Luego de tantos años de luchar con diversos tratamientos para que Charlotte quedase embarazada lo habían logrado. Habían luchado tanto por eso que aquel niño sería el más esperado del mundo, estaban solos en la ciudad teniendo en cuenta que se habían mudado por trabajo de Emmet pero eran felices juntos, poco a poco se habían rodeado por un grupo de amigos que casi podía decirse que eran su familia también.

Cuando el cáncer de colon llego a la vida de Emmet recién se habían enterado del embarazo de su esposa, el cual desde un principio sabían que era de riesgo por lo que simplemente lo dejo en segundo lugar. Sabía que era joven, sus posibilidades eran buenas pero independientemente de eso no podía arriesgarse a que ella sufriera alguna perdida o crisis que pudiera llevar a que eso sucediera.

Al cuarto mes de embarazo, cuando las cosas comienzan a ir un poco mejor la primera crisis llega, el pase de factura de su cuerpo a la falta de tratamiento es evidente y no puede mentir más. Para colmo, en aquellos días, Charlotte se había enterado que su embarazo era de mellizos y estaba buscando la manera de decirselo a su esposo. Será hora de hacerse fuerte ambos y superar ambos la situación o, por lo menos, llevarla de la mejor manera posible.