Remus era su calma. Ya que no podía evitar encontrarse con toda la adrenalina a flor de piel desde el momento de su muerte, donde estaba luchando y si mal se equivocaba, hasta había llamado James a Harry. Fue como si estuviera con él, y ahora su hermano y gran mejor amiga estaba tal cual como era a los 16 años y era tan extraño, pues había lamentado tanto su muerte y también, esta frente a ese traidor, justamente de él se quería vengar e impedir que hiciera lo que hizo.

Y ahora se encontraba el asunto de Remus con su licantropía porque en esos años aún no existía la poción mata lobos. Un pésimo nombre a su juicio porque la verdad era como una clase de calmante que lo ayudaba a ser menos severo y no con esa sed de matar, de todos modos, al menos ya contaba con su animagia lo que era un plus para estar con él y hacerle compañía como ese gran perro negro que se convertía. —Esta vez nuestro amor podrá perdurar muchos años — Era lo más positivo — Podemos estar con James, tenemos que intentar pasar mucho tiempo con él y salir más. — Como sea quería vivir los mismos pero agregar más momentos que lo hicieran felices. Lo malo es que iba estar esa rata, es que no tenía idea como sacárselo de encima.

— No, no lo es — Molestó que sabía que tenía ese tono mandón en muchas ocasiones. Sonrió, le gustaba que le siguiera el juego y ahí se acomodo a comer y tomar el chocolate caliente que por el encantamiento se mantenía a temperatura agradable. — Que bueno, porque necesitas recobrar energías y después se quita mucho el apetito. Por eso siempre te mantuviste tan flaco — Le hizo cariño en el pelo y besó su mejilla. Amaba estar así con Remus, cuidarlo y protegerlo. — La verdad es que arraso con mi energía y quiero volver a jugar quidditch, que necesito hacer más ejercicios. ¿Una dieta? Jamás. Quiero comer todo lo que me quitaron en esos años, era poco lo que comía en Azkaban y era una porquería —Se quedó a su lado y al menos estaba atento de todo lo que ocurriría, faltaba muy poco para que se convirtiera, los dolores los iba a sentir, lo bueno es que tenían todo lo necesario y probablemente hasta James traería algo más tarde para comer, sin embargo, Sirius se quedaría todo el día y la noche si era necesario.

Era una nueva oportunidad para sus vidas que aunque en los tiempos que volvieron no era tan dura, tenía también sus ventajas como desventajas, una de ellas era justo la licantropía de Remus. No quería verlo sufrir, pero lamentablemente no se podía hacer nada porque aún no se creaba la poción, si recordaba bien había sido a finales de séptimo. Acariciaba su cabello, enfatizando lo positivo y que tenían que pasar tiempo con James, pues la realidad es que no estaba tan seguro si evitar eso, porque el cambio sería rotundo y quizás que pasaría. Tenían que preguntar, pero claro... ¿a quién? ¿A Dumbledore? ¿Un mago experto al tema? Suponía que no era tan diferente a como funcionaban los gira tiempos. ¿Pero como iba a dejar que sus mejores amigos murieran? ¡Que Peter no lo hiciera! — Pienso y pienso en esto, amor. Cambiaría tantas cosas pero no sé si se pueda toda, lo de tu poción ocurrirá y lo sabemos, no hay que modificar nada. ¿Pero lo demás? — Acarició su mano, no lo dejo responder que lo veía demasiado débil hasta para pensar, en ese momento solo tenía que tranquilizarse, comer y soportar un poco el dolor que luego se volvería más fuerte, por eso tenía que tener ese momento de calma.

— No no podemos perder cada instante con él. Tenemos que empezar a detallar todo, y aceptar lo que hace. Ante todo que sea feliz, y disfrutar de él. Yo no quiero que muera, Remus — Señaló el chico. Porque quizás si era posible para cambiar todo, lo único que tenían que asegurarse que también naciera Harry. ¿Pero sería el niño que sobrevivió? Habían muchas preguntas por responder. —Supongo que debemos dejar que todo fluya y si tenemos que entrometernos lo haremos — Besó su frente y le sonrió. Siguió de juguetón en aquel juego divertido que tenían mientras bebían el chocolate y comían con ganas. — Lo sé.... al menos te transformaras con el estómago lleno — Le daba humor a esa tortura y luego solo hacía bromas para que se olvidará de eso. — Y porque vas al baño a cada rato — Molestó, pero era cierto, ambos eran delgados por genética, comían mucho y no engordaban, aunque a ambos se les privo como habría sido en su adultez, era obvio que Sirius apenas tenía apetito en Azkaban y Remus al estar solo y con su tristeza, apenas comía. ¿Habrían sido más rellenos si todo hubiera salido bien?

— Mientras no me prives de ese tipo de ejercicios — Jodió mientras le hacía cosquillas y dejaba su vaso desocupado en la cómoda vieja al lado de la cama. Se recostó al fin a su lado, estaba caliente y no en un mal sentido, seguramente comenzaba a estar más decaído y con fiebre — Definitivamente jugaré quidditch, es un hecho que no soy tan hábil como James. ¡Imagina lo contento que se va a poner! — Dijo divertido, y fue como se quedó con él, tratando de animarlo, también intento hacer lo de su animagia y no, no lo había olvidado, estuvo un buen rato como perro y luego volvió. Se hizo la noche y estuvieron tranquilos, su transformación era en la noche siguiente así que solo quedaba acompañarlo, por supuesto, luego llegaron los chicos, no le gusto que estuviera Peter pero nada podía hacer por ahora, lo más importante era Remus y necesitaba estar tranquilo.

Fin del Capítulo

Había sido una noche dura donde el pobre de Remus se había torcido de dolor cuando se acercaba la luna llena. Al igual que las anteriores donde su cuerpo iba sabiendo que se iba a convertir en lobo, gracias a Merlín sabía perfectamente convertirse en un perro, así que cuando lo vio como un licántropo, no le hizo daño a ninguno de ellos, los reconocía y pudieron aventurarse en el bosque donde ninguno durmió. Admitía que había quedado algo cansado, así que cuando pudo hacerlo lo hizo por varias horas, pero a diferencia de Remus, tanto James, Peter y él tenían que continuar con las clases, mientras que el chico quedaba unos días para descansar, claramente el director, dictaba a los profesores que Remus tenía una enfermedad que lo dejaba débil algunos días en el mes, solo algunos sabían y lo ayudaban, los de más confianza. Y ellos, en ese tiempo, Lily también estaba enterada.

En clases, no se pudo quedar tranquilo y apenas se pudo fugar, fue a verlo prometiendo que traería comida, y que volvería, que no le importaba saltarse la última clase para cuidarlo. Y tal como lo dijo, porque necesitaba cumplir fue con rapidez hacia las cocinas, sobre todo para buscar un postre de chocolate y jugo de calabaza, y volvió corriendo sin importarle subir hasta el último piso. Llegó algo agotado hasta donde estaba, recostado. Ni siquiera había tomado mucho cuenta a Peter, que apenas lo miraba. Lo saludó solo porque tenía que hacerlo pero no que le nacía. dado que estaba más preocupado por su lobo.

Besó sus labios y le contestó — Vine tal como una estrella fugaz, necesitaba estar contigo. ¿Te has sentido mejor? — Dijo mientras acariciaba su cabello. Aunque luego su semblante cambió al escuchar lo que decía sobre Peter. Lo odiaba con su vida, luego todo lo que sabía que había hecho, era un traidor y pensó en él mismo, no quería nada de él y saber lo que estaba haciendo, pero su chico si parecía bastante curioso. — Ahora que lo dices, me lo encontré de camino e iba algo nervioso, por lo general se quiere quedar conversando conmigo pero esta vez, iba apurado. ¿Qué crees que esta pasando? — Su chico era mucho más inteligente y analítico que él, y quizás hasta estaba suponiendo cosas muy acertadas.