2 participantes
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Recuerdo del primer mensaje :
I Am Not Ruined
I AM RUINATION
"Esta ciudad se cae a pedazos".
Adam lleva escuchando la misma frase sobre Ciudad Tara desde que tiene memoria. No conoce a nadie que apueste un centavo por la ciudad que lo vio crecer. Él procura no decir mucho, porque en el fondo sabe que las habladurías de la gente llevan algo de razón. Hace muchos años que Ciudad Tara se perdió a sí misma, víctima del crimen, la pobreza y de unos malos gobernantes. Adam se hizo detective con la esperanza de hacer la diferencia para la ciudad, de ser una luz en medio de tanta podredumbre, pero con el pasar de los años sus buenas intenciones se van diluyendo poco a poco.
Hoy Adam ya no tiene esperanzas de hacer un gran cambio en la ciudad, pero sí que quiere hacer bien su trabajo, pues se niega a formar parte del resto de la corrupción del cuerpo policial. Buena parte de sus investigaciones lo llevan hacia el Mercado Negro de la ciudad. La sola existencia de un sitio como éste le recuerda a Adam que la ciudad está perdida, pero alguien tiene que hacer las preguntas incómodas para que las investigaciones lleguen a buen puerto.
A simple vista, el Mercado Negro no parece tener ninguna ley o autoridad pero, en el centro de todo, siempre está Ben. Lleva regentando el mercado desde hace años, como antes lo había hecho su padre. Ciudad Tara se cae a pedazos, pero eso no significa que la gente no pueda obtener ciertos beneficios si está dispuesta a pagar más de la cuenta. Ben tiene claro de que esta ciudad no tiene remedio, así que lo único que puede hacer es jugar el mismo juego de corrupción para sobrevivir.
Ben no puede entender el sentido del deber de Adam, así como Adam no comprende el cinismo de Ben, quien sólo parece jugar para su propio beneficio. Sin embargo, cuando las cosas se tuercen todavía más de la cuenta, a ninguno de los dos le quedará más remedio que confiar el uno en el otro.
Adam lleva escuchando la misma frase sobre Ciudad Tara desde que tiene memoria. No conoce a nadie que apueste un centavo por la ciudad que lo vio crecer. Él procura no decir mucho, porque en el fondo sabe que las habladurías de la gente llevan algo de razón. Hace muchos años que Ciudad Tara se perdió a sí misma, víctima del crimen, la pobreza y de unos malos gobernantes. Adam se hizo detective con la esperanza de hacer la diferencia para la ciudad, de ser una luz en medio de tanta podredumbre, pero con el pasar de los años sus buenas intenciones se van diluyendo poco a poco.
Hoy Adam ya no tiene esperanzas de hacer un gran cambio en la ciudad, pero sí que quiere hacer bien su trabajo, pues se niega a formar parte del resto de la corrupción del cuerpo policial. Buena parte de sus investigaciones lo llevan hacia el Mercado Negro de la ciudad. La sola existencia de un sitio como éste le recuerda a Adam que la ciudad está perdida, pero alguien tiene que hacer las preguntas incómodas para que las investigaciones lleguen a buen puerto.
A simple vista, el Mercado Negro no parece tener ninguna ley o autoridad pero, en el centro de todo, siempre está Ben. Lleva regentando el mercado desde hace años, como antes lo había hecho su padre. Ciudad Tara se cae a pedazos, pero eso no significa que la gente no pueda obtener ciertos beneficios si está dispuesta a pagar más de la cuenta. Ben tiene claro de que esta ciudad no tiene remedio, así que lo único que puede hacer es jugar el mismo juego de corrupción para sobrevivir.
Ben no puede entender el sentido del deber de Adam, así como Adam no comprende el cinismo de Ben, quien sólo parece jugar para su propio beneficio. Sin embargo, cuando las cosas se tuercen todavía más de la cuenta, a ninguno de los dos le quedará más remedio que confiar el uno en el otro.
× × × × × × × × × × ×
Adam Burrows 29 años — Detective — David Oakes — Minerva | Ben Carson 31 años — Mafioso — Ben Barnes — Juno |
1x1 — ORIGINAL REALISTA — Minerva & Juno
- Post de Rol:
- Código:
<center><div id="milg"><div class="negcube"></div><div class="rojcube"></div><div id="dropgor"><div id="dropgorim" style="background:url(IMAGEN 150X150)center; background-size:cover;"></div></div><div class="titledrag" style="background-color: #000000;background-image: linear-gradient(0deg, #222 0%, #993b3b 75%);">TÍTULO<div class="minititledrag">SUBTÍTULO</div></div><div class="textcu">POST AQUÍ</div><div class="subtitledrag">HORA — LUGAR — W/ JUANITO</div><div class="negcube2"></div><div class="rojcube2"></div></div><div style=" Width: 500px; margin-top:0px; font-size:8px;font-family: arial; text-align: center;"><a href="http://treeoflife.foroactivo.com/u3">~</a></div></center>
<style>#milg {width:500px; height:auto;background-color:#fff;border: #ededed 1px solid; padding:5px;} .negcube {width:380px; height:100px;background-color:#9c272d;background: linear-gradient(45deg, #9c272d 80%, transparent 20%); position:relative; float:left; } .rojcube{width:290px; height:100px;background-color: #222; position:relative; float:right;background: linear-gradient(245deg, #222 80%, transparent 20%);margin-top:-100px;}#dropgor{width:150px; height:150px; border:#9c272d 5px solid; border-radius:100%; position:relative; overflow:hidden; margin-top:110px; margin-bottom: 10px; padding:5px;} #dropgorim {width:150px; height:150px; border-radius:100%; position:relative; overflow:hidden;border:#9c272d 1px solid;}.titledrag{width:480px; font-family: Fredericka the Great; font-weight: 700;text-transform: uppercase; line-height: 45px; letter-spacing: 2px; -webkit-background-clip: text; color: transparent; font-size:35px;}.minititledrag {width:480px; font-family: urbanist; font-weight: 300;text-transform: uppercase; line-height: 45px; letter-spacing: 6px; -webkit-background-clip: text; color: #222; font-size:20px;margin-top:-25px;}.textcu {width: 420px;height: auto;text-align: justify;line-height: 100%;font-family: arial;font-size: 13px;color: #151313;padding: 10px;margin-left: 10px;overflow:auto; margin-bottom: 5px;} .textcu b {color: #9c272d; font-weight: 600;} .textcu i {color: #9c272d; font-weight: 600;} .subtitledrag {width:480px; font-family: urbanist; font-weight: 300;text-transform: uppercase; line-height: 45px; letter-spacing: 6px; -webkit-background-clip: text; color: #222; font-size:10px;}.negcube2 {width:380px; height:20px;background-color:#222;background: linear-gradient(45deg, #222 80%, transparent 20%); position:relative; margin-left:-120px; } .rojcube2{width:290px; height:20px;background-color: #9c272d; position:relative; float:right;background: linear-gradient(245deg, #9c272d 80%, transparent 20%);margin-top:-20px;}</style><link href="https://fonts.googleapis.com/css2?family=Fredericka+the+Great&family=Urbanist:wght@100&display=swap" rel="stylesheet">
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Aunque Ben se hubiera dicho que estaba preparado para cualquier cosa esa mañana, lo cierto era que no esperaba que Adam lo dejara ir a su cocina sin supervisión. Era sorprendente que Adam se hubiera permitido bajar la guardia ante él, que a fin de cuentas era un mafioso. Ben quiso decir un comentario al respecto, pero se arrepintió.
Lo cierto era que el tiempo apremiaba y, la verdad, Ben sí tenía hambre. Así que se despidió de Adam con un rápido gesto y se acercó a la cocina. A pesar de lo temprano que era, le parecía que la cocina de Adam estaba bien iluminada. Sabiéndose validado, Ben abrió el refrigerador, donde efectivamente había allí una caja de masa instantánea de pancakes, así como huevos y tocino. Como cualquier persona que supiera cocinar, Ben supo hacerse con los sartenes y cucharones que necesitaba para hacer el desayuno.
Ben no era un experto en niños, pero mezcló los huevos con trozos de tocino porque creyó que a Mark podría gustarle así y empezó a hacerlos justo mientras calentaba el sartén para la masa de pancakes. Estaba tan concentrado mirando las temperaturas de la estufa de Adam, que se dio cuenta cuando echó la mezcla de pancakes que hacía más de una década que no cocinaba para alguien. Inmediatamente después de la muerte de sus padres, Ben no tenía ni siquiera un techo bajo su cabeza, así que dependía de robar comida. Cuando tuvo dónde quedarse, sólo cocinaba para sí mismo.
—No me dijiste si tú querías pancakes, pero… —Ben se encogió de hombros cuando vio llegar a Adam a la cocina. Para entonces, ya había dos pancakes recién hechos sobre un plato y una porción de huevos con tocino también estaba lista—. La primera ración es de tamaño adulto, estoy seguro que el estómago de Mark no va a aguantar tanto, así que esperaré a que esté despierto. No se valen quejas, era masa instantánea, así que si algo no sabe bien, es culpa de la caja y no mía.
En realidad, estaba bromeando, pero sí que sabía hacer pancakes desde cero. A su madre le gustaba hacerlos así y Ben, aferrado a una nostalgia infinita, memorizó la receta.
—¿Crees que sea buena idea despertar a Mark? —preguntó, mientras esperaba con impaciencia que Adam tomara asiento.
Lo cierto era que el tiempo apremiaba y, la verdad, Ben sí tenía hambre. Así que se despidió de Adam con un rápido gesto y se acercó a la cocina. A pesar de lo temprano que era, le parecía que la cocina de Adam estaba bien iluminada. Sabiéndose validado, Ben abrió el refrigerador, donde efectivamente había allí una caja de masa instantánea de pancakes, así como huevos y tocino. Como cualquier persona que supiera cocinar, Ben supo hacerse con los sartenes y cucharones que necesitaba para hacer el desayuno.
Ben no era un experto en niños, pero mezcló los huevos con trozos de tocino porque creyó que a Mark podría gustarle así y empezó a hacerlos justo mientras calentaba el sartén para la masa de pancakes. Estaba tan concentrado mirando las temperaturas de la estufa de Adam, que se dio cuenta cuando echó la mezcla de pancakes que hacía más de una década que no cocinaba para alguien. Inmediatamente después de la muerte de sus padres, Ben no tenía ni siquiera un techo bajo su cabeza, así que dependía de robar comida. Cuando tuvo dónde quedarse, sólo cocinaba para sí mismo.
—No me dijiste si tú querías pancakes, pero… —Ben se encogió de hombros cuando vio llegar a Adam a la cocina. Para entonces, ya había dos pancakes recién hechos sobre un plato y una porción de huevos con tocino también estaba lista—. La primera ración es de tamaño adulto, estoy seguro que el estómago de Mark no va a aguantar tanto, así que esperaré a que esté despierto. No se valen quejas, era masa instantánea, así que si algo no sabe bien, es culpa de la caja y no mía.
En realidad, estaba bromeando, pero sí que sabía hacer pancakes desde cero. A su madre le gustaba hacerlos así y Ben, aferrado a una nostalgia infinita, memorizó la receta.
—¿Crees que sea buena idea despertar a Mark? —preguntó, mientras esperaba con impaciencia que Adam tomara asiento.
06.45am — Apartamento — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Adam se duchó a toda prisa y salió del baño asegurándose de no hacer ruido. Dio un último vistazo al niño antes de salir de la habitación, y seguía durmiendo plácidamente. Hacía mucho tiempo que Adam no tenía un sueño tan profundo, se alegraba que los hechos traumáticos de su secuestro no le hubieran alterado el sueño.
Cuando llegó a la cocina se sorprendió al descubrir que Ben realmente se había esmerado en preparar un desayuno completo, aunque no había puesto café, que para él era lo prioritario. Puso el coffee maker mientras miraba apreciativamente el plato que había servido Ben.
—Podrías haber hecho carrera culinaria. Más legal y menos peligrosa—comentó. —Gracias
Le dejó una taza vacía al lado del coffee maker para que se sirviera también si quería, y tomó su plato para sentarse a comer. La verdad el aspecto de la comida no lo había llamado a engaño. Estaba todo muy bueno. Podría mal acostumbrarse a esto. A despertar con alguien más en casa, que le hicieran el desayuno y comer con alguien más.
Todas las cosas que sabía bien que no podía tener. Su padre había aspirado a todo en Tara: ser un policía honesto y tener una familia. Así le había ido. Adam había optado por una de las dos cosas.
—Dejémoslo dormir un rato más —respondió, atreviéndose a hablar más normal, de ahí no los iba a escuchar. —Le hace falta y todavía tenemos un par de horas a que tenga que moverlo de aquí.
Tan solo habían tenido al niño desde la noche anterior y ya sentía que iba a extrañarlo.
06.45am — Apartamento — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Aunque Ben sabía que Adam probablemente sólo había querido hacerle una broma para aligerar la conversación, la verdad era que su comentario no le sentó del todo bien. Seguro que Adam no tenía malas intenciones, de hecho, acababa de halagar su desayuno. Pero quiso decirle que no era como que hubiera tenido grandes oportunidades para estudiar. Ben fue a la escuela religiosamente hasta la muerte de sus padres. Después, con justas consiguió sobrevivir en las calles de Tara. Lo único que llenó su vida fue la idea de venganza y recuperar el legado de su padre.
Ben nunca tuvo más opción que ser quien es. Pero dudaba mucho que Adam pudiera comprender su posición.
—No sé yo si menos peligrosa, en Tara cualquier profesión es peligrosa. Trabajar en una cocina te da acceso a armas blancas, eso siempre tiene sus peligros… —comentó Ben con una sonrisa torcida, tratando de dejar el tema por la paz. Le regaló a Adam un guiño y después extendió la mano hacia la taza vacía que asumió era para él. Adam ya tenía un humeante café entre las manos, así que Ben no esperó más para servirse un poco. Él prefería el café negro, sin azúcar—. Buen provecho, Adam.
Se sintió un poco triste cuando Adam volvió a hacer mención de que Mark tendría que marcharse pronto. Ben sabía que era una completa tontería. Era ridículo que se hubiera encariñado así como un niño al que no llevaba ni veinticuatro horas de conocer. Era sólo que tenía una especie de mal presentimiento. En Tara había pocas historias con final feliz, así que era complicado imaginar un escenario en que Mark iba a estar realmente seguro.
—¿Tienes opciones para esconder a Mark y su madre antes de que los saques de Tara? —preguntó con curiosidad. Él tenía una casa segura, de ubicación desconocida para nadie excepto para su mano derecha en el mercado negro. Pero esperaba conocer la respuesta de Adam antes de arriesgarse a ofrecer más su ayuda. Además, conociendo a Adam, ya no estaría dispuesto a aceptar más de su ayuda—. Le pedí a Madame que me escribiera si había problemas, ella tan sólo me escribió anoche que todo estaba bajo control. Es una mujer muy capaz, así que seguro nadie sospecha realmente lo que pasó.
Además, si hubieran dado con ellos, ya habrían intentado forzar a la casa de Adam o algo por el estilo. Todos pasaron una noche tranquila, así que nada daba a sospechar que los habían seguido o menos sabían del paradero de Mark.
Ben nunca tuvo más opción que ser quien es. Pero dudaba mucho que Adam pudiera comprender su posición.
—No sé yo si menos peligrosa, en Tara cualquier profesión es peligrosa. Trabajar en una cocina te da acceso a armas blancas, eso siempre tiene sus peligros… —comentó Ben con una sonrisa torcida, tratando de dejar el tema por la paz. Le regaló a Adam un guiño y después extendió la mano hacia la taza vacía que asumió era para él. Adam ya tenía un humeante café entre las manos, así que Ben no esperó más para servirse un poco. Él prefería el café negro, sin azúcar—. Buen provecho, Adam.
Se sintió un poco triste cuando Adam volvió a hacer mención de que Mark tendría que marcharse pronto. Ben sabía que era una completa tontería. Era ridículo que se hubiera encariñado así como un niño al que no llevaba ni veinticuatro horas de conocer. Era sólo que tenía una especie de mal presentimiento. En Tara había pocas historias con final feliz, así que era complicado imaginar un escenario en que Mark iba a estar realmente seguro.
—¿Tienes opciones para esconder a Mark y su madre antes de que los saques de Tara? —preguntó con curiosidad. Él tenía una casa segura, de ubicación desconocida para nadie excepto para su mano derecha en el mercado negro. Pero esperaba conocer la respuesta de Adam antes de arriesgarse a ofrecer más su ayuda. Además, conociendo a Adam, ya no estaría dispuesto a aceptar más de su ayuda—. Le pedí a Madame que me escribiera si había problemas, ella tan sólo me escribió anoche que todo estaba bajo control. Es una mujer muy capaz, así que seguro nadie sospecha realmente lo que pasó.
Además, si hubieran dado con ellos, ya habrían intentado forzar a la casa de Adam o algo por el estilo. Todos pasaron una noche tranquila, así que nada daba a sospechar que los habían seguido o menos sabían del paradero de Mark.
06.45am — Apartamento — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
El desayuno estaba muy bueno. Adam se podría acostumbrar a esto, debía recordarse que era solamente la mañana más atípica de su vida. Se concentró en la conversación de Ben. No podía decir que hubiera estado particularmente preocupado por la Madame, a su parecer que se hubiera prestado a tener a Mark secuestrado no la hacía digna de su preocupación, pero que no hubiera tenido lío quería decir que no venían contra ellos tampoco.
Les daba margen de maniobra.
Se pensó qué tanto decirle a Ben sobre sus planes.
—Saldrán hoy mismo en la noche de Tara—le aseguró. —La madre es la principal interesada en que nadie los siga.
La policía tenía acceso a coches y lugares seguros por los informantes. Él había apartado un apartamento para encontrarse con un informante y desde el día anterior había llevado el auto que se llevarían a aquel lugar.
—Tendrán efectivo y tienen un lugar al que llegar —agregó. —Si todo va bien, no sabremos más de ellos.
Miró a Ben con atención. Era extraño lo mucho que parecía haberse apegado al niño el día anterior. No pudo evitar recordar el cuento que había relatado. Parecía tener especial afinidad con el tema de los niños solos. ¿Cómo había llegado Ben al Mercado Negro de Tara? No conocía realmente su historia. Tampoco era que estuviera en una posición en que pudiera interesarse por ella.
Seguro que Ben pensaría que estaba buscando algo para encarcelarlo, y bien podía ser que se enterara de cosas que no fueran legales y tuviera que hacerlo. Mejor dejar las cosas como estaban. Eso no impedía que tuviera que reconocerle lo mucho que lo estaba ayudando con esto.
—Tanto ellos como yo tenemos mucho que agradecerte —añadió. —Puedes tener la tranquilidad de que gracias a ti Mark va a poder huir de Tara.
Adam siempre se había negado a dejar la ciudad, pero para un pequeño como Mark, Tara no tenía nada que ofrecer.
06.45am — Apartamento — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Aunque Ben seguía teniendo a la madre de Mark en muy mal concepto, se cuidó de no decir nada. Si de verdad estaba interesada en que su hijo estuviera a salvo, de seguro que querría irse de Tara. De pronto, Ben no pudo evitar preguntarse si el niño que lo ayudó aquella vez habría podido irse de la ciudad con su familia. O si acaso la maldad de Tara los alcanzó. Pudo ver a su padre vestido de policía cuando se reencontró con su familia, así que Ben no podía augurarles un final feliz.
Ben nunca se atrevió a regresar a la misma dirección. En primer lugar porque era una mejor zona de la ciudad y él tenía miedo de que si estaba al descubierto, la policía podía encontrarlo y enviarlo al sistema, en donde eventualmente alguno de los enemigos de su padre daría con él. Y en segundo lugar, quizás mucho más importante de lo que Ben pensó en su momento, quizás si regresaba sí se atrevería a tocar la puerta y pedir ayuda.
—No saber más de ellos es lo mejor que les puede pasar, eso suena razonable… —comentó Ben, mientras daba un largo sorbo a su café. Le parecía que Adam tenía café muy barato, pero no comentó al respecto porque el sueldo de un policía honesto en Tara no debía dejar espacio para demasiados lujos.
Lo que no estaba esperando era un agradecimiento tan frontal. Suponía que después de todo lo que había hecho, Adam quería como un malagradecido si ni siquiera lo mencionaba. Ben casi siempre le echaba una mano cuando podía, incluso si eso significaba traspasar unos cuantos límites entre los dos. Lo había hecho antes mientras Adam investigaba algunos casos. Pero nada podía compararse con esto. El caso de Mark se lo tomó demasiado personal y Ben no estaba seguro si era sólo la nostalgia o algo más.
—Diría que no fue nada, pero arriesgué bastante el cuello por ti y Mark, así que todo agradecimiento es bienvenido —comentó Ben con una sonrisa, alzando ambas manos en señal de aceptación—. La verdad es que no pensaba quedarme toda la noche, pero Mark estaba muy asustado y me dio algo de pena dejarlo solo, sobre todo porque sé que estabas haciendo un esfuerzo por parecer profesional y correcto. No te culpo, por eso me quedé, Mark necesitaba algo más de contención.
No estaba seguro si eso era una justificación en toda regla o una confesión. Su desayuno ya iba por la mitad, pero de pronto ya no tenía tanto apetito. Recordó la angustia de Mark el día anterior y lo frágil que se veía.
—Si hay una cosa que no le puedo perdonar a esta ciudad es cómo los niños siempre terminan en el fuego cruzado. Nosotros… nosotros ya escogimos esta vida, si seguimos aquí es porque ya no hay vuelta atrás. Pero cuando la ciudad le coarta la capacidad a los niños de decidir, cuando se los tragan las circunstancias… es una mierda. Si podía hacer algo para salvar a Mark de eso, iba a hacerlo.
Ben nunca se atrevió a regresar a la misma dirección. En primer lugar porque era una mejor zona de la ciudad y él tenía miedo de que si estaba al descubierto, la policía podía encontrarlo y enviarlo al sistema, en donde eventualmente alguno de los enemigos de su padre daría con él. Y en segundo lugar, quizás mucho más importante de lo que Ben pensó en su momento, quizás si regresaba sí se atrevería a tocar la puerta y pedir ayuda.
—No saber más de ellos es lo mejor que les puede pasar, eso suena razonable… —comentó Ben, mientras daba un largo sorbo a su café. Le parecía que Adam tenía café muy barato, pero no comentó al respecto porque el sueldo de un policía honesto en Tara no debía dejar espacio para demasiados lujos.
Lo que no estaba esperando era un agradecimiento tan frontal. Suponía que después de todo lo que había hecho, Adam quería como un malagradecido si ni siquiera lo mencionaba. Ben casi siempre le echaba una mano cuando podía, incluso si eso significaba traspasar unos cuantos límites entre los dos. Lo había hecho antes mientras Adam investigaba algunos casos. Pero nada podía compararse con esto. El caso de Mark se lo tomó demasiado personal y Ben no estaba seguro si era sólo la nostalgia o algo más.
—Diría que no fue nada, pero arriesgué bastante el cuello por ti y Mark, así que todo agradecimiento es bienvenido —comentó Ben con una sonrisa, alzando ambas manos en señal de aceptación—. La verdad es que no pensaba quedarme toda la noche, pero Mark estaba muy asustado y me dio algo de pena dejarlo solo, sobre todo porque sé que estabas haciendo un esfuerzo por parecer profesional y correcto. No te culpo, por eso me quedé, Mark necesitaba algo más de contención.
No estaba seguro si eso era una justificación en toda regla o una confesión. Su desayuno ya iba por la mitad, pero de pronto ya no tenía tanto apetito. Recordó la angustia de Mark el día anterior y lo frágil que se veía.
—Si hay una cosa que no le puedo perdonar a esta ciudad es cómo los niños siempre terminan en el fuego cruzado. Nosotros… nosotros ya escogimos esta vida, si seguimos aquí es porque ya no hay vuelta atrás. Pero cuando la ciudad le coarta la capacidad a los niños de decidir, cuando se los tragan las circunstancias… es una mierda. Si podía hacer algo para salvar a Mark de eso, iba a hacerlo.
06.45am — Apartamento — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Adam tenía la impresión de que había conocido más a Ben las últimas 24 horas que el resto del tiempo que tenía de tratarlo. Lo conmovió sinceramente su apreciación sobre la infancia de Tara porque era muy acertada, pero a la vez porque le hizo pensar en cómo habría sido la infancia de Ben. Cómo había llegado a ser quien era ahora. Todo eso era nuevo.
Adam no solía pensar en la vida de los delincuentes. Si rompían la ley, era su responsabilidad detenerlos, no preocuparse por sus razones.
Sin embargo, Ben era más que un delincuente común y definitivamente era más que nunca una persona compleja e intrigante a sus ojos.
—Eres una buena persona, Ben, me alegra que hayamos podido trabajar juntos al menos esta vez—dijo con más sinceridad de la que era prudente. Sonrió de medio y volvió a concentrar su atención en su comida —. Y haces muy buenos desayunos.
Era una pena que ninguna de las dos cosas pudiera suceder con más frecuencia, ni trabajar juntos ni que cocinara desayunos para él. Cuando Mark se marchara deberían regresar a su normalidad habitual. No era como que tuvieran mucha opción.
—Cuando esté en mi mano devolverte el favor de una forma que sea legal, lo haré —añadió con total sinceridad.
La pregunta era qué favor legal podría pedirle Ben, pero mientras no implicara romper la ley creía que podría hacerlo, por lo que había hecho explícita aquella salvedad.
Se preguntó qué más haría Ben por los niños de Tara. Seguramente esta no era la primera vez que se jugaba el cuello, y no lo había hecho por dinero, así que tal vez, hacía más cosas. No se atrevía a preguntar porque si no eran legales, mejor no saber, pero la verdad era que tanto el Mercado Negro como las calles de Tara estaban llenas de familias con niños y niñas que dependían de sus familias, fueran estas honradas o no.
Ciertamente eran las víctimas más indefensas en la ciudad. A Adam no le gustaba trabajar en casos que involucraban niños porque siempre le partían el corazón a quien realmente se interesara por ellos.
Sin embargo, algo en las palabras de Ben se quedó resonando en su interior, hasta que tuvo que decir algo al respecto.
—¿Realmente crees que para los adultos no hay vuelta atrás con lo que escogimos?
No era que alguna vez se hubiera planteado dejar la policía. Hacer el bien por Tara siempre había sido su prioridad, en especial hacerlo siguiendo los pasos de su padre, a quien tan injustamente la ciudad había terminado traicionando. Pero a veces se preguntaba si los delincuentes podrían cambiar, si podían, por qué no lo hacían. Tara era una ciudad cruel, tal vez era cierto que no les daba nunca la posibilidad.
06.45am — Apartamento — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Ben estaba seguro de que Adam jamás se había expresado así de bien de él, a pesar de que llevaban trabajando juntos puntualmente. Quizás sí era cierto que mostrar la debilidad que tenía por Mark había servido de algo. Ben tenía la impresión de que, sin importar que fuera útil colaborar juntos, Adam nunca dejaba de verlo como más que un criminal que le era conveniente en un momento determinado. Pero, luego de esta noche, quizás Adam estaba dispuesto a darle una oportunidad como una persona de carne y hueso en lugar del holograma de un delincuente.
Además, en esta maldita ciudad, lo que hacía Ben casi que podía considerarse como un servicio social. Los verdaderos delincuentes dormían en sus enormes mansiones todas las noches, sin sentir un ápice de remordimiento en el cuerpo.
—Pues tener una cita, hasta donde yo sé, sigue siendo legal en esta ciudad. ¿Qué dices? —Ben pronunció la sonrisa y ahogó una carcajada contra el puño izquierdo. No tenía ni que ver la expresión de Adam para saber su respuesta. Siempre era gracioso ver cómo Adam se apenaba con sus comentarios de doble sentido. Ben no estaba seguro hasta qué punto Adam quería darse cuenta de que hablaba en serio.
Ben había salido con todo tipo de hombres y mujeres en Tara, pero quizás nadie le resultaba tan fascinante como Adam. Le parecía un espécimen en peligro de extinción: alguien con un código moral intachable. Justo como la mercancía del mercado negro, cuando las cosas escaseaban así, se cotizaban muy alto.
Sin embargo, la siguiente pregunta de Adam le restó la diversión a la conversación. ¿Por qué quería saber eso? No estaba seguro si Adam estaba dispuesto a escuchar una respuesta sincera de su parte. Carraspeó antes de responder y apoyó ambos codos sobre la mesa.
—¿Sabes, Adam? El problema no creo que seamos nosotros. Tú. O yo. Como ciudadanos de a pie que no pueden hacer nada contra el sistema. El problema de fondo de esta ciudad es la mafia que tenemos en la alcaldía y en los empresarios que explotan a la gente sin importar nada… —dijo, con el ceño fruncido. Su padre no había tenido más remedio que volverse contra la ley porque estaban asfixiando la ciudad—. No sé a qué me habría dedicado si Tara fuera otro tipo de ciudad, pero sí que me alegraría si a cambio la gente tuviera recursos reales y no tuviera que buscarlos fuera de la ley. ¿O tú crees que al mercado negro solo atendemos criminales y asesinos? Tendré que llevar una estadística más detallada para ti, te sorprenderías.
Adam era un policía con cerebro y, sobre todo, estaba conectado con la realidad de Tara. Sabía que mucha gente no podía costearse algo tan básico como medicinas, cosas tan simples que la ciudad tendría que ser lo bastante autosuficiente para proveérselas. Pero ninguno de los dos vivía en ese tipo de utopía. Ben no era un héroe, estaba lejos de serlo, pero estaba convencido de que había hecho más por Tara que la mitad de los funcionarios de la ciudad.
Además, en esta maldita ciudad, lo que hacía Ben casi que podía considerarse como un servicio social. Los verdaderos delincuentes dormían en sus enormes mansiones todas las noches, sin sentir un ápice de remordimiento en el cuerpo.
—Pues tener una cita, hasta donde yo sé, sigue siendo legal en esta ciudad. ¿Qué dices? —Ben pronunció la sonrisa y ahogó una carcajada contra el puño izquierdo. No tenía ni que ver la expresión de Adam para saber su respuesta. Siempre era gracioso ver cómo Adam se apenaba con sus comentarios de doble sentido. Ben no estaba seguro hasta qué punto Adam quería darse cuenta de que hablaba en serio.
Ben había salido con todo tipo de hombres y mujeres en Tara, pero quizás nadie le resultaba tan fascinante como Adam. Le parecía un espécimen en peligro de extinción: alguien con un código moral intachable. Justo como la mercancía del mercado negro, cuando las cosas escaseaban así, se cotizaban muy alto.
Sin embargo, la siguiente pregunta de Adam le restó la diversión a la conversación. ¿Por qué quería saber eso? No estaba seguro si Adam estaba dispuesto a escuchar una respuesta sincera de su parte. Carraspeó antes de responder y apoyó ambos codos sobre la mesa.
—¿Sabes, Adam? El problema no creo que seamos nosotros. Tú. O yo. Como ciudadanos de a pie que no pueden hacer nada contra el sistema. El problema de fondo de esta ciudad es la mafia que tenemos en la alcaldía y en los empresarios que explotan a la gente sin importar nada… —dijo, con el ceño fruncido. Su padre no había tenido más remedio que volverse contra la ley porque estaban asfixiando la ciudad—. No sé a qué me habría dedicado si Tara fuera otro tipo de ciudad, pero sí que me alegraría si a cambio la gente tuviera recursos reales y no tuviera que buscarlos fuera de la ley. ¿O tú crees que al mercado negro solo atendemos criminales y asesinos? Tendré que llevar una estadística más detallada para ti, te sorprenderías.
Adam era un policía con cerebro y, sobre todo, estaba conectado con la realidad de Tara. Sabía que mucha gente no podía costearse algo tan básico como medicinas, cosas tan simples que la ciudad tendría que ser lo bastante autosuficiente para proveérselas. Pero ninguno de los dos vivía en ese tipo de utopía. Ben no era un héroe, estaba lejos de serlo, pero estaba convencido de que había hecho más por Tara que la mitad de los funcionarios de la ciudad.
06.45am — Apartamento — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Cuando Ben dijo lo de la cita le tomó un momento comprender lo que quería decir. Desvió la mirada, procurando disimular su reacción. Ben hacía ese tipo de alusiones todo el tiempo. Le irritaba que tomara ese tema para meterse con él. Tal vez en otro mundo. Otra ciudad. Un universo donde no estuviera cada uno en una posición tan radical... Pero no valía la pena pensar en ello, porque esta era su realidad.
Escuchar las siguientes palabras de Ben se lo confirmaban. Ambos tenían claro que algo estaba muy mal en las bases de Tara, pero sus ideas de cómo debían afrontarse eran muy diferentes. Ben creía firmemente que sólo se podía ayudar a la gente por fuera de la ley. Seguro porque no había tenido otra oportunidad. Estaba seguro de que no solo ayudaba a criminales... pero también trabajaba para ellos. La gente de a pie no tenía dinero para sostener el mercado negro.
Adam siempre había creído que la única forma de mejorar el sistema era no dejarlo en las manos de los corruptos. Eso intentaba él, trabajando contra viento y marea en la comisaría. Poner su grano de arena.
Pero no quería discutir por esto. No terminando aquel desayuno inesperado.
—Es un hecho que cuando hablas en serio, lo haces muy bien—comentó, forzando una sonrisa. —No me extraña que la gente te siga. Eres un buen líder.
También era una buena persona. Una buena persona que hacía cosas ilegales y lo sacaba de quicio.
Suspiró y miró hacia la habitación.
—Ojalá llegar a tener una ciudad donde niños como Mark pudieran crecer sin miedo —añadió. —Aunque estoy seguro que piensa que mientras estés tú no puede pasarle nada.
Tenía claro que el héroe de su rescate para Mark sería siempre Ben, y no le faltaba razón. Sin él no lo habrían recuperado.
06.45am — Apartamento — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
“Eres un buen líder”.
Ben no esperaba semejante comentario. Adam, por lo general, siempre estaba listo para juzgarlo o para cuestionar todo lo que hacía. No creía que pudiera admirar ninguna cualidad suya, ni mucho menos que reconociera que era un buen líder. Ben sabía que se había ganado a pulso la posición que tenía en el Mercado Negro. No era solamente porque el apellido de su padre pesaba bastante, sino porque supo ganarse a los hombres que ahora estaban bajo su mandato.
Los que conocían a su padre sí que lo siguieron tan sólo por vieja lealtad, pero Ben supo rodearse de gente más joven que estaban dispuestos a seguir sus órdenes porque les dio una oportunidad para llevar una mejor vida que la que tenían hasta el momento. No mentía al decir que Tara no le tenía piedad a cualquiera.
—Tengo el don del habla, a veces he llegado a acuerdos sin derramar una sola gota de sangre. Aunque no me lo creas, así es mucho más satisfactorio para mí —Ben pronunció la sonrisa. No estaba exagerando. Cuando mató a los asesinos de su padre, no tuvo ningún tipo de remordimiento. Nunca tocó a las familias, porque quería diferenciar de ellos. Pero ese fue un deseo de venganza aislado, Ben sabía que si bien no era estrictamente una buena persona, tampoco era un tipo sediento de sangre.
Ben suspiró casi al mismo tiempo que Adam cuando habló sobre el miedo que tenían los niños en esta ciudad. No creía que Adam pudiera entender qué tanto podía entender el miedo que tenía un niño en Tara. Ben no recordaba con detalle la primera noche que pasó a la intemperie, porque fue el mismo día que encontró el cuerpo de su madre. Tenía los recuerdos borrosos, pero la angustia de saber que no tenía un techo sobre su cabeza lo seguía persiguiendo hasta el día de hoy. Ben durmió en edificios abandonados, en sillas de parques y una vez a las escaleras de una iglesia. Nadie nunca se compadeció de él.
—Para tener una ciudad como esa tendríamos que quemar Tara hasta sus cimientos, Adam. —Ben le regaló una mirada cargada de nostalgia. Era lo más sincero que estaba dispuesto a ser con él esta mañana—. Pero, como te dije, me conformo con poco. Con que hayamos salvado a Mark, me daré por bien servido.
Ben no esperaba semejante comentario. Adam, por lo general, siempre estaba listo para juzgarlo o para cuestionar todo lo que hacía. No creía que pudiera admirar ninguna cualidad suya, ni mucho menos que reconociera que era un buen líder. Ben sabía que se había ganado a pulso la posición que tenía en el Mercado Negro. No era solamente porque el apellido de su padre pesaba bastante, sino porque supo ganarse a los hombres que ahora estaban bajo su mandato.
Los que conocían a su padre sí que lo siguieron tan sólo por vieja lealtad, pero Ben supo rodearse de gente más joven que estaban dispuestos a seguir sus órdenes porque les dio una oportunidad para llevar una mejor vida que la que tenían hasta el momento. No mentía al decir que Tara no le tenía piedad a cualquiera.
—Tengo el don del habla, a veces he llegado a acuerdos sin derramar una sola gota de sangre. Aunque no me lo creas, así es mucho más satisfactorio para mí —Ben pronunció la sonrisa. No estaba exagerando. Cuando mató a los asesinos de su padre, no tuvo ningún tipo de remordimiento. Nunca tocó a las familias, porque quería diferenciar de ellos. Pero ese fue un deseo de venganza aislado, Ben sabía que si bien no era estrictamente una buena persona, tampoco era un tipo sediento de sangre.
Ben suspiró casi al mismo tiempo que Adam cuando habló sobre el miedo que tenían los niños en esta ciudad. No creía que Adam pudiera entender qué tanto podía entender el miedo que tenía un niño en Tara. Ben no recordaba con detalle la primera noche que pasó a la intemperie, porque fue el mismo día que encontró el cuerpo de su madre. Tenía los recuerdos borrosos, pero la angustia de saber que no tenía un techo sobre su cabeza lo seguía persiguiendo hasta el día de hoy. Ben durmió en edificios abandonados, en sillas de parques y una vez a las escaleras de una iglesia. Nadie nunca se compadeció de él.
—Para tener una ciudad como esa tendríamos que quemar Tara hasta sus cimientos, Adam. —Ben le regaló una mirada cargada de nostalgia. Era lo más sincero que estaba dispuesto a ser con él esta mañana—. Pero, como te dije, me conformo con poco. Con que hayamos salvado a Mark, me daré por bien servido.
06.45am — Apartamento — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
A veces, Adam se preguntaba si no estaba equivocado. Si en el fondo todos tenían razón al dar a Tara por perdida. Él sabía que no podía salvarla por completo. Pero siempre había pensado que si hacía lo correcto ayudaría a hacer de Tara un lugar mejor. Si no podía creer eso, su vida no tenía sentido.
Suponía que a su forma, Ben también creía estar haciendo lo correcto por la gente de Tara, no por la ciudad en sí.
Concentró su mirada en el café. Era más fácil pensar en Ben solo como un criminal que como en alguien que pretendía hacer lo correcto. A fin de cuentas, no dejaban de estar en lados opuestos de la historia. Y quemar Tara hasta sus cimientos no era una opción. No sabía qué responder a eso.
Sin embargo, no tuvo que hacerlo. Escuchó ruidos en su habitación y eso solo tenía una explicación.
—Creo que Mark está despierto—anunció, poniéndose de pie para ir a la habitación. —Iré a traerlo para que desayune.
Cuando abrió la puerta del cuarto lo encontró de pie en medio de la habitación, como si intentara decidir qué hacer. Al verlo, el niño le sonrió. Estaba adorable con el cabello desordenado y los ojitos soñolientos todavía.
—¿Y Ben?—preguntó el niño, y Adam ni siquiera se sintió sorprendido de que fuera lo primero que preguntara.
Se sintió aliviado de que Ben siguiera ahí.
—Te espera en la cocina con el desayuno —le contestó, tendiendo una mano hacia él. —Vamos a que te laves la boca antes de comer.
Lo llevó al lavabo del baño y lo alzó para que alcanzara a lavarse los dientes. Después lo llevó en brazos hasta la cocina, porque tal vez también él se estaba encariñando un poco de más con el niño, quien parecía muy cómodo en ser llevado en brazos para ser un niño de su edad. Quizá se sentía más seguro así.
06.45am — Apartamento — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Ben no estaba seguro si había escuchado un ruido de verdad o si Adam se levantó de la mesa para que la conversación no se tornara de verdad incómoda. Lo cierto fue que, cuando Adam se alejó hacia el pasillo, se sintió bastante aliviado. Mientras más siguieran hablando, tan sólo se convencería de que él y Adam tenían posiciones irreconciliables.
Aunque admiraba precisamente esa determinación de Adam, esa búsqueda absurda de justicia, era eso mismo lo que los separaba. Ben no creía que Tara pudiera darle justicia a nadie, a menos que la buscara uno por su propia mano. Era una lástima que Adam estuviera desperdiciando todo su potencial en el departamento policial de Tara.
Por suerte, todas esas reflexiones cesaron cuando escuchó la voz de Mark. La puerta de la cocina se abrió de nuevo y Ben pronunció la sonrisa apenas vio la silueta de Mark asomarse dentro. Ben se puso de pie, acercándose poco a poco a Mark, quien todavía tenía una expresión somnolienta. La verdad era que lucía muy adorable.
—Buenos días, Mark… —antes de que Ben pudiera arrepentirse, se inclinó hacia el niño y lo tomó en brazos. Mark no era pesado y ni siquiera puso resistencia. El niño todavía estaba frotándose los ojos cuando Ben lo acomodó mejor entre sus brazos—. Mira, tenemos el desayuno listo para ti. ¿Qué te parece?
Mark bajó la mirada en dirección a la mesa, fijándose con mucha curiosidad todo lo que había allí. Parecía impresionado y Ben no pudo evitar sentirse muy orgulloso al respecto.
—¿Todo eso? —preguntó con voz algo pastosa todavía, Ben soltó una carcajada al escucharlo. Asintió varias veces, mientras lo ayudaba a sentarse en una silla. Por suerte, Mark era lo bastante alto para no necesitar de que le acomodaran mejor la silla, sus manos llegaban con justo a la mesa, podía desayunar por su cuenta perfectamente.
—Todo esto, para ti —comentó Ben, colocando ambas manos sobre el respaldar de la silla donde Mark estaba sentado. Cuando miró a Adam de soslayo, también le regaló una sonrisa.
Aunque admiraba precisamente esa determinación de Adam, esa búsqueda absurda de justicia, era eso mismo lo que los separaba. Ben no creía que Tara pudiera darle justicia a nadie, a menos que la buscara uno por su propia mano. Era una lástima que Adam estuviera desperdiciando todo su potencial en el departamento policial de Tara.
Por suerte, todas esas reflexiones cesaron cuando escuchó la voz de Mark. La puerta de la cocina se abrió de nuevo y Ben pronunció la sonrisa apenas vio la silueta de Mark asomarse dentro. Ben se puso de pie, acercándose poco a poco a Mark, quien todavía tenía una expresión somnolienta. La verdad era que lucía muy adorable.
—Buenos días, Mark… —antes de que Ben pudiera arrepentirse, se inclinó hacia el niño y lo tomó en brazos. Mark no era pesado y ni siquiera puso resistencia. El niño todavía estaba frotándose los ojos cuando Ben lo acomodó mejor entre sus brazos—. Mira, tenemos el desayuno listo para ti. ¿Qué te parece?
Mark bajó la mirada en dirección a la mesa, fijándose con mucha curiosidad todo lo que había allí. Parecía impresionado y Ben no pudo evitar sentirse muy orgulloso al respecto.
—¿Todo eso? —preguntó con voz algo pastosa todavía, Ben soltó una carcajada al escucharlo. Asintió varias veces, mientras lo ayudaba a sentarse en una silla. Por suerte, Mark era lo bastante alto para no necesitar de que le acomodaran mejor la silla, sus manos llegaban con justo a la mesa, podía desayunar por su cuenta perfectamente.
—Todo esto, para ti —comentó Ben, colocando ambas manos sobre el respaldar de la silla donde Mark estaba sentado. Cuando miró a Adam de soslayo, también le regaló una sonrisa.
06.45am — Apartamento — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Tal vez Ben y él tenían diferencias irreconciliables, pero creía que ambos podían estar de acuerdo en que ver a Mark sonreír mientras comía un estupendo desayuno era una excelente manera de empezar el día. El niño parecía realmente entusiasmado con toda la comida, y agarraba un poquito de cada cosa para probar, como si no pudiera decidir qué de todo eso quería o temiera que le quitaran algo.
Se sentó de nuevo a la mesa con ellos, sonriendo ligeramente mientras veía al niño comer. Lanzó una mirada de reojo a Ben, y sus miradas se conectaron un momento.
¿Se podía extrañar algo que tan solo duró un momento en el tiempo? Porque Adam tenía la sensación de que iba a extrañar ese momento.
—No te preocupes Mark, todo es tuyo, Ben lo hizo todo para ti—le aseguró. —Ya nosotros desayunamos.
No dejaba de parecerle irreal que hubiera desayunado en su apartamento con el líder del mercado negro. Pero al mismo tiempo había sido algo único y le alegraba que lo hubieran hecho.
Ahora, sin embargo, tenía la impresión de que debía encontrar la forma de despedirse de todo esto y no sabía cómo. Se suponía que iba a ser solo una colaboración para salvar a Mark, y después una noche bajo el mismo techo porque el niño se había apegado a Ben y la lluvia los había obligado a cambiar sus planes.
Pero ahora tenía la sensación de que Mark no podría procesar que Ben se iba a ir. Y él no sabía bien qué hacer al respecto. Tampoco quería echar a Ben y decirle que tenía que irse con todo lo que había hecho hasta ahora.
Y quizá, podían tener todavía un rato a su favor. Era temprano.
06.45am — Apartamento — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Mientras Mark se servía con cuidado el desayuno, su mirada se entrecruzó con la de Adam. Ben se decía a sí mismo que no era una persona sentimental, pero quizás tendría que replantearse las creencias que tenía sobre sí mismo a partir de lo acontecido ayer. La manera en que Mark se aferró a él, y viceversa, le hacían ver que claramente no había superado algunas cosas sobre el pasado. Quizás una parte de Ben seguía aferrándose a esa espantosa noche de tormenta, donde después tuvo la oportunidad de pedir ayuda a una familia que parecía buena a simple vista.
Por eso regresó por aquel reloj luego de empeñarlo a las prisas para no morir de hambre. Volvió a robarlo, haciendo uso de sus habilidades aprendidas luego de tantos meses en la calle. Se echó el reloj al bolsillo luego de entrar a la casa de empeños a medianoche y no volvió a separarse de ese reloj. Sabía que era una tontería, pues no pensaba devolverlo, pero era el único recuerdo palpable que tenía de aquella noche.
Sí, definitivamente era una persona demasiado sentimental.
—Mark, escucha… —dijo con voz queda, mientras el niño estaba partiendo uno de los pancakes. Tenía los labios llenos de sirope y Ben no pudo evitar sonreírle de manera sincera—. Adam va a llevarte con el doctor y luego es posible que te reencuentre con tu madre. No te separes de ella hasta que Adam les diga que están a salvo, ¿entiendes?
Aunque le parecía que habló de manera muy tajante, Mark no lo interrumpió ni una vez, mirándolo con atención. Era evidente que el niño tenía claras más cosas de las que ellos dos le explicaron. Tampoco sabían a ciencia exacta qué habría escuchado en estos días dentro del prostíbulo, quizás era posible que se lo contara a Adam más tarde.
—¿Nos vamos a volver a ver, Ben? —la pregunta de Mark, también con voz queda, fue tan inesperada como certera. Ben se quedó sin aliento, pues sabía exactamente lo que tenía que decir. Se inclinó hacia él, acariciándole el pelo. Miró a Adam de reojo, pues tenía el presentimiento de que el detective estaba interesado en lo que él estaba a punto de decir.
—Si no nos volvemos a ver, significa que estás a salvo. Así que es probable que sea lo mejor —comentó con una mueca que pretendía ser una sonrisa—. Para estar seguros de que no te va a pasar nada, ni a ti ni a tu mamá, es posible que tengan que irse lejos de la ciudad. Pero valdrá la pena si es para volver con ella, ¿o no te gustaría?
Mark asintió varias veces, con la sonrisa cargada de sirope y rastros de pancakes.
Por eso regresó por aquel reloj luego de empeñarlo a las prisas para no morir de hambre. Volvió a robarlo, haciendo uso de sus habilidades aprendidas luego de tantos meses en la calle. Se echó el reloj al bolsillo luego de entrar a la casa de empeños a medianoche y no volvió a separarse de ese reloj. Sabía que era una tontería, pues no pensaba devolverlo, pero era el único recuerdo palpable que tenía de aquella noche.
Sí, definitivamente era una persona demasiado sentimental.
—Mark, escucha… —dijo con voz queda, mientras el niño estaba partiendo uno de los pancakes. Tenía los labios llenos de sirope y Ben no pudo evitar sonreírle de manera sincera—. Adam va a llevarte con el doctor y luego es posible que te reencuentre con tu madre. No te separes de ella hasta que Adam les diga que están a salvo, ¿entiendes?
Aunque le parecía que habló de manera muy tajante, Mark no lo interrumpió ni una vez, mirándolo con atención. Era evidente que el niño tenía claras más cosas de las que ellos dos le explicaron. Tampoco sabían a ciencia exacta qué habría escuchado en estos días dentro del prostíbulo, quizás era posible que se lo contara a Adam más tarde.
—¿Nos vamos a volver a ver, Ben? —la pregunta de Mark, también con voz queda, fue tan inesperada como certera. Ben se quedó sin aliento, pues sabía exactamente lo que tenía que decir. Se inclinó hacia él, acariciándole el pelo. Miró a Adam de reojo, pues tenía el presentimiento de que el detective estaba interesado en lo que él estaba a punto de decir.
—Si no nos volvemos a ver, significa que estás a salvo. Así que es probable que sea lo mejor —comentó con una mueca que pretendía ser una sonrisa—. Para estar seguros de que no te va a pasar nada, ni a ti ni a tu mamá, es posible que tengan que irse lejos de la ciudad. Pero valdrá la pena si es para volver con ella, ¿o no te gustaría?
Mark asintió varias veces, con la sonrisa cargada de sirope y rastros de pancakes.
06.45am — Apartamento — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Era el final.
Aquella certeza se le atravesó en la garganta mientras escuchaba a Ben explicarle a Mark lo que sucedería y que iban a separarse. Realmente le habría gustado decirle a ambos que volverían a ver, pero Ben estaba en lo correcto. Que no se volvieran a ver significaría que Mark estaba realmente a salvo.
Adam tampoco volvería a verlo. Mark sería solo un recuerdo que le quedaría a los dos.
Un recuerdo y un secreto común. Quién le hubiera dicho que tendrían uno entre ellos.
—Todo va a estar bien, Mark—agregó. —Tu madre está deseosa de verte, y pronto estarán lejos de toda la gente que les quiere hacer daño.
Él se iba a encargar personalmente de eso.
Recogió los trastos ya vacíos del desayuno para llevarlos al fregadero. Necesitaba ponerse en movimiento porque aquella conversación le estaba dando un nudo en la garganta. Odiaba las despididas y sentía que aquello era más que despedirse solo de Mark. Aquella noche y esa mañana habían sido algo que nunca podría tener.
Odiaba ponerse sentimental.
—Disfruta tu desayuno con calma—añadió, aunque sabía que era apenas ganas unos minutos. —Todavía tenemos tiempo para recoger.
Luego tendrían que ponerse todos en marcha.
Por supuesto que no le diría él a Ben que tenía que irse, lo dejaría escoger el momento. Era lo menos que podía hacer.
No iba a poder olvidar que tenía una deuda con él después de esto.
06.45am — Apartamento — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Mientras miraba a Mark comerse los pancakes con tranquilidad, Ben le revolvió el pelo de manera cariñosa. Luego se fijó en Adam, haciéndole una señal para que lo siguiera un momento. Ben no quería alejarse demasiado del niño, para que no pensara que le estaban ocultando cosas, o que empezara a sospechar cosas que no debía. Así que tan sólo cruzó la puerta de la cocina y se recostó en el pasillo, de manera que podía mirar a Mark de soslayo. Por suerte, el niño seguía concentrado en verter el sirope a su desayuno.
Ben no pudo evitar sonreír al verlo. Pero luego, cuando volvió la vista hacia Adam, se obligó a mantener una expresión más serena.
—¿Piensas acercarlo primero a su madre o buscarás un punto intermedio? —preguntó curioso. Ben sabía que Adam ya no tenía por qué responder a sus preguntas. Además, el detective ya había demostrado en muchas ocasiones que era una persona competente y seguro que todo eso estaba atado. Pero Ben necesitaba escucharlo de sus labios para sentirse tranquilo—. [b]¿Estás seguro de que no necesitas más ayuda?
Sabía que sus palabras iban a hacer que Adam se enfadara con él, o que sospechara. Pero no le importó. Tomaría todo lo que le dijera como verdad, porque confiaba en que él era sincero. Era probablemente la única persona de Tara de la que podría fiarse con los ojos cerrados en cuanto a honestidad.
—Estuve… estuve pensando en algo. No sé si ya lo habrás pensado tú, pero si Mark y su madre van a hacer su vida en otra ciudad, si tú les consigues otros documentos de identidad, lo normal es que necesiten algo de dinero, al menos para empezar… —Ben se imaginaba la cara que iba a poner Adam. Sabía lo que estaría pensando, que el ofrecimiento de Ben era genuino y práctico, pero no podía aceptarlo. Porque, por supuesto, no era dinero honesto.
Ben frunció el ceño de sólo pensarlo. Su dinero era más honesto que el de los políticos de Tara que sólo se enriquecían con los impuestos de la gente o de la policía que se llenaba las arcas haciendo actos corruptos. Pero no pensaba decir ni una palabra al respecto si Adam no traía el tema, para no discutir inútilmente. Así que se limitó a cruzarse de brazos y esperar, mientras echaba un vistazo a Mark de vez en cuando.
Ben no pudo evitar sonreír al verlo. Pero luego, cuando volvió la vista hacia Adam, se obligó a mantener una expresión más serena.
—¿Piensas acercarlo primero a su madre o buscarás un punto intermedio? —preguntó curioso. Ben sabía que Adam ya no tenía por qué responder a sus preguntas. Además, el detective ya había demostrado en muchas ocasiones que era una persona competente y seguro que todo eso estaba atado. Pero Ben necesitaba escucharlo de sus labios para sentirse tranquilo—. [b]¿Estás seguro de que no necesitas más ayuda?
Sabía que sus palabras iban a hacer que Adam se enfadara con él, o que sospechara. Pero no le importó. Tomaría todo lo que le dijera como verdad, porque confiaba en que él era sincero. Era probablemente la única persona de Tara de la que podría fiarse con los ojos cerrados en cuanto a honestidad.
—Estuve… estuve pensando en algo. No sé si ya lo habrás pensado tú, pero si Mark y su madre van a hacer su vida en otra ciudad, si tú les consigues otros documentos de identidad, lo normal es que necesiten algo de dinero, al menos para empezar… —Ben se imaginaba la cara que iba a poner Adam. Sabía lo que estaría pensando, que el ofrecimiento de Ben era genuino y práctico, pero no podía aceptarlo. Porque, por supuesto, no era dinero honesto.
Ben frunció el ceño de sólo pensarlo. Su dinero era más honesto que el de los políticos de Tara que sólo se enriquecían con los impuestos de la gente o de la policía que se llenaba las arcas haciendo actos corruptos. Pero no pensaba decir ni una palabra al respecto si Adam no traía el tema, para no discutir inútilmente. Así que se limitó a cruzarse de brazos y esperar, mientras echaba un vistazo a Mark de vez en cuando.
06.45am — Apartamento — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Claro que necesitaba más ayuda. Si por él fuera, Ben lo acompañaría con Mark hasta el final porque era obvio que el niño estaba super encariñado con él y le haría todo más fácil. Pero no podía pedirle eso, a final Ben era quien era y serían un riesgo para el niño y para él. Incluso para el propio Ben si alguien sabía que se había puesto de parte deun policía.
Así que se limitó a negar.
—La madre de Mark y nosotros nos encontraremos en una casa segura de la que tengo llave—respondió, sin dar más detalles. —Y sí, ya tengo cubierto lo del dinero. No te preocupes.
No podía aceptar el dinero de Ben.
Era dinero producto del Mercado Negro. Como policía, no podía tocarlo. Además, la madre de Mark necesitaba un inicio de 0, lejos de Tara, y sin nada que la atara allí. Adam le dará el corte más limpio posible.
Que para ello tuviera que darle sus ahorros era algo que no iba a contarle a Ben. Tampoco era como que tuviera claro para qué ahorraba dinero. No era alguien que buscara viajar ni comprarse lujos. Mientras que el salario le alcanzara para vivir, daba igual si tenía o no ahorros, de todas formas no los usaba.
Se dio cuenta que su negativa podía ser algo brusca, y estaba seguro de que Ben había hecho el ofrecimiento con buenas intenciones, así que suavizó la mirada y extendió una mano hacia su hombro.
—Gracias por el ofrecimiento—añadió. —Estoy seguro de que aayudarías a Mark con lo que pudieras.
En el fondo esa era la conclusiónd e esa noche: realmente Ben era una buena persona.
06.45am — Apartamento — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo IV
La mañana siguiente
Aunque la respuesta de Adam era más que esperaba, Ben no pudo evitar sentirse un poco decepcionado. Decidió no pensar mucho en ello, porque sabía que no iba a cambiar a Adam, no habría nada que él pudiera hacer para que Adam lo viera como lo que era: alguien que trataba de hacer las cosas bien a pesar de todas las trabas que ponía esta ciudad. Pero sabía que, sin importar lo que pasara, Adam seguiría viéndolo como un mafioso despiadado.
Ben inspiró hondo, escuchando con atención los planes que tenía para Mark y su madre. Sabía que tenían todo el sentido del mundo, sonaba lógico y no dudaba que Adam había puesto todo su esfuerzo para que no hubiera margen para errores.
De verdad le deseaba lo mejor a Mark. Pocas cosas podían sacarlo de su balance como que un niño la estuviera pasando mal. Quizás cuando volviera a casa necesitaría un buen trago de alcohol, no era nada aficionado a las drogas, pero quizás un par de cervezas lo ayudarían a sobrellevar esta separación que, para sorpresa suya, le estaba costando más de la cuenta. Era una lástima que él y Mark se hubieran conocido en estas circunstancias, esperaba que la necia de su madre se hiciera cargo y que se mantuviera alejada de problemas.
Se encogió de hombros cuando, sorprendentemente, Adam le dio las gracias. Aunque quizás parecía que había hecho algo extraordinario, desde el punto de vista de Ben la situación era muy distinta.
—La verdad es que me queda la sensación que no hice lo suficiente… —comentó, haciendo un gesto despreocupado con la mano. Extendió la mano hacia Adam, colocándola sobre su hombro—. Sé que no te lo tengo que volver a repetir, pero cuídalos mucho, espero que sacarlos de esta ciudad de mierda le dé a Mark mejores oportunidades.
A veces, Ben se preguntó cómo hubiera sido su vida si se hubiera marchado de la ciudad. Pero estaba muy pequeño, tenía mucho miedo de irse a otro sitio que no conociera en absoluto y también la sed de venganza que sentía era demasiado fuerte. Esperaba que, para Mark, sí fuera una segunda oportunidad.
—Voy a despedirme de él —anunció, haciendo un esfuerzo por sonar sereno. No pensaba hacer un espectáculo en casa de Adam—. Y luego me iré, Adam.
La frase le vibró en la garganta, alzando la vista hacia él. Le parecía que estaban más cerca de la cuenta, o quizás era la sensación que se le quedaba luego de haber pasado tanto tiempo juntos. Trabajando como un equipo. Ben no hubiera podido imaginar esto ni en sus mejores sueños. Le hizo un gesto suave de despedida y después avanzó hacia el final del pasillo, en dirección a la cocina. Lo que había dicho era cierto, tenía que irse. Si se despedía ahora de Mark, sería mucho más sencillo para él.
Mucho más fácil. Era lo mejor para el niño.
Ben inspiró hondo, escuchando con atención los planes que tenía para Mark y su madre. Sabía que tenían todo el sentido del mundo, sonaba lógico y no dudaba que Adam había puesto todo su esfuerzo para que no hubiera margen para errores.
De verdad le deseaba lo mejor a Mark. Pocas cosas podían sacarlo de su balance como que un niño la estuviera pasando mal. Quizás cuando volviera a casa necesitaría un buen trago de alcohol, no era nada aficionado a las drogas, pero quizás un par de cervezas lo ayudarían a sobrellevar esta separación que, para sorpresa suya, le estaba costando más de la cuenta. Era una lástima que él y Mark se hubieran conocido en estas circunstancias, esperaba que la necia de su madre se hiciera cargo y que se mantuviera alejada de problemas.
Se encogió de hombros cuando, sorprendentemente, Adam le dio las gracias. Aunque quizás parecía que había hecho algo extraordinario, desde el punto de vista de Ben la situación era muy distinta.
—La verdad es que me queda la sensación que no hice lo suficiente… —comentó, haciendo un gesto despreocupado con la mano. Extendió la mano hacia Adam, colocándola sobre su hombro—. Sé que no te lo tengo que volver a repetir, pero cuídalos mucho, espero que sacarlos de esta ciudad de mierda le dé a Mark mejores oportunidades.
A veces, Ben se preguntó cómo hubiera sido su vida si se hubiera marchado de la ciudad. Pero estaba muy pequeño, tenía mucho miedo de irse a otro sitio que no conociera en absoluto y también la sed de venganza que sentía era demasiado fuerte. Esperaba que, para Mark, sí fuera una segunda oportunidad.
—Voy a despedirme de él —anunció, haciendo un esfuerzo por sonar sereno. No pensaba hacer un espectáculo en casa de Adam—. Y luego me iré, Adam.
La frase le vibró en la garganta, alzando la vista hacia él. Le parecía que estaban más cerca de la cuenta, o quizás era la sensación que se le quedaba luego de haber pasado tanto tiempo juntos. Trabajando como un equipo. Ben no hubiera podido imaginar esto ni en sus mejores sueños. Le hizo un gesto suave de despedida y después avanzó hacia el final del pasillo, en dirección a la cocina. Lo que había dicho era cierto, tenía que irse. Si se despedía ahora de Mark, sería mucho más sencillo para él.
Mucho más fácil. Era lo mejor para el niño.
06.45am — Apartamento — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo V
El robo
Después del caso de Mark, Adam agradecía volver a ocuparse de crímenes comunes. Su siguiente caso estaba relacionado con la desaparición de medicinas del hospital de Tara. El administrador de la farmacia había hecho la denuncia de que las entregas de fármacos tenían varios meses de llegar incompletas.
Las farmacéuticas aseguraban que ellas entregaban los pedidos completos, de manera que Adam tenía entre manos resolver el misterio de lo que sucedía.
Todo parecía indicar que algún grupo criminal tenía acceso a la bodega del hospital y sacaba las medicinas, las cuales en Tara solían cotizarse muy bien, dado que no todo el mundo tenía acceso a los sistemas de salud.
Las cámaras del hospital no tenían registro de los días de entrega de los camiones de carga, lo cual no podía ser casualidad. De manera que Adam se las ingenió para convencer al administrador de dejarlo quedarse en la bodega para esperar el momento en que llegaran a vaciarla. Tenían que hacerlo entre varias personas, aquellas cajas eran muchas y pesadas, y por lo que reportaban, desaparecía una buena cantidad.
Cuando escuchó ruidos salió de su escondite entre las cajas de la bodega y apuntó su arma a la cabeza del hombre que entró primero. Luego, encendió la luz del espacio.
No había esperado encontrarse con alguien conocido.
—¿Ben?—preguntó, identificando su silueta antes de ver sus rasgos. —¿Tú eres el que está saqueando la farmacia del hospital?
Después de lo sucedido con Mark no habían vuelto a interactuar, y la verdad no se había quedado con la imagen de él como alguien que robaría provisiones de medicamentos de un hospital, lo que implicaría que habría personas que no los recibirían.
—¿Te llevas las medicinas al mercado negro?—preguntó, incrédulo.
No podía creerlo. ¿Sería por esto que finalmente tendría que arrestar a Ben? Una cosa era saber que era parte del Mercado negro y otra, pillarlo con las manos en la masa.
09.45pm — Hospital — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo V
El Robo
Conforme el paso de los años, Ben comprendió que su padre no era lo que la gente llamaría una buena persona. Manejaba el mercado negro de la ciudad con mano de hierro y se había enriquecido gracias a la baja moral que reinaba. Quienes lo asesinaron tan sólo querían hacerse con el poder y continuar enriqueciéndose gracias a todas las grietas que había en el sistema. Cuando Ben se hizo con el mercado negro, en lugar de continuar exactamente con el legado de su padre, decidió iniciar el suyo propio.
Luego de huir de casa para salvar su vida, Ben vivió en las calles el tiempo suficiente para saber que los verdaderos villanos que estaban consumiendo esta ciudad eran los políticos y la gente adinerada que se alimentaba del resto de los ciudadanos. Eran ellos quienes hacían las normas, quienes se aseguraban de tener todo para ellos y los suyos. Sólo cuando obtenían lo que querían, dejaban las sobras para los demás.
Así que, cuando estuvo en su control cambiar en algo la situación, sí que lo hizo. Las ganancias del mercado negro le permitían vivir sin preocupaciones, pero lo que más disfrutaba Ben era cuando podía apuñalar a la gente corrupta y adinerada de la ciudad. Como ahora, que había insistido él mismo en adentrarse en el hospital para asegurarse de adquirir los medicamentos que tenían bajo control estricto. Todo el mundo sabía que, en lugar de ponerlos en circulación, iban a revenderlos a farmacias que triplicarían su precio. ¿Por qué? Porque los dueños de las farmacias necesitaban un coche nuevo para su colección. O una casa nueva. Si la gente no recibía su medicación, no era su problema.
Había veces, como hoy, que Ben odiaba profundamente ciudad Tara.
Massimo, su mano derecha, le había dicho mil veces que no tenía que exponerse de esa manera, pero Ben quería asegurarse de que todo estuviera bajo control. Se acordó de Massimo cuando escuchó la puerta abierta de la bodega y desenfundó el arma, dispuesto a defenderse.
Lo que no esperaba, por supuesto, era encontrarse precisamente con Adam. De todos los policías de la maldita ciudad, tenía que ser él. Ben no lo había visto desde la mañana en que se despidió del pequeño Mark y, la verdad, era que lo había echado de menos. No pudo disimular que estaba feliz de verlo.
—¿Qué? ¿Esperabas encontrarte con un ladrón de pacotilla? ¿Es esa tu manera de decirme que me tienes en buena estima? —comentó con una sonrisa sincera. La expresión con la que Adam lo estaba mirando era muy graciosa y, por instinto, Ben bajó el arma. Adam parecía que estaba solo y sabía que, pasara lo que pasara, no le iba a disparar.
Adam era un maldito policía honesto, una especie en extinción en ciudad Tara.
—Por supuesto que me las llevo al mercado negro, no va a ser a un paseo al parque, Adam —le explicó, con el ceño fruncido porque parecía que no sabía con quién estaba tratando. Sin embargo, Adam seguía teniendo esa expresión de lo más curiosa y Ben empezó a preguntarse asi acaso esta conversación no sería tan ligera como él pensaba.
Luego de huir de casa para salvar su vida, Ben vivió en las calles el tiempo suficiente para saber que los verdaderos villanos que estaban consumiendo esta ciudad eran los políticos y la gente adinerada que se alimentaba del resto de los ciudadanos. Eran ellos quienes hacían las normas, quienes se aseguraban de tener todo para ellos y los suyos. Sólo cuando obtenían lo que querían, dejaban las sobras para los demás.
Así que, cuando estuvo en su control cambiar en algo la situación, sí que lo hizo. Las ganancias del mercado negro le permitían vivir sin preocupaciones, pero lo que más disfrutaba Ben era cuando podía apuñalar a la gente corrupta y adinerada de la ciudad. Como ahora, que había insistido él mismo en adentrarse en el hospital para asegurarse de adquirir los medicamentos que tenían bajo control estricto. Todo el mundo sabía que, en lugar de ponerlos en circulación, iban a revenderlos a farmacias que triplicarían su precio. ¿Por qué? Porque los dueños de las farmacias necesitaban un coche nuevo para su colección. O una casa nueva. Si la gente no recibía su medicación, no era su problema.
Había veces, como hoy, que Ben odiaba profundamente ciudad Tara.
Massimo, su mano derecha, le había dicho mil veces que no tenía que exponerse de esa manera, pero Ben quería asegurarse de que todo estuviera bajo control. Se acordó de Massimo cuando escuchó la puerta abierta de la bodega y desenfundó el arma, dispuesto a defenderse.
Lo que no esperaba, por supuesto, era encontrarse precisamente con Adam. De todos los policías de la maldita ciudad, tenía que ser él. Ben no lo había visto desde la mañana en que se despidió del pequeño Mark y, la verdad, era que lo había echado de menos. No pudo disimular que estaba feliz de verlo.
—¿Qué? ¿Esperabas encontrarte con un ladrón de pacotilla? ¿Es esa tu manera de decirme que me tienes en buena estima? —comentó con una sonrisa sincera. La expresión con la que Adam lo estaba mirando era muy graciosa y, por instinto, Ben bajó el arma. Adam parecía que estaba solo y sabía que, pasara lo que pasara, no le iba a disparar.
Adam era un maldito policía honesto, una especie en extinción en ciudad Tara.
—Por supuesto que me las llevo al mercado negro, no va a ser a un paseo al parque, Adam —le explicó, con el ceño fruncido porque parecía que no sabía con quién estaba tratando. Sin embargo, Adam seguía teniendo esa expresión de lo más curiosa y Ben empezó a preguntarse asi acaso esta conversación no sería tan ligera como él pensaba.
09.45pm — Hospital — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo V
El robo
Definitivamente no había pensado en que iba a encontrarse cara a cara con Ben. A pesar de que sabía que dirigía el mercado negro, no había pensado que ese fuera su tipo de crimen. ¡Dejar a la gente sin medicinas!
—No creí que fueras el tipo de persona que desabastece un hospital público—comentó, y bajó el arma al ver que Ben había bajado la suya también. —¿Por qué haces esto?
No sabía para qué preguntaba. Quería escuchar una justificación, pero no podía permitirle que se fuera con las medicinas, sin importar qué tan justificado pareciera lo que estaba haciendo.
—El hospital denunció que han desaparecido fármacos por varias semanas ya—añadió. Así que esta no era la primera vez.
No podía ignorar una denuncia, mucho menos al culpable que acababa de encontrar... pero no se sentía capaz de arrestar a Ben en ese momento. No después de lo que habían pasado con Mark.
Por eso no debió acercarse tanto a él. Era un policía, tenía que ser objetivo.
No podía ablandarse con el mercado negro de Tara. No cuando estaban llevándose las medicinas que debían ser para atender al pueblo de Tara. ¿Cómo podía Ben estar haciendo eso?
09.45pm — Hospital — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo V
El Robo
Ben cambió de postura y expresión cuando Adam lo acusó abiertamente. No sabía cómo iba a encarar esta conversación. Sabía que lo más práctico era un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con Adam, dejarlo inconsciente para luego salir de allí, incluso si tenía que dejar las medicinas atrás. Sin embargo, no podía hacer eso. Sabía que era una debilidad suya, pero no podía atacar a Adam, menos después de lo que habían hecho por Mark.
Habían trabajado juntos y eso para Ben significaba más de lo que estaba dispuesto a admitir. Creía que se habían comprendido mutuamente, pero era evidente que se equivocó.
Se humedeció los labios, mientras pensaba cómo responder con la cabeza y no con el estómago, si iniciaba una discusión, estaba seguro que llevaba las de perder. No podía contar con que Adam estuviera completamente solo. Si llamaba refuerzos policiales iba a estar en problemas, escapar iba a ser más difícil.
—Adam, me estás hablando como si no supieras qué pasa realmente con estas medicinas. ¿Qué no estás viendo esta bodega? El embarque llegó esta misma semana y antes la bodega estaba igual de llena. ¿Por qué crees que los medicamentos siempre estás desabastecidos? Créeme que no es por los robos, no tengo cómo llevármelos todos a gran escala para justificar el desabastecimiento del que hablan las noticias —Ben frunció el ceño, esperando que razonar fuera suficiente.
Sabía que Adam era leal y, a diferencia de sus compañeros, no se vendía en absoluto. Pero eso no quería decir que fuera un ingenuo. Él era capaz de ver las grietas, las enormes grietas, que había en el maldito sistema. Ben lo miró con insistencia, pero Adam seguía inalterable.
—Adam, la única forma que tiene la gente de abastecerse de medicinas es si las compras en las farmacias privadas a un precio ridículo. Tú tienes que saberlo, ¿o es que no te has enfermado últimamente? Los precios están por las nubes, ¿por qué, si esta bodega está llena? —Ben negó con la cabeza, no podía creer que estuvieran jugando así con la salud de la gente. Si él estaba en la capacidad de hacer algo al respecto, por supuesto que lo haría. Nadie podía decirle que robarle a los corruptos de esta mierda de ciudad estaba mal, moriría defendiendo esa idea—. Adam, dime que al menos tiene sentido lo que digo.
No esperaba tener que hacerle una presentación con diapositivas para convencerlo. Creía que con su palabra era suficiente. Adam no era estúpido, aunque quizás Ben estaba pecando de ser ingenuo al pensar que lo escucharía. Quizás Adam lo veía, como cualquier otro policía, como un ladrón que no beneficiaba en nada a la ciudad.
Habían trabajado juntos y eso para Ben significaba más de lo que estaba dispuesto a admitir. Creía que se habían comprendido mutuamente, pero era evidente que se equivocó.
Se humedeció los labios, mientras pensaba cómo responder con la cabeza y no con el estómago, si iniciaba una discusión, estaba seguro que llevaba las de perder. No podía contar con que Adam estuviera completamente solo. Si llamaba refuerzos policiales iba a estar en problemas, escapar iba a ser más difícil.
—Adam, me estás hablando como si no supieras qué pasa realmente con estas medicinas. ¿Qué no estás viendo esta bodega? El embarque llegó esta misma semana y antes la bodega estaba igual de llena. ¿Por qué crees que los medicamentos siempre estás desabastecidos? Créeme que no es por los robos, no tengo cómo llevármelos todos a gran escala para justificar el desabastecimiento del que hablan las noticias —Ben frunció el ceño, esperando que razonar fuera suficiente.
Sabía que Adam era leal y, a diferencia de sus compañeros, no se vendía en absoluto. Pero eso no quería decir que fuera un ingenuo. Él era capaz de ver las grietas, las enormes grietas, que había en el maldito sistema. Ben lo miró con insistencia, pero Adam seguía inalterable.
—Adam, la única forma que tiene la gente de abastecerse de medicinas es si las compras en las farmacias privadas a un precio ridículo. Tú tienes que saberlo, ¿o es que no te has enfermado últimamente? Los precios están por las nubes, ¿por qué, si esta bodega está llena? —Ben negó con la cabeza, no podía creer que estuvieran jugando así con la salud de la gente. Si él estaba en la capacidad de hacer algo al respecto, por supuesto que lo haría. Nadie podía decirle que robarle a los corruptos de esta mierda de ciudad estaba mal, moriría defendiendo esa idea—. Adam, dime que al menos tiene sentido lo que digo.
No esperaba tener que hacerle una presentación con diapositivas para convencerlo. Creía que con su palabra era suficiente. Adam no era estúpido, aunque quizás Ben estaba pecando de ser ingenuo al pensar que lo escucharía. Quizás Adam lo veía, como cualquier otro policía, como un ladrón que no beneficiaba en nada a la ciudad.
09.45pm — Hospital — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo V
El robo
Lo peor de todo era que sí tenía sentido lo que decía Ben. En efecto se hablaba del desabastecimiento de medicinas. Y no era raro que en Tara pasara algo como lo que Ben estaba diciendo. Pero esa no era la denuncia por la que estaba ahí.
Miró a su alrededor, valorando la situación.
—Lo que nos denunciaron fue el robo de medicamentos—declaró. —Y toda la investigación me trajo a esta extracción.
Si alguien más robaba en el hospital no había salido en sus pesquisas. Tal vez debía investigar lo de las farmacias privadas, cómo se abastecían.
—Puedo investigar lo de las farmacias que me estás diciendo—añadió. —Pero no puedo dejar que te lleves esto
Era más de lo que le podía pedir. Era pasar por encima de su deber permitir un robo.
—¿Lo pones accesible para la gente, más barato que las farmacias?—preguntó de pronto, aunque la verdad no debería interesarse por eso.
Porque aunque le dijera que sí, no podía dejar que se llevara las medicinas. De hecho, debería arrestarlo por traspaso, por entrar a la propiedad del hospital ilegalmente... pero no había robado nada todavía, así que tal vez podía dejarlo pasar.
Cerró los ojos y se presionó con los dedos el puente de la nariz, le estaba entrando un dolor de cabeza.
09.45pm — Hospital — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo V
El Robo
Ben escuchó con atención a Adam decir que habían denunciado únicamente el robo de los medicamentos. Chasqueó la lengua, porque suponía que si hacían eso estaban cuidándose las espaldas. Por supuesto que querían que la justicia se enfocara en él, quien estaba robándoles su negocio y estaba haciendo que las farmacias tuvieran pérdidas. Estaban pensando en sus malditas ganancias, en lugar de pensar en la gente de Tara.
Lo peor de todo, era que Adam se estaba prestando para su juego.
Ben no sabía qué era lo que le enfadaba más.
—No tuviste que investigar nada en realidad, ellos te dieron toda la información porque lo que quieren es que la policía haga la vista gorda del verdadero trato sucio. Adam, escúchame, no tienes por qué caer en su juego. El sistema está corrupto, sé que lo sabes, no puedes creer que de verdad están haciendo un bien al cuidar los intereses de este maldito hospital. ¿Cuántas veces has visto que hay escasez de medicamentos? ¿Cuánta medicina llega realmente a quien la necesita? —no sabía si estaba tocando una fibra sensible. Ben conocía infinitas historias, en especial de la gente que trabajaba con él, cuyos familiares habían muerto porque no podían permitirse un tratamiento digno.
Ben los escuchaba a todos, pues ese tema en particular lo ponía del mal humor. ¿Qué clase de gobierno le niega salud a su pueblo? Él no era una buena persona, pero al menos no era un monstruo como la clase gobernante.
Soltó un respingo por la pregunta de Adam. ¿Qué estaba insinuando? Creía que luego de tanto tiempo de tener trato, había comprendido que Ben sólo estaba haciendo una burla al sistema, pero que no pensaba sacar provecho de la gente.
Pero, al parecer, se había equivocado.
—¿De verdad piensas que quiero hacerme rico con esto, Adam? ¿Crees que me hago rico con la salud de la gente? —preguntó, incapaz de contener el enfado que sentía. Sabía que no debería afectarle tanto, que era obvio que Adam iba a pensar mal de él, pero quizás desde el asunto de Mark, pensaba que algo había cambiado entre los dos. Era evidente que se equivocó—. Lamento informarte, que quienes hacen eso son otras personas, no te tengo que decir quiénes. Si tienes tantos contactos, pregúntale a la gente que ha acudido a mí para medicinas, si alguna vez les he dicho que no.
Ben retrocedió, sintiéndose asfixiado de repente.
Lo peor de todo, era que Adam se estaba prestando para su juego.
Ben no sabía qué era lo que le enfadaba más.
—No tuviste que investigar nada en realidad, ellos te dieron toda la información porque lo que quieren es que la policía haga la vista gorda del verdadero trato sucio. Adam, escúchame, no tienes por qué caer en su juego. El sistema está corrupto, sé que lo sabes, no puedes creer que de verdad están haciendo un bien al cuidar los intereses de este maldito hospital. ¿Cuántas veces has visto que hay escasez de medicamentos? ¿Cuánta medicina llega realmente a quien la necesita? —no sabía si estaba tocando una fibra sensible. Ben conocía infinitas historias, en especial de la gente que trabajaba con él, cuyos familiares habían muerto porque no podían permitirse un tratamiento digno.
Ben los escuchaba a todos, pues ese tema en particular lo ponía del mal humor. ¿Qué clase de gobierno le niega salud a su pueblo? Él no era una buena persona, pero al menos no era un monstruo como la clase gobernante.
Soltó un respingo por la pregunta de Adam. ¿Qué estaba insinuando? Creía que luego de tanto tiempo de tener trato, había comprendido que Ben sólo estaba haciendo una burla al sistema, pero que no pensaba sacar provecho de la gente.
Pero, al parecer, se había equivocado.
—¿De verdad piensas que quiero hacerme rico con esto, Adam? ¿Crees que me hago rico con la salud de la gente? —preguntó, incapaz de contener el enfado que sentía. Sabía que no debería afectarle tanto, que era obvio que Adam iba a pensar mal de él, pero quizás desde el asunto de Mark, pensaba que algo había cambiado entre los dos. Era evidente que se equivocó—. Lamento informarte, que quienes hacen eso son otras personas, no te tengo que decir quiénes. Si tienes tantos contactos, pregúntale a la gente que ha acudido a mí para medicinas, si alguna vez les he dicho que no.
Ben retrocedió, sintiéndose asfixiado de repente.
09.45pm — Hospital — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :
Minerva
Werewolf
Link del mensaje
Capítulo V
El robo
Ben parecía muy enfadado y alterado. Adam no se sentía mejor. De hecho, lo que Ben decía estaba tocando una fibra sensible en él. Su madre había tenido que buscar hasta debajo de las piedras en Tara para conseguir medicinas para su padre cuando había enfermado.
—¿Me estás acusando de no saber hacer mi trabajo?—preguntó ofendido. —¡Tú eres el que se dejó encontrar con las manos en la masa!
Realmente no quería tener que arrestarlo. Ya no.
Tal vez debía investigar más. Podía intentarlo. Ahora le estaban dando razones.
—Y no. No creo que seas el tipo de personas que se enriquece con la salud de los otros—respondió de mala gana. —No creo que seas una mala persona, sé que no lo eres por lo que hemos pasado juntos... pero si cometes crímenes y te pesco con las manos en la masa, ¿qué quieres que haga?
Se desprendió las esposas de la cintura. Tenía que arrestarlo. Era su deber...
Pero no quería. Si realmente arrestaba a Ben daba igual que fuera buena persona o no. Habría personas muy felices de poder deshacerse de la cabeza del mercado negro de Tara, porque lo consideraban un enemigo.
Pero si no lo arrestaba debía incumplir su deber, desviar la mirada y dejarlo estar. Adam nunca había hecho algo así como policía. Se preciaba de siempre cumplir su deber...
¿Era eso algo malo cuando el sistema estaba corrupto? ¿Lo estaba realmente?
Tenía que pensar que sí, pero, ¿entonces su rol como policía no tenía valor ya?
09.45pm — Hospital — Con Ben
1392Mensajes :
93Honra :
ActivoActividad :
Juno
Phoenix
Link del mensaje
Capítulo V
El Robo
Ben tuvo la sensación de que Adam estaba realmente escuchando lo que le estaba diciendo. Tal y como él pensaba, Adam era una persona pensante, que no se dejaba arrastrar por lo que decía la mayoría y que tenía su propio criterio. De hecho, su criterio a veces estaba tan arraigado en su moral que eso lo desesperaba. Pero tenía la sensación de que sabía que, en el fondo, Ben tenía razón en lo que decía.
Había que ser un completo estúpido, o ser uno de los corruptos que se beneficiaban con el caos de la ciudad, para no ver que Ben decía la verdad.
Sin embargo, todo se fue a la mierda cuando le preguntó si acaso no estaba haciendo bien su trabajo. ¿Por qué tenía que ser un policía decente? Ben sabía que era una pregunta compleja de responder, porque era precisamente la honestidad de Adam lo que llamó su atención en primer lugar. Había tan pocas personas íntegras en Tara, mucho menos en la policía, que Adam parecía un diamante en bruto.
—No dije eso, tan sólo estaba… estaba tratando de que ampliaras tu perspectiva de este asunto —dijo, bajando considerablemente su tono de voz—. ¡Me cuidé todos los pasos, que sepas! Pero… es evidente que siempre consigues encontrarme.
Ben no lo estaba diciendo por exagerar, era cierto. Sin importar que trataran de evitarse mutuamente, por alguna razón u otra, era como si terminaran gravitando uno alrededor de otro. Y la gravedad era una fuerza que nadie podía detener.
Retrocedió cuando escuchó el sonido de las esposas. Ben sabía que, si tenía que lastimarlo en serio para salvarle, lo iba a hacer. Adam no tenía posibilidad alguna en ese caso, porque Ben estaba dispuesto a jugar sucio para salvar el pellejo. Esperaba no tener que hacerlo, así que decidió negociar.
—¿Qué es lo que espero que hagas? —Ben alzó las cejas, pero retrocedió un paso más—. Pues espero que hagas lo correcto, Adam. No lo que dice la ley, sino lo correcto.
Esperaba que se diera cuenta de que hablaba de dos cosas diferentes. Al menos, se consolaba al haber escuchado de los labios de Adam, que no lo consideraba una mala persona. Ben hacía mucho tiempo que dejó de importarle qué pensaba la gente de él. Para algunos, los más necesitados, era una especie de salvación, para sus allegados, era un jefe justo, y para sus enemigos, era una molestia que debía ser eliminada.
Pero el hecho de que Adam, entre toda la gente de Tara, lo considerara una buena persona, lo hacía sentir bien.
Había que ser un completo estúpido, o ser uno de los corruptos que se beneficiaban con el caos de la ciudad, para no ver que Ben decía la verdad.
Sin embargo, todo se fue a la mierda cuando le preguntó si acaso no estaba haciendo bien su trabajo. ¿Por qué tenía que ser un policía decente? Ben sabía que era una pregunta compleja de responder, porque era precisamente la honestidad de Adam lo que llamó su atención en primer lugar. Había tan pocas personas íntegras en Tara, mucho menos en la policía, que Adam parecía un diamante en bruto.
—No dije eso, tan sólo estaba… estaba tratando de que ampliaras tu perspectiva de este asunto —dijo, bajando considerablemente su tono de voz—. ¡Me cuidé todos los pasos, que sepas! Pero… es evidente que siempre consigues encontrarme.
Ben no lo estaba diciendo por exagerar, era cierto. Sin importar que trataran de evitarse mutuamente, por alguna razón u otra, era como si terminaran gravitando uno alrededor de otro. Y la gravedad era una fuerza que nadie podía detener.
Retrocedió cuando escuchó el sonido de las esposas. Ben sabía que, si tenía que lastimarlo en serio para salvarle, lo iba a hacer. Adam no tenía posibilidad alguna en ese caso, porque Ben estaba dispuesto a jugar sucio para salvar el pellejo. Esperaba no tener que hacerlo, así que decidió negociar.
—¿Qué es lo que espero que hagas? —Ben alzó las cejas, pero retrocedió un paso más—. Pues espero que hagas lo correcto, Adam. No lo que dice la ley, sino lo correcto.
Esperaba que se diera cuenta de que hablaba de dos cosas diferentes. Al menos, se consolaba al haber escuchado de los labios de Adam, que no lo consideraba una mala persona. Ben hacía mucho tiempo que dejó de importarle qué pensaba la gente de él. Para algunos, los más necesitados, era una especie de salvación, para sus allegados, era un jefe justo, y para sus enemigos, era una molestia que debía ser eliminada.
Pero el hecho de que Adam, entre toda la gente de Tara, lo considerara una buena persona, lo hacía sentir bien.
09.45pm — Hospital — Con Adam
2996Mensajes :
207Honra :
ActivoActividad :