estaba cerrada, pero el seguro no estaba puesto, así que se abrió con facilidad bajo sus manos. No había sido algo programado. Mientras escalaba por la escalera de incendios y los puntos de su herida tiraban, no paró de intentar justificarse. Lo que estaba haciendo no estaba bien, pero era necesario si no quería acabar peor que la última vez que se las vio con Garfio y sus hombres.

El salón estaba a oscuras, sus ojos no fueron capaces de reconocer mucho más allá de la forma oscura del sofá y lo que supuso era el mármol de la cocina abierta. Con cuidado cerró la ventana a sus espaldas, lanzando una mirada a la calle temiendo ver aparecer a los matones de Garfio, pero, para su sorpresa, no había nadie en la calle oscura y desierta.

Se adentró en la estancia, no muy seguro de qué hacer a continuación. Su viejo teléfono móvil apenas tenía cobertura y no contaba ni si quiera con una linterna. Pero con la luz azulada de la pantalla fue capaz de ver algo más. En un estante contra la pared había algunas fotos, en muchas de ellas una sonriente Wendy le devolvía la mirada.

”Wendy…”

Se había metido en su casa sin permiso a altas horas de la madrugada, como un vulgar ladrón. Ni siquiera estaba seguro de si la chica estaría en casa o de turno en el hospital, pero aquello seguía siendo una profunda falta de respeto. No obstante había sido algo a vida o muerte, necesitaba un escondrijo y su casa estaba allí. Ya le pediría disculpas más tarde, si llegaba a descubrir que había allanado su casa, claro.

Se movió más por la estancia, sin llegar a tocar nada, pero cotilleando todo lo que podía a la luz azul de la pantalla del teléfono. No vio la mesita baja junto al sofá, solo la notó cuando su rodilla impactó contra la esquina. El dolor fue agudo y sorpresivo, la mesita se volcó y el chico dejó ir una palabrota mientras se agarraba la rodilla dañada y siseaba.

Peter — Casa de Wendy — Noche