If fate doesn't give us the chance, we steal it.
«Some people were built for love, and some were built for war.»
Ravka es una nación divida en dos, metafórica y literalmente: mientras la Sombra parte al reino a la mitad, sus habitantes diferencian a los grisha de todos los demás. Los grisha son venerados, temidos y odiados, todo al mismo tiempo. Recogidos y reclutados desde pequeños, no tienen más opción que unirse al Segundo Ejército, la filial del ejército de Ravka destinado a proteger al país de cualquier ataque enemigo.
Las rencillas entre los dos ejércitos de Ravka son conocidas por todos, ningún soldado el Primer Ejército cree que los grisha merezcan una pizca de privilegio. Después de una misión encubierta, Pavel y Sergei aprendieron no sólo a confiar el uno en el otro para sobrevivir, sino también desarrollaron una especie de amistad que es vista con ojos curiosos y también con mucho recelo por parte de sus camaradas.
En medio de su incipiente camaradería, la amenaza de guerra se cierne sobre Ravka. Hay avistamientos de drüskelle que llegan desde la frontera con Fjerda y es inminente que haya una respuesta por parte Ravka.
El rey Lantsov dio órdenes a sus generales que se prepararan para la batalla, la única forma que tienen de asestar un golpe de gracia a la invasión de Fjerda es si todo el ejército coopera al completo. Es así como Pavel y Sergei son mandados al frente de batalla junto a sus respectivos regimientos, con la única finalidad de que Ravka se alce con la victoria. Las instrucciones son claras: pelear hasta las últimas consecuencias.
Movidos al campo de batalla, tanto Pavel como Sergei son llevados a extremos inimaginables. Los dos no son más que peones en un juego más grande, esclavos al servicio de un reino que puede reemplazarlos en cualquier momento. En medio de la guerra surge la pregunta, aquella duda que quizás algunos piensan, pero que nadie se atreve a decir en voz alta: ¿Acaso vale la pena tanto sacrificio? ¿Tanta devoción?
I. Death Serves No Man
II. Everything Tastes Like Doom
III. Fear is a phoenix
IV. This is What Love Does
V. Terrible Truths
VI. Dreaming of Him
VII. Crooked Kingdom
VIII. Scars are Good Reminders
IX. No Mourners
X. The Unsea
Grisha + Inferni + Segundo Ejército + Max Irons + Juno
Otkazat'sya + Rastreador + Primer Ejército + Luke Pasqualino + Minerva
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Grishaverse
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<div class="Treacherous-Titulo dos"><h5>Titulo de la trama <p>Capítulo <b>1</b></p></h5><div class="Treacherous-Imagen dos" style="background-image:url(https://akns-images.eonline.com/eol_images/Entire_Site/2016412/rs_500x281-160512081114-500-taylors-swift-apple-music-ad-dancing-3-051216.gif);background-size: cover;background-position: left;"><img src=""/></div></div>
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<div class="Treacherous-Leyenda"><p>Categoría</p><p>Categoría</p><p>Categoría</p></div>
</div></div><a href="/u1691" class="creditos">Emrys</a><link href="https://fonts.googleapis.com/css2?family=Oswald:wght@200;300;400;500;600;700&family=Roboto:wght@100;300;400;500;700;900&display=swap" rel="stylesheet"><style>.Treacherous {--blanco: #fafaf8;--blancooscuro:#f3f3f2;--gris:#eeeceb;--grisoscuro:#8c8c8c;--accent: #2f607a;--dobleaccent:#0996c9;--borde: 1px solid #ccc;padding: 20px;width: 550px;background: var(--blancooscuro);margin:5px auto;position:relative;color:#222;font:13px arial;text-align:justify;overflow:hidden;border:var(--borde);}.Treacherous.dos{width: 500px;}.Treacherous-Doble {background: var(--blanco);;position:relative;border:var(--borde);padding:5px;}.Treacherous-Titulo{display: flex;min-height: 100px;padding: 25px;border: var(--borde);background: var(--gris);position:relative;}.Treacherous-Titulo.dos {justify-content: flex-end;min-height: auto;}.Treacherous-Titulo.dos h5 {width: 285px;padding-left: 20px;font:800 25px oswald;text-transform: uppercase;text-align: center;line-height: 25px;color:var(--accent);margin: 10px 0;padding-right: initial;}.Treacherous-Titulo p{margin: 7px 5px 0;text-transform: lowercase;font: 12px roboto;font-weight: 600;letter-spacing: 1px;border-top: var(--borde);padding-top: 5px;color:var(--grisoscuro);}.Treacherous-Titulo p b{color:var(--accent);}.Treacherous-Imagen.dos {clip-path: polygon(0 0, 50% 0, 100% 50%, 50% 100%, 0 100%);width: 115px;padding: 15px;background: var(--gris);position: absolute;top: 0;left: 0;bottom: 0;}.Treacherous-Titulo.dos:before {content: "";clip-path: polygon(0 0, 50% 0, 100% 50%, 50% 100%, 0 100%);position: absolute;top: 15px;left: 18px;width: 125px;bottom: 0;background: var(--dobleaccent);display: block;}.Treacherous-Texto {display: block;padding: 25px;border: var(--borde);background: var(--blancooscuro);position: relative;margin: 5px 0;line-height: 18px;}.Treacherous-Texto i,.Treacherous-Texto u,.Treacherous-Texto strike,.Treacherous-Texto a{color:var(--accent);font:13px "Oswald";font-weight: 600;}.Treacherous-Texto i{font-style: italic;}.Treacherous-Texto u{text-decoration: underline dashed var(--accent);}.Treacherous-Texto a{text-transform:uppercase;-webkit-background-clip: text!important;-webkit-text-fill-color: transparent!important;background: -webkit-linear-gradient(45deg, var(--accent), var(--dobleaccent));background-size: 100%;font-weight: 900;transition: .7s ease-in-out;}.Treacherous-Texto b{text-transform:uppercase;background: linear-gradient(45deg, var(--accent), var(--dobleaccent));background-size: 100%;color:var(--blanco);padding:2px 7px;border-radius:10px;font-size:11px;opacity:0.85;transition: .7s ease-in-out;}.Treacherous-Texto a:hover,.Treacherous-Texto b:hover{background-size: 500%;transition: .7s ease-in-out;}.Treacherous-Leyenda {display: flex;padding: 10px;border: var(--borde);background: var(--blancooscuro);position: relative;margin-top: 5px;flex-flow: wrap;align-items: center;align-content: center;justify-content: center;}.Treacherous-Leyenda p {border: var(--borde);background: var(--blanco);font: 12px oswald;text-transform: uppercase;padding: 3px 5px;letter-spacing:0.5px;color: var(--grisoscuro);margin: 5px;text-align: center;flex: auto;}.Treacherous br {display: none;}.Treacherous-Texto br {display: inherit;}a.creditos {width: 500px;display: block;margin: auto;text-align: center;text-transform: uppercase;font-weight: bolder;font:9px arial;padding: 10px;text-decoration: none;letter-spacing: 1px;}</style>
This is what love does
Chapter IV
Sergei no había alcanzado a pensar qué esperaba que sucediera después de decirle todo eso a Pavel. Desde el momento en que creyó que moriría en la nieve supo que se lo tenía que decir. No podía perderlo igual. Pero no había sabido que esperar de el después. Tal vez que se enojara, o que lo apartara, que pusiera distancia entre ambos. Quizá, para alivio de ambos, no volvería a llamarlo a trabajar con su escuadrón para que sus sentimiento no se interpusieran en su deber.
No había esperado el tacto suave de Pavel acariciando su rostro. Mucho menos que buscara sus labios.
Jamás hubiera imaginado que después de sus palabras, Pavel iba a besarlo.
Desde la muerte de Yuri no había besado a nadie más. Los labios de Pavel eran suaves, como sus manos, seguros y cálidos. Sergei cerró los ojos y se concentró en esa sensación, sin poder pensar en nada más. Antes de la batalla no se le hubiera ocurrido siquiera que esto podría pasar, y después de ella no pensó que fuera realmente posible. Creía que sus sentimientos por Pavel eran su problema.
Pero ahora... Ahora no sabía exactamente qué sucedía.
Cuando Pavel dejó de besarlo instintivamente lo siguió un momento, pero se detuvo cuando abrió los ojos y se encontró con sus ojos. Parecía asustado. Instintivamente estrechó con más fuerza su mano y fue su turno de tocarle el rostro con toda la delicadeza de la que fue capaz.
—Yo... Solo quería que supieras lo que siento para que entiendas por qué me molesté tanto. Por qué no puedo controlarlo—intentó explicarse. —No esperaba nada más.
Le sonrió. No sabía qué iba a pasar de aquí en adelante, pero quería borrar el susto del rostro de Pavel. Acarició de nuevo su mejilla. Moría de ganas por besarlo otra vez, pero quería estar seguro de que eso era lo que quería Pavel también. Pero no se atrevía a preguntarle directamente. Pero ya no se sentía expuesto como antes.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
This is what love does
Chapter IV
Tenía la sensación de que quería decirle un montón de cosas, pero que ninguna podía salir de su garganta porque era difícil ponerlo en palabras. Quería a Sergei. Eso era inequívoco, tenía una certeza que lo abrumaba. ¿Qué se suponía que iban a hacer a partir de ahora? Sergei al menos había tenido un novio antes, Pavel sentía que iba a ciegas.
Carraspeó, mordiéndose el interior de la mejilla, mientras sopesaba lo que diría a continuación. Si por él fuera, estaría besando a Sergei de nuevo y así se ahorraría más explicaciones de las que podía darle a su propio corazón.
—Nunca he hecho esto antes… —dijo con un hilo de voz, avergonzado, incapaz de contener el sonrojo en sus mejillas—. Todo esto… todo es nuevo para mí. Ni siquiera tengo muy claro cómo se supone que se siente estar enamorado, Sergei. Pero si es lo mismo que sentí en el campo de batalla, cuando quería protegerte a toda costa, entonces sí que lo estoy. Mientras estaba herido no podía dejar de pensar que estabas enfadado conmigo y que no podía soportarlo. Incluso cuando vine al campamento, no podía lidiar con el hecho de que estabas enfadado, que si no me perdonabas, sería terrible.
Pavel soltó una risita nerviosa y lo único que atinó fue a rozarle de nuevo la mejilla a Sergei. Ambos se miraron a los ojos y Pavel tuvo la certeza, una vez más, de que, incluso si parecía estar improvisando, estaba haciendo lo correcto.
—¿Puedo besarte de nuevo? —preguntó, todavía prendido de la mano de Sergei. Pavel se sentía aún más inexperto que cuando llegó al campamento grisha la primera vez. Cuando no era más que un niño asustado que no tenía ni la más mínima idea cómo manejar el fuego. Ahora, entre las manos de Sergei, se sentía cómo una masa que éste podía moldear a su antojo. Era una sensación extraña, pero cautivadora.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
This is what love does
Chapter IV
Sergei se conmovió al escucharlo hablar así. Sintió nuevamente algo de resentimiento hacia el Segundo Ejército. Seguro que era el causante de que Pavel a esta altura de la vida no hubiera experimentado una relación a pesar de que tenían una edad similar. Se estremeció cuando lo escuchó decir que tal vez sí estaba enamorado de él. No quería presionarlo tampoco.
Pero antes de que le respondiera a eso, le pidió besarlo de nuevo. No podía negarle eso.
—Claro, pero... espera.
Eso de estar en literas diferentes era un poco incómodo. Se pasó con un rápido movimiento al lado de Pavel. Sentía suficiente confianza para no asustarlo. Le sonrió, de repente nervioso por la cercanía, y llevó una mano hacia su cuello. Se acercó a sus labios y lo besó una vez más, esta vez con más intención y menos sorpresa. Podía sentir la emoción en Pavel también. Deslizó la mano hasta su nuca, guiándolo para profundizar un poco más el beso.
Hacia nada temía todavía por la vida y la salud de Pavel, pero ahora lo sentía vivo, vibrando junto a él.
Separó los labios de los suyos y bajó la mano despacio.
—No tenemos que resolverlo todo hoy. Está bien si no sabes qué es estar enamorado. Espero que esté bien que yo tampoco sepa todavía cómo haré para volver al campo de batalla con el miedo de perderte. Con suerte, la guerra terminará pronto y volveremos a Os Alta. Allí podremos pensar todo mejor.
Tal vez era ser muy optimista. Pero, por primera vez en mucho tiempo, de repente sentía que tenía motivos para serlo.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
This is what love does
Chapter IV
Esa idea lo atormentaba. Porque cuando volvieran a Os Alta, tanto él como Sergei tendrían que retomar su vida como soldados. Recordó la promesa que se habían hecho, que Pavel todavía esperaba poder cumplir. Esperaba que sus superiores no le pusieran demasiadas pegas al respecto, creía que luego de lo sucedido, una tarde libre no era una petición tan ambiciosa.
Parecían demasiadas cosas al mismo tiempo y por el momento Pavel prefería concentrarse en los besos de Sergei.
—Creo que luego del ataque al campamento drüskelle, es muy posible que regresemos cuanto antes a Os Alta —Pavel no sabía qué tanta información se había filtrado al campamento del Primer Ejército, pero a estas alturas ya los dos habían pasado la etapa en que se ocultaban información confidencial. Pavel prefería que se enterara por él—. Así que no creo que tengamos que preocuparnos por el campo de batalla. Al menos por un tiempo. También… también creo que es bueno si sólo lo mantenemos entre nosotros. No quiero ni alimentar rumores, ni tampoco causarte problemas.
Pavel suspiró hondo, mientras sentía cómo las manos de Sergei acariciarles el dorso. Si esto era conocer el amor, se sentía maravilloso.
—Veré de conseguir el permiso para que podamos vernos en Os Alta. No lo he olvidado —dijo Pavel, con una sonrisa cargada de emoción.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
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Chapter IV
Sonrió para sí y decidió que no era buen momento para decirle a Pavel que después de ese abrazo a su llegada era posible que todo el campamento estuviera hablando sobre ellos. Nada mejor para sobrellevar la crueldad de la guerra que la distracción del chisme.
La idea de que no tuvieran que regresar al campo de batalla era maravillosa. Al menos no por ahora. Era más de lo que había esperado. Sonrió ahora sí ampliamente y acarició con suavidad la barbilla de Pavel.
—Más te vale que tengas presente nuestra salida en Os Alta, esa perspectiva es de lo que más me impulsa a salir vivo de aquí.
También dudaba de poder esconderle a Annika lo que pasaba entre ellos. Su hermana lo conocía muy bien. De hecho, si esto no hubiera pasado, ella con suerte habría deducido antes que él sus sentimientos. Muchas veces le había dicho que no podía guardar luto por Yuri toda la vida.
No lo había hecho, solo no había conocido a nadie más. Jamás pensó que de entre todas las personas del mundo, iba a ser un grisha el que lo hiciera sentir así de nuevo. Pero Pavel era distinto a todos.
Se inclinó a besarlo de nuevo. Porque quería, y podía, y Pavel parecía tan deseoso o más que él. Nunca había esperado encontrar algo bueno en la guerra, y ahora tenían esto.
Lo sobresaltó escuchar movimiento fuera de la tienda, por lo que se separó de él de mala gana. No alcanzaba a escuchar lo que decían, pero parecía que algo había alterado la tranquilidad que había antes de la llegada de Pavel. Miró inquieto a Pavel.
—Aunque preferiría quedarme aquí el resto del día, temo que vengan a buscarme si no regreso pronto, parece que está pasando algo.
Realmente no quería dejarlo, pero les gustara o no, seguían en la guerra.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
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Chapter IV
El Duque.
De pronto el recuerdo de aquel hombre removió a Pavel desde sus cimientos y agradeció estar sentado. Miró a Sergei pálido, dándose cuenta de que lo había besado sin contarle eso. ¿Cómo podría contarle eso? Antes, a Pavel le daba igual los rumores que corrían sobre él, pero ahora, después de los besos de Sergei, era diferente. El problema era que no sabía cómo empezar a decírselo siquiera y parecía haber un alboroto fuera de la tienda de campaña. Instintivamente, Pavel se puso de pie.
—Parece un motín… —exclamó Pavel, visiblemente nervioso porque no quería problemas. No parecían ser gritos desesperados, así que la fatídica idea de que estuvieran atacando el campamento—. Ven conmigo, veamos qué sucede.
Pavel estuvo a punto de tomar a Sergei de la mano, pero recordó lo que habían dicho sobre la discreción. Aún así, ambos salieron al mismo tiempo de la tienda de campaña. No les tomó más que un instante darse cuenta de que el revuelo provenía de un grupo de soldados que estaba sosteniendo a un hombre que estaba en muy mal estado. Pavel sintió un espasmo cuando reconoció, a pesar del precario estado de la tela, los hilos del kefta. El hombre era un grisha.
—¿Qué fue lo que sucedió? —Pavel no estaba seguro si lo preguntó él, Sergei, o alguien más. No podía reconocer su propia voz porque estaba demasiado ocupado mirando al grisha. Estaba pálido, tenía múltiples heridas en el cuerpo y era evidente que no podía sostenerse en pie por sí mismo.
—Creemos que escapó del campamento drüskelle… —escuchó que respondió alguien, mientras Pavel se acercaba al grisha. Quiso preguntarle su nombre, pero no quiso alterarlo más de la cuenta, en especial cuando reconoció los hilos rojos, que ya no tenían brillo. Era un inferni. Como él.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
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Chapter IV
Realmente lamentaba dejar aquel momento con Pavel, pero realmente sonaba a algo grave lo que sucedía. No creía que fuera un motín. Conocía a sus compañeros, si bien no eran la sección del ejército en mejores condiciones y todos estaban deseando volver a casa, no era tanto el descontento en ese momento. Todos se sentían de pronto más optimistas de que regresarían a casa.
Cuando salieron, sin embargo, se dieron cuenta de que el revuelo era por un hombre en harapos. Tardó un momento en comprender que lo que vestía era una muy deteriorada kefta. Peor era su estado físico. Aparte de las evidentes heridas parecía estar malnutrido y enfermo.
—Venía huyendo del Norte, trastabillaba y sangraba, no estaba en condiciones de esconderse de nosotros. ¿Sería un prisionero?—comentó otro de los soldados.
Sergei alzó una ceja. Podría ser, por lo que miró a Pavel de reojo. Parecía muy pálido viendo al hombre. No se suponía que hubiera alguien del Segundo Ejército allí en ese momento, pero podría ser una ventaja. Así que se acercó a él, llamando la atención de todos sobre ellos.
—¿Qué dices? ¿Es un prisionero del Segundo Ejército?
Antes de tratar a Pavel, Sergei creía que los grisha en el Segundo Ejército eran los privilegiados. Que los del Primer Ejército caían como moscas mientras que los grisha eran fuertes y sobrevivían a todo.
Pero ahora podía recordar cuando había rescatado a Pavel de los druskelle, el estado en el que estaba cuando no había pasado tanto tiempo prisionero. Si no hubiera podido rescatarlo... Ese podría haber sido su destino.
O uno peor todavía.
En los ejércitos de Ravka no había privilegiados entre quienes iban a los campos de batalla.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
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Chapter IV
Pavel se acercó al grisha, arrodillándose para sostenerlo antes de que el pobre cayese al suelo. Tenía múltiples heridas, todas parecían tener diferentes estados de gravedad. Había algunas cicatrices que parecían viejas, mal curadas, pero otras eran frescas. ¿Cuánto tiempo llevaba siendo prisionero?
—Estás a salvo… —susurró, aunque Pavel estaba seguro de que, dado el estado en que se encontraba el grisha, no debían ser más que palabras vacías. Lo sostuvo con firmeza, escuchando su respiración entrecortada, todo su cuerpo temblaba. A pesar de que seguía escuchando murmullos a su alrededor, sabiéndose el centro de atención, Pavel alzó la vista hacia Sergei—. Necesita algo para cubrirse, por favor, está temblando.
Se dio cuenta de que, a pesar de estar rodeado de gente, sólo le estaba hablando a Sergei. Estaba seguro de que precisamente esto contaba como los comportamientos que querían evitar, pero, en estas circunstancias, Pavel no quería a nadie más cerca de él. El grisha lo estaba mirando a los ojos y, aunque movía los labios, Pavel no conseguía entender qué estaba diciendo, pues su voz era muy débil. Creyó entender “drüskelle”, “atrapado” y “Shu Han”, pero no estaba seguro si esto último era cierto. Hasta donde él supiera, Fjerda y Shu Han no estaban en buenos términos. Fjerda, de hecho, no estaba en buenos términos con nadie.
—Quizás es mejor si lo regresan donde pertenece, aquí no hay sanadores para él… —Pavel estaba abrumando, pero esa frase sobresalió encima de las demás. No estaba seguro si el soldado lo había dicho en ese tono precisamente para ser escuchado, pero Pavel soltó un respingo al escucharlo. Alzó la vista, pero tan sólo había allí un desfile de rostros desconocidos, así que no pudo saber quién dijo aquello. Supuso que el lugar al que “pertenecía” quería decir el campamento del Segundo Ejército.
Pavel sabía que era un comentario al pasar, no era ni la primera ni tampoco la última vez que escucharía una frase como esa. Pero, en este momento, fue como una flecha que le escocía en el pecho. Aunque le gustaba consolarse al pensar que Ravka era su hogar, lo cierto era que ni siquiera allí era del todo aceptado. Cuando su mirada se cruzó con la de Sergei, se sintió pillado en falta, como si él pudiera saber lo que estaba pensando. Por suerte, o por desgracia, se distrajo en cuanto el grisha empezó a toser ferozmente.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
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Chapter IV
Las cosas estaban por ponerse feas con el grueso del campamento, pero la tos del grisha le dio a Sergei un margen para actuar. Nunca dejaría sin dar atención a alguien. Justamente así había muerto Yuri.
Se agachó para levantar al grisha, y buscó con la mirada entre los otros soldados a su mejor amigo en aquella filas, Mikhail, quien, como esperaba, se acercó a ayudarlo.
—En mi tienda solo quedo yo, lo llevaremos ahí—declaró con resolución, sin pedir permiso.
Una vez lo instalaran en una cama irían a buscar a ayuda. Era cierto que no tenían sanadores grisha, pero eso no quería decir que no tuvieran un cuerpo que se encargaba de sus heridas y enfermedades, precisamente por lo mismo. Mikhail lo ayudó a arrastrar al moribundo grisha mientras escuchaba los susurros y otros comentarios no tan disimulados de algunos de los otros.
Miró a Pavel para que los siguiera, aunque estaba seguro de que no era necesario: no querría dejar al grisha a su suerte.
—¿Crees que puedas ir por un sanador mientras cuidamos de él?—preguntó Sergei a Pavel en voz baja.—No creo que esté en condiciones de que lo transportemos hasta el campamento del Segundo Ejército.
Aunque sus compañeros se incomodaran con la presencia del grisha, en su tienda no lo verían y no le estorbaba a nadie más. Y seguro que Pavel apreciaba que se ofreciera a cuidar de él mientras le traía ayuda. Porque era evidente que necesitaría algo más que limpieza y vendaje de heridas.
Aquel hombre estaba muy mal, y le habían hecho todo eso por ser un grisha.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
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Chapter IV
El aspecto de la tienda de campaña de Sergei era exactamente igual a como la dejaron minutos atrás, pero lucía ahora más lúgubre que antes y le parecía que el ambiente estaba asfixiante. Pavel apretó los labios y contuvo la respiración cuando vio cómo Sergei y el soldado que lo estaba acompañando colocaban con cuidado al grisha sobre una de las camas que estaban allí.
Pavel hizo un esfuerzo por traer su conciencia al presente. Miró a Sergei y asintió a sus palabras, recordándose por qué estaba allí. Sanador. Segundo Ejército. Necesitaba irse de allí cuanto antes para pedir ayuda.
Se acercó por un momento al colchón, inclinándose para estar más cerca de Sergei, regalándole un gesto de agradecimiento.
—Iré cuanto antes, por favor, Sergei… —Pavel no pudo terminar porque repentinamente el grisha estiró una mano para alcanzar su brazo. Pavel se estremeció ante el contacto y se quedó paralizado cuando su mirada se encontró con la del grisha herido. Así tan cerca, mirándolo con más detenimiento, lucía bastante joven. ¿Cuántos años tendría? Pavel se aterró de sólo pensarlo—. Estarás… ya estás a salvo. Traeré un sanador.
Pavel estuvo a punto de decir que estaría bien, pero no podía darle tantas esperanzas. Parecía que estaba agonizando. Quiso irse, correr por ayuda, pero todas las fuerzas del herido parecían enfocadas en tomarlo con fuerza del brazo. De nuevo empezó a murmurar y Pavel se dio cuenta de que todos los esfuerzos que hacía por mantener la calma se estaban desvaneciendo.
—Había un… alguien de Shu Han… —la voz del grisha temblaba en un espasmo terrible y Pavel quiso decirle que por favor no hablara. Pero era la segunda ocasión en que escuchaba Shu Han y ya no parecía que fuera un error—. Querían… querían probar…
Las siguientes palabras que salieron de su garganta no fueron más que sonidos inconexos, pero Pavel fue capaz de llenar esos espacios en blanco. Si había alguien de Shu Han en el campamento drüskelle, no había mucho que pensar. Era un secreto a voces que Shu Han experimentaban con los grisha. Pavel sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
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Chapter IV
Sergei intercambió una mirada con Mikhail al ver cómo el herido se aferraba a Pavel. Tal vez no era momento de que precisamente Pavel se fuera, cuando era la cara amiga que podía tener el grisha herido ahí. No sabía si se conocían, pero al menos reconocería la kefta, o eso creía. Pensó ir él mismo al campamento del Segundo Ejército para buscar ayuda, después de todo conocía todos los caminos para llegar ahí. Sin embargo, su amigo se adelantó.
—Si Pavel hace una nota se las puedo llevar yo, así se quedan ustedes con él mientras tanto—ofreció con esa actitud colaborativa que tan bien le conocía.
Pavel no había trabajado antes con Mikhail, así que Sergei se sintió impulsado a hablar a su favor.
—Mikhail es un excelente rastreador, puede ir por su cuenta con tanta rapidez como yo mismo, sabe manejarse en este territorio muy bien y tiene toda mi confianza—le aseguró.
Era un gran amigo, sabía que los grisha no eran santo de su devoción tampoco, pero si veía que era algo importante para Sergei, lo haría. De otra forma estando ese día libre no se habría ofrecido a ir. Además, lo de lleva runa nota de parte de Pavel era buena idea.
Sergei le puso una mano en el hombro a Pavel. Le preocupaba la expresión en su rostro, estaba visiblemente horrorizado y preocupado.
—Vas a ver que podemos ayudarlo, escribe esa nota para que Mikhail regrese lo antes posible con ayuda, le harán más caso si lleva algo de parte de otro grisha. En mi escritorio hay pergamino y tinta, yo me quedo con él por ti mientras escribes.
Nunca se hubiera imaginado ayudando a un grisha de esta forma, pero ahora, mientras veía a aquel herido, no podía dejar de pensar en que ese podría haber sido Pavel.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
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Chapter IV
—En el campamento hay una sanadora llamada Misha, es de mi absoluta confianza y estoy seguro de que vendrá enseguida. Con mi cuarzo será suficiente para que sepan que sí es de mi parte —comentó, mientras doblaba con calma el papel. Cuando se acercó a Mikhail, lo miró con ojos llenos de agradecimiento—. Muchas gracias, Mikhail.
Estaba seguro de que Mikhail sólo estaba haciendo esto por deferencia a Sergei, pero Pavel estaba tan alterado que aceptaría cualquier ayuda en este momento. Además, sí era cierto que no quería separarse de su compañero herido. Si sucedía lo probable, Pavel quería que estuviera al lado de un grisha, con los suyos, sería como si estuviera en casa.
El grisha seguía tosiendo y Pavel volvió a prestarle toda su atención, mientras seguía balbuceando cosas sobre Shu Han, los drüskelle y experimentos. Pavel se inclinó hacia él, estaba sudando, aunque no era fiebre, porque tenía el cuerpo completamente frío.
—Sergei, ¿tienes algo para quitarle el sudor? —preguntó, mientras sus miradas se cruzaban. Aunque era obvio que ambos trataban de mantener la entereza, Pavel no podía disimular si estaba con él—. Gracias, Sergei.
Quiso ser más elocuente, pero no el salían las palabras. Además, no era el momento, necesitaba cuidar del grisha herido y después podría elaborar con más detenimiento cómo se sentía. O de pedirle a Sergei que lo abrazara con fuerza. Quizás eso era lo único que necesitaba.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
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Chapter IV
Sergei estaba seguro que si alguien era capaz de recorrer el espacio entre ambos campamentos tan rápido como él, era su amigo Mikhail. Sin embargo, no estaba seguro de que la rapidez fuera suficiente. Todavía tendrían que regresar, y el grisha no parecía estar nada bien. Podía ir a buscar a uno de los propios sanadores sin poderes del Primer Ejército, pero no creía que hubiera mucho que pudiera hacer ahí.
Pavel se veía tan genuinamente angustiado que le estrechó el corazón. Le dio un paño que tenía a mano. y lo miró secarle el sudor al hombre, quien temblaba, febril.
—No está en condiciones de decirte mucho, está delirante—comentó, inquieto por lo que decía de Shu Han. No tenía sentido, estaban al otro lado del país. —Voy a pedir agua fresca para calmarle
Dudó si dejar solo a Pavel, así que se limitó a acercarse a la entrada de la tienda y pedirle el agua a algunos de los soldados afuera. La mayoría se había dispersado, pero quedaban algunos preocupados. No iban a hablar en favor del grisha pero no todos le deseaban mal.
Uno le acercó pronto un balde con agua, así que se apresuró a volver junto a Pavel. Lo vio tan pálido que antes de proceder a limpiar al grisha y refrescarlo con el agua, le dio un sentido abrazo.
—Me quedaré con ustedes hasta que venga Misha—le prometió.
Sin embargo, entonces el hombre empezó a convulsionar, sus extremidades se habían vuelto rígidas y saltaba sin control. Sergei lo miró con horror, sin saber qué hacer, aunque debía mantenerse firme para apoyar a Pavel.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
This is what love does
Chapter IV
Ningún grisha merecía ser perseguido, o peor, ser objeto de experimentos, como este herido parecía haber sufrido. Pavel no dejaba de pensar en lo que había dicho, pero Sergei tenía razón, n podía tomar sus palabras automáticamente como ciertas. Era un hombre herido, su estado era delicado y seguro que estaba delirando.
Cuando Sergei lo abrazó, Pavel cerró los ojos por un instante, entregado por completo a su cercanía. De verdad no tenía idea de qué habría hecho sin su ayuda.
—Tienes razón, lo importante es que Misha pueda venir a curarlo. Después importará lo que sea que nos pueda contar… —Pavel ni siquiera pudo terminar bien la frase cuando el herido sufrió un espasmo. Sergei le había limpiado las heridas, pero era obvio que no fue suficiente. Necesitaban a Misha, pero Mikhail todavía debía estar de camino al campamento del Segundo Ejército.
Pavel había visto la muerte de cerca muchas veces, sabía perfectamente lo que estaba sucediendo. El grisha no iba a sobrevivir, la vida se le estaba escapando de entre las manos y él lamentó como nunca antes no ser un sanador. Sus poderes no podían ayudarlo en absoluto y lo único que atinó fue tomarle la mano, temblorosa, hasta que al cabo de unos minutos que parecieron interminables, quedó rígida y más fría que antes.
Aunque podía sentir la cálida presencia de Sergei a su lado, rozándole el hombro, Pavel no podía mirarlo a la cara. Se quedó en silencio, tomando la fuerza necesaria para inclinarse hacia su compañero recién fallecido. No lo conocía, ni siquiera sabía su nombre, pero Pavel sentía una infinita compasión por él. Extendió la mano, para cerrarle los ojos, mientras sentía cómo su cuerpo temblaba luego de aceptar lo inevitable.
—Nos odian tanto, Sergei… —susurró en voz baja, con expresión compungida—. Y nunca dejarán de hacerlo. Ojalá entendiera por qué.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
This is what love does
Chapter IV
Sergei estaba enfermo de la muerte. Era lo único que la guerra le había dado. Sangre, heridos y muertos. Todo por Ravka. Todo por el odio a los grisha.
Abrazó a Pavel con fuerza, acomodándose para que escondiera el rostro en su cuello. Le acarició su espalda con una mano mientras con la otra lo estrechaba contra él. Sus palabras lo hicieron estremecerse más que la propia muerte. Sabía que PAvel estaba pensando que ese podía haber sido él.
Sergei no podía dejar de pensarlo.
—Yo no te odio—le recordó. —Todo lo contrario. Y no voy a dejar que nadie te haga daño, ¿de acuerdo? Nadie.
De solo pensar que alguien podría dañar así a Pavel un día por ser un grisha le hervía la sangre. Ya lo había salvado una vez de eso. Lo haría todas las veces que fuera necesario. Pero el punto era que no debería ser necesario nunca. Pavel debería poder vivir en un mundo seguro.
No era vida para ninguno de los dos estar coqueteando con la muerte cada vez que Ravka tenía un conflicto, pero Pavel tenía más enemigos además de la guerra.
No lo había dicho por decir: Se lo estaba prometiendo a sí mismo tanto como a Pavel. No dejaría que nadie le hiciera daño.
Campamento
Invierno
Mañana
Con Sergei
Terrible Truths
Chapter V
Era completamente encantadora y podía entender por qué Sergei la quería y cuidaba tanto. Era por personas como ella que Pavel sabía que conservar la paz para Ravka era importante. Cuando Annika se despidió para volver al taller donde trabajaba, Sergei le propuso que volvieran a la posada donde éste se hospedaba.
La habitación era modesta, pero tenía suficiente espacio para Sergei y a Pavel le recordaba a la posada en que se hospedaron para su primera misión juntos. Había pasado mucho desde ese entonces. Ahora que estaban solos, Pavel se sentía a la vez excitado y angustiado. No había dejado de pesar en que todavía no había visto al Duque Sokolov, pero estaban de regreso en Os Alta, era sólo cuestión de tiempo.
No podía permitir que Sergei se enterara por otras personas, si le llegaban rumores y él no había hablado antes, sería terrible.
—Gracias por presentarme a tu hermana… —dijo, con una media sonrisa, mientras tomaba a Sergei de ambas manos—. Me encantaría que conocieras a mis padres, pero… habría que cruzar la Sombra para eso y creo que por el momento ya vivimos demasiadas experiencias peligrosas.
Pavel pensó en sus padres con mucha nostalgia, pero no los había mencionado al azar. Después de todo, el asunto del Duque empezaba con ellos. Con la terrible manía que tenía su padre de apostar lo que no tenía. Así empezó aquello, Pavel tan sólo acababa de recibirse oficialmente como soldado del Segundo Ejército y en ese momento estaba convencido de que debía estar agradecido con alguien tan bondadoso como el Duque Sokolov. Luego fue creciendo y dándose cuenta de que estaba atrapado en una situación que no quería. Pero, ¿cómo podía decírselo a Sergei?
Os Alta
Invierno
Tarde
Con Sergei
Terrible Truths
Chapter V
Hacía muchísimo tiempo que Sergei no era genuinamente feliz. No podía recordar el momento exacto en que el duelo, la guerra y la muerte constante a su alrededor había terminado por llenar toda su vida de amargura. Sin embargo, estar de regreso en Os Alta en tiempos de paz, y pasar la tarde con las dos personas que más quería en el mundo, era más de lo que creyó poder vivir mientras estaba en la guerra.
Había visto muy bien a Annika. Se había hecho cargo de ella cuando era pequeña, tras la muerte de los padres de ambos, pero ahora estaba convertida en toda una señorita capaz de valerse por sí misma. Se había colocado en un buen taller, aprovechando sus habilidades como costurera. Vivía en un pisito acogedor cerca de la fábrica donde trabajaba, y les había invitado a ambos a comer en la tarde.
Escuchar a Pavel hablar con su hermana, verlos reír entre sí, intercambiar bromas y anécdotas, incluso congeniar para meterse con él, había llenado de alegría y calidez su corazón. Siempre le había costado despedirse de Annika, no era fácil dejarla sabiendo que tal vez no la vería de nuevo si lo mandaban a otra batalla.
Sin embargo, encontrarse de regreso con Pavel le había ofrecido una emocionante expectativa, y ahora que estaban solos en la posada sentía que su vida no podía ser más completa de lo que era en ese momento. Tenía la impresión de que Pavel estaba inquieto, aunque había parecido disfrutar la tarde tanto como él.
¿Era porque estaban solos? Le resultaba adorable como Pavel, el gran y valiente oficial de guerra, no dejaba de ser tímido e inexperto en las relaciones.
No esperaba el comentario sobre su familia. Arqueó las cejas al escucharlo, mientras se acercaba a él.
—No es raro que se cruce la Sombra por razones de guerra o de política, que vienen a ser lo mismo, no descartes que algún día nos hagan cruzar. Ir a ver a tu familia me parece un argumento más válido todavía —dijo con sinceridad. —. Pero me alegra que te agradara mi hermana. Annika es una gran mujer, estoy muy orgulloso de ella.
Algo de crédito suponía que tenía en haberla criado casi que por su cuenta.
Os Alta
Invierno
Tarde
Con Pavel
Terrible Truths
Chapter V
Le alegraba saber que Sergei, a pesar de las adversidades, podía ver a su hermana a menudo y que tenían una bonita relación.
—Tienes todo para estar orgulloso. Es increíble, es como… una versión tuya que no arruga tanto las cejas —comentó Pavel con una media sonrisa, mientras extendía una mano hacia él. Acarició las cejas de Sergei con la punta de los dedos, deleitándose por un instante y concentrándose en la cercanía entre los dos.
Pavel quería creer que Sergei lo escucharía hasta el final, sin juzgarlo, podía sentir la fuerza de sus sentimientos en el beso que se habían dado en el campamento. En cómo le prometió que lo cuidaría de cualquiera que quisiera hacerle daño. ¿El Duque entraría en esa categoría? Pavel no estaba seguro de nada.
—Pero es una suerte que se tengan el uno al otro. Yo… creo que no te lo había dicho, pero tuve un hermano. Era mayor que yo, pero falleció cuando sólo éramos unos niños. Se enfermó gravemente y no teníamos cómo darle buenos cuidados —Pavel suspiró hondo. En realidad, ya no le dolía hablar de Yuri, pero era la primera vez que tenía conversaciones tan personales con Sergei.
Por instinto, buscó su mano, entrelazándola con la suya suavemente. Lo miró a los ojos, sin saber cómo iba a empezar. Tenía claro que quería confesar todo lo que estaba sucediendo con el Duque, pero no sabía cómo.
—¿Sabes? Mi familia es de una aldea cerca de Arkesk, trabajábamos la tierra como el resto de los vecinos. No teníamos mucho… —Pavel frunció la nariz, porque eso era un eufemismo para decir que, en realidad, apenas tenían para comer—. Después de la muerte de mi hermano, hubo una sequía en la región que casi acaba con la aldea. Para mis padres fue una salvación que el Segundo Ejército fuera a encargarse de mí.
Para Pavel fue traumático separarse de sus padres, pero sabía que ellos estarían aliviados de saber que tendrían una boca menos que alimentar. Y que, además, el gobierno les pagaría un estipendio por sus servicios en el ejército.
Os Alta
Invierno
Tarde
Con Sergei
Terrible Truths
Chapter V
Lo hizo reír sinceramente la idea de que Annika era una versión de él que fruncía menos el ceño. Se lo tendría que comentar a su hermana. Seguro que frunciría el ceño al escucharlo. En realidad su hermana era mucho mejor persona que él. Era dulce, buena, amable y con un excelente sentido del humor.
La historia de la familia de Pavel le borró la risa de los labios. Se le encogió el corazón al escucharlo hablar de un hermano fallecido y los problemas económicos que habían vivido, Le dio rabia pensar que el ejército se aprovechaba de esas cosas. Tomaba a las personas en estado vulnerable y después los hacían sentir que le debían todo.
Ravka debería proteger a sus súbditos, no aprovecharse de su miseria para convertirlos en sus escudos humanos. Pero Pavel era sensible a ese tipo de comentarios.
Estrechó la mano de Pavel que ahora sostenía en la suya.
—Lamento que tu familia y tú hayan pasado por eso —dijo con sinceridad. —. No debería ser así. Deberíamos tener todos una vida mejor.
Suspiró, y le regaló entonces a Pavel una suave sonrisa.
—Por ahora parece que ganamos un poco de paz. Ojalá nos dure.
No creía que fuera precisamente gracias al reino de Ravka si eso pasaba. Tan solo esperaba que sus enemigos estuvieran muy débiles para regresar pronto.
Os Alta
Invierno
Tarde
Con Pavel
Terrible Truths
Chapter V
Así que les habría encantado conocer a Sergei, quien era también un soldado, fiel a Ravka y con un futuro prometedor. Pavel suspiró, sabiendo que ese reencuentro era difícil, sobre todo con la situación en la que estaban. Por ahora habían detenido el intento de invasión de Fjerda, pero los drüskelle podrían reagruparse próximamente. No quería pensar en eso ahora, tenía otras cosas más importantes que hacer.
—Yo también espero que nos dure… —suspiró con voz queda, mientras extendía la mano hasta tomar la de Sergei. Pavel no podía creer que hubiera vivido tanto tiempo sin el roce constante de Sergei. El corazón le latía con más fuerza cada vez que Sergei estaba cerca. Por eso le debía sinceridad, era lo único a lo que podía aferrarse en busca de valor—. Sergei, quiero que sepas que… no he tenido otra vida más que estar con mi familia en la aldea y luego el ejército. No soy bueno con las relaciones sociales y mucho menos me habría planteado tener una pareja. Pero desde que… desde que te salvé, no hace unas semanas, hablo desde que te salvé esa vez en el palacio, no he dejado de pensar en lo que significas para mí.
Pavel volvió a avergonzarse, sobre todo porque hablaba con torpeza y estaba otra vez desviando el tema lejos de lo importante. Peor no quería hablar sobre los rumores, si empezaba por allí estaba seguro de que Sergei concluiría que era culpable. Y tal vez lo era.
—No sé cómo llevar una relación. No tengo la más mínima idea, pero quiero intentarlo. Quiero ser mejor, para ti… —confesó, sintiéndose como un niño inexperto. En el ejército, él había visto a decenas de compañeros enamorarse, saltarse los entrenamientos porque querían pasar el tiempo posible juntos. A él no le pasó eso, ni siquiera llegó a planteárselo porque el Duque puso sus reglas y Pavel no tuvo más remedio que acatarlas—. Por eso necesito decirte algo. Te prometo que aceptaré cualquier cosa que me digas después, pero quiero que me escuches hasta el final. ¿Está bien?
No estaba seguro si preguntarle eso sería suficiente, pero de momento lo tomaría.
Os Alta
Invierno
Tarde
Con Sergei
Terrible Truths
Chapter V
Tenía la impresión de que algo no estaba bien con Pavel. Al principio creía que solo estaba nervioso. Sabía que esto de una relación era algo nuevo para él. Sergei tampoco era ningún experto, pero Pavel parecía pensar que como había tenido un novio sabía mucho de esto. Yuri y él habían sido muy jóvenes cuando sucedió todo. Sergei no se sentía ningún experto.
Escuchó sus palabras con atención mientras intentaba transmitirle que todo estaría bien, que podía estar tranquilo. Sin embargo, la advertencia de que lo escuchara hasta el final despertó sus alarmas. ¿Qué podía tener en mente para que le dijera algo así?
Frunció el ceño y tiró de su mano, pidiéndole que lo viera a los ojos.
—No hay nada que me puedas decir que me vaya a hacer que me aleje de ti —le aseguró con plena confianza en lo que decía. —. Así que no sé qué temes que te diga después.
No quería que Pavel temiera hablar con él. No lo había hecho hasta ahora. En general habían tenido un inicio malo, Sergei tenía fuertes prejuicios contra los grisha y no los había disimulado. Pero Pavel se lo había ganado poco a poco, y después de sobrevivir juntos su primera vez en la frontera de Ravka sus vidas habían estado ligadas irremediablemente.
¿Qué iba a decirle que pudiera asustarlo ahora?
—No des rodeos y dime qué es lo que te preocupa.
No iba a soportar que se fuera por las ramas si se ponía así, no quería ponerse a pensar lo peor.
Os Alta
Invierno
Tarde
Con Pavel
Terrible Truths
Chapter V
Hasta que besó a Sergei. Cosa de la que ahora se arrepentía. Actuó por un impulso infantil y ahora Sergei podía enfadarse con él.
Como no quería alargar más su angustia, asintió despacio y decidió hacerle caso a Sergei: iba a hablar con sinceridad y sin rodeos.
—Como te dije, mi familia nunca tuvo nada. Para mis padres fue maravilloso que el ejército les pagara un estipendio porque yo iba a ser parte del Segundo Ejército. Para ellos representaba tener con qué alimentarse. La idea de que iban a estar bien con ese dinero me ayudaba cada vez que los echaba de menos —comentó Pavel, genuinamente avergonzado porque no solía hablar de sí mismo, mucho menos de esa parte de su vida. Cuando miró a Sergei a los ojos, continuó sosteniéndole la mano—. Yo llevaba un año en el Pequeño Palacio cuando recibí por primera vez una carta que traía el sello del Duque Sokolov.
Pavel recordaba con precisión la primera vez que sostuvo esa carta. Al principio estaba convencido que no podía ser para él. Ese sello desprendía poderío y nobleza, Pavel no tenía contactos de ningún tipo, no era más que un niño campesino que apenas estaba aprendiendo a controlar sus poderes. Quizás era su imaginación, pero pudo darse cuenta del cambio en la expresión de Sergei en cuanto escuchó el nombre del duque. Por supuesto que él tenía que haber escuchado esos rumores.
—Cuando conocí al Duque, me dijo que había contactado conmigo por mis padres. Lo que decía no tenía sentido para mí, aunque ese día tan sólo comí en su casa, pero unas semanas después volví a verlo. Esta vez fue él mismo a verme al Pequeño Palacio. Fue allí cuando me dijo la verdad, al parecer mi padre tenía una deuda muy grande con el duque. La suma era más dinero del que iban a juntar mis padres, o yo mismo, en todas nuestras vidas. Pero el duque me dijo que estaba dispuesto a perdonar todo, a cambio de un favor.
Aunque le dijo a Sergei que no quería ser interrumpido, él mismo guardó silencio. Pavel recordaba bastante bien la primera vez que el duque le había besado. Al principio fue en la mejilla, como un gesto casi paternal. Pero Pavel aprendió pronto que el duque no tenía ninguna intención familiar con él.
—El acuerdo ha sido así desde entonces… —dijo, con la voz temblorosa—. Él me llama, yo lo visito y dejo que… —Pavel había mantenido la calma hasta ahora, pero los nervios por fin pudieron con él—. Debí decírtelo. Quise decírtelo, incluso antes de… antes de que habláramos en la tienda de campaña. Pero me di cuenta que no quería que pensaras lo peor de mí. Conozco los rumores, nunca he podido hacer nada por ellos, nunca les he aclarado que no es por mi gusto. Pero no quería… tenía miedo de contártelo y supuse que no importaba, sólo éramos amigos. Pero… pero… ahora es diferente.
Os Alta
Invierno
Tarde
Con Sergei
Terrible Truths
Chapter V
Realmente no se había imaginado de qué le iba a hablar Pavel, y no se hizo una idea hasta que mencionó al Duque.
Sergei conocía los rumores. Sus compañeros de campamento se habían asegurado de recordárselos incluso, al ver que pasaba tanto tiempo con él. Ni siquiera le había pasado desapercibido el broche que tenía Pavel con el escudo de armas del duque... Pero nunca le había dado importancia a los rumores. No lo había creído.
Pavel no era el tipo de persona que se acostaba con un noble porque sí.
Sin embargo, al escuchar su historia empezó a hervirle la sangre. Se obligó a callar hasta el final, aunque podía sentir cómo se le marcaban las venas de la frente del enojo, y tuvo que apretar los puños con fuerza para contenerse.
—¿Todo este tiempo te ha obligado a acostarte con él para pagar la deuda de tu padre? —preguntó con la furia vibrante en la voz—. Es... es un viejo asqueroso.
El enojo en su interior tenía un objetivo. Degollar al asqueroso duque, era lo que merecía por abusar de Pavel de esa forma. Hasta ahora había creído que Ravka tomaba sus vidas para mantener a sus nobles en el poder. Pero era más. Lo tomaba todo. Todo lo que quería. Incluido Pavel.
Soltó su mano, no porque no quisiera sostenerlo, solo porque necesitaba levantarse. Caminar. Necesitaba correr y gritar y golpear cosas, pero no era posible, así que se limitó a moverse de un lado a otro de la habitación, lleno de una energía con la que no podía hacer nada todavía. Se giró a mirar a Pavel con el ceño fruncido.
—¿Qué pasará ahora? ¿Tienes que seguir con él?
A eso se refería con que debió decírselo antes, ¿cierto? A que tenía una relación con el Duque, aunque fuera contra su voluntad... ¿Dónde dejaba eso a Sergei? ¿Dónde dejaba eso sus sentimientos por él?
Por un momento temió que esta conversación llevara a que no podían ser más que amigos. Pavel no podía ser tan cruel. ¿Pero qué otras opciones tenían?
Nada lo había preparado para lidiar con esto.
Os Alta
Invierno
Tarde
Con Pavel
Terrible Truths
Chapter V
Lo único que tenía para darle a Sergei, era su honestidad. Pavel había tenido tiempo para pensar en estos días qué iba a pasar a partir de ahora. Era como construir un plan de guerra, en el que todo podía salir mal con que un solo detalle fallara. Pavel inspiró hondo y se esforzó por mirar a Sergei a los ojos.
—Nunca me he negado, cada vez que me llama siempre acudo a él… —comentó, mordiéndose el interior de la mejilla, incapaz de contener su angustia—. Pero nunca tuve una razón para negarme, ¿sabes? Durante todo este tiempo creía que estaba cuidando a mi familia, lo único realmente importante para mí. O así era hasta que te conocí.
Pavel se sintió completamente expuesto luego de decir aquello. No estaba seguro si era su voz o todo su cuerpo temblando, pero por un momento se sintió ligeramente mareado. Aún así, continuó mirando a Sergei a los ojos. Él seguía lejos de Pavel y seguía teniendo una expresión indescifrable.
—Sergei, yo… no sé qué es el amor, no sé lo que es que alguien te trate como a una persona y no como un objeto, o un grisha. Hasta que te conocí… —confesó, con las mejillas ardiendo luego que el peso de aquella confesión se asentara entre los dos—. No he tenido noticias del duque todavía, pero cuando me escriba, estoy listo para decirle que no quiero volver a verlo de nuevo, bajo ninguna circunstancia. Y también estoy dispuesto a asumir cualquier consecuencia por negarme, cualquiera que sea. Por ti. Porque sólo quiero… sólo quiero estar contigo.
Luego fue cuando por fin tuvo que bajar la mirada, incapaz de continuar si seguía soportando la mirada de Sergei. Pavel se miró las botas y se preguntó si el piso le parecía tan sucio y polvoriento minutos antes.
—Pero entenderé si tú no quieres.
Os Alta
Invierno
Tarde
Con Sergei
Terrible Truths
Chapter V
Aunque seguía sintiendo la furia en su interior, las palabras de Pavel lo conmovieron profundamente. No era con él que estaba enojado. Era con el duque y la manera en que se había aprovechado de Pavel todo este tiempo, y como podría seguir haciéndolo indefinidamente.
Sin embargo, cuando le dijo que entendería que él no quisiera, lo alarmó. No quería mal entendidos.
Regresó junto a Pavel y se arrodilló frente a él, tomándolo de la mano.
—¿Por qué no querría? —preguntó con intención de dejarle claro que era ilógico lo que estaba pensando—. ¿Por que un asqueroso noble se ha aprovechado de ti todo ese tiempo?
Le enfermaba pensar que aquel tipo había podido besar y tocar a Pavel todo lo que había querido por tanto tiempo. Pensar que aquel contacto forzado era todo lo que Pavel conocía le parecía lo más injusto del mundo.
—No voy a dejarte en manos del duque ni de nadie—declaró con decisión.
Sin embargo, algo en sus palabras lo había alarmado. Estrechó su mano con fuerza.
—¿Qué sería capaz de hacerte el duque cuando te niegues? —preguntó, temeroso de la respuesta—. ¿A qué consecuencias te refieres?
No sabía bien por qué estaba preguntando. Evidentemente no quería que Pavel continuara su relación con el duque y se sentía muy aliviado de que quisiera escogerlo a él por encima... pero temía por él. Temía que el Duque no renunciaría tan fácilmente a él y si lo había tenido hasta ahora era porque tenía poder sobre él.
Acarició la mano que sostenía y acercó sus labios a los nudillos de la mano de Pavel. Este merecía saber lo que era ser amado como persona. Nada menos que eso.
Os Alta
Invierno
Tarde
Con Pavel