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Freyja
Alchemist
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Recuerdo del primer mensaje :
El pájaro en el espino
Marcus & Alice | Continuación Golden Shields | Inspired - Libros (Harry Potter Universe)
Hogwarts ha terminado y la vida adulta ha comenzado. Antes de lo que esperaban que sería, Marcus y Alice han tenido que enfrentarse a los peligros de la vida adulta, a contratiempos inesperados y a algunos de sus mayores temores. Pero también han reafirmado, una vez más, como la familia y los amigos siempre luchan juntos. Y ahora comienzan una nueva etapa en la isla esmeralda: Irlanda les espera para ahondar en sus raíces.
Marcus es el primogénito adorado de la importante familia O’Donnell. Criado entre eruditos y con una familia unida, recto, prefecto durante tres cursos completos en Hogwarts, amante de las normas y con una inteligencia privilegiada. Nada haría augurar que acabaría entregando su corazón a Alice Gallia, otra mente brillante de Ravenclaw, pero proveniente de una familia con un pasado turbulento por parte de su madre en América, y mucho menos fan de las normas e inherente al caos. Pero ellos se adoran, las familias han recuperado el vínculo y se apoyan y la alianza O’Donnell-Gallia es un fuerte vínculo que va desde Irlanda a La Provenza.
Juntos fueron los mejores alumnos de Hogwarts, juntos quieren comerse el mundo y ser alquimistas. Ahora saben que se aman y que quieren estar juntos, pero no todo puede ser tan fácil. Les quedan mucho años de estudio y trabajo por delante para llegar a ser quienes quieren ser, las situaciones familiares no son las ideales y aún quedan temas sin resolver.
La historia de Marcus y Alice no podía acabarse al salir de Hogwarts, queda mucha alquimia, mundo que recorrer, momentos felices, dramas y mucha mucha alquimia y magia, que es para los que ambos nacieron. Además, aún no se han cumplido las dos profecías: queda una boda con mucho espino blanco y la creación de un nido… La última página está muy lejos de ser escrita, y esto es solo el principio.
Marcus es el primogénito adorado de la importante familia O’Donnell. Criado entre eruditos y con una familia unida, recto, prefecto durante tres cursos completos en Hogwarts, amante de las normas y con una inteligencia privilegiada. Nada haría augurar que acabaría entregando su corazón a Alice Gallia, otra mente brillante de Ravenclaw, pero proveniente de una familia con un pasado turbulento por parte de su madre en América, y mucho menos fan de las normas e inherente al caos. Pero ellos se adoran, las familias han recuperado el vínculo y se apoyan y la alianza O’Donnell-Gallia es un fuerte vínculo que va desde Irlanda a La Provenza.
Juntos fueron los mejores alumnos de Hogwarts, juntos quieren comerse el mundo y ser alquimistas. Ahora saben que se aman y que quieren estar juntos, pero no todo puede ser tan fácil. Les quedan mucho años de estudio y trabajo por delante para llegar a ser quienes quieren ser, las situaciones familiares no son las ideales y aún quedan temas sin resolver.
La historia de Marcus y Alice no podía acabarse al salir de Hogwarts, queda mucha alquimia, mundo que recorrer, momentos felices, dramas y mucha mucha alquimia y magia, que es para los que ambos nacieron. Además, aún no se han cumplido las dos profecías: queda una boda con mucho espino blanco y la creación de un nido… La última página está muy lejos de ser escrita, y esto es solo el principio.
AQUÍ COMIENZA ALQUIMIA DE VIDA: PIEDRA, PARTE 2
Índice de capítulos
1. Faílte
2. Westering home
3. We are blooming
4. En el corazón de Irlanda
5. Family and nature
6. Rinceoir
7. Interlude
8. Hijos de las estrellas
9. Eureka!
10. Bajo el muérdago
11. Welcome Mr. Lacey - O'Donnell
12. Ireland meets America
13. Bring the bells!
14. Ding, dong, merrily on high
15. An Irish carol
1. Faílte
2. Westering home
3. We are blooming
4. En el corazón de Irlanda
5. Family and nature
6. Rinceoir
7. Interlude
8. Hijos de las estrellas
9. Eureka!
10. Bajo el muérdago
11. Welcome Mr. Lacey - O'Donnell
12. Ireland meets America
13. Bring the bells!
14. Ding, dong, merrily on high
15. An Irish carol
Marcus O'Donnell Alquimista | Timotheé Chalamet | Freyja |
Alice Gallia Alquimista y enfermera | Kaya Scodelario | Ivanka |
- Post de rol:
- Código:
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We are
- La eternidad es nuestra:
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Ivanka
Alchemist
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Lo mejor de los dos mundos Con Marcus | En Inglaterra | 3 de enero de 2003 |
Parecía que su novio estaba acostumbrándose al caos, porque mira que aquella merienda no paraba de parecerse cada vez más a un circo, pero ahí estaba él, disfrutando de los dulces, charlando… Y Alice estaba bien a gusto también. Al menos hasta que de repente el tema empezó a virar, y los Millestone no parecían saber cómo abordar el tema de la… ¿medicina mágica? Se incorporó un poco, porque estaba repantigada parcialmente sobre Marcus, y miró a los padre de Darren. Menos mal que no sería por palabras en esa familia. — ¡Claro! Tenemos pociones crecehuesos para eso. — ¡QUÉ DICES! — Saltó la chica abriendo mucho los ojos. — Eso es mil veces mejor que una escayola. — Alice rio un poco y se encogió de brazos. — Duele bastante, pero es rápida, eso seguro… — Pero no iba por ahí el asunto, y Alice no lo estaba comprendiendo. Eso sí, miró a Darren y frunció el ceño. — Ya te vale, con lo fácil que se cura un dedo con magia. — Si te lo llego a decir hubieras querido practicar conmigo. — Ella levantó las palmas de las manos. — ¡Pues sí! Por algún sitio tendré que empezar. — Respondió de vuelta. — Será que no os he cerrado heridas y quitado espinas… — Pero Lex parecía más ofendido y sorprendido que ella. — ¿Cómo no va a saber dónde está San Mungo? — Dijo con una risa incrédula. Pero sí, eso era justo lo que parecía, así que mejor se calló porque se avecinaba un buen choque ahí.
Intentando quitarle hierro al asunto Alice se dirigió a Eli, con una sonrisa tranquilizadora. — Solo las reacciones a elementos que están más alejados de los muggles, algunas enfermedades que pueden transmitir los dragones por ejemplo, o reacciones a plantas mágicas, intoxicaciones por pociones… — De las maldiciones hablamos otra día, se dijo a sí misma. Pero Emma hizo la pregunta clave, seguida de una broma bastante negra de Jerome que estaba segura de que había tensado medio centímetro más por lo menos a Emma. Afortunadamente, Marcus no tardó en cazar la tensión al vuelo y decidió quitar a Darren y Lex de la circulación. Era la opción más inteligente, desde luego, pero Alice se acercó a Emma más tiesa que una palmera y pensó espero que podamos encargarnos de esto con la poción encima. — Hecho. Empiezo, eh… — Intentó seguir el rollito de Marcus. Igual no le había salido muy bien.
Tessa resopló y se rascó la frente. — De verdad, no quiero que parezca que es que queremos aprovecharnos ni… — Theresa, escúchame. — Dijo Emma. — Tu hijo es un mago. La sanidad mágica es un derecho, no es aprovecharse de nada. — Jerome se encogió de hombros. — A ver, pero es que aquí nosotros pagamos impuestos para tener la nuestra. No sabemos cómo va allí. ¡A ver si me los han estado cobrando todo este tiempo! — Jerome. — Dijo simplemente Tessa, en un tono firme pero sin levantar la voz, y el hombre cambió también de expresión. La mujer se mordió los labios y tragó saliva. — Cuando se llevaron a Darren, cuando accedimos a cambiar toda la vida que nos habíamos imaginado, fue porque todo parecía muy fácil. Él iba a Hogwarts, desarrollaba una habilidad que ninguno de nosotros tenía, y eso le daba acceso a un mundo mejor. Pero ahora ha salido del colegio y no sabemos qué puede hacer y qué no. Dónde encajamos nosotros en esa vida y hasta dónde podemos llegar y dónde puede llegar él. —
Por primera vez se hizo un silencio pesado en aquella habitación, pero entonces, Arnold se sentó al otro lado de la mujer. — A ver, Tessa… Yo también soy un padre muy preocuposo por sus bebés. Porque para nosotros siempre son bebés, ¿a que sí? — Tessa asintió con ternura, relajando los hombros. Su suegro para eso era único. — Hay muchos nacidos de muggles que combinan su vida original con la que desarrollan, sin ningún problema. Quizá Darren ha estado un poco despistadillo, al final, son adolescentes, pero por si él no os lo ha dejado claro: él tiene los mismos derechos que cualquier otro mago, los mismos que yo mismo, sin ir más lejos… ¿Verdad, cariño? — Pues claro. — Dijo Emma con una tranquilidad tremenda. — Es posible que a veces los magos demos por hecho demasiado rápido que conocéis nuestro mundo y sus normas, pero no tenemos problema en explicaros lo que haga falta. — Jerome tomó la mano de su mujer. — A ella lo que le da miedo es que nuestro Darren cada vez esté más allí y menos aquí. — Ya no hay aquí y allí. — Se le escapó a Alice, y todos la miraron. — No hay exactamente aquí y allí. Lex está comodísimo con vosotros, nosotros venimos encantados, y Emma acaba de invitaros a nuestro mundo… Igual no podéis empuñar una varita, pero a todos los efectos es como cuando alguien se va a vivir a otro país. No le pierdes, y menos hoy en día, es solo que tú no puedes usar ciertas cosas de ese otro país porque no hablas el idioma, no estás en su administración. — ¿Y si empieza a vivir allí y quiere volver aquí? — ¡Eli! — Le riñó su madre. — ¡Perdón! Es que yo soy tan indecisa, que igual un tiempo elegiría vivir allí y luego… — Es una duda natural, y me alegro de que la plantees, Elisabetta. — Dijo Emma, levantando levemente la mano para calmar al matrimonio. — Tenemos personal en el Ministerio que se encarga de tramitar documentación muggle si es necesario. Tenemos aurores que se dedican a ser funcionarios muggles para poder ayudar con la mezcla de ambos mundos. — Y hay magos que simplemente se fueron a vivir entre los muggles. — Remató Arnold. Tessa suspiró, pero parecía más tranquila. — ¿Por qué iba a preferir un médico que no tiene crecehuesos? — La vida no es blanco o negro. — Volvió a saltar Alice, sin controlar muy bien el flujo de su discurso. — Mi madre era la hija de una familia MUY maga. Muy poderosa. Cuando era un bebé, se enfermó, y los médicos magos le dijeron que no había cura para ella. Pero su tía, que tenía muchísimo dinero, se lanzó a pagar un médico muggle, por agotar las opciones. Y la salvaron. Temporalmente, ¿no? Pero sin un médico muggle yo no estaría aquí. — Se encogió de un hombro. — Se trata de intentar tener lo mejor de los dos mundos, y Darren y Lex pueden tenerlo gracias a todos nosotros. Sin dejar de lado lo uno o lo otro. — Emma la miró y sonrió de medio lado. — Porque quiere ser enfermera alquimista, pero como política sería impagable. — Broméo Arnold, haciendo asentir a los otros y consiguiendo que se rieran. Esperaba que a Marcus le fuera bien también.
Intentando quitarle hierro al asunto Alice se dirigió a Eli, con una sonrisa tranquilizadora. — Solo las reacciones a elementos que están más alejados de los muggles, algunas enfermedades que pueden transmitir los dragones por ejemplo, o reacciones a plantas mágicas, intoxicaciones por pociones… — De las maldiciones hablamos otra día, se dijo a sí misma. Pero Emma hizo la pregunta clave, seguida de una broma bastante negra de Jerome que estaba segura de que había tensado medio centímetro más por lo menos a Emma. Afortunadamente, Marcus no tardó en cazar la tensión al vuelo y decidió quitar a Darren y Lex de la circulación. Era la opción más inteligente, desde luego, pero Alice se acercó a Emma más tiesa que una palmera y pensó espero que podamos encargarnos de esto con la poción encima. — Hecho. Empiezo, eh… — Intentó seguir el rollito de Marcus. Igual no le había salido muy bien.
Tessa resopló y se rascó la frente. — De verdad, no quiero que parezca que es que queremos aprovecharnos ni… — Theresa, escúchame. — Dijo Emma. — Tu hijo es un mago. La sanidad mágica es un derecho, no es aprovecharse de nada. — Jerome se encogió de hombros. — A ver, pero es que aquí nosotros pagamos impuestos para tener la nuestra. No sabemos cómo va allí. ¡A ver si me los han estado cobrando todo este tiempo! — Jerome. — Dijo simplemente Tessa, en un tono firme pero sin levantar la voz, y el hombre cambió también de expresión. La mujer se mordió los labios y tragó saliva. — Cuando se llevaron a Darren, cuando accedimos a cambiar toda la vida que nos habíamos imaginado, fue porque todo parecía muy fácil. Él iba a Hogwarts, desarrollaba una habilidad que ninguno de nosotros tenía, y eso le daba acceso a un mundo mejor. Pero ahora ha salido del colegio y no sabemos qué puede hacer y qué no. Dónde encajamos nosotros en esa vida y hasta dónde podemos llegar y dónde puede llegar él. —
Por primera vez se hizo un silencio pesado en aquella habitación, pero entonces, Arnold se sentó al otro lado de la mujer. — A ver, Tessa… Yo también soy un padre muy preocuposo por sus bebés. Porque para nosotros siempre son bebés, ¿a que sí? — Tessa asintió con ternura, relajando los hombros. Su suegro para eso era único. — Hay muchos nacidos de muggles que combinan su vida original con la que desarrollan, sin ningún problema. Quizá Darren ha estado un poco despistadillo, al final, son adolescentes, pero por si él no os lo ha dejado claro: él tiene los mismos derechos que cualquier otro mago, los mismos que yo mismo, sin ir más lejos… ¿Verdad, cariño? — Pues claro. — Dijo Emma con una tranquilidad tremenda. — Es posible que a veces los magos demos por hecho demasiado rápido que conocéis nuestro mundo y sus normas, pero no tenemos problema en explicaros lo que haga falta. — Jerome tomó la mano de su mujer. — A ella lo que le da miedo es que nuestro Darren cada vez esté más allí y menos aquí. — Ya no hay aquí y allí. — Se le escapó a Alice, y todos la miraron. — No hay exactamente aquí y allí. Lex está comodísimo con vosotros, nosotros venimos encantados, y Emma acaba de invitaros a nuestro mundo… Igual no podéis empuñar una varita, pero a todos los efectos es como cuando alguien se va a vivir a otro país. No le pierdes, y menos hoy en día, es solo que tú no puedes usar ciertas cosas de ese otro país porque no hablas el idioma, no estás en su administración. — ¿Y si empieza a vivir allí y quiere volver aquí? — ¡Eli! — Le riñó su madre. — ¡Perdón! Es que yo soy tan indecisa, que igual un tiempo elegiría vivir allí y luego… — Es una duda natural, y me alegro de que la plantees, Elisabetta. — Dijo Emma, levantando levemente la mano para calmar al matrimonio. — Tenemos personal en el Ministerio que se encarga de tramitar documentación muggle si es necesario. Tenemos aurores que se dedican a ser funcionarios muggles para poder ayudar con la mezcla de ambos mundos. — Y hay magos que simplemente se fueron a vivir entre los muggles. — Remató Arnold. Tessa suspiró, pero parecía más tranquila. — ¿Por qué iba a preferir un médico que no tiene crecehuesos? — La vida no es blanco o negro. — Volvió a saltar Alice, sin controlar muy bien el flujo de su discurso. — Mi madre era la hija de una familia MUY maga. Muy poderosa. Cuando era un bebé, se enfermó, y los médicos magos le dijeron que no había cura para ella. Pero su tía, que tenía muchísimo dinero, se lanzó a pagar un médico muggle, por agotar las opciones. Y la salvaron. Temporalmente, ¿no? Pero sin un médico muggle yo no estaría aquí. — Se encogió de un hombro. — Se trata de intentar tener lo mejor de los dos mundos, y Darren y Lex pueden tenerlo gracias a todos nosotros. Sin dejar de lado lo uno o lo otro. — Emma la miró y sonrió de medio lado. — Porque quiere ser enfermera alquimista, pero como política sería impagable. — Broméo Arnold, haciendo asentir a los otros y consiguiendo que se rieran. Esperaba que a Marcus le fuera bien también.
- El Pájaro en el espino, el comienzo:
- Golden Shields:
Alice Gallia
Cause' Alice does belong with Marcus
Ante todo, amigos
Ay, los retitos
Un jour viendra tu me dira je t'aime
[/center]
- Juntos, somos el Todo:
- 16 de enero de 2002:
3064Mensajes :
20Honra :
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