i couldn't go without you

1x1 - Original - Fantasía

Hace muchos años, sin saber cómo, una estrella cayó del cielo. Junto a ella, también llegó magia a la tierra, brindando a quienes la encontraban, la habilidad para manipular los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire. Muchos de ellos intentaban hacer el bien, intentando devolver el astro a su hogar, pero también había otros que usaban su poder para el mal.

Una vez que la estrella se desvaneció, dejándoles como evidencia de su paso a quienes tenían esas habilidades, los reinos comenzaron a establecerse. Mediante tratados de paz, afirmaron que no romperían los lazos de hermandad que habían creado. Entre los tratados, de todos modos, existían quienes miraban esos intercambios con envidia y ansiedad de tener riqueza, impregnando de oscuridad sus corazones, como un veneno que no podía ser expulsado.

De aquellos Primeros vinieron descendientes, matrimonios y amistades bajo el emblema de las cinco puntas de las estrellas. Entre ellos está la historia de esta pareja, provenientes de distintos reinos que habían gravitado el uno al otro, sellando un matrimonio joven. Ella, gobernante del elemento tierra, y él, dominando los vientos con su elemento aire.

Ese día, Astrid esperaba en el lugar donde habían acordado, manteniendo la mano en su vientre: Acababa de darse cuenta que, tras años juntos, estaban esperando un bebé.

Vicar, por su parte, antes de llegar fue emboscado. Si bien ninguno tenía planes de gobernar, había quienes temían que un heredero de semejante poder pudiera derrocar a los gobernantes, quienes ya se sabía que tenían malos hábitos e incapacidad de gobernar con justicia.

Herido, sólo pudo enviar a uno de sus fieles caballeros para poder avisarle a Astrid que corriera. Sin embargo, ella al enterarse fue incapaz de correr y dejarlo, por lo que envió parte de sus tropas para ayudar. De todos modos fueron pocos. Los enemigos los sometieron fácilmente a ambos, atrapándolos en un lugar donde nadie los encontraría...

O eso era lo que ellos creían, pues se habían olvidado del poder que tenían. Vicar y Astrid comenzaron a planear su huida. Siendo tan habilidosos con su don elemental, pudieron romper el hechizo de contención que crearon a su alrededor.

Ahora la pareja está libre de sus ataduras, pero para volver a su hogar deben escapar de aquellos enemigos que los apresaron.

Vicar Arkwright

	Aire - Alexander Vlahos - Dauntless

From hell we escape together.

La noticia lo había emocionado cuando la supo antes de volverse una desesperación, Astrid, su bella Astrid, estaba embarazada, no sabía si sería varón o nena, pero esto le hizo ver nuevamente la fortaleza de su mujer en todo su esplendor. Ambos siempre fueron decisivos en lo que importaba. Sus tropas no habían sido suficientes y su enviado a pesar de la advertencia no la pudo hacer desistir de abandonarlo y correr.

Uno tras otro y el campo quedo cubierto de cuerpos y sangre obligando a los pocos supervivientes a replegarse sin ellos, mejor vivir un día más para recuperarse, su gente se levantaría fuerte, confiaba en sus ejércitos mismos que saldrían de esa adversidad.

Ambos eran la esperanza de su reino, para volver a traer la paz, los enemigos solo continuarían creciendo si lograban hacerse con mucho más poder. Estar encerrados no había logrado que se rompiera su voluntad de llevarla lejos, liberarla, aunque el debiera abrirle el camino a ella. Un gobernante no se dejaría vencer completamente.

Debilitado estaba si, por la falta de cuidado y comidas pues no eran un lujo en aquellas celdas, la mayor parte de su comida y abrigo eran para ella. Llevaba días observando a los guardias cuando cambiaban sus formaciones, la rutina difícilmente se iba, podía ver a los que eran más distraídos creyendo que ya los tenían derrotados.

Esa noche sostenía a Astrid entre sus brazos. El frío era fuerte y no quería que en su estado ella enfermase. -¿Cómo te sientes? Se que no son las mejores condiciones en las que podemos estar. -Temía más por ella, por el momento los planes para ellos no se encontraban definidos, podían matarlos o usarlos como fichas de cambio.

From hell we scape together

«Si tan sólo tuviera un poco de tierra» pensaba cada vez que tenía algún tipo de lucidez. Esos últimos días habían sido terroríficos para ella y al estar lejos de su elemento, más aún.

Aún sabiendo que esperaba un heredero, el primero que tenía una combinación de los dos elementos, no dudó en volver a pelear por Vicar. Ambos habían desafiado a muchos siguiendo con su amor, pues “no se podía hacer aquello”  entre dos elementos diferentes, pero ella no elegía de quién enamorarse.

Los descendientes de los Primeros con magia eran muy controlados, según su propia visión, y nunca le había gustado hacer lo que le ordenaban. Podía desafiar a cualquiera siguiendo sus propios ideales.

Y con Vicar pasaba eso. Iría hasta el mismo infierno por él, no importa qué tuviera que perder. Si bien ahora la idea de tener un hijo estaba presente, no podía dejarlo solo a merced del enemigo.

La pelea había sido caótica y sangrienta. Ella hizo uso de su elemento de todas las formas posibles, desde terremotos hasta que la tierra debajo de sus pies caía, y sus enemigos con ella.

Pero al final habían sido demasiados. No pudieron controlar todo y una vez que la apresaron, ya no pudo seguir peleando, aunque daría su último respiro por su amado.

En ese momento estaban en los calabozos. Hacía frío pero no podía recurrir a su elemento y era de las pocas veces en su vida que le hubiera gustado tener, por ejemplo, agua, como para utilizar la humedad del ambiente. Aún así se mantenía con temple porque debía hacerlo por su hijo y por Vicar.

De todos modos estaba débil, lo sentía en sus venas, y agradecía que su marido le diera el abrigo, aunque por las noches, cuando peor se ponía, trataba de taparlos a ambos.

Se acomodó un poco más contra él y suspiró. —Bien, pero cuando salga me comeré toda la cosecha destinada para los próximos dos años —dijo intentando ponerle un poco de humor al ambiente.  —¿Tú cómo estás? —preguntó apoyando la cabeza en su pecho, mirando cómo soltaba vaho causado por el frío al respirar.

—Tenemos que irnos, Vicar. No sé hasta cuándo podemos mantenerlo en secreto —dijo acariciándose el vientre que, por suerte, aún no se había empezado a notar. Creyó que al ser algo tan peligroso para los regentes habían mantenido todo en secreto, al menos con sus captores actuales. Probablemente los habían enviado a encerrarlos sin una razón clara, sino seguro ni siquiera los dejarían estar juntos. Al menos eso le parecía lógico.

From hell we escape together.

El aire circulaba, pero sus manos se encontraban apresadas por esposas que suprimían su poder, aquel que los encerró era altamente consciente de como evitarles un fácil escape, no era por menos que así es como sabía que contaban no solo con traidores en sus reinos, sino que habían estado preocupados de evitar que pudieran escaparse de la celda.

Ser de elementos distintos ya había generado algo de especulación en los reinos, no era un camino ortodoxo realmente, más en el amor no hay una barrera como esas, especialmente cuando el sentimiento es altamente fuerte, el no se pudo alejar de Astrid, ni siquiera las presiones de sus padres lo lograron.

Era justamente eso lo que los tenía atrapados, un pequeño ser que merecía la oportunidad de crecer, ella no se habría ido sin él, valientemente pelearon, y por mucho que cayera se levantaba con fiereza para protegerla de aquella emboscada, pero era el cansancio y las heridas peores enemigos que cien soldados, perdió la conciencia y para cuando despertó estaba en este sitio, donde ella le revelaba el motivo por el que no se rendían.

El aire helado calaba sus huesos, pero la sostenía compartiendo el poco calor corporal posible que emanaba. -Comparto ese sentimiento, lo que nos dan es con la intención de mantenernos doblegados y rogar, se que esperan el momento de cederles poder, más nunca dejaremos que el enemigo gane con estos juegos. Los guardias están cayendo en la complacencia, esa será la oportunidad de poder escaparnos de este sitio.

Solo un par de días más, si no lo notaron antes, es que son demasiado ciegos, hemos sido cuidadoso de no revelarlo. -Con cuidado acarició su vientre.-Creo, solo creo, que alguien esta siendo la mente maestra en esto, es demasiada coincidencia que el día que ibas a darme una importante noticia fuéramos emboscados. -En aquella celda era mejor hablar bajo, pues el eco llevaba sus voces, no quería alertar a otros sobre esto.

Se escucharon pasos metálicos, eran los guardias que traerían su comida, si es que esos pocos bocados se consideraban una o la nueva rotación para vigilarlos.

From hell we scape together

Astrid sabía que no les quedaba mucho tiempo. Ella se sentía débil y no podía depender de Vicar. Él se preocupaba mucho por la pelirroja y le daba su abrigo y muchas veces las pocas raciones que tenían de comida o agua, no importaba que Astrid le pidiera que comiera. No estaba segura de por cuánto tiempo más iban a poder aguantar.

El hecho de haber sido apresados era una opción, ambos lo sabían. En el reino había muchos quienes ansiaban, envidiaban o temían un poder como el que podría tener su hijo, y nada de eso terminaba bien. Nunca.

De todos modos Astrid no sabía si en realidad su hijo iba a nacer de esa manera. Para ella, era posible que uno de los dos elementos triunfara en sus genes y que su heredero tuviera control de uno solo. Lo deseaba cada instante de su vida, porque si no, sabía que siempre iba a tener una vida llena de peligros.

—Nos dan comida apenas para que no muramos de hambre, saben que si no tenemos energía suficiente no podremos hacer nada —dijo cerrando los ojos un momento. —. Por eso también nos alejan de nuestros elementos. Ojalá pudiera estar cerca de la tierra, alguna raíz, algo... —Era lo único que necesitaba para recobrar fuerzas si quería hacer un escape efectivo.

—No saben quiénes somos, tenemos que usar eso a nuestro favor —asintió con la cabeza. —. Lo sé. Pocos sabían, y temo, y creo que tengo razón, que fueron nuestros enemigos de la corte quienes estén detrás de esto —agregó, hablando en susurros no sólo a causa del frío sino también para no ser escuchados.

Ella tenía que hablarle de la profecía que había escuchado, pero sabía que aún no era el momento. No cuando había tantos peligros en ese lugar.

Unos pasos la alertaron y miró hacia la oscuridad de la celda. —Están viniendo. Tenemos que intentar conectar con nuestro elemento y poder salir de aquí —le dijo a Vicar poniéndose un poco más derecha para sentarse. Si tan sólo tuviera un poco de tierra...

From hell we escape together.

Con el tiempo en contra no podrían estar tranquilos, ya apremiaba que el bebé tuviera los nutrientes necesarios y la falta de peso era claramente notoria en el noble, Vícar nunca fue tan delgado, era medianamente formido y con la espada en mano se le sabía como un terrible enemigo, más no era totalmente invencible claro. Mucho menos cuando eran más de los que podía someter o atacar, mientras uno caía de la nada el resto se iba multiplicando.

En el lugar de celebrar un suceso como este, los enemigos temían no poder tener el reino en sus manos, pues un heredero siempre sería el primero en la línea de ascenso al trono, así como temer a que pudiera ir con ambas fortalezas de los padres.

El traidor era consciente de que si lo atrapaban ninguno de los dos reinos sería suficiente para esconderse, por algo estos soberanos eran queridos por varios. -Lo sé, quieren vernos perecer primero, esto lo alargan sabiendo que en cualquier momento estaremos al borde de morir, quieren apagar la luz que protegemos. -Y los sellos en las cadenas de Vícar para evitar que controlase el aire no fueron creador por un novato, incluso con la fuerza y tiempo adecuados podría romperlos, pero ninguna de las dos cosas tenía realmente.

Se fuerte querida, he estado, bueno he estado tratando de traer la tierra a ti. -Dijo pues cuando no los veían trataba de debilitar un poco de la pared por lo viejo de la construcción, más se cansaba demasiado pronto dejando largos ratos pasar y para no llamar la atención de los guardias. Presentía que su amada podía saber más de lo dicho, más si no lo mencionaba era o demasiado peligroso para oídos ajenos o no estaba lista para explicarlo.

La llegada de estos fue acompañada de risas e insultos al verlos en ese modo, con casi aventarles los cuencos que llevaban en la mano, el agua estaba algo sucia, pero lo importante era que venían del exterior, normalmente se les pedía limpieza, pero o estaban hartos o no, quizá dejaran algo de tierra en el camino. En cuanto se marcharon trato de moverse, pero el frío lo tenía casi congelado, era mejor calentar un poco los músculos. -Come tú, en cuanto tengas algo en el estómago veremos si podemos hacernos con las llaves que portan. -Dijo.

From hell we scape together

Astrid sabía que sus enemigos no tenían mucho tiempo más que perder. Si bien a sus hombres no les habían dicho sobre su hijo evidentemente, no iban a querer que salieran de allí. Los gobernantes traidores tenían que pagar con su sangre el precio de la traición y todos lo sabían; tenían que asegurarse que tanto Astrid como Vicar murieran en ese lugar.

Pero ella no lo dejaría tan simple y sabía que su compañero no lo haría tampoco. Ambos habían desafiado al mundo eligiendo estar juntos y no luchó tanto por su esposo como para terminar muerta en una celda fría, con hambre, sed y un hijo dentro suyo. Tenía que luchar por los tres.

—Ya sabían que te tenían que apresar —respondió, siguiendo su mirada hacia el bloqueador de energía. Vicar podía utilizar su elemento en cualquier lugar porque tenía el acceso, en cambio con ella simplemente la alejaban de la tierra y ya era suficiente. Pero esperaba que cometieran un pequeño error para poder salir de allí y romperle las ataduras a su marido.

Suspiró y asintió, apoyándose contra él. —Lo sé, amor mío, lo sé. No quiero que te esfuerces demasiado porque necesitas estar lo mejor posible para el momento de escapar. No vamos a morir aquí —le prometió apretándole la mano. No iba a dejar a Vicar morir de esa manera, mucho menos al hijo que esperaban. —. Tenemos mucho que hacer en el exterior —comentó en voz muy baja. No podía decirle aquello de la profecía en ese lugar, tenían que estar en otro lugar, y tenían que hacerlo rápido. Vicar tenía que saber aquello del Utvalgte, el Elegido.

Los hombres que les dejaban comida no se iban, tenían que esperar para llevarse los cuencos, pero aún así se apartaban; no para darles privacidad a ellos, sino para no tener que escucharlos y poder hablar en paz.

El frío era terrible y el agua tenía la misma temperatura que el exterior. Tenía los dedos entumecidos pero aún así pudo tomar un pedazo de pan que les habían tirado. Al partirlo a la mitad, vio que éste tenía moho y se le revolvió el estómago.

—Si no prestan tanta atención, es probable que en la suela de las botas tengan tierra. Sabes que puedo generar lo que quiera aunque sea con un poco... Pero estoy débil y tengo miedo de no hacerlo —le dijo a Vicar en un susurro casi inaudible. Ella haría los esfuerzos necesarios, pero tenían que asegurarse que había tierra disponible. —No puedo sentir nada, no siento que haya tierra aquí, pero puedo estar débil para detectarla —explicó apoyándose contra la pared, cerrando los ojos un momento.

From hell we escape together.

Contaba los días, se guiaba por la poca luz que entraba entre los barrotes de las antorchas para moverse por aquella celda, los cuales estaban reforzados por igual además de que con las rondas cualquier intento de escapar claro que sería notado por aquellos, si bien casi no era necesario por lo debilitados que se encontraban algunos de ellos lo tomaban como un entretenimiento, Vícar sabía que no debía dejar que eso lo afectase, pero cuando tienes tanto tiempo en un estado así la mente comienza a jugar malas pasadas.

Sus enemigos en cuanto pudieran sentirían toda su furia, era comúnmente pacífico, pero se habían metido no solo con él, sino con la mujer a la que amaba en todo el mundo. Saben que podría matarlos tan fácilmente. Con solo negarles aire colapsarían a sus pies, claro que era un enemigo de temer, no abusaba de otros con su poder, por eso la justicia sería la que llegara a los traidores.

He logrado soltar algunas de las rocas, no sé si logres sentir la tierra en ellas, es lo poco que podemos avanzar cuando no se dan cuenta. -Sosteniendo su mano era como sostener a un universo entero, lo completaba en formas que Vícar tan solo no sabía cómo poner en palabras. - Los reinos deben estar en caos, el pueblo necesita a los gobernantes, pero no pueden ser los corruptos, solo harán que estos terminen en pobreza, imagino que comenzaran a amenazarlos y a querer ejecutar a todo el que crean que estorba en sus caminos al poder.

Sentía asco con la comida, era claro pasada, buscaba entre ello lo que pudiera salvar que no eran mas que unos cuantos bocados, entre sus manos ennegrecidas por la mugre, las condiciones poco higiénicas eran tales que era un milagro que no enfermasen aún.

Prestemos atención, si es posible haremos que se acerquen para que la dejen caer lo más cerca de la celda, crearemos una distracción y podrás sentirla. -Comento pensando en como hacerlo, y viendo un trozo de pan que estaba duro como roca, lo tomo y se lo arrojo a uno de ellos en el casco. Como esperaba este se giraba con intenciones de hacer algo, incluso lastimarlos por su atrevimiento, pero Vícar lo desafío con la mirada, mientras más lograse que perdieran el control menos notarían algo anormal.

From hell we scape together

Astrid haría lo que fuera para proteger a Vicar y a su hijo, que ya estaba segura que sería un varón por más que no tuviera una confirmación. Ella simplemente lo sabía. Así como sabía que entre los dos podían y debían salir de esas celdas. Todavía no era demasiado tarde.

Escuchó a Vicar lo que dijo sobre las rocas y miró la pared. —Quizás sí, pero necesito algo más terroso para empezar a acumular el poder —La tierra de debajo de los zapatos de lso guardias era un gran plan porque seguramente iban a tener, sólo tenía que sentirla. Acercarse lo suficiente para llegar hasta ella y recargarse.

—Ya lo hacen —dijo poniendo los ojos en blanco. Le dolía pensar en la destrucción de los reinos de esa forma, sólo porque un puñado de viejos quería tener un poco más de poder. —. Ellos no manejan los elementos, nos ven como una amenaza. Mucho más a nuestro hijo. Tenemos que detenerlos antes de que sea demasiado tarde —Porque ya no tenía que ver con su familia sino con todos los reinos juntos.

La comida era perfecta para morirse o para no poder recomponerse jamás. Sabía que su hijo necesitaba de otros nutrientes pero no podía darle más que aquellos bocados, intentando quitar todas las partes malas (que eran la mayoría) e intentar llevarse algo potable al estómago, aunque sin tanto éxito.

—Debo quedarme sentada para estar más cerca de sus pies —le avisó mientras asentía. No había momentos perfectos en esa situación. Era esperar o intentar huir. Y si seguían ahí sabía que cada día iba a ser aún peor.

Se lamió el labio inferior con seriedad mientras Vicar ponía su plan en marcha. Tenían que comunicarse pero sin hablarse y los movimientos tenían que ser rápidos y seguros. No había momento de flaquear.

Vicar le tiró el plan enmohecido al guardia y él junto a su compañero dieron unos pasos hacia ellos. —¿Qué te sucede, idiota? —dijo uno de ellos, evidentemente el más agresivo de los dos. Astrid se quedó sentada en el piso, como ajena a lo que estaba pasando entre ellos. Ida. Como si no estuviera allí. «Como si estuviera buscando la tierra que la llamaba».

—He dicho que qué te sucede —volvió a decir aquel hombre al acercarse aún más a ellos dos. Esperaba que pudiera distraerlos los segundos necesarios para conectar con su poder.

From hell we escape together.

Nunca una persona cobarde, cuidaría de Astrid y su bebé pues dejarlos a su suerte haría que perdiera cara totalmente ante ellos, no se podría quedar con la conciencia tranquila si algo pasara con ellos, eran su mundo, como tal si el plan no iba como pensaba, intentaría de nuevo hasta poderlo lograr en algún momento así fuera con su último aliento.

Encontrare lo que pueda servirte cariño, solo es cosa de unos momentos de oportunidad para que logremos salir con completo éxito de este lugar, no nos mantendrán apresados por siempre, puedo prometerlo. -Y Vícar no rompía una sola de sus promesas, siempre encontraba el modo de poderlas cumplir.

Lo haremos, reconstruiremos lo que hayan destruido. -Si a veces podía decir las cosas más evidentes, pero no perder la esperanza era una parte de aquello que lo formaba como un justo gobernante pues no se es uno sin el poder de su pueblo, rogaba que esperasen por ellos, que no dejaran de luchar. Lo que sea necesario para ti, incluso si tengo que trozarme los dientes para arrancarle las botas a la armadura.

Esos pocos bocados hacían a su estómago contraerse, cuando saliera seguro necesitaría de los médicos reales para poder ser el hombre en forma que había sido antes de la captura, porque de otro modo no duraría demasiado en una pelea, cabe decir que el llamar la atención del guardia fue algo del momento no planeando solamente era una apuesta más a si con eso podía beneficiar a su amada que no estaba limitada del mismo modo que este. No cabe duda que los estudiaron bien para saber cómo mantenerlos sometidos.

Habría sonreído triunfante con su actuación, pero solo miro al guardia fijamente como si lo retase a que se acercase a su celda. Puesto que era tonto sin duda pensaría en abrir los barrotes. Ese que perdía el control era justamente el mismo que sin pensarlo ante el silencio de Vícar abrió la celda con la intención de mostrarle cual era su lugar, no contando con que este con el poco peso y fuerza se le iba encima para hacerlo caer con el encima, el golpe contra la armadura le hizo daño a Vícar, pero también provoco una sacudida en el impacto que derramo algo de polvo, se negó a moverse esperando que eso fuera suficiente para Astrid poder actuar.

From hell we scape together

Nunca, desde que lo había conocido, había tenido problemas para llevarse bien con Vicar y entenderse aún sin tener que hablar en voz alta. Él sabía lo qe Astrid necesitaba y viceversa y ambos sabían que el otro haría hasta lo imposible para dárselo. Esa vez no era una excepción.

Para pelear con los guardias tendrían que ponerse de acuerdo y el hecho del impulso de Vicar le hacía pensar a Astrid que quizás era el momento exacto y perfecto para poder escapar. Tenían que aprovechar aquella oportunidad.

—Sé que no, amor mío. Encontraremos la manera de escapar y librarte de esas esposas —Si ella tuviera el poder completo podría hacerlo pero estaba débil aún. Afuera era otra cosa, pero imaignaba que iban a tener que solucionarlo antes de escaparse de las mazmorras porque con su poder solo no podrían salir.

—No hará falta —dijo dejando salir una risa pequeña y en susurros, acariciándole la mano antes de poner en marcha algo. —. Con distraerlos está bien. Encontraré la manera de recuperarme auque sea para apresar a esos dos. Sabes que no vienen más guardias nunca, no hay que pensar que esta vez será diferente —le decía en susurros.

Estiró y flexionó los dedos varias veces, no sólo para sacarse el frío sino para prepararse para tomar todo el poder elemental que pudiera en el momento justo. No podían perder el tiempo y tenían que estar bien preparados porque un paso en falso y los matarían. Y ella no podía permitirlo.

Apretó la mano de Vicar antes que le tirara el pan al hombre aquel. Por suerte les había tocado el agresivo. Ya casi que conocían bien a todos los que hacían guardia frente a su celda y tenían que esperar que fuera el que más propenso era para abrir la celda aunque fuera sólo para golpear.

Y lo había hecho bien.

Distraído con Vicar, el guardia no se dio cuenta que Astrid estaba yendo hacia sus pies. Sonrió casi con malicia cuando encontró lo que buscaba: El hombre no había sido nada cuidadoso (no era extraño que alguien agresivo también fuera descuidado en ese sentido).

Astrid comenzó a sentir como su sangre empezaba a recuperar fuerzas. La tierra de los zapatos comenzó a echar raíces. Ella no controlaba el agua pero la humedad del ambiente ayudaba a su rápido crecimiento. Vicar estaba distrayendo al guardia con la pelea y ella le hizo una seña desde atrás.

Mientras, el otro guardia comenzaba a acercarse para frenar la pelea.

From hell we escape together.

Por el mismo tiempo en que se habían conocido sentía que tenían esa conexión tan única, no por demás decir que el controlar los elementos sin temor a que la otra persona saliera corriendo ya era una completa ganancia, porque ciertamente que lo era. Pero en Astrid parecía haber encontrado no solo amor, sino un alma completamente afín que sabía que le preocupaba constantemente e incluso el mínimo gesto que otros no podrían interpretar era ella capaz de leerlo en su misma mirada.

Lo que fue una ventaja para ambos es que como fuera vigilaban a los guardias al punto de saber quiénes eran los que preferían solo ir a hacer lo que les mandaban contra aquellos otros que se empeñaban en decirles que es lo que les esperaba a su suerte o que se burlaban de modo constante al punto de que casi tirasen la poca comida que les daban al suelo para que la tomasen de ahí, pudiera ser que fuera su forma de actuar solo con ellos por miedo de lo que podían hacer o siempre estuvieran así de corruptos.

Así será, porque hoy es el día en que escaparemos como sea. -No estaría soportando esto por tanto tiempo, estaba enfadado y cansado, quería solo derrocar a aquellos traidores para volver a la pacifica vida junto a Astrid, personalmente si pudiera dejaría la corona, pero muchos dependían de su guía, no podía decepcionarlos. -Deben dejar casi a los mismos con la finalidad de que no pueda saberse que estamos aquí, alguien los selecciono específicamente para vigilarnos. -Que de no ser así sencillamente eran pocos los guardias como para que ya no pudieran identificarlos. Ventajas para ellos claro.

“Date prisa amor no se cuanto tiempo se mantendrá tirado.” Pensó Vícar para no develar nada que no fuera solo una más de sus locuras, su compañero parecía más dispuesto a reírse que otra cosa antes de siquiera considerar en ayudarlo a quitarse al debilucho intento de gobernante.

Tarde, totalmente tarde para este pues el plan funcionaba y ella lograba hacerse con lo necesario, para cuando el otro quiso reaccionar Vícar se quitaba del medio para estorbarle el paso y que no pudiera alcanzar a su esposa. Perdiendo el equilibrio el segundo se iba al suelo también, con mucha buena fortuna nadie pensaría que era otra más de sus bromas o que lanzaban los platos de comida al suelo, discretos no eran al momento de contar sus barbaries. -Debe serte útil también este querida. -Le dijo a Astrid.

From hell we scape together

Mentiría si dijera que no estaba nerviosa. Tenía bastante miedo de que el plan saliera mal y decidieran matarlos. Su vida, para ella, si bien era importante, no tenía miedo de morir. Pero temía por Vicar y por el hijo de ambos; ellos dos eran lo más importante de su vida y no podía perecer, tenía que protegerlos. Aún así, y aún sabiendo el poder que tenía dentro suyo, temía que pasara algo que los lastimara de verdad o peor.

—Hoy lo haremos —dijo segura, asintiendo con la cabeza y apretándole la mano a Vicar. No podían seguir estando en ese lugar, no sólo porque en cualquier momento se darían cuenta de su embarazo, sino que además se darían cuenta de quiénes eran ellos y probablemente las cosas que les hacían en ese momento no eran ni cerca lo que les harían después si se enteraban. Tenían que irse lo más pronto posible. Y ese día era perfecto para hacerlo antes de que fuera demasiado tarde.

—Sí, yo creo que son grupos específicos para que sepa la menor cantidad de gente posible. No me sorprendería que los maten después de que culmine esta misión para asegurarse que no hablen —Sacudió la cabeza, no le sorprendería en absoluto ese tipo de crueldad en sus captores.

Tenían que apresurarse y sabía que lo que estaba haciendo Vicar era momentáneo. Era un plan de a dos y entre ambos tenían que hacer todo, sin hablarse para no decir su plan en voz alta pero a la vez sincronizados. De todas maneras era lo que menos le ponía nerviosa a Astrid. Desde que conoció a Vicar supo y sintió una conexión con él tan fuerte que no tenían ningún tipo de barreras entre ellos, ni siquiera las mentales.

Los dos guardias estaban en el suelo por la habilidad de su marido en ataque, porque no sólo se dedicaba al control de su elemento, sino que además sabía pelear. Los dos lo hacían porque sabían que era necesario.

Se arrastró por detrás de uno de ellos. Lo veía. Veía rastros de tierra aún viva, aún latente, que estaba en los zapatos de ambos. Suspiró y se dio fuerzas mientras acercaba las dos manos a esa tierra que la llamaba, que gritaba por ella y su poder.

Abrió y cerró los dedos, cerrando los ojos un momento también al sentir como el poder de la tierra volvía hacia ella. Sonrió con satisfacción. Los hombres todavía no se habían levantado porque habían pasado sólo unos segundos pero no tardarían mucho más. Pero ella estaba lista.

Aunque todavía le dolía y se sentía débil, la tierra que sacó de allí y tocó, comenzó a enviar ondas de poder dentro suyo, las sentía tan fácil como sentía el tacto. Estiró levemente la mano y una capa de tierra comenzó a formarse arriba de la otra.

Cuando se acercó al otro, ya estaba bastante mejor. Seguía mal alimentada y casi deshidratada, pero su poder estaba volviendo. Moviendo las manos, pudo hacer crecer más tierra de la que estaba ahí. —Es perfecto, querido —dijo a Vicar mientras le mostraba cómo de los zapatos de ambos sujetos comenzaban a salir raíces que los envolvían como si fueran una soga. Antes de que gritaran, Astrid los amordazó para que tampoco pudieran emitir sonido.

—¿Qué te parece? —preguntó a su marido mientras observaba a los dos guardias atrapados por las raíces que crecían desde sus zapatos. No podían moverse ni hablar y estaban apretados. Aún seguían en la celda, pero los guardias estaban incapacitados.

From hell we escape together.

No era el mejor de los planes ni lo que esperaría cuando pensó en una forma de salir de aquel lugar, sin embargo, no habiendo de otra es que pensó en que justamente esta podía ser la única salida posible ante los pocos recursos con los que contaban del todo, así que tocaba aguantarse lo que dijeran o hicieran los guardias para hacer como si ellos estuvieran altamente preocupados por este asunto.

No cabe duda de que es el momento querida. -Dijo por lo bajo, usualmente si los veían susurrando amenazaban con separarlos y mandarlos a celdas altamente separadas o no darles alimento, peor, la amenaza de tortura era la preocupante considerando el estado de su mujer.

Considerando eso, de todos modos, los van a matar, no son parece algunos que levanten sospechas, al parecer también carecen de familiares que puedan rastrear del todo sus desapariciones, si las conversaciones eran las pistas que estos estaban dejando como una clara evidencia de lo que estaba pasando en esos momentos. Su plan estaba funcionando, no necesitaba siquiera decir algo en voz alta pues Astrid era tan inteligente que lo entendía a la primera, con eso era una ventaja que ella apresara a estos guardias incluso silenciándolos para que no gritasen por ayuda con el uso de sus poderes y afinidad al elemento tierra.

Tomemos sus armas y todo lo que pueda servirnos, incluso hay que encerrarlos y llevarnos sus llaves de las celdas, si no tienen repuestos van a tardar más en sacarlos de este lugar. -Dijo levantándose despacio por la malnutrición y fatiga que sentía con ello.  -Toma un puñado de tierra si puedes, presiento que nos puede servir si salimos de este sitio. -Mirandola como era tan valiente y decidida, definitivamente la pareja perfecta. Por su parte comenzó a remover lo que se pudiera sin dejarlos libres, no tendría mucho sentido si la tenían totalmente fácil. - ¿Lista para irnos? No me parece que les dejaran las llaves para estas cadenas. -Murmuro viendo sus manos apresadas, pero si podían soltarse las demás que los mantenían sujetos dentro de las celdas.

From hell we scape together

Astrid pensaba que al momento de morir, sus huesos y carne alimentarían la tierra que tanto poder le había dado. No le molestaba pensar en eso porque estaba segura que pasaría y dentro de muchos muchos años. Pero en ese tiempo en la celda, preocupada no sólo por Vicar sino por su heredero también, deseaba que la muerte estuviera a muchos kilómetros de allí, lejos de su visión.

Al parecer, moriría otro día y en otro lugar. Ella y Vicar congeniaban y se entendían perfectamente sin necesidad de hablar. Era el momento oportuno, como cualquiera teniendo en cuenta que los iban a matar de hambre, y tenían que aprovecharlo.

Una vez que estuvo cerca de su elemento todo empezó a salir mejor. Estaba débil y hambrienta, y probablemente lo estaría más después de usar tanto su poder para escapar pero eso lo pensaría más adelante. Lo importante ahora era poder salir, apresar a los guardias para que no dieran aviso y escapar junto a Vicar de esas mazmorras.

Sabía también que iba a ser difícil. Vicar no podía usar aún su poder pero una vez que estuvieran fuera, si encontraban un bosque todo iba a ser diferente. Ella iba a poder liberarlo de las ataduras no tenía dudas, pero necesitaba estar recargada.

Asintió una vez, se levantó y buscó en los bolsillos de los guardias la llave que seguramente tenía alguno de los dos. Lo encontró en el segundo guardia apresado. Levantando las manos, hizo que las raíces que crecían de los zapatos de los hombres se arrastraran -y ellos junto a ellas- hacia el interior de la celda. —Tengo la llave. Vamos a encerrarlos. Los dejaré así, así también será más difícil liberarlos —le dijo a su marido mientras cerraba con llave la cerradura de la celda y se colocaba la llave dentro de un pliegue del vestido arruinado. Tendría que conseguir otra prenda.

Luego dio unos pasos hacia el exterior para ver cómo se comportaba tanto ella como su vientre de embarazo. —Estoy bien, puedo moverme. Usaré toda la fuerza que tengo para poder escapar de aquí —le dijo, tenía la tierra guardada por lo que podría acudir a su elemento para salir de esa prisión. —. Tenemos que encontrar un bosque lo antes posible. Así podré liberarte de la atadura mágica, ¿puedes usar una espada? —preguntó porque aún con esas ataduras, Vicar podía usar su habilidad en la pelea.

Antes de salir volvió a revisar la mazmorra, se llevó una daga casi sin filo y una espada un poco más afilada. Esperaba que su entrenamiento haya valido la pena. —¿Listo? —preguntó a Vicar. Iban a tener un largo camino hasta la superficie, pero estaba segura de que lo conseguirían porque estaban juntos.

From hell we escape together.

Como el aire, el se desvanecía, o eso sentía con el paso de los días conforme adelgazaba, y no era para menos con la forma en que eran tratados, el enemigo no estaba del todo informado de sus pasos, para poco quedaba claro que los soldados tampoco conocían sus identidades o su suerte ya habría sido otra. ¿A que jugaba el enemigo? ¿Los haría alguna clase de traidores que por eso habían desaparecido? No sabia que tipo de rumores habían ya corrido al respecto con ellos.

La muerte solo correspondía lejos de ellos, no necesitaba que los rondase, por eso era como una necesidad el vivir el tiempo necesario para poder salir haciendo hasta lo imposible por lograrlo, no eran de los que tan solo se rinden, pelearían hasta el momento final,

El plan resulto mejor, al menos hasta la parte en la que iban y lograban salir de la celda, faltaba bastante para cantar la victoria, necesitaban estar lejos de cualquier punto donde pudieran darles caza fácil, retomar fuerzas y descansar, porque realmente no habían descansado estando tan alertas en todo momento a pesar de la debilidad.

No podrán salir a menos que llegue el otro turno y para entonces tendremos ventaja sobre ellos. -Por lo que a el respectaba deberían removerles las prendas, pero arriba debía haber ropa también para tomar, y menos llamativa, y una que otra arma. -Si, puedo usarla aun con manos atadas, me costaría un poco más de trabajo, pero te podre auxiliar en tiempos necesarios, el bosque es en definitiva la mejor de las opciones para poder encontrar mucha tierra, además si encontramos frutos o bayas comestibles podremos rellenar nuestros estómagos. -Alguna vez entrenar a ciegas o con de ventajas lo vio como algo útil, y esto era uno de justamente esos casos. -Arriba podemos ver si tienen alimentos que llevarnos también asumo que comen aquí mismo solo que nos dejaban la peor parte.

-Contigo hasta el fin del mundo, estaré listo. -Tomando su mano para que caminaran, ella por su embarazo, le preocupaba que pudiera esperarles, y pensaba guiarla por ese camino tan falto de luz, se notaba que estaba húmedo también, lastima que el agua no era lo suyo sino los habría ahogado con esta hace mucho.

El camino tenia muchas celdas, no se veía a nadie en ellas, pero si restos de que alguna vez estuvieron ocupadas. - ¿No sientes que este lugar fue liberado solo para que nosotros fuéramos los únicos?  Y parece que fue con cierta prisa, algunas celdas aun tienen cosas en ellas.

From hell we scape together

Astrid sabía que había mucho que hacer y ninguno de los dos se iba a dar por vencido. Tenían que escapar de ese lugar y volver a su reino. No sabía qué era lo que había pasado con sus nombres una vez que fueran apresados. Los rumores iban a empezar a andar a lo largo del reino, no los habían capturado por nada.

La tierra que tenía a su disposición era poca, una vez estuviera en el bosque todo iba a ser mucho mejor, más fácil. Pero su marido tenía razón y tendrían que buscar algo para comer. Si bien iba a sentirse energéticamente mejor, después de usar su poder quedaba algo débil, al menos hambrienta, sobre todo teniendo un hijo creciendo dentro suyo.

—Exactamente. Si no nos ven, o si terminamos matando a quienes nos encontremos, no se darán cuenta que desaparecimos hasta que fuera demasiado tarde —respondió asintiendo. Tenían que ser rápidos pero sentía que en ese momento llevaban ventaja con sus captores. Pensaban que los tenían, pero deberían haber sabido mejor.

Asintió sobre el uso de espadas. Vicar estaría libre de sus ataduras una vez estuvieran en el bosque. Odiaba que fuera de esa manera pero no veía otra forma. —Está bien, nos basta con eso —dijo y después suspiró para darse fuerzas y ánimos. —. Seguramente encontremos algún árbol frutal. En ese caso puedo hacerlas crecer. Estaré cansada pero habrá frutas y eso me hará sentir mejor en cuestión de tiempo —No le daba tanta importancia porque se conocía y sabía cómo se comportaba ella y su cuerpo cuando estaba en contacto con la naturaleza. Estaba preocupada por Vicar, pero ambos lo lograrían.

—Creo que ellos van a tener cosas para comer aquí. Lo que nos dan a nosotros seguro sea cosas de días que no terminaron de comer —Y es que casi toda la comida que le daban, principalmente pan, era duro y mohoso, pero dudaba que los guardias comieran eso mismo también. Ella pensaba igual que Vicar en ese sentido.

—Hasta el fin del mundo —repitió solemne, con ese juramento que muchas veces se habían hecho y que, hasta ahora, los dos habían cumplido. —. Vámonos de este lugar horrible —agregó, acariciándose el vientre con una mano y con la otra tomándosela a su marido para irse juntos.

Caminaron por el resto de las celdas y ambos las miraron con curiosidad. —No me sorprende que fuera así. Imagino que no quisieran que nadie supiera que estamos aquí porque serían acusados de alta traición y ellos buscan exactamente lo contrario. Aún sabiendo que los guardias no están al tanto de quiénes somos, imagino que no querrían arriesgarse a que otros presos lo supieran —comentó mientras pasaban por una celda abierta y con las cosas desparramadas, como si lo hubieran sacado todo a las apuradas.

En el fondo, había una gran puerta roja. —Es por aquí. ¿Escuchar algo? Quizás aquí estén las armas —esperó, apoyando la oreja contra la puerta. —No se escucha nada —murmuró. No sabía cómo se manejaban los guardias, pero esperaba que mientras no estuvieran cuidando las celdas, estuvieran en otro lugar y no en las mazmorras.

From hell we escape together.

Lo primero que era salir del calabozo ya estaba hecho, tras un buen número de días en ese sitio, no quería desconfiar pero si era altamente posible que incluso esto fuera orquestado por aquellos que buscaban el asiento de poder de cada uno, en su familia no faltaba una que otra envidia, las ideas que tenía para la prosperidad del reino no eran agrado de todos claro, y encima de ello el que estuviera enamorado de Astrid les impedía poder tomar cualquiera de los tronos, con un hijo en camino esto rompería más de un estereotipo.

Encontraremos comida, puedo pescar si damos con un rio, crear una fogata temporal, no permitiré que pases hambre. -No cuando tenía que comer por dos, por ello era mejor si el no comía a veces de todo lo rancio, o lo consumía él sabiendo que podía causarle daño, su mujer no tenía porque sacrificarlo todo, pero la amaba porque aún así ambos se aferraron a vivir. -Si los matamos que sea donde los cuerpos no sean tan fáciles de ver, tratare de que sea en zonas que ellos no puedan ver.

Mientras más pudieran despistar al enemigo mejor. De otro modo no necesitarían ser tan cautos, con la ropa que tomaran no se congelarían en el camino. -No te excedas mucho entonces podremos tener comida suficiente, pero no a costa de tu energía, aun si debo cargarte sobre mi espalda.

Seguramente tienen una pequeña caja de provisiones. -No era raro en las mazmorras, que tuvieran forma de preservar aquella comida que no se consumía caliente. -Llevaremos todo lo que pueda comerse sin problemas, pan y frutos secos, tendrán sacos de piel con agua limpia. -Que eran comunes en viajes a caballo.

Caminaba algo despacio porque fuerzas había pocas, pero iba de la mano con ella, cualquier otra cosa era nada, si la podía tener a su lado. -Vacías porque así nadie sospecha que alguien importante esta aprisionado, o si hubo prisioneros los mataron para eliminar sospechas, se ve que fue planeado con cuidado, algunas parece que tiene tiempo que no han sido tocadas. -Podía ver algunas telarañas en los barrotes.

Puede ser la salida de las celdas. -Apego ligeramente su cabeza a la puerta para tratar de escuchar algo. -No suena nada, abriré con cuidado, colócate tras de mí, si hay alguien me verían solo a mi y te daría tiempo de atacarlos. -Menciono quitando el cerrojo de esta, ni siquiera tenia llave o un candado, quien quiera que estuviera encargado de la entrada y salida no se tomaba su puesto en serio o se confiaron al verlos debilitados, daba a otro pasillo largo, más en mejor estado.

From hell we scape together

Asentía a las palabras de Vicar no sólo porque confiaba en él sino también porque quería hacerlo. Quería tener esa esperanza de que estaban saliendo de verdad de aquel horrible lugar. Y Astrid soñaba con la venganza.

No era una mujer normalmente combativa o rencorosa, más bien todo lo contrario porque sabía que la mejor forma de llegar a un acuerdo era por las buenas. Pero en ese momento no sólo se habían metido con ella, que lo podía perdonar, sino que se habían metido con su esposo y su hijo. No iba a dejarlo así como así. Correrían ríos de sangre si era necesario.

—Ninguno de los dos lo hará. No volveremos a pasar hambre o comer ese asqueroso pan con moho. Tendremos la comida que nos merecemos una vez pongamos en su lugar a quienes han osado hacer esto, amor mío —dijo seriamente, apretándole levemente el brazo para que supiera que hablaba en serio. —. Espero no llegar a matar a nadie porque esconder los cuerpos siempre lleva tiempo —comentó con un suspiro. No era tampoco tan dada para ir y matar gente, pero ya había afirmado que haría todo por su familia, y matar era una de esas cosas, sin remordimientos cuando se hablaba de proteger.

—No quiero llegar a eso —respondió sinceramente. No deseaba que Vicar tuviera que cargarla aún sabiendo que lo haría de buena manera. —. Si podemos robar algo de aquí, más lo que podamos pescar y tomar de los árboles frutales... No será demasiado para mí, lo prometo —dijo con un tono de voz más dulce, la que sólo guardaba para él y, ahora, para su hijo también.

Sonrió, intentando dar lo mejor de sí a pesar de lo que les estaba pasando. —Creo que cualquier cosa menos pan —comentó refiriéndose a la posibilidad de comida. Seguro tendrían carne seca en tiras, salada pero servía para los viajes, agua seguramente y vino, pero eso no sólo lo podía consumir por su embarazo sino que ambos necesitaban tener la mente totalmente despejada para lo que estaban por hacer. —. Los frutos secos están bien. Lo más importante es el agua, al menos hasta llegar a algún arroyo —Si alguno de los dos fuera elemental de agua, sería todo más fácil. Pero de todas maneras ambas habilidades eran buenas para su escape. Se preguntó por su hijo, qué tipo de magia elemental tendría, y si sería tan especial como para dominar más de una. Era imposible para los magos comunes, pero esa unión era excepcional.

Pensó todo lo que Vicar le decía. Tenía mucho sentido. No iban a dejarlos atrapados con otros prisioneros, no sólo porque los podían reconocer sino porque ellos mismos podían decir quiénes eran y sería todo un problema. Observó con curiosidad las celdas vacías y asintió. —Hay algunas que parece que no han sido usadas en años... No lo sé. Tal vez era un lugar donde las mazmorras no eran tan utilizadas —agregó, pero antes de decir algo más, habían llegado hasta la puerta.

Suspiró y asintió con la cabeza. No quería que Vicar estuviera al frente pero tenía razón. Estiró los dedos de las manos y buscó su poder, la naturaleza. Se sentía cada vez mejor pero la debilidad no se iba, ni se iría, tan pronto o rápido. Tenían que cuidarse e intentar no agotarse rápido. —Si hay alguien, lánzales una ráfaga de aire que los empuje a los costados —le susurró rápidamente. —. Puedo llegar a atarlos con la magia, pero tendremos que correr después, dejarlos inconscientes o matarlos —La segunda opción era la mejor, que sólo podían lograr si había pocos enemigos. Esperaba de todos modos que no hubiera ninguno.

Se colocó detrás de Vicar y volvió a estirar los dedos de la mano. —Abre la puerta —confirmó que estaba preparada y lista.

Que no hubiera nadie le llamó la atención y levantó una ceja. —Bueno, parece que estamos solos... —dijo algo confundida, todavía detrás de Vicar, dando unos pasos hacia el pasillo. —¿Probamos las puertas? ¿O buscamos directamente la salida? —preguntó la opinión de su marido antes de continuar.

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No era vengativo, al menos se consideraba como una mejor persona al respecto en cuanto a ello, creyendo en la idea de que, si se podía hacer algo por alguien, sin pedir nada a cambio se ejecutase.

Incluso con sus peores enemigos, habría dejado que estuvieran en celdas en lugar de ejecutarlos, sin embargo, en esos momentos se dio cuenta de que algunos de los problemas tienen que cortarse completamente de la raíz si uno no quiere terminar siendo parte del montón donde poco tiene que ver ser bueno, sino que son las decisiones complicadas y el poder poner una línea donde el control no se exceda por el mero gusto de sentir la sangre.

Al ser empujado a esta clase de circunstancias pensó que lo mejor sería que si, en esta ocasión todos los enemigos posibles terminaran por no poder atraparlos, sentir como quitaba sus vidas tendría que ser una gran necesidad por mucho que no lo quisiera, sin embargo, tenía que ser llevado a cabo. -Una terrible decisión, con la que juntos debemos cargar, pues se debe derramar esta sangre para poder traer paz no solo al pueblo, sino a nosotros, de lo contrario siempre nos estarán persiguiendo para someternos a algo peor, no puedo perder a mi familia, aquel que se cruce perecerá. -Dijo estoico y bastante solemne.

Tendremos que fiarnos de que los animales salvajes hagan ese trabajo por nosotros. -Si estos contaban con el hambre suficiente esos cuerpos nutrirían la vida de ese sitio. -Yo lo se mi amor, pero sin duda alguna que no importara que te lleve a cuestas, mientras estes a salvo, haré todo el recorrido contigo a mis espaldas. -Menciono posando una mano en su mejilla, ambos estaban aun extremadamente sucios y aún con ello era ella la mujer más preciosa de su vida.

Por los malos ratos pasados, era que algunas comidas no las podrían ver del mismo modo en un tiempo o de por vida, pero todo lo demás era juego pleno. -Todo lo que se pueda llevar, y si mejor no llevarnos vino, o tal vez un poco, para el caso de tener que curar heridas, el alcohol de este puede ayudarnos a desinfectarlas un poco.

Posiblemente quien nos trajo aquí tenga el conocimiento de que este lugar estaba extremadamente abandonado por ello no dudaron en dejarnos en las más alejadas solo en el caso de un curioso aventurero que pudiera encontrarse con ellas, debilitados como estábamos al ver las primeras tan sucias no pensarían en llegar más lejos.

Quisiera querida, pero hasta no soltarme de estas ataduras intentar usar mi poder me haría daño. -Cuando abrió la puerta aguanto lo más que pudo su respiración, sintiendo esa ansiedad de lo que se encontraba tras esta, para toparse con nada, completamente desprovisto de vida alguna. -Nadie, nuestras teorías sobre el límite de personas permitidas tienen más fuerza, más no podemos confiarnos de ello, en el exterior podrían encontrarse el resto. Busquemos la salida, perderemos menos tiempo que probando cada puerta. -Murmuro andando por este, siempre atento a cualquier sonido posible, el eco de sus voces por bajas que fueran lo mantenía con esa adrenalina de que se defendería del primer enemigo que se les pusiera de frente.

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Sabía que su marido tenía razón aún cuando ambos eran más bien pacíficos. Ninguno quería llegar a eso, ninguno quería tener que luchar de esa manera, sólo querían vivir en paz. Sí, no tendrían que haberse enamorado al ser de elementos diferentes pero ¿cómo iban a evitarlo? Desde el momento en que cruzaron miradas supieron que eran el uno para el otro y Astrid no iba a abandonarlo sólo por aquella estupidez de los elementos, la magia y la profecía. Y ahora estaba esperando a su hijo. No iba a abandonarlos, dejarlos a su suerte o dejar de luchar por ellos.

No le gustaban las palabras de Vicar pero se encontró asintiendo una vez con la cabeza. —Si debemos hacerlo para traer finalmente la paz y que dejen de perseguirnos, entonces lo haremos. Derramaré la sangre que sea necesaria para proteger a mi familia, aunque mi interior no sea así, ni sanguinaria ni vengativa —dijo con un suspiro pero con seguridad a la vez. Primero estaba su familia, siempre.

Todo en lo que pensaba, desde tener que esconder los cadáveres hasta esperar que los animales se hagan cargo de eso, le traía hasta náuseas. Pero tenían que hacerlo si querían sobrevivir, y ella haría todo para sobrevivir sin lugar a dudas. —Tendremos que depender de todo ser que nos ayude. Tenemos que salir de aquí y volver a nuestro reino, es la única forma de ponerle fin a esto —dijo asintiendo, y si alguien se interponía entre ellos, pobre de él. —. Sé que lo harías, mi amor —dijo inclinando un poco la cabeza para acercarse aún más a su mano. —. Pero todavía tengo fuerzas, y una vez que nos vayamos de aquí verás que estaremos mejor. —Sólo tenían que salir de ahí por fin y encontrar una manera de sacar las ataduras de Vicar, pero si había un bosque cerca, entonces estarían salvados.

—Debe haber vino, seguro. Es una gran idea, no sabemos cómo estaremos cuando salgamos, y estoy segura que debajo de la suciedad habrá heridas que tendrán que curarse. Puedo hacer algo con hierbas que encontremos, pero no hay que depender de eso si no lo sabemos con seguridad —asintió, tendrían que llevar varias cosas pero era mejor eso que irse sin nada. Podrían ir más rápido, sí, pero estarían a la merced de más peligros.

Lo que decía su marido tenía mucho sentido y ella opinaba bastante parecido. —Si ves algún símbolo que nos pueda decir dónde es que nos trajeron, mejor. Así quizás sepamos de qué reino es este lugar o a quién pertenece. Quizás así encontremos más rápido a los culpables —Quienes los llevaron a ese lugar sabían que estaba abandonado, pero igual pusieron guardias así que era alguien que tenía un mínimo de poder. Odiaba la traición y sabía que tendrían que hacerse cargo de eso una vez libres.

—Saldremos, habrá un bosque cerca, recuperaré mis fuerzas y te liberaré, lo prometo —le dijo apoyándole brevemente la mano en una de las ataduras. Ella podría liberarlo, sólo tenía que recuperarse por completo, algo que no podía hacer en ese inmundo lugar lleno de humedad.

El pasillo por el que fueron estaba totalmente vacío, lo que le hizo fruncir el ceño levemente. —Sí, quizás... —decía mientras se asomaba por una puerta que tenía una rendija abierta. No se escuchaba nada en ese lugar y empujó con suavidad. —No es la salida pero mira, creo que hay una pequeña despensa —le comentó mientras entraba con cuidado. Efectivamente no había nadie, por lo que también era un buen lugar para esconderse. Dentro era una pequeña habitación con una mesa no muy grande y unas alacenas rotas y con telarañas, pero que tenían algo de pan que no estaba mohoso y Astrid le pareció que aquellas bebidas eran vino. —Creo que podemos aprovisionarnos un poco aquí —dijo con un susurro para no ser escuchados por posibles centinelas.

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Los reinos mantenían la paz, debido a que las relaciones entre la mayoría de sus gobernantes eran de paz y camadería, no de otro modo, sin embargo, el resentimiento puede surgir incluso en los corazones más buenos, es como un veneno que se esparce por todos lados. Eso en su caso es lo que creía que paso, no solo por el temor de aquellos con el don de poder controlar elementos, sino por el hecho de que unir a dos o más elementos podía producir descendientes mucho más fuertes.

La paz era importante, pero a la vez sabía que cuando se iniciaba una guerra, lo mejor era detenerla con la menor sangre posible, los del pueblo no estaban listos, muchas tierras y vidas se perdían en vano, reconstruir todo no devolvería las vidas, aunque eso a veces era un enorme sueño.

Lo destinado era, ellos mismos como prueba lo fueron desde que se conocieron, no habría modo en que el pudiera ver a otra mujer, lo supo incluso en su misma alma, por eso se arriesgó, y lo continuaría haciendo ahora. -Querida, como gobernantes siempre hemos querido paz para todos, pero a veces la sangre debe ser derramada, no es algo que quisiera hacer, pero si tenemos un enemigo que nos pone en peligro no solo a nosotros sino a todos, como monarcas debemos defender a nuestra gente, y yo te defiendo a ti, al costo de lo que sea. -Eran palabras de devoción por ella.

Sonaba tan cruel, pero era la solución más viable por ahora, la pista más mínima que dejasen los pondría totalmente en peligro, no pudo menos que razonar en que esto era una de las soluciones menos agradables, algunos de estos guardias debían tener una familia, o verse obligados a cooperar, otros simplemente eran crueles porque sí.

Ruego a nuestras deidades que así sea, que lleguemos con bien, tu y nuestro hijo dependen de lo que pase en estas horas, somos fuertes, lo haremos hasta el aliento final. -Aunque estuvieran débiles o sucios había determinación. – Con tus conocimientos de la tierra encontraremos plantas no venenosas, podremos curarnos, el vino ayudara a la sed y a combatir infecciones limpiando una herida. -Poco ortodoxo pero funcional por el alcohol que ese contenía.

No había pensado en eso, fue una suerte que su inteligente esposa considerase ubicar en que reino estaban, tendrían más segura la distancia a cubrir, como amaba esa inteligente mente.

No hubo más distracciones por ahora en el camino, tenían algo de ropa que encontró para el frío del exterior, la época no era de soles, sino que podía ser cuando se cambiaban los colores de las hojas, miro todo lo que pudo, era demasiado neutral, en verdad era un esfuerzo por esconder la identidad del captor o para quien trabajasen. -Puede tener alimentos mucho más frescos. -Siguiéndola al interior de esta, algunos parecían en mejor estado, bastante preservados pero la suciedad implicaba descuido. -Cuidemos que la puerta no se cierre o podríamos vernos en un problema si no podemos salir de aquí. -Usualmente se abrían solo por fuera, encontró un saco en el que puso algunas frutas preservadas por el sitio, y algo de comidas sencillas como pan, lo que menos se pudiera descomponer o atraer animales salvajes de bosques. - ¿Qué más podemos llevarnos? -Había botas con lo que podría ser agua, ¿Por qué estaba así? ¿Carecerían de un pozo o el agua era difícil de conseguirse? No toco mucho cerca de las telarañas, el polvo era un problema, para las huellas que pudieran dejar, tendría que borrarlas. Iba lo más sigiloso posible.

From hell we scape together

Astrid era una persona pacífica. Aún habiéndose criado en un mundo donde tenía que saber luchar y defenderse muy bien, no lo hacía a menos que fuera totalmente necesario. Su marido era el encargado de ser guerrero por los dos y su hijo sería el próximo. Aún así podía ser fría cuando era necesario y derramaría la sangre que fuera necesaria para proteger a su familia y a su reino.

No pudo más que asentir y coincidir con las palabras de Vicar. —Lo sé, y sabes que yo haré todo para proteger a nuestro reino y a nuestra familia. Tenemos que evitar una guerra mayor y haremos lo posible juntos para hacer que eso no ocurra —coincidió. Ambos eran grandes guerreros y por esa razón preferían no tener que llevar las armas, pero sabían que sería necesario para poder lograr la paz lo antes posible.

—No te preocupes, ambos llegaremos bien. Somos fuertes y además nuestro hijo tiene tu sangre. Saldremos de esta situación y pondremos fin a toda esta pantomima —dijo con seriedad acariciándose el vientre donde descansaba su hijo. Además, ella llevaba al Utvalgte, al elegido, la profecía hablaba de él. Ninguno iba a perecer en aquellas mazmorras. —Sí —coincidió, frenando un poco para acariciarle la mano. —, juntos podremos salir. Entre los dos nos ayudaremos a encontrar provisiones, a reconfortarnos y a recargar fuerzas. Una vez que estemos en el exterior y puedas acceder a tu elemento estaremos bien —dijo totalmente convencida.

A Astrid le parecía totalmente extraño que no se encontraran con nadie todavía. ¿Solamente en ese lugar estaban los guardias que cambiaban después de un rato para vigilarlos y nadie más? —Me sorprende que no haya centinelas... O quizás salimos en el momento adecuado —comentó en voz baja mientras iban entrando a las habitaciones mientras miraba como Vicar iba guardando algunas provisiones en el saco. —. Esto sugiere aún más mi pensamiento que no sabían quiénes eran los prisioneros... Cosa que sería una ventaja para nosotros —decía mientras llenaba otro saco vacío de lo mismo que su marido.

Levantó de una mesa que no tenía polvo unas botas con agua y otras con vino. —Diría de llevarnos todos los líquidos. Tendremos que hacer el esfuerzo ahora pero una vez que estemos fuera será todo más fácil. Te liberaré y recuperaremos todas las fuerzas que perdimos y más —le prometió a Vicar.

—¿Falta algo? Creo que tenemos todo... —dijo poniéndose al hombro su saco y espiando por la puerta abierta a ver si escuchaba algún ruido del exterior, pasos o voces, pero por el momento y por fortuna, no escuchó a nadie.

From hell we escape together.

La violencia no sería la solución, no siempre, sin embargo en este caso cuando no sabían quién era aliado o enemigo lo mejor sería no dar tregua, si podía solo incapacitar lo haría, de lo contrario sentirían un arma pasando por sus cuerpos o el poder tocándolos cuando le fuera posible liberarse, tenían que encontrar refugio pronto, la noche no debía alcanzarlos en un terreno de condiciones desfavorables, al menos no hasta colocar distancia con los captores del sitio, ellos seguramente estarían al tanto de que rutas eran las mejores para seguirlas.

Lo haremos, lograremos que de nuevo reiné la paz entre los pueblos, eliminaremos a aquellos que deseen hacerle daño a los demás, es una promesa que te hice, que tendrías una buena vida donde nuestros hijos crecerán sin la crueldad de las guerras. -Es verdad tenían que darse prisa, ante todo, quien supiera de esto los dejaría más vulnerables. –Encontraremos túnicas que logren disimularlo, sé que no es lo ideal, pero así también evitaremos que alguien pueda ver que llevas a nuestro hijo en camino.

Le parecía totalmente extraño que nadie más saliera o estuviera cerca. –Hemos tenido suerte, no solo eso, me parecen que no esperaban que pudiéramos escapar de donde nos tenían cautivos, es por ello que no parece que haya alguien cerca, incluso podemos estar lejos de un pueblo, de lo contrario alguien notaria a los guardias. Y concuerdo completamente contigo querida, no les dijeron mucho. –Faltaban muchas cosas como una armería, si se notaba el descuido de la parte superior. –Debían solo estar abajo y subían apenas lo necesario. –Tomo todos los líquidos a indicación de su esposa, revisando el sitio. –Creo que no hace falta nada, es mejor que salgamos, usemos lo que queda del sol para guiarnos, y buscar algún sitio cálido como una cueva o un tronco grande para refugiarnos. –Apenas y sentía el viento, pero esa pequeña brisa era la que los guiaría a un tupido bosque, del que ellos parecían estar justamente en el medio.

Creo que debemos elegir por donde ir y tratar de borrar las huellas. –Buscando si había una rama suelta que pudiera agitar la tierra tras ellos.

From hell we scape together

Era difícil su situación. Estaban en un lugar desconocido en peligro constante y además llevaba a su hijo. Tenían que tener cuidado y además prepararse para luchar si era necesario, porque ella no iba a permitir que nada le sucediera ni a su hijo ni a su marido.

—Sí, lo haremos. Haremos de este lugar un lugar mejor para todos. —le prometió sin dudarlo. No importaba con quién se tuvieran que enfrentar, ellos lo lograrían, volverían a traer la paz al reino. —. Es cierto, tenemos que protegernos y sobre todo protegerlo a él. Lo ocultaremos, no te preocupes. —le dijo poniéndole una mano en el hombro y apretándolo con cariño. Ellos dos podrían hacerle frente a lo que sea si estaban juntos.


—Es que nos tenían cautivos y sin comida, sin fuerzas. Lo único que me mantuvo cuerda es nuestro hijo y la posibilidad de escapar. Y también que sea tan buena con mi poder, sino seguiríamos presos allí. Pero saldremos y te devolveré tu energía —le prometió, sólo tenían que seguir avanzando. Seguían estando débiles, era claro, no tenían agua fresca y comida en buen estado desde hacía mucho, pero lograrían salir. Una vez que Astrid estuviera en campo abierto cerca de la naturaleza no habría nada que no pudiera hacer. —. Sí, querido. Es mejor salir de aquí lo antes posible en caso de que decidieran volver. —Tenían que salir de ese lugar lo antes posibles sin duda.

—Bien, sigamos por aquí, cuando encontremos la puerta de salida igual mantengámonos en caso de que haya guardias. Una cueva o un lugar oscuro para recuperar fuerzas es lo que necesitamos ahora, al menos hasta que pueda ir hasta el bosque para poder recargar mis energías y sacarte esas ataduras que te impiden usar tu poder. —le dijo tomándolo de la mano mientras continuaban su camino. Un poco de recuperación era lo único que necesitaba para poder continuar.

—Mira, aquí hay un espacio libre. —dijo empujando una roca, quizás podían salir al exterior por allí.