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«Se comunica a toda la comunidad mágica que el mago oscuro, Gellert Grindelwald, ha desaparecido y no se tiene constancia de su paradero.»
En Europa, el caos era total. Gellert Grindelwald estaba causando estragos cada vez más grandes y con consecuencias mucho más severas que antes, poniendo en riesgo no sólo al Mundo Mágico sino también al muggle. Además, con sus ataques, estaba a punto de exponer a los magos frente a todos, ya que esperaba poder conquistarlos a todos «por el bien mayor». Por el momento, Alemania, Francia y otros países grandes habían sido afectados, muchos excepto Inglaterra, que por una razón desconocida por el público, Grindelwald nunca había tocado.
Pero todo cesó en el año 1929. Por alguna extraña razón, el mago oscuro había desaparecido, casi como si se hubiese desvanecido de la faz de la tierra. Para los aurores y quienes luchaban activamente en su contra, pensaban que no podía ser nada bueno lo que tramaba, ya que si hubiera muerto se habrían enterado.
Aunque todavía no había atacado allí, el Magicongreso Único de la Sociedad Americana estaba totalmente alerta. Bajo el mando de Seraphina Picquery, una mujer fuerte y capaz de estar en ese puesto, los aurores estaban pendientes de cualquier movimiento sospechoso de parte de cualquier persona, tanto del Ministerio como de otros magos.
Anekevson Moonwhiteelven y Reginald O'Baldy fueron dos aurores que trabajaban para MACUSA en el momento previo a la Gran Guerra Mágica. Ambos estaban convencidos que Grindelwald estaba alerta y preparándose, pero aún no sabían dónde. Con los pequeños disturbios que había en Nueva York, sumado al caos de animales fantásticos que causó una maleta abierta de un magizóologo inglés, los dos aurores empiezan a pensar que quizás Estados Unidos pueda convertirse en la nueva base del mago oscuro.
Sin saber quién o quiénes lo ayudaban, ellos confiaron uno en el otro, sabiendo que podría llegar a haber infiltrados en MACUSA.
Parecía que estaban en la calma que antecedía al huracán. Se avecinaba la guerra, se notaba en el aire, en cada inhalación y exhalación, en cada momento donde reinaba el silencio y sabían que iba a ser roto por los gritos y las luces verdes saliendo de las varitas.
Anekevson Moonwhiteelven
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Reginald O'Baldy
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1-Stalking the preys
La época navideña siempre había sido su favorita, de niño ponían decoraciones mágicas combinando la tradición muggle con la pagana de Yule, sus padres creían que combinarlo le haría entender a los no mágicos más, pues siempre se habían mantenido separados de estos, no era para menos pues era común que tuvieran miedo, además de que habían estado en una larga guerra donde los magos no querían verse involucrados. Él había crecido con esas historias, sin embargo, este diciembre el panorama era altamente sombrío.
Las tiendas mágicas cerraban a cal y canto en cuanto la noche comenzaba a asomarse. Su modesto apartamento no denotaba que comenzara el mes de la festividad, dando aquella apariencia apagada y sombría como su dueño. Anekevson sabía que el hecho de que el no pudiera celebrar por tener que cazar a uno de los magos más buscados de todos los tiempos podría darle esperanza a todos los que pedían que dicho terror terminase pronto.
Había sido convocado en las oficinas de la MACUSA para examinar la ultima de las evidencias, en sus manos sostenía un café y un panecillo navideño que comprara en una de las cafeterías cercanas al lugar, mismo que por suerte los muggles no habían descubierto o tendría que hacer largas filas.
Seraphina Picquery estos días estaba como un gato escaldado, y no era para menos, en sus narices el criminal no solo había escapado, es decir, bueno casi lo habían capturado pero el resbaladizo mago de pronto ya no estaba. Sospechas se dieron y manos apuntaron a posibles culpables, lo cuál de nada servía, pues quien era necesario era justamente Grindelwald, el pez más grande, no los pececillos inservibles que estaban convencidos de que su causa tenía sentido.
Prefería mil veces enfrentar a los padres que buscaban regalos que a esta gran cantidad de gente reunida en la sala de consejo, sus voces le hacían doler cada vez más la cabeza, y no era para menos cuando la responsabilidad no se asumía adecuadamente, intentaba poner la mejor atención posible, pero no podía, y solo cuando alguien momentáneamente se sentó a su lado es que por segundos se distrajo, no lo reconocía, pero seguramente o era algún auror, o un miembro que llegaba a unirse a la cacofonía de gritos en la sala. -Será mejor que estes listo, la reunión no lleva ni la mitad de tiempo y ya está siendo agotadora. -No estaba de más prevenir al desafortunado integrante.
Es más tampoco podía afirmarle que esto no fuera normal porque siempre pasaba, cada vez que la reunión era masiva el orden demoraba en llegar, Picquery parecía estar esperando su momento para callarlos.
Las tiendas mágicas cerraban a cal y canto en cuanto la noche comenzaba a asomarse. Su modesto apartamento no denotaba que comenzara el mes de la festividad, dando aquella apariencia apagada y sombría como su dueño. Anekevson sabía que el hecho de que el no pudiera celebrar por tener que cazar a uno de los magos más buscados de todos los tiempos podría darle esperanza a todos los que pedían que dicho terror terminase pronto.
Había sido convocado en las oficinas de la MACUSA para examinar la ultima de las evidencias, en sus manos sostenía un café y un panecillo navideño que comprara en una de las cafeterías cercanas al lugar, mismo que por suerte los muggles no habían descubierto o tendría que hacer largas filas.
Seraphina Picquery estos días estaba como un gato escaldado, y no era para menos, en sus narices el criminal no solo había escapado, es decir, bueno casi lo habían capturado pero el resbaladizo mago de pronto ya no estaba. Sospechas se dieron y manos apuntaron a posibles culpables, lo cuál de nada servía, pues quien era necesario era justamente Grindelwald, el pez más grande, no los pececillos inservibles que estaban convencidos de que su causa tenía sentido.
Prefería mil veces enfrentar a los padres que buscaban regalos que a esta gran cantidad de gente reunida en la sala de consejo, sus voces le hacían doler cada vez más la cabeza, y no era para menos cuando la responsabilidad no se asumía adecuadamente, intentaba poner la mejor atención posible, pero no podía, y solo cuando alguien momentáneamente se sentó a su lado es que por segundos se distrajo, no lo reconocía, pero seguramente o era algún auror, o un miembro que llegaba a unirse a la cacofonía de gritos en la sala. -Será mejor que estes listo, la reunión no lleva ni la mitad de tiempo y ya está siendo agotadora. -No estaba de más prevenir al desafortunado integrante.
Es más tampoco podía afirmarle que esto no fuera normal porque siempre pasaba, cada vez que la reunión era masiva el orden demoraba en llegar, Picquery parecía estar esperando su momento para callarlos.
Anekevson- Macusa y alrededores - Diciembre 1929
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Stalking the preys
El Mundo Mágico estaba siendo bastante difícil en ese momento. Imaginaba que el mundo no-maj también, aunque estaban más tranquilos ahora que Grindelwald parecía haberse tomado vacaciones. Pero, claro, para los magos no eran vacaciones convencionales. Algo estaba tramando ese tipo, nadie lo dudaba. Y tenían que detenerlo antes de que llegara el huracán.
Navidad era una fiesta que le gustaba porque le hacía recordar a épocas del colegio y con su familia durante su infancia. En ese momento no la festejaba particularmente; sí seguía disfrutando de los bocadillos y cosas navideñas, e incluso le gustaba ver a otros disfrutar, pero solía pasarlo solo en su casa (aunque sí, lo admitía, tenía un árbol y algunas luces también). Pero por lo menos las últimas tres fiestas las había pasado trabajado sea en su casa o en MACUSA.
Estas fiestas parecían que iban a ir por el mismo lado o por uno incluso peor. Antes de llegar a MACUSA esquivó a varios no-maj que estaban llenos de regalos y cantando villancicos, y pasó por un café que lo hizo sonreír porque estaba todo ambientado en rojo, verde y blanco. Compró un café negro (en un vaso típico con dibujos alusivos) y una donut de chocolate roja y verde. Le faltaba un gorrito navideño y ya estaba para salir a repartir regalos.
Pero era momento de trabajar, así que llegó a la reunión un poco más tarde de lo dicho por la Ministra pero no había podido hacer tiempo antes. Además ya conocía ese tipo de reuniones. Iban a estar todos gritando por media hora hasta que ella pusiera orden y dijera lo que tenía para decir (que probablemente era relacionado a Grindelwald).
Él era un auror que trabajaba en la División de Seres, pero al ver el caos que había en la sala del consejo, decidió ir por otro lado y sentarse al lado de otro que estaba allí también pero que nunca había visto. Le dio un mordisco a su donut y lo miró cuando se dirigió hacia él. —No me digas —dijo negando con la cabeza sin sorprenderse para nada. —. Llegué tarde justamente para no tener que comerme todo ese caos. ¿Picquery no ha hablado todavía? —preguntó antes de darle un trago a su café, ignorando el caos de voces que tenían en el auditorio.
Navidad era una fiesta que le gustaba porque le hacía recordar a épocas del colegio y con su familia durante su infancia. En ese momento no la festejaba particularmente; sí seguía disfrutando de los bocadillos y cosas navideñas, e incluso le gustaba ver a otros disfrutar, pero solía pasarlo solo en su casa (aunque sí, lo admitía, tenía un árbol y algunas luces también). Pero por lo menos las últimas tres fiestas las había pasado trabajado sea en su casa o en MACUSA.
Estas fiestas parecían que iban a ir por el mismo lado o por uno incluso peor. Antes de llegar a MACUSA esquivó a varios no-maj que estaban llenos de regalos y cantando villancicos, y pasó por un café que lo hizo sonreír porque estaba todo ambientado en rojo, verde y blanco. Compró un café negro (en un vaso típico con dibujos alusivos) y una donut de chocolate roja y verde. Le faltaba un gorrito navideño y ya estaba para salir a repartir regalos.
Pero era momento de trabajar, así que llegó a la reunión un poco más tarde de lo dicho por la Ministra pero no había podido hacer tiempo antes. Además ya conocía ese tipo de reuniones. Iban a estar todos gritando por media hora hasta que ella pusiera orden y dijera lo que tenía para decir (que probablemente era relacionado a Grindelwald).
Él era un auror que trabajaba en la División de Seres, pero al ver el caos que había en la sala del consejo, decidió ir por otro lado y sentarse al lado de otro que estaba allí también pero que nunca había visto. Le dio un mordisco a su donut y lo miró cuando se dirigió hacia él. —No me digas —dijo negando con la cabeza sin sorprenderse para nada. —. Llegué tarde justamente para no tener que comerme todo ese caos. ¿Picquery no ha hablado todavía? —preguntó antes de darle un trago a su café, ignorando el caos de voces que tenían en el auditorio.
Reginald - MACUSA - Diciembre 1929
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1-Stalking the preys
La reunión si es que se le podía llamar así estaba siendo altamanente pesada, en serio podría estar comprando los regalos para sus familiares y amigos si bien no se encontraba en una relación sentimental con nadie, esperaba que eso fuera cambiando a la larga. Más su prioridad era encontrar a los soldados responsables que llevarían directo al general.
Trabajar en navidades no era lo que el pensaría que debia de ocurrir, sin embargo he ahí que los criminales no descansaban ni respetaban horarios, y por ende este año seguramente no vería a sus padres que con cada año esperaban que el se presentase. Y como un reloj siempre habían respetado la tradición, hasta ahora.
Sus padres sabiendo esto le habían enviado una bufanda llena de runas que mantenían una cálida temperatura alrededor de su cuello al igual que una capa a juego, mismos artículos que reposaban en sus piernas.
Para nada, creo que el resto de la gente esta esperando a que ella se canse de escuchar tonterías cuando más de la mitad de ellos han estado escondiendo la cabeza en la tierra. Justamente parecía que alguien había cruzado dicha línea cuando la voz de esta retumbo acallando a todos.
Quisiera poder lograr eso, algunos parecen a punto de orinarse del miedo. Dijo por lo bajo casi sintiendo que Piquery lo miraba directamente. Con una de sus manos la saludo ligeramente aunque esta pareciera indignada con todo mundo.
Trabajar en navidades no era lo que el pensaría que debia de ocurrir, sin embargo he ahí que los criminales no descansaban ni respetaban horarios, y por ende este año seguramente no vería a sus padres que con cada año esperaban que el se presentase. Y como un reloj siempre habían respetado la tradición, hasta ahora.
Sus padres sabiendo esto le habían enviado una bufanda llena de runas que mantenían una cálida temperatura alrededor de su cuello al igual que una capa a juego, mismos artículos que reposaban en sus piernas.
Para nada, creo que el resto de la gente esta esperando a que ella se canse de escuchar tonterías cuando más de la mitad de ellos han estado escondiendo la cabeza en la tierra. Justamente parecía que alguien había cruzado dicha línea cuando la voz de esta retumbo acallando a todos.
Quisiera poder lograr eso, algunos parecen a punto de orinarse del miedo. Dijo por lo bajo casi sintiendo que Piquery lo miraba directamente. Con una de sus manos la saludo ligeramente aunque esta pareciera indignada con todo mundo.
Anekevson- Macusa y alrededores - Diciembre 1929
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Stalking the preys
Reggie se ponía bastante de buen humor durante esa época del año. Siempre fue un chico feliz, relajado, y de esos que disfrutan todo lo que sea disfrutable. Y la Navidad no era diferente. Claro, sus padres no estaban cerca de él en ese momento, los O’Baldy se habían ido a Irlanda a pasar las fiestas, aprovechando que Europa estaba más tranquila con lo que refería a Grindelwald (aunque, de todos modos, Reginald sí había tenido sus dudas cuando le dieron la noticia, más sabiendo que él tendría que quedarse en Estados Unidos). Pero, en fin, la época la disfrutaba igual.
Su forma de disfrutarla era con su vasito de colores y su donut, porque después el resto de su celebración seguramente la pasaría en la sala del consejo escuchando como la Ministra daba un par de golpes a los aurores de Aplicación de la Ley Mágica. Por lo menos él no tendría mucho que ver al respecto y los golpes y gritos serían para otro.
Por lo menos mientras esperaba que estallara la tormenta tendría a una cara nueva para hablarle. —Cosa que sucederá en tres... Dos... Uno... —murmuraba mirando la cara de la Ministra. No se consideraba amigo o cercano a ella, pero sí había hablado varias veces, se conocían e incluso ella había impartido de instructora cuando estaba en la Academia de aurores. Reginald sabía que MACUSA estaba en buenas manos, y así también sabía cuándo ella se cansaba.
Sucedió y la sala quedó en silencio. —Una gran líder —murmuró en respuesta, sonriendo de costado y sintiendo cómo pasaba la vista por ellos. Hizo un saludo militar tipo muggle y escuchó lo que decía.
Habló una hora y media aproximadamente sin parar y sin dejar que la interrumpieran. El hecho de que Grindelwald parecía estar haciendo movimientos en Estados Unidos no era de extrañar, un poco era un secreto a voces. Pero nombró otros problemas de los cuales Reginald no estaba tan enterado y que, al parecer, eran nuevos para todos.
No sólo tenían un problema con Grindelwald, sino que un inglés había llegado a Estados Unidos y había liberado varias criaturas mágicas que la noche anterior había causado estragos. —Los europeos siempre nos causan problemas —murmuró al otro mientras escuchaba el listado de criaturas vistas.
Lo que sí le llamó la atención era que estaban hablando de un Obscurus. Reginald en ese momento prestó especial atención porque los Seres, todos ellos, eran su especialidad y responsabilidad. Por eso había notado los ojos de Seraphina sobre él mientras hablaba. Reginald había planeado ser jefe cuando el suyo se jubilara y la Ministra lo sabía.
—¿En qué sección trabajas? —preguntó acercando el cuerpo levemente hacia él pero sin sacar la vista del centro donde la Ministra estaba hablando de diferentes posibilidades de acción que iban a tener a partir de ese momento.
Su forma de disfrutarla era con su vasito de colores y su donut, porque después el resto de su celebración seguramente la pasaría en la sala del consejo escuchando como la Ministra daba un par de golpes a los aurores de Aplicación de la Ley Mágica. Por lo menos él no tendría mucho que ver al respecto y los golpes y gritos serían para otro.
Por lo menos mientras esperaba que estallara la tormenta tendría a una cara nueva para hablarle. —Cosa que sucederá en tres... Dos... Uno... —murmuraba mirando la cara de la Ministra. No se consideraba amigo o cercano a ella, pero sí había hablado varias veces, se conocían e incluso ella había impartido de instructora cuando estaba en la Academia de aurores. Reginald sabía que MACUSA estaba en buenas manos, y así también sabía cuándo ella se cansaba.
Sucedió y la sala quedó en silencio. —Una gran líder —murmuró en respuesta, sonriendo de costado y sintiendo cómo pasaba la vista por ellos. Hizo un saludo militar tipo muggle y escuchó lo que decía.
Habló una hora y media aproximadamente sin parar y sin dejar que la interrumpieran. El hecho de que Grindelwald parecía estar haciendo movimientos en Estados Unidos no era de extrañar, un poco era un secreto a voces. Pero nombró otros problemas de los cuales Reginald no estaba tan enterado y que, al parecer, eran nuevos para todos.
No sólo tenían un problema con Grindelwald, sino que un inglés había llegado a Estados Unidos y había liberado varias criaturas mágicas que la noche anterior había causado estragos. —Los europeos siempre nos causan problemas —murmuró al otro mientras escuchaba el listado de criaturas vistas.
Lo que sí le llamó la atención era que estaban hablando de un Obscurus. Reginald en ese momento prestó especial atención porque los Seres, todos ellos, eran su especialidad y responsabilidad. Por eso había notado los ojos de Seraphina sobre él mientras hablaba. Reginald había planeado ser jefe cuando el suyo se jubilara y la Ministra lo sabía.
—¿En qué sección trabajas? —preguntó acercando el cuerpo levemente hacia él pero sin sacar la vista del centro donde la Ministra estaba hablando de diferentes posibilidades de acción que iban a tener a partir de ese momento.
Reginald - MACUSA - Diciembre 1929
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Anekevson definitivamente podía catalogar esta reunión como una de las más entretenidas hasta el momento, porque en general el modus operandi de todos los que tenían alto puesto en el consejo gritaban sin parar hasta que alguno se cansaba o Piquery les ponía orden. A su punto de vista le parecía que tan solo esperaba a ver si algún auror se atrevería a ser el sacrificio y los callaría, y en otro momento estaría feliz de que esto durase horas, pero no cuando la reunión era en una fecha especial y festiva.
De todos modos como auror, no todo estaba en su carpeta, prefería a sus padres bajo fuertes barreras en casa, si era bien sabido que los aurores siempre tienen enemigos, por ende tampoco quería llevarlos directamente a las puertas de su casa, evitando incluso en el trabajo dar demasiados detalles sobre su vida personal o en donde estaba su residencia.
Grindelwald debería ser más considerado con las festividades y reanudar sus malvadas actividades cuando el año terminase, no que por el contrario todos se veían afectados y con el miedo de que atacase en cualquier momento. Encima sus ideas, por mucho que pudiera convencer a la gente, fracamente eran estúpidas. Pero si un mago era y sonaba convincente las mentes débiles lo seguirían como ovejas. Apenas había terminado de darle otro trago al café y la mordida al pan cuando esta termino por callar el gallinero, casí juro al tiempo que la temperatura bajo un buen par de grados y que todos templaron, excepto él. Había cosas que eran más aterradoras, como una Piquery que no dormía por varios días y te miraba con tremendas ojeras. Puede haber cosas peores, podriamos tener un líder completamente incompetente, incapaz de tomar buenas decisiones y ni siquiera habríamos logrado cubrir un solo punto de estas reuniones.
Luego vino una larga explicación, en serio, si el mismo Grindelwald entrase a una de estas se moriría de aburrimiento o preferiría parar la guerra con tal de no ser el tema a tocar, porque esto no era distinto a la reunión anterior, eran mínimos los detalles que cambiaban de un momento al otro.
Tuvo que ahogar un sonido de exasperación, ¿en serio? ¿Acaso todo el mundo conspiraba con la navidad? Creía que tendrían más cautela con toda la clase de animales salvajes que hay, pero ahora, buscar a estos es peor que un circo mediático, algunos muggle aman encontrar excusas para decir que vieron cosas inusuales y son como canes buscando el rastro. Casi se ahogo con su café ante la mención del obscurus. ¿Nadie pensaba en haber mandado a aurores a investigar más? Ni siquiera el tenía idea de esto. ¿A que clase de payasos le dijeron? -En la sección donde nos encargamos de hacer las limpiezas y cacería de los magos que son avistadfos por los muggles. No recuerdo que tuvieramos un incidente como este, ni siquiera desde que era un junior en ese departamento, y ahora hay un ser poderoso por ahí como si nada. Suerte vamos a tener si la ciudad se mantiene en pie.
Piquery probablemente armaría a equipos para ir por toda la ciudad a investigar y aprender a los involucrados. Algo me comienza a decir que pasaremos la navidad capturando criaturas exóticas.
De todos modos como auror, no todo estaba en su carpeta, prefería a sus padres bajo fuertes barreras en casa, si era bien sabido que los aurores siempre tienen enemigos, por ende tampoco quería llevarlos directamente a las puertas de su casa, evitando incluso en el trabajo dar demasiados detalles sobre su vida personal o en donde estaba su residencia.
Grindelwald debería ser más considerado con las festividades y reanudar sus malvadas actividades cuando el año terminase, no que por el contrario todos se veían afectados y con el miedo de que atacase en cualquier momento. Encima sus ideas, por mucho que pudiera convencer a la gente, fracamente eran estúpidas. Pero si un mago era y sonaba convincente las mentes débiles lo seguirían como ovejas. Apenas había terminado de darle otro trago al café y la mordida al pan cuando esta termino por callar el gallinero, casí juro al tiempo que la temperatura bajo un buen par de grados y que todos templaron, excepto él. Había cosas que eran más aterradoras, como una Piquery que no dormía por varios días y te miraba con tremendas ojeras. Puede haber cosas peores, podriamos tener un líder completamente incompetente, incapaz de tomar buenas decisiones y ni siquiera habríamos logrado cubrir un solo punto de estas reuniones.
Luego vino una larga explicación, en serio, si el mismo Grindelwald entrase a una de estas se moriría de aburrimiento o preferiría parar la guerra con tal de no ser el tema a tocar, porque esto no era distinto a la reunión anterior, eran mínimos los detalles que cambiaban de un momento al otro.
Tuvo que ahogar un sonido de exasperación, ¿en serio? ¿Acaso todo el mundo conspiraba con la navidad? Creía que tendrían más cautela con toda la clase de animales salvajes que hay, pero ahora, buscar a estos es peor que un circo mediático, algunos muggle aman encontrar excusas para decir que vieron cosas inusuales y son como canes buscando el rastro. Casi se ahogo con su café ante la mención del obscurus. ¿Nadie pensaba en haber mandado a aurores a investigar más? Ni siquiera el tenía idea de esto. ¿A que clase de payasos le dijeron? -En la sección donde nos encargamos de hacer las limpiezas y cacería de los magos que son avistadfos por los muggles. No recuerdo que tuvieramos un incidente como este, ni siquiera desde que era un junior en ese departamento, y ahora hay un ser poderoso por ahí como si nada. Suerte vamos a tener si la ciudad se mantiene en pie.
Piquery probablemente armaría a equipos para ir por toda la ciudad a investigar y aprender a los involucrados. Algo me comienza a decir que pasaremos la navidad capturando criaturas exóticas.
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Lo bueno que tenía trabajar para MACUSA en esa época era que, al menos en su humilde (no-tan-humilde) opinión, el gobierno estaba en buenas manos. Y era algo fundamental teniendo en cuenta lo que iba a venir: Una guerra mágica.
Claro que no quería que ocurriese, por supuesto, pero se notaba que era inminente la llegada de una batalla de esas. O muchas. Grindelwald era muy persuasivo con las personas que eran débiles de mente y carácter y Reggie temía que fueran más de las que él pensaba. ¿Cuántos seguidores podría tener? Miles, por supuesto. Pero él no era el primero ni sería el último mago oscuro que rondara por la tierra. Iban a poder acabar con él, el auror estaba seguro.
—Ni lo digas. Toda la razón —dijo a su ahora compañero de asiento mientras escuchaban como se venía abajo MACUSA por la voz de Seraphina. De todos modos, Reginald, conociéndola a ella, se relajó en su asiento y escuchó casi con aburrimiento todo lo que decía, mientras terminaba su café y su alimento, sabiendo que iba a estar un largo rato ahí escuchado.
Sí prestó más atención cuando hablaban de las criaturas y seres que estaban en libertad y lanzó una maldición. Siempre los británicos les causaban problemas. Y era él el encargado de resolverlos, por supuesto. La División de Seres era un departamento de MACUSA que, si bien era manejado por aurores y magizóologos, no tenían grandes implicaciones en la vida general de los magos y brujas. Excepto en ese momento claro. Y eran los momentos donde O’Baldy tenía que brillar si quería conseguir ese puesto de jefe una vez el suyo se jubilara.
—¿Es que acaso no revisan cuando un mago entra al país? ¿No es como... «ilegal» entrar especies de otro continente? —agregó exasperado a las palabras del otro. —Ahora nosotros somos los que tenemos que resolver esos problemas, por un tonto inglés que viene aquí a hacerse el dueño del país —dijo con el ceño fruncido, sin preocuparse en bajar la voz. Algunos de los presentes que lo escucharon asintieron también con furia. La Ministra no dijo nada de su comentario si es que lo había escuchado -que probablemente sí porque tenía un oído ultrasónico- y siguió hablando.
—Oh, vas a estar divertido también estos días —comentó con una risa sarcástica. Todos en MACUSA iban a tener mucho trabajo que hacer por distintas razones, todas juntas. ¡Y en Navidad! Era exasperante. No podían tener ni siquiera unos días de paz. —. Yo trabajo en Seres, así que un poco nos preparamos siempre para esto, pero nunca fue algo de este calibre, definitivamente. No sé quién es el que hizo las cosas de esta manera, pero alguien va a tener que pagar los platos rotos —Y por supuesto no sería él, que se estaba enterando en ese mismo momento.
—Navidades divertidas —comentó con un poco de sarcasmo refiriéndose a capturar criaturas peligrosas, negando con la cabeza, intentando ponerle algo de positivismo al asunto.
Luego Piquery comenzó a llamar a las distintas divisiones más importantes para hacer parejas. —Como si estuviéramos en Ilvermorny otra vez —dijo suspirando y levantándose para ir al lugar de su división —Bueno, nos veremos luego —le dijo al otro antes de ir hacia su jefe, tirando en el tacho de basura el lindo vaso con motivo navideño, un acto hasta poético teniendo en cuenta que no iba a tener buenas navidades.
Seraphina comenzó a hacer arreglos entre los jefes para ver de qué manera podrían llegar a trabajar en conjunto. —O’Baldy —lo llamó la Ministra y él se acercó a ella con paso pesado y la miró alzando una ceja. —A dónde me diga, jefa —dijo, ella lo fulminó con la mirada y volvió a mirar al otro grupo. —Moonwhiteelven, ven aquí también —llamó justamente a quien estaba hablando con él hace un momento antes. —Como los he visto tan tranquilos charlando mientras MACUSA se prende fuego —dijo mirándolos algo enojada, pero Reggie sabía que no era tan así (o esperaba eso). —, serán un equipo y espero que ustedes dos capturen a la mayor cantidad de criaturas. Su ascenso está en juego y lo saben —les avisó a los dos y siguió como si nada con los otros grupos.
—Bueno, oficialmente compañeros —le dijo al hombre de apellido larguísimo. —Reginald O’Baldy, a tu servicio —se presentó estirando la mano para estrechársela y oficialmente convertirse en compañeros de trabajo.
Claro que no quería que ocurriese, por supuesto, pero se notaba que era inminente la llegada de una batalla de esas. O muchas. Grindelwald era muy persuasivo con las personas que eran débiles de mente y carácter y Reggie temía que fueran más de las que él pensaba. ¿Cuántos seguidores podría tener? Miles, por supuesto. Pero él no era el primero ni sería el último mago oscuro que rondara por la tierra. Iban a poder acabar con él, el auror estaba seguro.
—Ni lo digas. Toda la razón —dijo a su ahora compañero de asiento mientras escuchaban como se venía abajo MACUSA por la voz de Seraphina. De todos modos, Reginald, conociéndola a ella, se relajó en su asiento y escuchó casi con aburrimiento todo lo que decía, mientras terminaba su café y su alimento, sabiendo que iba a estar un largo rato ahí escuchado.
Sí prestó más atención cuando hablaban de las criaturas y seres que estaban en libertad y lanzó una maldición. Siempre los británicos les causaban problemas. Y era él el encargado de resolverlos, por supuesto. La División de Seres era un departamento de MACUSA que, si bien era manejado por aurores y magizóologos, no tenían grandes implicaciones en la vida general de los magos y brujas. Excepto en ese momento claro. Y eran los momentos donde O’Baldy tenía que brillar si quería conseguir ese puesto de jefe una vez el suyo se jubilara.
—¿Es que acaso no revisan cuando un mago entra al país? ¿No es como... «ilegal» entrar especies de otro continente? —agregó exasperado a las palabras del otro. —Ahora nosotros somos los que tenemos que resolver esos problemas, por un tonto inglés que viene aquí a hacerse el dueño del país —dijo con el ceño fruncido, sin preocuparse en bajar la voz. Algunos de los presentes que lo escucharon asintieron también con furia. La Ministra no dijo nada de su comentario si es que lo había escuchado -que probablemente sí porque tenía un oído ultrasónico- y siguió hablando.
—Oh, vas a estar divertido también estos días —comentó con una risa sarcástica. Todos en MACUSA iban a tener mucho trabajo que hacer por distintas razones, todas juntas. ¡Y en Navidad! Era exasperante. No podían tener ni siquiera unos días de paz. —. Yo trabajo en Seres, así que un poco nos preparamos siempre para esto, pero nunca fue algo de este calibre, definitivamente. No sé quién es el que hizo las cosas de esta manera, pero alguien va a tener que pagar los platos rotos —Y por supuesto no sería él, que se estaba enterando en ese mismo momento.
—Navidades divertidas —comentó con un poco de sarcasmo refiriéndose a capturar criaturas peligrosas, negando con la cabeza, intentando ponerle algo de positivismo al asunto.
Luego Piquery comenzó a llamar a las distintas divisiones más importantes para hacer parejas. —Como si estuviéramos en Ilvermorny otra vez —dijo suspirando y levantándose para ir al lugar de su división —Bueno, nos veremos luego —le dijo al otro antes de ir hacia su jefe, tirando en el tacho de basura el lindo vaso con motivo navideño, un acto hasta poético teniendo en cuenta que no iba a tener buenas navidades.
Seraphina comenzó a hacer arreglos entre los jefes para ver de qué manera podrían llegar a trabajar en conjunto. —O’Baldy —lo llamó la Ministra y él se acercó a ella con paso pesado y la miró alzando una ceja. —A dónde me diga, jefa —dijo, ella lo fulminó con la mirada y volvió a mirar al otro grupo. —Moonwhiteelven, ven aquí también —llamó justamente a quien estaba hablando con él hace un momento antes. —Como los he visto tan tranquilos charlando mientras MACUSA se prende fuego —dijo mirándolos algo enojada, pero Reggie sabía que no era tan así (o esperaba eso). —, serán un equipo y espero que ustedes dos capturen a la mayor cantidad de criaturas. Su ascenso está en juego y lo saben —les avisó a los dos y siguió como si nada con los otros grupos.
—Bueno, oficialmente compañeros —le dijo al hombre de apellido larguísimo. —Reginald O’Baldy, a tu servicio —se presentó estirando la mano para estrechársela y oficialmente convertirse en compañeros de trabajo.
Reginald - MACUSA - Diciembre 1929
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Trabajo es trabajo no importa del todo si se festeja o no, cuando un mago de ese calibre anda suelto no se puede pelear al respecto sobre el tiempo de las festividades, porque sería una completa frivolidad pensar que el no meterse en ello podría hacer que los enemigos no se fueran contra su familia, en una guerra no pasaba, y Anekevson no era de aquella rama de irresponsables que solo se daría la media vuelta con la cola entre las patas.
Y como siempre si el gobierno Británico osaba decir algo en contra de como estaban manejando las cosas podían ir y besar su trasero, que más que ellos si estaban haciendo, estos esperaban a alguna clase de mago milagro y no señor, ellos no se iban a quedar sentados esperando a tomarlos de la mano en lo que eso pasaba. Y mientras ellos en eso perdían su tiempo los fanáticos de este aumentaban en cientos, este tenía argumentos que en las masas menores deran demasiado buenos como para ser ciertos, más los débiles de mente no dudaban en seguir a tan falso profeta. Y así llegarán uno o dos magos obscuros más, estaría ahí para ponerles el alto.
Uno se peguntaría si no es mejor idea dejarla encerrada con Grindelwald en una habitación cuando se pone así. No era algo que imaginara que se pudiera hacer fácilmente pero tampoco se podía saber ese resultado, aunque si era pensamiento completamente interesante. Aún con esas distracciones se enteraba de lo que pasaba a su alrededor de lo contrario no sería un auror si no pudiera estar en varias cosas al mismo tiempo.
Luego arrugó su ceño, Anekevson pensó en que idiota se podía ser como para que si esto se tuviera que reportar apenas se vinieran enterando, ¿acaso su seguridad era un circo ahora? Sintió rabia y llegaría al fondo de encontrar que imbécil permitió que este incidente se escalase tanto.
Y entonces se daba cuenta de que tenían dos problemas por resolver, ya no solo un loco poderososo sino un británico que creía que violar la ley era cosa de risa. Terminando la junta el mismo iría por el payaso ese para mandarlo de una patada en el trasero a su tierra natal con todo y animales. Bebió indignado el resto de su café. -Me parece que la gente no esta haciendo sus deberes, debió pasar por el registro al llegar, si tuvieron que detectar esto y detenerlo para una examinación cuidadosa. Ya no era cosa de ser discreto, era momento de quererse mover, mientras más tiempo lo dejaran por su cuenta imaginaba todos esos desastres ya pasando. Y la junta aún no estaba terminando.
Nada como solo algo de trabajo extra en plena navidad, es la clase de cosas que nos esperamos con ansía todo el año. Y estaba siendo extremadamente sarcástico al respecto con eso. No estoy en esa división pero como auror golpeador juro que me pregunto en que momento no usaron sus mentes el resto de la gente para emitir alertas a la voz de ya. Fue cuando parecía llegar el momento de la acción que se levanto como si fuera el final de alguna clase, ni tenía ganas ya de bromear con Piquery al estar rabiando por dentro. Al menos fue una junta más divertida. Le dijo acercandosé a los suyos, ¿a todo esto donde estaba el amargado de Graves para controlar a sus descarriados?
De eso estaba preguntando cuando con un gruñido tuvo que ir a Seraphina. Presente jefa, ¿digame no se le perdió alguna otra cosa exótica de paso? A lo que lo fulmino con la mirada y estaría muerto si ella lanzara avadas por los ojos. Lo de siempre nada de que preocuparse. Si tal vez era mejor dejar de estar hablando pero era su indignación lo que le daba cuerda.
Y se da el tiempo de bromear con los ascensos, claro tenía que mejorarnos el día. Mejor le termino de prender fuego al lugar. Estrecho la mano de este, al menos iba a tener un compañero decente. Anekevson Moonwhiteelven, se libre de encontrar alguja forma de reducirlo un poco, Merlín sabe que otros lo han intentado sin éxito. ¿Bueno primero por el inglés o por sus mascotas?
Y como siempre si el gobierno Británico osaba decir algo en contra de como estaban manejando las cosas podían ir y besar su trasero, que más que ellos si estaban haciendo, estos esperaban a alguna clase de mago milagro y no señor, ellos no se iban a quedar sentados esperando a tomarlos de la mano en lo que eso pasaba. Y mientras ellos en eso perdían su tiempo los fanáticos de este aumentaban en cientos, este tenía argumentos que en las masas menores deran demasiado buenos como para ser ciertos, más los débiles de mente no dudaban en seguir a tan falso profeta. Y así llegarán uno o dos magos obscuros más, estaría ahí para ponerles el alto.
Uno se peguntaría si no es mejor idea dejarla encerrada con Grindelwald en una habitación cuando se pone así. No era algo que imaginara que se pudiera hacer fácilmente pero tampoco se podía saber ese resultado, aunque si era pensamiento completamente interesante. Aún con esas distracciones se enteraba de lo que pasaba a su alrededor de lo contrario no sería un auror si no pudiera estar en varias cosas al mismo tiempo.
Luego arrugó su ceño, Anekevson pensó en que idiota se podía ser como para que si esto se tuviera que reportar apenas se vinieran enterando, ¿acaso su seguridad era un circo ahora? Sintió rabia y llegaría al fondo de encontrar que imbécil permitió que este incidente se escalase tanto.
Y entonces se daba cuenta de que tenían dos problemas por resolver, ya no solo un loco poderososo sino un británico que creía que violar la ley era cosa de risa. Terminando la junta el mismo iría por el payaso ese para mandarlo de una patada en el trasero a su tierra natal con todo y animales. Bebió indignado el resto de su café. -Me parece que la gente no esta haciendo sus deberes, debió pasar por el registro al llegar, si tuvieron que detectar esto y detenerlo para una examinación cuidadosa. Ya no era cosa de ser discreto, era momento de quererse mover, mientras más tiempo lo dejaran por su cuenta imaginaba todos esos desastres ya pasando. Y la junta aún no estaba terminando.
Nada como solo algo de trabajo extra en plena navidad, es la clase de cosas que nos esperamos con ansía todo el año. Y estaba siendo extremadamente sarcástico al respecto con eso. No estoy en esa división pero como auror golpeador juro que me pregunto en que momento no usaron sus mentes el resto de la gente para emitir alertas a la voz de ya. Fue cuando parecía llegar el momento de la acción que se levanto como si fuera el final de alguna clase, ni tenía ganas ya de bromear con Piquery al estar rabiando por dentro. Al menos fue una junta más divertida. Le dijo acercandosé a los suyos, ¿a todo esto donde estaba el amargado de Graves para controlar a sus descarriados?
De eso estaba preguntando cuando con un gruñido tuvo que ir a Seraphina. Presente jefa, ¿digame no se le perdió alguna otra cosa exótica de paso? A lo que lo fulmino con la mirada y estaría muerto si ella lanzara avadas por los ojos. Lo de siempre nada de que preocuparse. Si tal vez era mejor dejar de estar hablando pero era su indignación lo que le daba cuerda.
Y se da el tiempo de bromear con los ascensos, claro tenía que mejorarnos el día. Mejor le termino de prender fuego al lugar. Estrecho la mano de este, al menos iba a tener un compañero decente. Anekevson Moonwhiteelven, se libre de encontrar alguja forma de reducirlo un poco, Merlín sabe que otros lo han intentado sin éxito. ¿Bueno primero por el inglés o por sus mascotas?
Anekevson- Macusa y alrededores - Diciembre 1929
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Por lo que escuchaba a la ministra, todo estaba bastante peliagudo. El problemita con Grindelwald podía escalar en cualquier momento; nadie confiaba en que estuviera tranquilo y feliz, probablemente estaba tramando algo y tenían razón, no era de extrañar que fuera lejos de Europa. Y después estaba el temita de las criaturas mágicas del idiota inglés. ¿Es que acaso los europeos habían nacido para perturbar a los americanos? (No no iba a entrar en el tema de la colonización; ahora Estados Unidos pretendía estar más o menos en paz y vienen los Europeos y empiezan con sus problemas).
En ese momento agradecía que sus padres se hubieran ido a Irlanda para las vacaciones y esperaba que se quedaran allá bastante rato. Normalmente Irlanda era bastante tranquila, aún estando en Europa, así que los O’Baldy iban a estar bien allí, al menos por ahora. Probablemente tenga que enviar un mensaje para avisarles que alarguen sus vacaciones.
—Pobre Grindelwald si fuera así —respondió alzando las cejas imaginándose esa escena. Entre pelear contra el europeo y con la ministra de MACUSA; prefería mil veces al europeo sin dudarlo para nada.
Con respecto al inglés, no quería pensar que había sido culpa de su propio departamento. Estaba el regulador de criaturas mágicas, pero la División de Seres también tenía que estar atento a esas cosas y había pasado directamente por sus narices. —Supongo que mi jefe se ha ligado una buena —comentó, no sólo por el jefe de su división sino también del departamento. —. Sí, es ilegal y tiene que estar regularizado quiénes entran con criaturas mágicas aquí. Así que o las escondió, no buscaron bien o es un traficante bastante inteligente —No sabía quién era ni su finalidad al traer tantas criaturas al país. Iban a tener que charlar bastante con ese hombre.
—Sí, ni que lo digas. Yo estaba esperando tomarme unos días en mi bella Irlanda pero que va, prefiero estar ahí a la intemperie cazando europeos —agregó con el mismo sarcasmo de antes que tenía su compañero. Asintió después cuando le dijo que era golpeador. Así que también su departamento se había mandado de las suyas con lo que estaba ocurriendo. —Supongo que estaban esperando a que se solucionara por arte de magia antes de dar voz de alarma —puso los ojos en blanco, ¿la ministra esperaba que Graves solucionara todo él solo? Quizás se cansó de su pomposidad y su pretensión.
Cuando la reunión terminó, Seraphina empezó a reunirlos en grupo. No era extraño que fuera por distintos grupos de aurores y personal de seguridad mágica que fueran de diferentes departamentos para que trabajen en conjunto y blablabla. Sonrió de costado con el comentario sobre alguna criatura exótica y Picquery también lo fulminó con la mirada.
—Sabe jugar con mis deseos. Mi jefe se va a jubilar en cualquier momento y planeo ocupar su lugar —explicó a su nuevo compañero con respecto a los ascensos. Picquery no era tonta, por supuesto. —. Pero la verdad que si va a jubilarse en el medio de este lío, prefiero pasar por el momento —dijo con una sonrisa de lado mientras le estrechaba la mano. Luego alzó una ceja. —¿De dónde rayos es ese nombre? —preguntó asombrado, su apellido si bien era extraño para un americano (de apellidos Smith o esas cosas) al menos era irlandés. —Te diré Moon —decidió sin preguntarle y luego pensó por un segundo. —. Vamos por ese inglés. Si lo encontramos, encontraremos a sus mascotas —decidió y le hizo una seña para que salieran del lugar antes de que Picquery les diga algo más.
En ese momento agradecía que sus padres se hubieran ido a Irlanda para las vacaciones y esperaba que se quedaran allá bastante rato. Normalmente Irlanda era bastante tranquila, aún estando en Europa, así que los O’Baldy iban a estar bien allí, al menos por ahora. Probablemente tenga que enviar un mensaje para avisarles que alarguen sus vacaciones.
—Pobre Grindelwald si fuera así —respondió alzando las cejas imaginándose esa escena. Entre pelear contra el europeo y con la ministra de MACUSA; prefería mil veces al europeo sin dudarlo para nada.
Con respecto al inglés, no quería pensar que había sido culpa de su propio departamento. Estaba el regulador de criaturas mágicas, pero la División de Seres también tenía que estar atento a esas cosas y había pasado directamente por sus narices. —Supongo que mi jefe se ha ligado una buena —comentó, no sólo por el jefe de su división sino también del departamento. —. Sí, es ilegal y tiene que estar regularizado quiénes entran con criaturas mágicas aquí. Así que o las escondió, no buscaron bien o es un traficante bastante inteligente —No sabía quién era ni su finalidad al traer tantas criaturas al país. Iban a tener que charlar bastante con ese hombre.
—Sí, ni que lo digas. Yo estaba esperando tomarme unos días en mi bella Irlanda pero que va, prefiero estar ahí a la intemperie cazando europeos —agregó con el mismo sarcasmo de antes que tenía su compañero. Asintió después cuando le dijo que era golpeador. Así que también su departamento se había mandado de las suyas con lo que estaba ocurriendo. —Supongo que estaban esperando a que se solucionara por arte de magia antes de dar voz de alarma —puso los ojos en blanco, ¿la ministra esperaba que Graves solucionara todo él solo? Quizás se cansó de su pomposidad y su pretensión.
Cuando la reunión terminó, Seraphina empezó a reunirlos en grupo. No era extraño que fuera por distintos grupos de aurores y personal de seguridad mágica que fueran de diferentes departamentos para que trabajen en conjunto y blablabla. Sonrió de costado con el comentario sobre alguna criatura exótica y Picquery también lo fulminó con la mirada.
—Sabe jugar con mis deseos. Mi jefe se va a jubilar en cualquier momento y planeo ocupar su lugar —explicó a su nuevo compañero con respecto a los ascensos. Picquery no era tonta, por supuesto. —. Pero la verdad que si va a jubilarse en el medio de este lío, prefiero pasar por el momento —dijo con una sonrisa de lado mientras le estrechaba la mano. Luego alzó una ceja. —¿De dónde rayos es ese nombre? —preguntó asombrado, su apellido si bien era extraño para un americano (de apellidos Smith o esas cosas) al menos era irlandés. —Te diré Moon —decidió sin preguntarle y luego pensó por un segundo. —. Vamos por ese inglés. Si lo encontramos, encontraremos a sus mascotas —decidió y le hizo una seña para que salieran del lugar antes de que Picquery les diga algo más.
Reginald - MACUSA - Diciembre 1929
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1-Stalking the preys
Si ya la cosa sonaba complicada, esto era como decir vamos a subir totalmente el nivel de complejidad de todo causando más problemas de los necesarios sin importar que este pasando. Y si eso era pues bueno, ya que más daba, ciertamente la Navidad no se iba a festejar bien este año, con lo cuál solo por eso si lograban atrapar al maldito loco de Grindelwald de paso le iba a patear el trasero, solo por gusto y arruinar sus festividades, además de alertar a su familia solo para estar más calmado con todo esto, no como Picquery que ya veía que le estaba dando un tic en el ojo, haciendo que tosiera para ahogar una risa.
Encima eso de que solo esperaban que un mago al otro lado del charco resolviera todo, ¿en serio? ¿Qué acaso el resto de la gente era solo un chiste? Le indignaba mucho por todos los compañeros que se vieron afectados por este loco o que habían perdido la vida solo para este tipo de comentarios y si, Anekevson se lo tomaba muy personal. Por eso buscaría que cerraran este caso lo más pronto posible no tenían porque estar alargandolo, si los Europeos querían esperar a que brotáse algún todopoderoso de la tierra él estaría mientras tanto haciendo su parte.
Una risa escapo de sus labios, si había sido una idea algo ridícula pero a su vez algo que estaría divertido de presenciar, no podía negarlo. Que altamente recomendaría eso si lo pillaban, a ver si la Ministra le sacaba las ganas de estar aterrorizando al mundo mágico.
Pienso que no se le debería solo de dejar ir, una buena multa estaría bien para que tome en cuenta que todos los lugares tienen una regulación, no me importa si es foráneo, siempre se tiene que considerar a las reglas de otros lados, además no creo que solo este por su cuenta, sino ya habŕían dado con este. Ya lo sabrían si lo atrapaban en su momento, por ahora solo eran meras especulaciones o el inglés no era tan tonto como aparentaba.
Justamente por eso creía que se llevarían bien, no todos aguantaban el ritmo de su sarcasmo y que más daba, solo los dignos podían, el resto deberían de aprender que así era este, no tenía tiempo para la gente que no pensaba por si misma. Le gustaba estar activo además, el mundo no solucionaba los problemas solo estando sentados.
Parecía que Graves no estaba haciendo sus labores, de lo que sabía incluso este era mucho más adicto al trabajo habría esperado que este ya estuviera encima de los responsables, ¿porque eso generaba una sensación extraña en su persona? Tal vez era solo la situación en general, ya lo pensaría con detenimiento.
Con los de todos, aunque no veo que Graves literalmente tenga un pie en la tumba como para que haya una promoción ahí pero si ella dice, tendre que creerle que realmente pasará, pero no lo confirmo. Y si, el hombre antes muerto que solo cederle el poder a otro auror cualquiera. Pues si se jubila y los deja con el lío habrá mucho que decir de este, solo sería si algo extremo pasara, pero bueno, mejor desear que tenga una larga vida y esto se solucione. Luego soltó una muy larga risa. Creo que es una buena historia para contarte por el camino, creemé que todos dicen eso. Y ni siquiera le preocupaba mucho, todos lo encontraban complicado, hasta la jefa. Siguiendolo sin perder un segundo más o antes de que a la jefa le diera por agregarles algo extra a su misión. -Podemos buscarlo por los zoológicos, los animales tienden a buscar a sus semejantes. Dijo como idea final.
Fin del capítulo 1
Encima eso de que solo esperaban que un mago al otro lado del charco resolviera todo, ¿en serio? ¿Qué acaso el resto de la gente era solo un chiste? Le indignaba mucho por todos los compañeros que se vieron afectados por este loco o que habían perdido la vida solo para este tipo de comentarios y si, Anekevson se lo tomaba muy personal. Por eso buscaría que cerraran este caso lo más pronto posible no tenían porque estar alargandolo, si los Europeos querían esperar a que brotáse algún todopoderoso de la tierra él estaría mientras tanto haciendo su parte.
Una risa escapo de sus labios, si había sido una idea algo ridícula pero a su vez algo que estaría divertido de presenciar, no podía negarlo. Que altamente recomendaría eso si lo pillaban, a ver si la Ministra le sacaba las ganas de estar aterrorizando al mundo mágico.
Pienso que no se le debería solo de dejar ir, una buena multa estaría bien para que tome en cuenta que todos los lugares tienen una regulación, no me importa si es foráneo, siempre se tiene que considerar a las reglas de otros lados, además no creo que solo este por su cuenta, sino ya habŕían dado con este. Ya lo sabrían si lo atrapaban en su momento, por ahora solo eran meras especulaciones o el inglés no era tan tonto como aparentaba.
Justamente por eso creía que se llevarían bien, no todos aguantaban el ritmo de su sarcasmo y que más daba, solo los dignos podían, el resto deberían de aprender que así era este, no tenía tiempo para la gente que no pensaba por si misma. Le gustaba estar activo además, el mundo no solucionaba los problemas solo estando sentados.
Parecía que Graves no estaba haciendo sus labores, de lo que sabía incluso este era mucho más adicto al trabajo habría esperado que este ya estuviera encima de los responsables, ¿porque eso generaba una sensación extraña en su persona? Tal vez era solo la situación en general, ya lo pensaría con detenimiento.
Con los de todos, aunque no veo que Graves literalmente tenga un pie en la tumba como para que haya una promoción ahí pero si ella dice, tendre que creerle que realmente pasará, pero no lo confirmo. Y si, el hombre antes muerto que solo cederle el poder a otro auror cualquiera. Pues si se jubila y los deja con el lío habrá mucho que decir de este, solo sería si algo extremo pasara, pero bueno, mejor desear que tenga una larga vida y esto se solucione. Luego soltó una muy larga risa. Creo que es una buena historia para contarte por el camino, creemé que todos dicen eso. Y ni siquiera le preocupaba mucho, todos lo encontraban complicado, hasta la jefa. Siguiendolo sin perder un segundo más o antes de que a la jefa le diera por agregarles algo extra a su misión. -Podemos buscarlo por los zoológicos, los animales tienden a buscar a sus semejantes. Dijo como idea final.
Fin del capítulo 1
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2. Searching New York
Había varias cosas por hacer para esa persecución y sobre todo para que fuera exitosa. No es que tuviera una lista, pero en la División de Seres había diferentes opciones y caminos que podían tomar dependiendo del tipo de bestia a la que se enfrentaban. Por supuesto, aquello era un poco diferente porque al parecer el inglés había soltado muchas criaturas diferentes en Nueva York entonces tenían que ver a qué se enfrentarían primero antes de elegir un buen plan de acción.
—¿Tienes un listado de las criaturas que se soltaron? —preguntó a su nuevo compañero mientras salían de MACUSA para dirigirse hacia el zoológico por la buena idea que había tenido aquel tipo de nombre extraño. No sabía bien qué era lo que había perdido el tonto inglés así que iban a tener cuidado y sobre todo estar atentos a que los nomaj no estuvieran involucrados en nada; no tenía ganas de ir llamando a los desmemorizadores o hacerlo él mismo.
—Bien, ¿me vas a contar la historia de tu nombre? —preguntó con una risa divertida mientras caminaban; como quedaba a unas calles de allí, había tenido la idea de ir caminando porque así podían estar atentos en caso de que hubiera alguna criatura dando vueltas por ahí. O Grindelwald. Lo que apareciera primero.
—¿Tienes un listado de las criaturas que se soltaron? —preguntó a su nuevo compañero mientras salían de MACUSA para dirigirse hacia el zoológico por la buena idea que había tenido aquel tipo de nombre extraño. No sabía bien qué era lo que había perdido el tonto inglés así que iban a tener cuidado y sobre todo estar atentos a que los nomaj no estuvieran involucrados en nada; no tenía ganas de ir llamando a los desmemorizadores o hacerlo él mismo.
—Bien, ¿me vas a contar la historia de tu nombre? —preguntó con una risa divertida mientras caminaban; como quedaba a unas calles de allí, había tenido la idea de ir caminando porque así podían estar atentos en caso de que hubiera alguna criatura dando vueltas por ahí. O Grindelwald. Lo que apareciera primero.
Reginald - Nueva York - 1929
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2. Searching New York
En serio que los del otro lado del charco tenían la peor organización del mundo, ¿Cómo es que ni siquiera dentro de la MACUSA alguien viera algo anormal en todo esto? ¿acaso la seguridad era tan mala que los entrenamientos de los aurores tendrían que ser redoblados con intensidad? Ya que eso parecía, la incompetencia los haría no solo ver mal, sino que con un loco como Grindelwald suelto era ya sumarle más trabajo, pocos parecían poderlo someter, y él personalmente no iba a esperar a que un tipo metido en un castillo viniera a según esto enfrentarlo porque era el único que podía ir contra él.
No señor, primero se encargarían de los animales, le metería una buena multa al británico, inglés o lo que fuera, responsable y luego asignaría gente a que hiciera su trabajo o el mismo lo haría, pero igualmente mandaría a Graves a pastar por ahí si pensaba entorpecerle la labor, era buen auror, pero estos días estaba incontrolable.
Solo de unas cuantas, pero entre ellas hay un niffler, parece, unos cuantos billiwygs, y no sabemos si algo más grande, dicen que puede ser algo similar al elefante muggle, diría que eso me suena poco consolador, más si tomamos en cuenta que algunas de todas estas criaturas tienen habilidades totalmente inusuales, o pueden ser peligrosas para un no maj.
Faltaba que le dijeran que el loco cargaba con una quimera, y todos sabían que criaturas de clase XXXXX hacía arriba podían terminar hasta con una ciudad entera si nadie las controlaba, o se tenía que ir en equipos totalmente.
Sin dudarlo tenían tan solo unas horas antes de que alguna fuera vista justamente por no majs, o que los desmemorizadores no pudieran controlar la situación y fuera complicado hacer un rastreo de aquellos que eran testigos de todos estos inusuales sucesos, por algo el estatuto de secrecía era tan enfatizado.
Bien te diré que mis padres decidieron que no solo tenía que tener un nombre asquerosamente raro, sino que además es totalmente impronunciable, imagina cuando vas en la elemental aprendiendo a leer y de pronto van suena tal nombre, les gusta, pero creo que mis padres decidieron honrar las tradiciones ancestrales, más que nada. Uno es persa, o bueno tiene raíces persas y el otro estoy muy seguro de que es escandinavo o de esas regiones, los primeros Moonwhiteelven decidieron migrar para una mejor vida, encontrar otros lados donde asentarse, y curiosamente algunos están en América, el resto sigue por Europa, mis padres suelen ir seguido a ver a la familia.
Mi teoría secreta es que me nombraron tras una buena fiesta donde todos bebieron mucho y salió ese despelote de nombre. ¿Cuál tiene mejor sentido? -Le pregunto con mucho humor de por medio mientras caminaban a su destino.
No señor, primero se encargarían de los animales, le metería una buena multa al británico, inglés o lo que fuera, responsable y luego asignaría gente a que hiciera su trabajo o el mismo lo haría, pero igualmente mandaría a Graves a pastar por ahí si pensaba entorpecerle la labor, era buen auror, pero estos días estaba incontrolable.
Solo de unas cuantas, pero entre ellas hay un niffler, parece, unos cuantos billiwygs, y no sabemos si algo más grande, dicen que puede ser algo similar al elefante muggle, diría que eso me suena poco consolador, más si tomamos en cuenta que algunas de todas estas criaturas tienen habilidades totalmente inusuales, o pueden ser peligrosas para un no maj.
Faltaba que le dijeran que el loco cargaba con una quimera, y todos sabían que criaturas de clase XXXXX hacía arriba podían terminar hasta con una ciudad entera si nadie las controlaba, o se tenía que ir en equipos totalmente.
Sin dudarlo tenían tan solo unas horas antes de que alguna fuera vista justamente por no majs, o que los desmemorizadores no pudieran controlar la situación y fuera complicado hacer un rastreo de aquellos que eran testigos de todos estos inusuales sucesos, por algo el estatuto de secrecía era tan enfatizado.
Bien te diré que mis padres decidieron que no solo tenía que tener un nombre asquerosamente raro, sino que además es totalmente impronunciable, imagina cuando vas en la elemental aprendiendo a leer y de pronto van suena tal nombre, les gusta, pero creo que mis padres decidieron honrar las tradiciones ancestrales, más que nada. Uno es persa, o bueno tiene raíces persas y el otro estoy muy seguro de que es escandinavo o de esas regiones, los primeros Moonwhiteelven decidieron migrar para una mejor vida, encontrar otros lados donde asentarse, y curiosamente algunos están en América, el resto sigue por Europa, mis padres suelen ir seguido a ver a la familia.
Mi teoría secreta es que me nombraron tras una buena fiesta donde todos bebieron mucho y salió ese despelote de nombre. ¿Cuál tiene mejor sentido? -Le pregunto con mucho humor de por medio mientras caminaban a su destino.
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2. Searching New York
A Reginald e gustaba ponerse en marcha. Lo divertido de especializarse en la División de Seres era que se la paseaba de acá para allá persiguiendo cosas. Era bastante divertido y el trabajo de papeleo era un infierno para él.
Salió con su compañero auror a recorrer las calles de Nueva York. Tenían trabajo que hacer y encima un loco suelto. Vaya que se venía un año interesante al parecer.
Escuchó con interés el listado de criaturas desaparecidas. —¿Tienes oro encima? —preguntó ladeando la cabeza, pensando en el niffler. —. Sí, será peligroso —dijo, pero sonando como si «peligroso» fuera la mejor palabra del mundo. —. Domar elefantes es una actividad gratificante, la recomiendo mucho —le dijo a su compañero con un asentimiento.
Y además tenía la historia de su nombre. Eso seguramente lo iba a entretener mientras hacían su trabajo. Escuchó la historia con interés. —Suena razonable que sea una tradición ancestral... que nadie conoce —bromeó y luego rió con la siguiente opción. —. Creo que esa es más factible, Moon. Tal vez pusieron diferentes pedazos de nombres y un blanco y le lanzaron dardos —sugirió pensativo.
—Creo que lo mejor es ir a la última vez que vieron al tipo aquel. En caso de ver criaturas, pararemos y las intentaremos cazar —comentó al cruzar una calle, a ver qué tal decía su compañero. No era reacio a escuchar ideas ajenas. —¿Qué te parece?
Salió con su compañero auror a recorrer las calles de Nueva York. Tenían trabajo que hacer y encima un loco suelto. Vaya que se venía un año interesante al parecer.
Escuchó con interés el listado de criaturas desaparecidas. —¿Tienes oro encima? —preguntó ladeando la cabeza, pensando en el niffler. —. Sí, será peligroso —dijo, pero sonando como si «peligroso» fuera la mejor palabra del mundo. —. Domar elefantes es una actividad gratificante, la recomiendo mucho —le dijo a su compañero con un asentimiento.
Y además tenía la historia de su nombre. Eso seguramente lo iba a entretener mientras hacían su trabajo. Escuchó la historia con interés. —Suena razonable que sea una tradición ancestral... que nadie conoce —bromeó y luego rió con la siguiente opción. —. Creo que esa es más factible, Moon. Tal vez pusieron diferentes pedazos de nombres y un blanco y le lanzaron dardos —sugirió pensativo.
—Creo que lo mejor es ir a la última vez que vieron al tipo aquel. En caso de ver criaturas, pararemos y las intentaremos cazar —comentó al cruzar una calle, a ver qué tal decía su compañero. No era reacio a escuchar ideas ajenas. —¿Qué te parece?
Reginald - Nueva York - 1929
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2. Searching New York
No detestaba su trabajo para nada, como auror era claro que la misma tenía la capacidad de hacer muchas cosas y salirse con la suya siempre que fuera dentro de las reglas en que se regían claro, porque de lo contrario estaría limpiando los pisos con magia nada más. Pero lo que si no pasaba por alto es que cosas tan sencillas como revisar bien la maleta de un inglés causara tal desastre y cuando diera con el responsable por seguro que lo haría limpiar los baños de toda MACUSA solo con un cepillo de dientes y sin magia alguna hasta que parecieran nuevos.
El trabajo extra implicaba dirigir la energía no a quien tenían que hacerlo, sino tomar un camino más largo, seguramente si esto llegaba a los oídos del demente de Grindelwald sin duda alguna aprovecharía esas distracciones para encontrarlos vulnerables, ya tenia suficiente con que justamente los ingleses no movieran un maldito dedo esperando el regreso de Merlín o algo así.
No, pero tengo un reloj brillante, eso seguro que llamara su atención, no sabes lo complicado que es ir tras los malvados sonando con los galeones en el bolsillo, malo para pasar desapercibido. -Dijo, aunque fuera una broma, si tenia algunos para que este se pudiera sentir algo interesado en ello.
Mas si lo que creemos es que traía toda una lista de cosas peligrosas, faltaría que cargase con una mantícora de paso, malo para las carnicerías muggle, y peor para el pobre suertudo que se ponga en su camino. -La desmemorización les costaría aun más tiempo extra.
Muy seguramente, dudo que tenga como tal un origen tan ancestral como quieren que sea, pero fingiré que realmente lo tiene, los abuelos son muy aferrados a ello, no les digas lo contrario o te pegaran con esas espátulas de madera y te quitaran el postre navideño.
Buena idea, si tenemos un punto donde comenzar o donde es que ocurrió algo mucho más inusual de lo normal podemos encontrar rastros de las demás criaturas, si son del tipo inteligente van a buscar o volver con el sujeto o trataran de escaparse y no volver, pasando a nuestras manos y jurisdicción, especialmente si no tiene todos los permisos.
El trabajo extra implicaba dirigir la energía no a quien tenían que hacerlo, sino tomar un camino más largo, seguramente si esto llegaba a los oídos del demente de Grindelwald sin duda alguna aprovecharía esas distracciones para encontrarlos vulnerables, ya tenia suficiente con que justamente los ingleses no movieran un maldito dedo esperando el regreso de Merlín o algo así.
No, pero tengo un reloj brillante, eso seguro que llamara su atención, no sabes lo complicado que es ir tras los malvados sonando con los galeones en el bolsillo, malo para pasar desapercibido. -Dijo, aunque fuera una broma, si tenia algunos para que este se pudiera sentir algo interesado en ello.
Mas si lo que creemos es que traía toda una lista de cosas peligrosas, faltaría que cargase con una mantícora de paso, malo para las carnicerías muggle, y peor para el pobre suertudo que se ponga en su camino. -La desmemorización les costaría aun más tiempo extra.
Muy seguramente, dudo que tenga como tal un origen tan ancestral como quieren que sea, pero fingiré que realmente lo tiene, los abuelos son muy aferrados a ello, no les digas lo contrario o te pegaran con esas espátulas de madera y te quitaran el postre navideño.
Buena idea, si tenemos un punto donde comenzar o donde es que ocurrió algo mucho más inusual de lo normal podemos encontrar rastros de las demás criaturas, si son del tipo inteligente van a buscar o volver con el sujeto o trataran de escaparse y no volver, pasando a nuestras manos y jurisdicción, especialmente si no tiene todos los permisos.
Anekevson- Nueva York - 1929
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2. Searching New York
Si bien vivía en Estados Unidos, su vida irlandesa no era algo que desaparecería de la noche a la mañana. Y eso también implicaba su molestia hacia los ingleses. Le caían mal. Iban de acá para allá haciéndose los dueños del mundo, como bien había ese idiota inglés que llegó a América y decidió dejar sueltos animales fantásticos que podían llegar a provocar que el mundo nomaj se enterara de su existencia.
Trabajar en la división de seres no implicaba necesariamente que supiera una millonada sobre miles de criaturas mágicas pero sí sabía bastante, era un hecho. Tenían que buscar mucho y también muchas eran peligrosas, por eso era importante que fueran aurores los encargados de hacerlo. Pero eso no significaba que él no quisiera estar haciendo cualquier otra cosa.
—Bien. De todos modos ten cuidado de no perderlo. Yo tengo unas monedas —dijo asintiendo con la cabeza. —, podemos usar eso. Yo sé que no queda bien atrapar a los malos con los bolsillos sonando, pero como yo atrapo criaturas —se encogió de hombros siguiendo con la broma de su compañero con nombre gracioso.
—Con estos ingleses no me sorprendería que trajera una mantícora a pleno Nueva York, lleno de gente que está haciendo sus compras navideñas. Ya sabes cómo se pone la ciudad en esta época. Pero hay gente que simplemente es imbécil —dijo con un gruñido. Lo único que esperaba era que atraparan a ese sujeto y lo encarcelaran o algo así. Una temporada en la prisión y ya aprendería a que no podían ir y hacer lo que quisieran porque sí.
Soltó una risa, un poco más divertido hablando del nombre que tenía su compañero. Y es que era extraño, sobre todo para un irlandés donde la mayoría tenía su propio apellido y no por familiares sino porque... Bueno, no tenían mucha imaginación cuando se inventaron los apellidos en su opinión.
—Mejor vamos a fingir que es algo ancestral y muy importante para el reconocimiento de tu familia —decía cada palabra como si la estuviera pensando en ese momento (y sí, exactamente estaba haciendo eso).
—Bah, dudo mucho que los tenga —dijo refiriéndose a los permisos. Era buena idea la que tenía de rastrear así que una vez se pusieron en marcha hacia el lugar donde fue visto aquel sujeto la última vez, Reginald se agachó sobre el suelo y apoyó la mano sobre la acera. —Mmmh, nada —gruñó al no encontrar ningún resto. —. No al menos de criaturas mágicas. Quizás tú tengas más suerte con el sujeto —sugirió mientras volvía a pasarse y observaba a los transeúntes, pero ninguno se parecía a un inglés perdido lleno de criaturas mágicas.
Trabajar en la división de seres no implicaba necesariamente que supiera una millonada sobre miles de criaturas mágicas pero sí sabía bastante, era un hecho. Tenían que buscar mucho y también muchas eran peligrosas, por eso era importante que fueran aurores los encargados de hacerlo. Pero eso no significaba que él no quisiera estar haciendo cualquier otra cosa.
—Bien. De todos modos ten cuidado de no perderlo. Yo tengo unas monedas —dijo asintiendo con la cabeza. —, podemos usar eso. Yo sé que no queda bien atrapar a los malos con los bolsillos sonando, pero como yo atrapo criaturas —se encogió de hombros siguiendo con la broma de su compañero con nombre gracioso.
—Con estos ingleses no me sorprendería que trajera una mantícora a pleno Nueva York, lleno de gente que está haciendo sus compras navideñas. Ya sabes cómo se pone la ciudad en esta época. Pero hay gente que simplemente es imbécil —dijo con un gruñido. Lo único que esperaba era que atraparan a ese sujeto y lo encarcelaran o algo así. Una temporada en la prisión y ya aprendería a que no podían ir y hacer lo que quisieran porque sí.
Soltó una risa, un poco más divertido hablando del nombre que tenía su compañero. Y es que era extraño, sobre todo para un irlandés donde la mayoría tenía su propio apellido y no por familiares sino porque... Bueno, no tenían mucha imaginación cuando se inventaron los apellidos en su opinión.
—Mejor vamos a fingir que es algo ancestral y muy importante para el reconocimiento de tu familia —decía cada palabra como si la estuviera pensando en ese momento (y sí, exactamente estaba haciendo eso).
—Bah, dudo mucho que los tenga —dijo refiriéndose a los permisos. Era buena idea la que tenía de rastrear así que una vez se pusieron en marcha hacia el lugar donde fue visto aquel sujeto la última vez, Reginald se agachó sobre el suelo y apoyó la mano sobre la acera. —Mmmh, nada —gruñó al no encontrar ningún resto. —. No al menos de criaturas mágicas. Quizás tú tengas más suerte con el sujeto —sugirió mientras volvía a pasarse y observaba a los transeúntes, pero ninguno se parecía a un inglés perdido lleno de criaturas mágicas.
Reginald - Nueva York - 1929
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2. Searching New York
No le puedes sacar la tradición a una persona, realmente no, especialmente si tenían una familia como la suya que en eso es que se basaban, vamos que entendía que algunas cosas se podían adaptar de los que eran mestizos o que venían de padres muggles totalmente, lo cual era curioso en como se les presentaba la magia, y eso le importaba poco, mientras fueran personas dedicadas a hacer el bien, pero eso sí, tampoco había que irse al extremo de no querer adaptarse, no todo podía ser como uno deseaba, por algo las reglas se habían creado.
En este caso consideraba demasiado rudo el hecho de que Grindelwald no solo invadiera sus tierras, sino que pudiera llegar a poner las miras en donde el resto de su familia vivía. Incluso ahora el secreto de la existencia de estos estaba totalmente en peligro por alguien descuidado, no le importaba si su hermano o la madre o el padre o quien fuera pudieran tener influencias para hacerlo venir, o si en Gran Bretaña les importaba dos pepinos, por eso habían florecido y no estaban a su parecer tan estancados como ellos en cuanto a algunas cosas, encima decir que no había mejor lugar para estudiar que Hogwarts, patrañas, todos los educadores mágicos ponían de su parte, que fuera la escuela más vieja era otra cosa.
Totalmente, te creo, son tan escurridizos, hemos tenido problemas con algunos mientras tratábamos de atrapar criminales traficando desde animales hasta objetos, pero que sea por una tontera, creo que nunca pensé en la idea de proponer que se hagan revisiones más severas a todos los visitantes.
Y que lo digas, para que luego tengamos a los muggles escribiendo sobre alguna clase de animal salvaje y traigan a sus grupos de cazadores a buscarlo, sería toda una masacre por algo se necesitan muchas personas para siquiera neutralizar a una sola. -Y eso que era auror, pero le gustaba informarse de las cosas importantes, no era solo que se fuera de cabeza en alguna misión.
Lo peor es que seguramente no pasaría tanto tiempo en prisión por estas cosas, por mucho que quisiera dejarlo unos meses, a veces por eso odiaba los juegos políticos, siempre alguien que no merecía andar corriendo por ahí era liberado.
Como fuera, al menos un susto le daría y una multa grande. Fingiremos que es verdad, al menos suena mucho más místico que la idea de elegir sencillamente al azar. -Por lo menos para su punto de vista. -Yo creo que podemos agregarle permisos falsos en sus cargos, a ver como se libra de eso. - Esperaba que tuvieran algo de suerte más no lo parecía, termino por fruncir el ceño, no pintaba bien que no hubiera nada. -O es listo o los animales están bien entrenados. -Dijo buscando alguna señal del sujeto o por donde se hubiera ido. -Al ser un sitio público mucha gente ya paso por aquí. No quedaron ni rastros de por donde se fue, probemos con joyerías o sitios donde haya muchas cosas brillantes, el niffler puede estar ahí y nuestro sujeto.
En este caso consideraba demasiado rudo el hecho de que Grindelwald no solo invadiera sus tierras, sino que pudiera llegar a poner las miras en donde el resto de su familia vivía. Incluso ahora el secreto de la existencia de estos estaba totalmente en peligro por alguien descuidado, no le importaba si su hermano o la madre o el padre o quien fuera pudieran tener influencias para hacerlo venir, o si en Gran Bretaña les importaba dos pepinos, por eso habían florecido y no estaban a su parecer tan estancados como ellos en cuanto a algunas cosas, encima decir que no había mejor lugar para estudiar que Hogwarts, patrañas, todos los educadores mágicos ponían de su parte, que fuera la escuela más vieja era otra cosa.
Totalmente, te creo, son tan escurridizos, hemos tenido problemas con algunos mientras tratábamos de atrapar criminales traficando desde animales hasta objetos, pero que sea por una tontera, creo que nunca pensé en la idea de proponer que se hagan revisiones más severas a todos los visitantes.
Y que lo digas, para que luego tengamos a los muggles escribiendo sobre alguna clase de animal salvaje y traigan a sus grupos de cazadores a buscarlo, sería toda una masacre por algo se necesitan muchas personas para siquiera neutralizar a una sola. -Y eso que era auror, pero le gustaba informarse de las cosas importantes, no era solo que se fuera de cabeza en alguna misión.
Lo peor es que seguramente no pasaría tanto tiempo en prisión por estas cosas, por mucho que quisiera dejarlo unos meses, a veces por eso odiaba los juegos políticos, siempre alguien que no merecía andar corriendo por ahí era liberado.
Como fuera, al menos un susto le daría y una multa grande. Fingiremos que es verdad, al menos suena mucho más místico que la idea de elegir sencillamente al azar. -Por lo menos para su punto de vista. -Yo creo que podemos agregarle permisos falsos en sus cargos, a ver como se libra de eso. - Esperaba que tuvieran algo de suerte más no lo parecía, termino por fruncir el ceño, no pintaba bien que no hubiera nada. -O es listo o los animales están bien entrenados. -Dijo buscando alguna señal del sujeto o por donde se hubiera ido. -Al ser un sitio público mucha gente ya paso por aquí. No quedaron ni rastros de por donde se fue, probemos con joyerías o sitios donde haya muchas cosas brillantes, el niffler puede estar ahí y nuestro sujeto.
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2. Searching New York
Moon tenía un punto excelente y era lo que él mismo decía a su jefe constantemente. No podían seguir dejando que cada inmigrante viniera a sus anchas como si fuera el maldito dueño del lugar. Y los ingleses tenían aquella estúpida costumbre desde siempre. Esperaba que cuando encontraran a aquel tipo que decidió dejar suelta una gran cantidad de criaturas peligrosas en la ciudad pagara bien por eso. No creía que lo fueran a mandar a la cárcel pero esperaba que la multa monetaria fuera tan grande que decidiera no volver a pisar fuera de Inglaterra jamás.
—Si lo haces, secundaré la moción. Quizás incluso podamos hablar con la Ministra una vez que terminemos este trabajo para poder solucionar esto de raíz. No puede ser que vengan aquí a hacer lo que quieren. Y lo digo como irlandés —comentó con enfado. De todas maneras los irlandeses siempre se odiaron con los ingleses y su estúpida necesidad de formar “Gran Bretaña”. Los muggles y los magos eran iguales en ese sentido, siempre queriendo tener más y más.
Asintió, contento de que su compañero fuera alguien competente aún sin pertenecer a su división. —Completamente. A veces uno no puede enfrentarse solo a una o dos criaturas, imagínate más a la vez —negó con la cabeza imaginándose aquella desastrosa situación. —. Si llegara a algo así, que se fuera demasiado lejos, tendremos que disponer de más aurores y a un grupo grande de desmemorizadores, que bastante tienen ya. Tendremos que esperar que salga lo mejor para todos —se lo pareció pensar un momento y negó con la cabeza. —, bueno para nosotros en realidad. El inglés poco me importa —Y la verdad, era cierto lo que decía.
—Siempre la misticidad suena mejor —dijo asintiendo, totalmente convencido aún cuando hubiera invitado aquella palabra mientras estaba hablando. Sonrió con malicia con aquella idea. —Querido nuevo amigo Moon, eres bastante malvado y eso me agrada —asintió dándole unos golpecitos en el hombro. —. Haremos eso, así se da cuenta que no se juega con Moon y Reginald —dijo asintiendo con la cabeza mientras continuaban, ahora él un poco más animado, la búsqueda.
A pesar de eso, se frustró un poco cuando de primera no encontró nada. Levantó la mano de la acera. Era un excelente rastreador, por eso tenía la posición que tenía y por eso estaba aspirando el puesto de jefe una vez el suyo se jubilara. Y un tonto inglés no iba a arruinarle el ascenso, no señor.
Moon tampoco encontró nada y sacudió la cabeza, enfadado. —Sï, me parece bien. Vamos a la joyería que está más cerca, tal vez pasaron y el niffler entró a la primera que vio —pensó el mapa de la ciudad un momento y señaló una esquina. —. La primera que aparece es una que está por allí, vamos —No tenían nada que hacer así que buscar por ahí era un comienzo. Esperaba que tuvieran suerte.
Y cuando dieron vuelta a la esquina, Reggie sonrió. —Parece que no era necesario irse demasiado lejos —comentó a Moon cuando vio de lejos aquella tienda. —, literalmente la primera tienda que vio —comentó al ver que claramente el niffles había pasado por ahí. —Vamos a acercarnos, pero de lejos no puedo ver movimiento. Quizás ya se fueron —dijo esperando que la respuesta sea negativa, pero al no ver movida ahí, era una gran posibilidad.
—Si lo haces, secundaré la moción. Quizás incluso podamos hablar con la Ministra una vez que terminemos este trabajo para poder solucionar esto de raíz. No puede ser que vengan aquí a hacer lo que quieren. Y lo digo como irlandés —comentó con enfado. De todas maneras los irlandeses siempre se odiaron con los ingleses y su estúpida necesidad de formar “Gran Bretaña”. Los muggles y los magos eran iguales en ese sentido, siempre queriendo tener más y más.
Asintió, contento de que su compañero fuera alguien competente aún sin pertenecer a su división. —Completamente. A veces uno no puede enfrentarse solo a una o dos criaturas, imagínate más a la vez —negó con la cabeza imaginándose aquella desastrosa situación. —. Si llegara a algo así, que se fuera demasiado lejos, tendremos que disponer de más aurores y a un grupo grande de desmemorizadores, que bastante tienen ya. Tendremos que esperar que salga lo mejor para todos —se lo pareció pensar un momento y negó con la cabeza. —, bueno para nosotros en realidad. El inglés poco me importa —Y la verdad, era cierto lo que decía.
—Siempre la misticidad suena mejor —dijo asintiendo, totalmente convencido aún cuando hubiera invitado aquella palabra mientras estaba hablando. Sonrió con malicia con aquella idea. —Querido nuevo amigo Moon, eres bastante malvado y eso me agrada —asintió dándole unos golpecitos en el hombro. —. Haremos eso, así se da cuenta que no se juega con Moon y Reginald —dijo asintiendo con la cabeza mientras continuaban, ahora él un poco más animado, la búsqueda.
A pesar de eso, se frustró un poco cuando de primera no encontró nada. Levantó la mano de la acera. Era un excelente rastreador, por eso tenía la posición que tenía y por eso estaba aspirando el puesto de jefe una vez el suyo se jubilara. Y un tonto inglés no iba a arruinarle el ascenso, no señor.
Moon tampoco encontró nada y sacudió la cabeza, enfadado. —Sï, me parece bien. Vamos a la joyería que está más cerca, tal vez pasaron y el niffler entró a la primera que vio —pensó el mapa de la ciudad un momento y señaló una esquina. —. La primera que aparece es una que está por allí, vamos —No tenían nada que hacer así que buscar por ahí era un comienzo. Esperaba que tuvieran suerte.
Y cuando dieron vuelta a la esquina, Reggie sonrió. —Parece que no era necesario irse demasiado lejos —comentó a Moon cuando vio de lejos aquella tienda. —, literalmente la primera tienda que vio —comentó al ver que claramente el niffles había pasado por ahí. —Vamos a acercarnos, pero de lejos no puedo ver movimiento. Quizás ya se fueron —dijo esperando que la respuesta sea negativa, pero al no ver movida ahí, era una gran posibilidad.
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2. Searching New York
Si no tomaban una pronta acción, el tiempo les terminaría por dar completamente la razón en cuanto a que cualquier persona o mago podría llegar y saltarse las reglas, incluso siendo alguien que igualmente fuera residente americano, y eso es algo que no se podía permitir para nada, mucho menos si quedaban ellos en ridículo como los diversos departamentos que eran. Por ello, aunque no le terminase de convencer del todo aquella idea, era mejor capturar a las criaturas o los muggle verían expuestos más de un evento que sería incluso en una época como esa bastante difícil de explicar.
Sumado a ello, bien pudo buscar el consejo de los demás magizoologos que formaban parte de la MACUSA no es como que estuvieran de adorno, de un experto a otro debería de haber una mínima cortesía. Realmente se preguntaba si el foráneo venía con buenas intenciones o era alguna clase de aliado de Grindelwald que estaba presente con la finalidad de causar distracciones mientras el otro reunía seguidores y atacaba a puntos importantes en la ciudad.
Si permitimos que esto pase una sola vez, el resto pensara en tener carta libre, y si la ministra no toma carta en el asunto, temo que entonces daría pie a un voto de no confianza y tendría que retirarse del cargo, si bien entiendo que tiene bastantes problemas con un mago tenebroso, no es lo único en lo que se tienen que centrar, justo por eso tenemos ahora estos problemas con el británico.
Además de que se supone que todos pasan una inspección, lo que debió hacer era registrarse, no solo si independientemente venía como solo un turista, es tan raro, que siento que realmente algo no me cuadra del todo, es impensable que estos errores se cometan a esta altura, si hay alguien de dentro enredado, también espero una fuerte represalia con ello.
De paso desconocemos si tenemos alguna que sea de clasificación XXX o más, un equipo de dos no podría, aunque sea el caso es mejor prepararnos por si necesitamos refuerzos. Ante todo, también a los desmemorizadores, creo que muchos de los muggle pueden llegar a ver algo, ya sabes que también esta ese grupo medio radical que odia todo lo anormal y serían los primeros en alzar la voz.
Además de malvado, creo que es la mejor forma de ejercer la justicia poética por todo lo que nos hacen pasar los de arriba. –No se jactaba de ser santo, si el trabajo tenía que ser hecho, lo haría sin rechistar, era lo que contaba en esos momentos, hacerlo bien.
Los primeros esfuerzos no dieron nada al respecto, pensó en si realmente estaban erróneos en cuanto a las pistas, más su corazonada decía que no debían dejarlo sin más. Por lo que se dijo a si mismo que era mejor seguir buscando.
Literalmente esa joyería habría visto mejores momentos que esos. –No lo dudo, sí parece un robo completo. –Viendo como la policía muggle es que estaba presente en ese sitio, examinando mientras unos parecían decir que los que habían robado con toda la joya encima, decían que no habían sido ellos. –Sospechoso, pero si seguimos el rastro de lo que dejaron encontraremos a donde fueron con el niffler. Un animal así no solo se escapará de nuevo. Sino que buscaran un sitio poco transitado para guardar a la criatura.
Sumado a ello, bien pudo buscar el consejo de los demás magizoologos que formaban parte de la MACUSA no es como que estuvieran de adorno, de un experto a otro debería de haber una mínima cortesía. Realmente se preguntaba si el foráneo venía con buenas intenciones o era alguna clase de aliado de Grindelwald que estaba presente con la finalidad de causar distracciones mientras el otro reunía seguidores y atacaba a puntos importantes en la ciudad.
Si permitimos que esto pase una sola vez, el resto pensara en tener carta libre, y si la ministra no toma carta en el asunto, temo que entonces daría pie a un voto de no confianza y tendría que retirarse del cargo, si bien entiendo que tiene bastantes problemas con un mago tenebroso, no es lo único en lo que se tienen que centrar, justo por eso tenemos ahora estos problemas con el británico.
Además de que se supone que todos pasan una inspección, lo que debió hacer era registrarse, no solo si independientemente venía como solo un turista, es tan raro, que siento que realmente algo no me cuadra del todo, es impensable que estos errores se cometan a esta altura, si hay alguien de dentro enredado, también espero una fuerte represalia con ello.
De paso desconocemos si tenemos alguna que sea de clasificación XXX o más, un equipo de dos no podría, aunque sea el caso es mejor prepararnos por si necesitamos refuerzos. Ante todo, también a los desmemorizadores, creo que muchos de los muggle pueden llegar a ver algo, ya sabes que también esta ese grupo medio radical que odia todo lo anormal y serían los primeros en alzar la voz.
Además de malvado, creo que es la mejor forma de ejercer la justicia poética por todo lo que nos hacen pasar los de arriba. –No se jactaba de ser santo, si el trabajo tenía que ser hecho, lo haría sin rechistar, era lo que contaba en esos momentos, hacerlo bien.
Los primeros esfuerzos no dieron nada al respecto, pensó en si realmente estaban erróneos en cuanto a las pistas, más su corazonada decía que no debían dejarlo sin más. Por lo que se dijo a si mismo que era mejor seguir buscando.
Literalmente esa joyería habría visto mejores momentos que esos. –No lo dudo, sí parece un robo completo. –Viendo como la policía muggle es que estaba presente en ese sitio, examinando mientras unos parecían decir que los que habían robado con toda la joya encima, decían que no habían sido ellos. –Sospechoso, pero si seguimos el rastro de lo que dejaron encontraremos a donde fueron con el niffler. Un animal así no solo se escapará de nuevo. Sino que buscaran un sitio poco transitado para guardar a la criatura.
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2. Searching New York
Trabajar en la División de Seres de MACUSA le había hecho también hacer trabajar con otro tipo de profesionales no aurores como los magizóologos. A Reginald no es que fuera fanático de las criaturas mágicas, sino que era el puesto que estaba libre cuando entró y empezó a escalar allí mismo así que siguió ese camino, pero no era porque tenía un gusto particular por las criaturas como sí les pasaba a los de la otra carrera.
No sabía si era por eso que la ministra lo había elegido a él antes que a un magizóologo o porque creía que los aurores harían un buen trabajo, pero allí estaba. En un emisión de rescate y captura de criaturas mágicas y de un magizóologo escurridizo que había causado problemas en Nueva York desde que llegó.
—Coincido contigo —dijo asintiendo mientras caminaban por las calles oscuras. —. Entiendo que hay un problema con un mago oscuro pero hay otras cuestiones que tener en cuenta y esta es una. Como Magicongreso Único no podemos dejar que suceda algo así como lo de Scammander en nuestras narices. Seremos el hazmerreír de todos los países americanos. Y si llego escuchar a un canadiense decir algo contra nosotros, voy a estallar —dijo con un suspiro; esos canadienses siempre haciéndose los buenos y perfectos.
—Hay gato encerrado, sí. No sé cómo han dejado que pase esto —coincidió negando con la cabeza . Hubo un error grande entre la gente que había dejado que aquel sujeto entrara a Estados Unidos como si nada; imaginaba que alguien iba a tener que afrontar las consecuencias de aquel error y agradecía no ser él.
—El problema es ese. Como alguien hizo mal su único maldito trabajo, ahora no sabemos si no hay una maldita mantícora perdida en el medio de la maldita ciudad de Nueva York —dijo, siempre maldecía cuando estaba enojado, era de sus actividades favoritas. —. Y ahora es nuestra maldita responsabilidad encontrarlos así que espero que no sólo el inglés sino también el que lo haya dejado pasar sufran las consecuencias... No dudo que vayamos a necesitar desmemorizadores para los nomaj; no soy tan fantasioso como para creer que ningún nomaj verá nada de lo que está sucediendo aunque sea hermoso pensarlo —dijo con un resoplido; por lo menos el compañero que le había tocado pensaba igual que él en todo sentido. —. Esos locos religiosos son los peores de todos; no son rivales para nuestras varitas pero aún así hay que ir con cuidado —agregó con voz rasposa.
Siguieron caminando por la ciudad y aunque al principio no tenían ningún tipo de pista, Reginald no era de los O’baldy que se rendían fácilmente (porque no había un O’Baldy que se rindiera fácilmente, mucho menos si su enemigo era un inglés).
Llegaron a una joyería y Reggie supo que habían dado en el clavo. —O realmente hubo ladrones en este lugar o sí fue el sniffler. ¿Cuántas posibilidades habría de que hubiesen pasado dos hechos sin que estén relacionados? —preguntó porque justo un sniffler suelto en la ciudad y un saqueo a una joyería parecían dos cosas bastante ligadas una de otra.
Se acercaron un poco más pero no lo suficiente como para ser vistos. Estaba la policía nomaj apresando a dos hombres que estaban llenos de joyas en su cabeza y cuerpos y la verdad era que parecían bastante confundidos. —Mmm... No me parecen dos ladrones de joyas, ¿verdad? —dijo empezando a mirar todo con una evidente sospecha. Quizás uno de ellos dos era aquel inglés que tanto habían buscado.
No sabía si era por eso que la ministra lo había elegido a él antes que a un magizóologo o porque creía que los aurores harían un buen trabajo, pero allí estaba. En un emisión de rescate y captura de criaturas mágicas y de un magizóologo escurridizo que había causado problemas en Nueva York desde que llegó.
—Coincido contigo —dijo asintiendo mientras caminaban por las calles oscuras. —. Entiendo que hay un problema con un mago oscuro pero hay otras cuestiones que tener en cuenta y esta es una. Como Magicongreso Único no podemos dejar que suceda algo así como lo de Scammander en nuestras narices. Seremos el hazmerreír de todos los países americanos. Y si llego escuchar a un canadiense decir algo contra nosotros, voy a estallar —dijo con un suspiro; esos canadienses siempre haciéndose los buenos y perfectos.
—Hay gato encerrado, sí. No sé cómo han dejado que pase esto —coincidió negando con la cabeza . Hubo un error grande entre la gente que había dejado que aquel sujeto entrara a Estados Unidos como si nada; imaginaba que alguien iba a tener que afrontar las consecuencias de aquel error y agradecía no ser él.
—El problema es ese. Como alguien hizo mal su único maldito trabajo, ahora no sabemos si no hay una maldita mantícora perdida en el medio de la maldita ciudad de Nueva York —dijo, siempre maldecía cuando estaba enojado, era de sus actividades favoritas. —. Y ahora es nuestra maldita responsabilidad encontrarlos así que espero que no sólo el inglés sino también el que lo haya dejado pasar sufran las consecuencias... No dudo que vayamos a necesitar desmemorizadores para los nomaj; no soy tan fantasioso como para creer que ningún nomaj verá nada de lo que está sucediendo aunque sea hermoso pensarlo —dijo con un resoplido; por lo menos el compañero que le había tocado pensaba igual que él en todo sentido. —. Esos locos religiosos son los peores de todos; no son rivales para nuestras varitas pero aún así hay que ir con cuidado —agregó con voz rasposa.
Siguieron caminando por la ciudad y aunque al principio no tenían ningún tipo de pista, Reginald no era de los O’baldy que se rendían fácilmente (porque no había un O’Baldy que se rindiera fácilmente, mucho menos si su enemigo era un inglés).
Llegaron a una joyería y Reggie supo que habían dado en el clavo. —O realmente hubo ladrones en este lugar o sí fue el sniffler. ¿Cuántas posibilidades habría de que hubiesen pasado dos hechos sin que estén relacionados? —preguntó porque justo un sniffler suelto en la ciudad y un saqueo a una joyería parecían dos cosas bastante ligadas una de otra.
Se acercaron un poco más pero no lo suficiente como para ser vistos. Estaba la policía nomaj apresando a dos hombres que estaban llenos de joyas en su cabeza y cuerpos y la verdad era que parecían bastante confundidos. —Mmm... No me parecen dos ladrones de joyas, ¿verdad? —dijo empezando a mirar todo con una evidente sospecha. Quizás uno de ellos dos era aquel inglés que tanto habían buscado.
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Hacer el trabajo que no tenía que hacer, podía ser todo un dolor de cabeza, contando con la misma pobre premisa de que MACUSA, estaba careciendo mucho de todos esos recursos que debía tener para poder llevar a cabo una función más eficiente de cada miembro del personal con el que contaban, y ahora ni siquiera eso, por lo que venía contando con resolver pronto el caso, tenían a un mago tenebroso que atrapar, no debían perder tanto tiempo cazando criaturas por culpa de un descuidado.
Como fuera, incluso con su carrera haciendo lo que le gustaba, la ministra los había unido en esta misión, a su parecer era un buen elemento, porque su compañero no sonaba a un pomposo de escritorio como otros que le tocaron, haciendo el trabajo altamente pesado al grado de desear ahogarlos en el caldero más cercano a su mano.
De criaturas no era experto, pero todo lo que pudiera servirle en un caso era bienvenido, así que al menos se podía defender con cosas básicas sobre animales, lo más importante era no asustarlas y crear mayor caos, sino contenerlas con el mayor cuidado posible. Sus bendiciones a los desmemorizadores que acabarían limpiando este desastre. –Imagina que clase de prioridades tienen que en lugar de que estemos dedicando el recurso a atrapar a un mago de la talla de Grindelwald porque los ingleses están frotando su trasero en la silla, estamos paseando como si nada por otro sujeto, que trajo un montonal de animales no aprobados, y ahora corren por donde sea, no me parece tan justo, pero bueno si MACUSA espera no ser el centro de la bromas, debería ya de mandar a la fuerza suficiente para detener al inglés, ya que creo que alguien le está ayudando, si no conoce la ciudad es imposible que solo se esfumara. Y concuerdo contigo, como alguien diga algo en contra de esto, no querrá saber las consecuencias si me dejan libertad con la varita. –Porque Anekevson, era bastante vengativo también, sin cruzarlo con sus misiones como auror claro.
Quien haya sido, y que tenga información sobre ello, ocultando al inglés, se verá en problemas, no sería para menos removerlo de las fuerzas, no estamos para solapar esta clase de actos. –Reginald, la idea de una mantícora ya de por si es aterradora para un magizóologo, ahora imagina dos de nosotros contra esa cosa, supongo que si la matamos en defensa propia nos caerán con que era una especie rara, pero ojalá este inglés no fuera tan idiota de tener una, sino dudo que la multa sea el menor de sus problemas, su gobierno tendría que responder por poner en peligro a medio mundo mágico y de no magos.
Mayor razón para que toda la cadena de mando tenga mal humor, yo lo tengo por esto, aunque no niego que es mejor a continuar en una muy aburrida junta de pomposos ministros peleando por que hacer o si esconden la cabeza en la arena. –Que era el modus operandi más común de estos.
Si nos ven, esos si serán más difíciles de calmar, se niegan a todo lo que es anormal, si les borran la memoria no me fio de que no recuerden algo en algún momento. –Así que mientras caminaban, conversaban e iba atento con su compañero al menor signo de un disturbio antinatural, algo que dijera hey sí, soy una criatura ven por mí.
Son una coincidencia y no creo en ellas, las cosas suceden, así que sin duda alguna tenemos a la primera de las criaturas, además de que la policía no mágica está presente, nos va a complicar interrogar a los dos sujetos, ¿deberíamos crearles una distracción para apresarlos nosotros? –Pregunto, por lo bajo, no fuera a ser escuchado y el plan se fuera por la borda. –Uno tiene pinta muy inglesa, y justo sabemos que nacionalidad tiene nuestro sospechoso.
Como fuera, incluso con su carrera haciendo lo que le gustaba, la ministra los había unido en esta misión, a su parecer era un buen elemento, porque su compañero no sonaba a un pomposo de escritorio como otros que le tocaron, haciendo el trabajo altamente pesado al grado de desear ahogarlos en el caldero más cercano a su mano.
De criaturas no era experto, pero todo lo que pudiera servirle en un caso era bienvenido, así que al menos se podía defender con cosas básicas sobre animales, lo más importante era no asustarlas y crear mayor caos, sino contenerlas con el mayor cuidado posible. Sus bendiciones a los desmemorizadores que acabarían limpiando este desastre. –Imagina que clase de prioridades tienen que en lugar de que estemos dedicando el recurso a atrapar a un mago de la talla de Grindelwald porque los ingleses están frotando su trasero en la silla, estamos paseando como si nada por otro sujeto, que trajo un montonal de animales no aprobados, y ahora corren por donde sea, no me parece tan justo, pero bueno si MACUSA espera no ser el centro de la bromas, debería ya de mandar a la fuerza suficiente para detener al inglés, ya que creo que alguien le está ayudando, si no conoce la ciudad es imposible que solo se esfumara. Y concuerdo contigo, como alguien diga algo en contra de esto, no querrá saber las consecuencias si me dejan libertad con la varita. –Porque Anekevson, era bastante vengativo también, sin cruzarlo con sus misiones como auror claro.
Quien haya sido, y que tenga información sobre ello, ocultando al inglés, se verá en problemas, no sería para menos removerlo de las fuerzas, no estamos para solapar esta clase de actos. –Reginald, la idea de una mantícora ya de por si es aterradora para un magizóologo, ahora imagina dos de nosotros contra esa cosa, supongo que si la matamos en defensa propia nos caerán con que era una especie rara, pero ojalá este inglés no fuera tan idiota de tener una, sino dudo que la multa sea el menor de sus problemas, su gobierno tendría que responder por poner en peligro a medio mundo mágico y de no magos.
Mayor razón para que toda la cadena de mando tenga mal humor, yo lo tengo por esto, aunque no niego que es mejor a continuar en una muy aburrida junta de pomposos ministros peleando por que hacer o si esconden la cabeza en la arena. –Que era el modus operandi más común de estos.
Si nos ven, esos si serán más difíciles de calmar, se niegan a todo lo que es anormal, si les borran la memoria no me fio de que no recuerden algo en algún momento. –Así que mientras caminaban, conversaban e iba atento con su compañero al menor signo de un disturbio antinatural, algo que dijera hey sí, soy una criatura ven por mí.
Son una coincidencia y no creo en ellas, las cosas suceden, así que sin duda alguna tenemos a la primera de las criaturas, además de que la policía no mágica está presente, nos va a complicar interrogar a los dos sujetos, ¿deberíamos crearles una distracción para apresarlos nosotros? –Pregunto, por lo bajo, no fuera a ser escuchado y el plan se fuera por la borda. –Uno tiene pinta muy inglesa, y justo sabemos que nacionalidad tiene nuestro sospechoso.
Anekevson- Nueva York - 1929
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2. Searching New York
Reggie tenía muchas razones para que Inglaterra le cayera mal. Se acostumbró a los irlandeses y sus sentimientos con respecto a ese país, y desde hacía un tiempo que MACUSA trabaja prácticamente para el Ministerio inglés para lavarle los platos sucios. Creía que eran inútiles e inoperantes.
Y por esa razón no sólo se les había escapado Grindelwald, el mago más oscuro de todos los tiempos, y encima habían dejado pasar por la aduana mágica a un tonto que traía Merlín supiera cuántos animales peligrosos y yéndose a Estados Unidos. Realmente era paupérrimo su trabajo, y ellos estaban ahí, teniendo que ayudarlos porque no eran capaces de detener al maldito mago más buscado de todo el mundo.
—Lo sé, y tienes razón. Ahora destinamos recursos de MACUSA para detener a un tonto que trajo animales cuando deberíamos estar buscando a Grindelwald —dijo con un suspiro, negando con la cabeza. —. Igualmente, ¿qué hay con todos esos animales? O sea, yo no soy magizóologo, ya sabes, pero hice la especialización en Magizoología como auror cuando empecé en el Departamento. Las criaturas están bien y todo pero, ¿por qué tanta obsesión con ellas tiene este inglés que tiene que importar tantas? ¿Mercado negro? —aventuró, era una posibilidad, claro. La otra era que estuviese loco, cosa que tampoco le iba a sorprender.
Ojalá no se encontraran con una mantícora. —Una vez tuvimos que poner entre rejas a una, ¿te has enterado en MACUSA? —preguntó alzando una ceja. —. Fue una gran hazaña. Si no fuera por el tonto de Alberts, hubiera sido mucho más sencillo. La atrapé casi sin usar magia. Y, como siempre, Alberts quiso hacerse el que era fácil hacerlo y casi pierde un brazo y medio ojo. Pero al final salió bien y la llevaron a la reserva de Canadá. —Reginald había participado en el traslado del bicho. Le había puesto Sawyer de nombre, pero creía que se lo habían cambiado. —. Y, la verdad, no quisiera volver a enfrentarme a una si te soy sincero.
Asintió porque coincidía con su compañero. —Mi jefe se va a jubilar y quiere que me quede con su puesto, si es que sigo con un buen desempeño. La verdad la jefatura me gustaría por ciertas cosas, definitivamente no por tener que estar lleno de reuniones con ese tipo de gente. Yo soy un hombre de campo, no de beber té hablando pomposamente con otros jefes mientras los otros son los que salen a hacer el verdadero trabajo. —Era lo único que lo empujaba hacia atrás con la decisión de quedar arriba en el Departamento. A él le gustaba la acción, no las reuniones.
—Sí, hay que ir con cuidado, Moon. —asintió con seriedad mientras miraba hacia todos los lados de las calles. Los fanáticos religiosos nomaj eran los peores. Claro que siempre se iban bien y de rositas porque los muy tontos no tenían idea de lo que era enfrentarse a magos de verdad, pero aún así solía ser desagradable y tenían que usar muchos encantamientos desmemorizadores. —. Por eso prefiero no tener que llegar a eso. Hubo algunos que terminaron en esos... loqueros porque algo recordaban y estaban seguros que había un hombre haciendo aparecer de la nada un sombrero violeta. Los nomaj se encargan de ellos, pero quienes creen que somos reales utilizan esas pequeñas deformidades para seguir en la búsqueda.
Pero los distrajo de su charla aquel problema en la joyería. Ambos, como buenos aurores, se escondieron de los ojos ciegos de los nomaj, policías, que estaban interrogando a los dos sospechosos. No tenían ninguna pinta de ser ladrones de tiendas, teniendo en cuenta que estaban llenos de joyas en la cabeza, en los pies y en el suelo. Más bien, según Reginald, parecía que estaban justo en el lugar correcto si buscaban un niffler.
Miró alrededor buscando algún tipo de distracción que podrían llegar a utilizar para que los policías nomaj se fueran. —Oye, ¿qué tan bueno eres para explotar cosas a la distancia? —dijo casi con una sonrisa maligna, señalándole con una cabeza una pequeña torre eléctrica. Si podían hacerla reventar no dañarían a nadie y los policías inevitablemente tendrían que escapar, y los dos sospechosos serían suyos.
Y por esa razón no sólo se les había escapado Grindelwald, el mago más oscuro de todos los tiempos, y encima habían dejado pasar por la aduana mágica a un tonto que traía Merlín supiera cuántos animales peligrosos y yéndose a Estados Unidos. Realmente era paupérrimo su trabajo, y ellos estaban ahí, teniendo que ayudarlos porque no eran capaces de detener al maldito mago más buscado de todo el mundo.
—Lo sé, y tienes razón. Ahora destinamos recursos de MACUSA para detener a un tonto que trajo animales cuando deberíamos estar buscando a Grindelwald —dijo con un suspiro, negando con la cabeza. —. Igualmente, ¿qué hay con todos esos animales? O sea, yo no soy magizóologo, ya sabes, pero hice la especialización en Magizoología como auror cuando empecé en el Departamento. Las criaturas están bien y todo pero, ¿por qué tanta obsesión con ellas tiene este inglés que tiene que importar tantas? ¿Mercado negro? —aventuró, era una posibilidad, claro. La otra era que estuviese loco, cosa que tampoco le iba a sorprender.
Ojalá no se encontraran con una mantícora. —Una vez tuvimos que poner entre rejas a una, ¿te has enterado en MACUSA? —preguntó alzando una ceja. —. Fue una gran hazaña. Si no fuera por el tonto de Alberts, hubiera sido mucho más sencillo. La atrapé casi sin usar magia. Y, como siempre, Alberts quiso hacerse el que era fácil hacerlo y casi pierde un brazo y medio ojo. Pero al final salió bien y la llevaron a la reserva de Canadá. —Reginald había participado en el traslado del bicho. Le había puesto Sawyer de nombre, pero creía que se lo habían cambiado. —. Y, la verdad, no quisiera volver a enfrentarme a una si te soy sincero.
Asintió porque coincidía con su compañero. —Mi jefe se va a jubilar y quiere que me quede con su puesto, si es que sigo con un buen desempeño. La verdad la jefatura me gustaría por ciertas cosas, definitivamente no por tener que estar lleno de reuniones con ese tipo de gente. Yo soy un hombre de campo, no de beber té hablando pomposamente con otros jefes mientras los otros son los que salen a hacer el verdadero trabajo. —Era lo único que lo empujaba hacia atrás con la decisión de quedar arriba en el Departamento. A él le gustaba la acción, no las reuniones.
—Sí, hay que ir con cuidado, Moon. —asintió con seriedad mientras miraba hacia todos los lados de las calles. Los fanáticos religiosos nomaj eran los peores. Claro que siempre se iban bien y de rositas porque los muy tontos no tenían idea de lo que era enfrentarse a magos de verdad, pero aún así solía ser desagradable y tenían que usar muchos encantamientos desmemorizadores. —. Por eso prefiero no tener que llegar a eso. Hubo algunos que terminaron en esos... loqueros porque algo recordaban y estaban seguros que había un hombre haciendo aparecer de la nada un sombrero violeta. Los nomaj se encargan de ellos, pero quienes creen que somos reales utilizan esas pequeñas deformidades para seguir en la búsqueda.
Pero los distrajo de su charla aquel problema en la joyería. Ambos, como buenos aurores, se escondieron de los ojos ciegos de los nomaj, policías, que estaban interrogando a los dos sospechosos. No tenían ninguna pinta de ser ladrones de tiendas, teniendo en cuenta que estaban llenos de joyas en la cabeza, en los pies y en el suelo. Más bien, según Reginald, parecía que estaban justo en el lugar correcto si buscaban un niffler.
Miró alrededor buscando algún tipo de distracción que podrían llegar a utilizar para que los policías nomaj se fueran. —Oye, ¿qué tan bueno eres para explotar cosas a la distancia? —dijo casi con una sonrisa maligna, señalándole con una cabeza una pequeña torre eléctrica. Si podían hacerla reventar no dañarían a nadie y los policías inevitablemente tendrían que escapar, y los dos sospechosos serían suyos.
Reginald - Nueva York - 1929
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